En la linea de salida del Congreso Nacional de Laicos
Como en una carrera de fondo, después meses de preparación, la Diócesis está ya en la línea de salida para el Congreso Nacional de Laicos que se celebrará en febrero del 2020 en Madrid, convocado por la Conferencia Episcopal Española. Justo un año antes comenzaba la fase diocesana de preparación. Y este sábado, 9 de noviembre, se ha concluido con un encuentro en el Seminario Mater Dei de Castellón. Mons. Casimiro López Llorente ha abierto la sesión asegurando que “sin los laicos la evangelización de nuestra tierra no será posible. Así lo digo y así lo siento. Porque sois la mayoría y porque estáis en todas partes y ambientes”.
En el encuentro se ha presentado la síntesis de las aportaciones de las diversas realidades diocesanas: 33 grupos que representan a 275 personas. También se han concretado los itinerarios y representación de Segorbe-Castellón en un evento que pretende promover un laicado en acción que viva el sueño misionero de llegar a todos. Dentro de la proporción de 80% de laicos frente al 20% de clérigos y religiosos del Congreso, la Diócesis participará con 16 personas.
Francisco Pérez, delegado diocesano de pastoral seglar, ha manifestado su satisfacción porque la participación en los cuestionarios previos ha implicado tanto a movimientos como a consejos pastorales parroquiales, grupos de catequistas o de adultos. El planteamiento invitaba en primer lugar a reconocer lo que constituye hoy en día el punto de partida de la misión de los laicos. En este sentido se valora la alegría, la generosidad en el compromiso, la formación o la creciente pasión y autenticidad a pesar de la disminución del número. Al mismo tiempo se reconocen dificultades como el individualismo, el envejecimiento, el clericalismo o la falta de sentido de diocesaneidad.
Visión a largo plazo
A continuación se ha interpretado esta realidad para fortalecer la identidad laical avanzando en una eclesiología misionera. Finalmente, los equipo de reflexión han elegido propuestas concretas. Éstas son las que marcarán la pauta de acción en el futuro: «Lo más importante será el post-congreso, que se tendrá que vivir desde la comunión y la coordinación», aseguraba Francisco Pérez.
Durante el Congreso Nacional, se trabajarán cuatro itinerarios: El primer anuncio, el acompañamiento, procesos formativos y presencia en la vida pública. Los congresistas se repartirán entre un 20% de sacerdotes y un 80% de seglares. El reparto de representación diocesana será equivalente con tres presbíteros y 13 laicos.
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