El Obispo instituye acólitos a los candidatos al diaconado y un seminarista

La parroquia de San Bartolomé, en Torreblanca, ha acogido esta mañana, sábado 6 de julio, la institución como acólitos de siete candidatos al diaconado permanente y un seminarista. Mons. Casimiro López Llorente ha aprovechado para recordar la importancia de la eucaristía que, junto con la Palabra de Dios, son los pilares de la Iglesia para salir a la misión. El Obispo también ha inaugurado la restaurada capilla de la comunión.

El calor de la jornada no ha impedido que comunidades parroquiales y familiares de los candidatos participaran con alegría en esta celebración. Los nuevos acólitos pertenecen a las parroquias de Santo Tomás de Villanueva de Castellón, Grao de Burriana, Benicasim, Benasal, Torreblanca y Vila-real.

En la homilía el Obispo ha invitado a vivir la Eucaristía de modo que suscite la fe de los fieles. También a ser asiduos en la adoración, no solo como reverencia a Dios sino también como ocasión de “dejarse abrazar por Dios”. Por último mons. López Llorente ha afirmado que es necesario estar abiertos a dónde Cristo quiere hacerse presente y enviar como misioneros de su amor.

Con el fin de dar a Dios el culto debido y prestar un servicio adecuado al pueblo de Dios, la Iglesia estableció desde tiempos remotísimos algunos ministerios según los cuales se confiaba a los fieles ejercer oficios en la liturgia y en la caridad. Entre ellos está el acolitado, cuyas funciones son cuidar del servicio del altar, ayudar al diácono y al sacerdote en las acciones litúrgicas, distribuir la sagrada comunión como ministro extraordinario de la comunión, exponer públicamente el Santísimo Sacramento e instruir los fieles sobre la liturgia.

Inauguración de la capilla de la comunión

Al final de la celebración, mons. López Llorente ha inaugurando la capilla de la comunión con el traslado solemne del Santísimo al sagrario. El Obispo ha bendecido el altar, el ambón y la sede. Ha exhortado al párroco, Nuno Carvalho, y a la comunidad parroquial a promover la adoración eucarística aprovechando la reforma de la capilla.