El pasado domingo, la parroquia La Asunción de Nuestra Señora de Albocàsser vivió una jornada de fe y tradición al reunir a numerosos feligreses para celebrar la festividad de Cristo Rey. Además, la Eucaristía fue el marco en el que los jóvenes músicos del municipio rindieron homenaje a su patrona, Santa Cecilia, acompañados por sus familias.
En el acto participaron también las socias de la Cofradía del Sagrado Corazón de Jesús, quienes conmemoraron el triduo en honor a Cristo Rey. La celebración destacó por su emotividad, reforzando los lazos de la comunidad en torno a la música, la oración y las tradiciones religiosas que enriquecen la vida parroquial de Albocàsser.
La Acción Católica General ha puesto en marcha el proyecto «Sigo Aquí», una iniciativa solidaria diseñada para vincular parroquias de toda España con las de Valencia que han sufrido los devastadores efectos de la DANA del pasado 29 de octubre de 2024.
Desde el primer momento, la Iglesia respondió con la ayuda de Cáritas Diocesana y la dedicación de cientos de voluntarios en las comunidades parroquiales. Sin embargo, este proyecto va más allá de la emergencia inicial, proponiéndose como un compromiso a largo plazo para mantener viva la solidaridad con las comunidades más afectadas.
El objetivo de «Sigo Aquí» es fomentar la fraternidad y la solidaridad entre parroquias, fortaleciendo la comunión y el apoyo mutuo más allá de la emergencia inicial. Según explican desde Acción Católica General, las acciones propuestas incluyen encuentros online, vigilias de oración, recogida de fondos o materiales, campos de trabajo para jóvenes enfocados en la reconstrucción y el acompañamiento emocional, así como iniciativas de crowdfunding para proyectos más ambiciosos.
La Acción Católica General de Valencia actuará como enlace directo con las parroquias afectadas, asegurando una comunicación fluida y efectiva. Este proyecto estará vigente hasta Pascua de 2025, cuando se evaluará su continuidad, y las parroquias interesadas pueden unirse escribiendo al correo: adultosacgvalencia@gmail.com
Jóvenes que rezan: redescubriendo el amor de Dios. 29 de noviembre, Vigilia Diocesana.
Carta del Obispo D. Casimiro: «La oración con y de los jóvenes».
La Diócesis redobla su compromiso con las víctimas de la DANA gracias al CEU, Cáritas, las Hijas de la Caridad y las parroquias.
La celebración de la Jornada Mundial de los Pobres aúna fe y solidaridad en Vila-real bajo la atenta protección de la imagen Peregrina de la Virgen de los Desamparados.
La Diócesis de Segorbe-Castellón renueva la consagración al Sagrado Corazón de Jesús.
Entrevista a Rosa Gual, Presidenta de la Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad.
Andilla, una importante villa de la antigua Diócesis de Segorbe.
La historia del pintor y dorador Sebastián Zaidía
Desde tiempos medievales donde los oficios, especialmente los artísticos, luchaban por anteponer su propio prestigio, cada vez más acusado en una sociedad corporativa, se vino a referir al ensalzamiento de la figura de Dios, cada uno desde su perspectiva profesional e interés, como el primer y supremo artista modelando, insuflando color con su aliento, cual escultor, pintor u orfebre creador de la figura del ser humano y de todas las cosas visibles e invisibles. «Entonces el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, sopló en su nariz un hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente». Gen 2, 7.
No obstante, desde tiempos inmemoriales, las técnicas artísticas, inevitablemente, se veían necesitadas de colaborar entre sí para la realización de la mayor parte de las obras. Tal es el caso de la pintura y la escultura, que siempre necesitaron recurrir entre ambas en busca de la excelencia de los acabados. Una circunstancia especialmente importante en el ámbito hispánico, donde la trascendencia de la imaginería y del color en la figura constituían, prácticamente, el alma de las representaciones iconográficas destinadas al culto, siendo interpretadas por maestros diferentes. Una rama menos estudiada pero que ha recibido la atención pormenorizada y el estudio de muchos compañeros historiadores del arte [Buchón Cuevas, 2012]. Una reciente exposición en el Museo del Prado, «Darse la mano. Escultura y color en el Siglo de Oro», testimonio de la importancia del color en la escultura desde la antigüedad, viene a confirmar el cada vez mayor interés al respecto del estudio de todas estas interrelaciones tan interesantes en la génesis de una imagen religiosa.
Esta realidad se hizo muy patente en el Reino de Valencia y en su organización gremial, durante los siglos XVI, XVII y XVIII, con las intervenciones de pintores-doradores especializados en los acabados de las piezas escultóricas de tallas y retablos. Por ello, desde principios del quinientos, era habitual la división de artífices entre pintores de sargas, de imaginería o retablos, de dorado y policromado (y estofado) en tablas y a la morisca (para artesonados de madera y muros). Unas disciplinas a cuyo ejercicio se accedía a través de su examen pertinente, que acreditaba su dominio. Si bien, no muy a menudo, se dio el caso de grandes maestros que reunían dichas capacidades oficiales en su propia persona, como Pedro Roldán, Alonso Cano o Francisco Salzillo.
Dentro de las actividades citadas, la considerada menor era el dorado, aunque la situación fue cambiando a lo largo de los años con la trascendencia y necesidad de esta labor con los nuevos retablos y tipos clasicistas o romanistas emanados de las disposiciones conciliares de Trento, llegando a una equidad que acabó conllevando muchas disputas entre pintores y doradores desde el siglo XVII. El oficio de dorador necesitaba de la buena destreza en el manejo de los utensilios, de la aplicación del bol, los temples y el óleo; es decir, expertos en el arte de dorar, estofar y encarnar. En Valencia, a principios del quinientos, constituía una actividad vinculada al pintor de retablos. No obstante, con la fundación de un Colegio de Pintores en la ciudad en 1607, ya se puede apreciar la citada diferenciación entre ambos en sus capítulos, contemplando las diferencias de especialización que venimos señalando [Tramoyeres Blasco, 1912-Baixauli Juan, 2001].
La decisión de colegiarse frente a la competencia desleal y de poca calidad de la Valencia del momento, resultó iniciativa reivindicativa de las aspiraciones de trece maestros: Cristóbal Llorens, Miguel Joan Porta, Vicente Cros, Juan Sariñena, Francisco Ribalta, Samuel Bolsculs, Sebastián Zaidía, Abdón Castañeda y Francisco Peralta, además de los doradores Gil Bolainos, Gaspar Ferri y Francisco Blasco, padre e hijo. Como era de esperar, el pleito ante la Real Audiencia con el resto de maestros que quedaban fuera, resuelto a su favor en 1616, no hizo más que comenzar alcanzando, incluso, la propia figura del monarca Felipe III, quien fue requerido, indirectamente, por los afectados en el conflicto.
En esta línea encontramos a nuestro Sebastián Zaidía o Saydia, documentado por vez primera en 1593, actuando en nombre de Luis Mata, posiblemente su maestro, ante la Diputación de Valencia, en la conclusión de los trabajos de la decoración de la «Sala Nova» del Palau de la Generalitat, donde trabajaría en la conclusión del hueco en el rincón de los Contadores con la efigie al vivo del portero de la Diputación, Jaime Navarro [Benito Doménech, 1987]. Ya era, de alguna manera, un reconocido pintor de la capital, realizando obras de las características comentadas.
Entre 1602 y 1606 cobraba por la pintura y dorado del retablo mayor, de la Iglesia parroquial de Andilla, localidad importantísima de la antigua diócesis de Segorbe hasta 1960 y, por aquel entonces, bajo el señorío de Miguel de Rebolledo, siempre en conflicto con la autoridad eclesiástica. Constituye éste un capítulo aparte, por su gran importancia, dentro de las poblaciones del antiguo obispado, sobre todo ante su gran trascendencia patrimonial, cultual y cultural. Es bien sabida la presencia de sus dos magníficas portadas renacentistas conservadas, de hacia 1530, su gran nave con presbiterio de bóvedas nervadas y sus sobresalientes restos artísticos, conservados a duras penas tras la destrucción de la guerra civil.
El retablo, una obra realizada durante los pontificados de Ruiz de Lihori y Martín de Salvatierra y de un magnífico estilo romanista en talla y policromía, fue destruido en 1936 y del que conservamos una hermosa foto con sus puertas para protección del polvo realizadas en tiempos del obispo Ginés de Casanova, del taller de los Ribalta [Montolío-Olucha, 2002],-además de unas pequeñas escenas de la Anunciación, Nacimiento, Epifanía y Resurrección-, había sido encargado al escultor José González en 1576 concluyéndolo, tras su fallecimiento en 1584, el murciano Francisco de Ayala quien, en un principio, se disponía se hiciese cargo de los estofados de sus figuraciones, que más tarde sería completada por grandes puertas, obras del taller de los Ribalta, para proteger del polvo a los relieves [Olucha-Montolío, 2002].
Concluida la obra de talla, se piensa en completar el gran mueble con pinturas y dorados, pagando el obispo Feliciano de Figueroa a Sebastián Zaidía la cantidad de 150 Libras por su trabajo en el año 1606. Una labor que, parece estuvo concluida en 1609, cuando el maestro presenta cuentas por todo lo realizado por él hasta el momento, 3.920 Libras, de las cuales aún se le debían 370 Libras, 10 Sueldos y 7 Dineros [Aguilar, 1890-Rodríguez Culebras, 2001].
Como transcribe Aguilar en su obra, de palabras del obispo Figueroa [Aguilar, 1890]: «[…] que se junten las dos cornisas en ángulo sobre el arquillo de la bóveda y se ponga la corona de Nuestra Señora en manos de Dios Padre e Hijo; que se hagan unas puertas para cubrir todo el retablo, las cuales han de subir desde la definición del banco y suban hasta la cornisa alta que está a los pies del Cristo, de manera que el banco todo y el Cristo queden descubiertos, y que estas puertas se hagan ligeras de dos lienzos con sus listones fuertes, y que en el lienzo de afuera se pinten en los cuatro cuadros los cuatro profetas Isaías, Ezequiel y David, y sea la pintura al temple; y en el lienzo de adentro se pinten los cuatro Doctores de la Iglesia, personajes grandes y bien acompañados como lo sabía hacer Saydía, y sean también al temple… Toda la obra de pintura que de nuevo se ha de hacer, es mi voluntad que la haga el dicho Sebastián Saydía, pues ha hecho también toda la demás, y ansí lo ordeno y mando, en Andilla a 5 de junio de 1609». Al mes siguiente dejaba Figueroa este mundo, retomándose el proyecto de las puertas, muchos más adelante, bajo otros criterios y autores.
De esta manera, el Archivo Catedralicio de Segorbe conserva noticias al respecto, de dieciséis de enero de 1610, con los pagos de Sebastián Saydía, maestro pintor, a Jaime Silvestre de Urbina, notario, por los actos recibidos referentes a la obra pictórica del retablo mayor de la villa de Andilla [ACS, 880]. «Die xvi mensis ianuarii anno a nativitate domini MDCX. Sabastian Saydia pintor vezino de la ciudad de Valencia para pagar a Jayme Sylvestre de Urbina notario de la presente ciudad de Segorbe presente es y a los suyos doze libras moneda reales de Valencia por la parte del salario tocante a pagar al dicho Saydia de tres actos de capitulaciones y concordias recibidos por el dicho Jayme Sylvestre de Urbina notario en differentes calendarios firmados entre los administradores de la fabrica de la yglesia parrochial de la villa de Andilla de una y el dicho Saydia de parte otra acerca de la pintura del retablo del altar maior de dicha iglesia de Andilla hecha gracia de lo que montan mas dicho salario de los dichos tres actos hace cession y configuración al dicho Jayme Sylvestre de Urbina notario a presente y a los suyos contra mossen Joan Muñoz presbítero beneficiado en la yglesia parrochial del lugar de las Alcublas administrador nombrado por el ordinario de Segorbe de la dicha fabrica de Andilla a exection de dichas dose libras de la dicha moneda de mayor cantidad que // la dicha fabrica debe al dicho Sebastian Saydia por la pintura del dicho altar maior de dicha yglesia de Andilla […]. Testes huius rei sunt Didacus de Vidaure presbiterus et Joannes de Ramanada [sic] pintor civitate segobricensis et Valencie vespertine habitatoris. Ante dictis die et anno. Ego Sebastianus Saydia pintor civis valentis habit scienter et gratis cum hoc. Un documento al que le sigue otro más escueto firmado por el pintor con el procurador, el diácono Pedro Juanes.
En 1609, también, Jerónimo Olleta, batihoja (batidor de oro) de Valencia, se comprometía a la entrega a él y a al artista Miguel Joan Porta, de diez mil panes de oro fino destinados al retablo de la iglesia del Salvador de Burriana [Benito Doménech, 1987-López Azorín, 2006]. Poco después, en 1612, se le pagaba por el dorado y estofado del altar mayor de la parroquia de Santa Catalina de Valencia [Gavara Prior, 1995].
De su producción, en la actualidad, apenas conservamos el retrato del citado portero en los muros de la sala noble de la Generalitat y sendas imágenes de San Pedro y San Pablo, procedentes de las puertas del trasagrario de Andilla. En ellas, al menos, es evidente la influencia del canon ribaltesco, más alargado y afín a las proporciones manieristas del momento, de clara influencia del foco pictórico escurialense.
El estofadoes una técnica decorativa que radica en raspar una capa pictórica para dejar ver otra capa inferior de color o material diverso que contrasta y revela debajo. La primera actuación preparaba la tabla para las capas decorativas con cola, yeso grueso, yeso mate. Sobre esta superficie se aplicaba un bol y se doraba con hoja de oro. Después se mezclaban los pigmentos de blanco de plomo y carbón con huevo crudo entero para hacer incorporar una capa de pintura preparatoria y se cubría todo el oro con el gris. Tras este paso se aplicaba pintura al temple de color marrón oscuro, combinando rojo hierro, sombra y carbón, para crear la capa de pintura de color marrón oscuro, que se aplicaba sobre el gris.
Por último, se procedía a la decoración de la superficie, con la aplicación de diseños, dibujados en una hoja de papel o pergamino, perforándose las líneas del patrón en agujeros finos el estarcido del mismo en superficie, sobre el patrón una pequeña almohadilla de estampar con pigmento seco. Siguiendo dichas líneas configuradas por el patrón, el artista raspaba la pintura al temple, dejando al descubierto el dorado pulido de la capa inferior, empleando estiletes o punzones con extremos de diferentes grosores y formas para crear líneas de rayado de grosores diversos. Al final se realzaba, de manera manual, la impresión tridimensional del acabado, con pinceladas de refuerzo, imitación de luces y sombras.
En este sentido, uno de los trabajos más increíbles de la técnica del dorado y estofado, en los que es probable estuviera involucrado el propio Sebastián Zaidia, son los magníficos retablos del convento de San Martín de Segorbe, obras atribuidas al escultor Juan Miguel Orliens con pinturas de los Ribalta [Montolío, 2014], una verdadera «locura» de este arte en tierras valencianas, conservados en uno de los templos más emblemáticos de nuestra diócesis. Sus maravillosos diseños, sobre todo plasmados en las tablas laterales de los pedestales de las columnas, con roleos vegetales, florales, animales diversos, especies de aves, mitológicos, insectos, etc., constituyen uno de los más bellos conjuntos conservados, datados entre 1620 y 1630.
Su gran importancia técnica y artística hizo que, en 2001, con motivo de la preparación de la exposición La Luz de las Imágenes, Desconocida admirable, en Segorbe, uno de estos fabulosos paneles estofados, correspondiente al antiguo retablo de San Miguel, fuera elegido por los miembros del comité científico que en aquellos lejanos años trabajábamos en la misma, como magnífica portada del catálogo de la exposición. Algún día habrá que desengranar toda la importancia que aquella muestra tuvo para el estudio del patrimonio diocesano segobricense y las circunstancias y anécdotas que la rodearon. Pero esa es ya otra historia.
Un grupo de personas vinculadas al Secretariado Diocesano para la Pastoral del Trabajo participará en las XXX Jornadas Generales de Pastoral del Trabajo, que tendrán lugar en Ávila los días 23 y 24 de noviembre. Este encuentro coincide con el 30 aniversario de la publicación del documento La pastoral obrera de toda la Iglesia, un hito que marcó el compromiso eclesial con la justicia social en el ámbito laboral.
En un mensaje emitido el pasado mes de septiembre, los Obispos de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y Promoción Humana reflexionaron sobre las problemáticas laborales actuales. “La realidad de la falta de salud y seguridad en el trabajo, el drama de la siniestralidad laboral, la precarización del empleo, la situación de los trabajadores pobres y la desesperanza ante el desempleo de larga duración son lamentos y súplicas que llegan hasta el corazón de Dios, que nos pide nuestra manera samaritana de acompañar la vida de estas personas», señalaron.
Las jornadas serán una ocasión para agradecer el camino recorrido, pero también para reflexionar sobre los desafíos de la pastoral obrera en los próximos años, reafirmando la importancia de construir fraternidad y dignidad en el ámbito laboral.
Este próximo domingo, 24 de noviembre, la Casa de las Hnas. de Nazaret (C/ Tirant lo Blanc, 10) en Benicàssim acogerá un retiro para Familias.
Tal como informan desde la Congregación de las Hnas. de la Sagrada Familia de Nazaret, desde su carisma y misión nace el compromiso apostólico con las familias. Una de las expresiones de este compromiso es la Asociación de la Sagrada Familia.
La Beata María de Jesús Buen Pastor, Franciszka Siedliska, la Fundadora, desde los inicios de la Congregación tuvo la esperanza de involucrar a las personas laicas en la misión de las hermanas. Con el tiempo, la idea de la Fundadora tomó diversas formas, y cómo entender esa colaboración con los laicos se fue modelando y profundizando conforme a las enseñanzas de la Iglesia.
En 2008, la Asociación recibió sus propios Estatutos. El documento confirma: “Por el presente decreto, declaramos que la Asociación es una forma de realizar la misión propia de la Congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret”. Actualmente, la Asociación cuenta con unos 800 miembros que se reúnen en 67 grupos en seis países.
En el Encuentro Matrimonial, organizado mensualmente desde hace cuatro años por la delegación Diocesana para la Familia y la Defensa de la Vida, que se celebró en octubre 2024 las hermanas presentaron brevemente la idea de la Asociación. Posteriormente, la casa de las hermanas en Benicasim, acogió la primera reunión con los matrimonios interesados en pertenecer a la Asociación. Desde entonces, el grupo se reúne los miércoles por la tarde para meditar la Palabra de Dios y orar en comunidad, especialmente por las familias.
Una vez al mes, se organiza una convivencia que incluye una jornada de formación, oración y conocimiento más profundo de la Congregación y su misión. Es un proceso en el que, como advierten, «debe pasar tiempo antes de que los matrimonios se conviertan formalmente en miembros de la Asociación, porque no se trata de una decisión espontánea o sentimental, sino que se trata de encontrar su lugar en la Iglesia y participar en la historia y misión de la Congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret». De esta manera, formando una sola familia espiritual, las hermanas y los miembros laicos de la Asociación desean enriquecer el mundo con el espíritu de la Sagrada Familia.
El apostolado parroquial Emaús Mujeres adscrito a la Parroquia San Jaime Apóstol de Oropesa del Mar, celebró ayer su tradicional encuentro semanal poniendo la atención en las mujeres que participaron en el último retiro que se convocó y se celebró del 8 al 10 de noviembre en el Desierto de las Palmas.
Fue una tarde de adoración Eucarística ante el Santísimo Sacramento, pero también, «de acción de Gracias a Dios por los frutos del retiro» como dijo el párroco, D. José Miguel Sala, en la celebración de la Santa Misa. Así dio la bienvenida «a la casa de Dios, a la que desde ya es vuestra casa», a las participantes de esta experiencia de «encuentro personal con Jesucristo que habéis vivido y experimentado en primera persona».
Aprovechó el Evangelio proclamado (Lucas 19, 11-28) para animar, tanto a las participantes del retiro como al grupo de servidoras que ya se ha consolidado en la parroquia, «a reconocer la fe, la vida, los talentos y donesrecibidos por Dios para hacerlos crecer tanto en nuestra vida como en la de todos aquellos que el Señor ponga en nuestro camino».
Tras la Eucaristía, se celebró un ágape de acogida a las que ya son «hermanas en la fe».
Este jueves, 21 de noviembre, a las 19:30 horas, la Catedral de Segorbe será escenario de una conferencia titulada «Fe y Martirio: El Obispo Serra Sucarrats (1868-1936)», en memoria del Siervo de Dios D. Miguel Serra Sucarrats. La charla estará a cargo de D. Silvestre Segarra Segarra, quien profundizará en la vida, obra y martirio del prelado.
D. Miguel Serra asumió el pastoreo de la Diócesis de Segorbe en 1936, en medio de un contexto de creciente persecución religiosa. A pesar de las advertencias de retrasar su llegada debido a la situación convulsa del país, declaró con firmeza: “Si pueden pasar cosas importantes en España, razón de más para que no retrase mi presencia en la Iglesia cuyo pastoreo Cristo me ha confiado”.
Su ministerio en Segorbe, aunque breve, fue un testimonio de fe y valentía. En julio de 1936, fue expulsado violentamente del Palacio Episcopal y, tras un período de refugio y encarcelamiento, sufrió torturas que culminaron en su martirio el 9 de agosto en La Vall d’Uixó. Antes de morir, perdonó a sus verdugos y les bendijo, pronunciando las palabras: “Que Dios os perdone como yo os perdono”.
Este homenaje busca mantener viva su memoria, reconociendo su ejemplo como pastor entregado a la fe y a la Iglesia, incluso en medio de la adversidad. La entrada al evento es libre y abierta a todos los interesados.
Menaje del Cardenal Michael Czerny, SJ, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, en el Día Mundial de la Pesca 2024, y que publicamos dada la importancia que tiene este sector para muchos trabajadores y muchas poblaciones de la Diócesis de Segorbe-Castellón:
«Que las aguas se llenen de una multitud de seres vivientes» (Gn. 1,20)
Queridos hermanos y hermanas:
En la Sagrada Escritura, las grandes aguas son a menudo un símbolo de la inestabilidad e inquietud que experimentan los seres humanos. Por el contrario, el pueblo de Dios está reunido por una esperanza: la alianza entre el cielo y la tierra es estable y hace que incluso el mar sea transitable. Son imágenes que hablan a la inteligencia y al corazón, cambiando nuestra percepción del cansancio cotidiano y de los desafíos que se nos presentan. La celebración anual del Día Mundial de la Pesca, en particular, es una ocasión especial para profundizar nuestra relación con la “hermana agua” y con el desarrollo humano integral.
El trabajo de los pescadores, uno de los más antiguos de la humanidad, ha cambiado significativamente en muchas partes de nuestro planeta. Se puede decir que las heridas infligidas a nuestra casa común por un modelo económico agresivo y divisivo afectan de manera directa la vida y el futuro de millones de seres humanos que viven de la pesca. Los tradicionales equilibrios entre el trabajo humano y la naturaleza han sido alterados por la implementación de tecnologías y modalidades depredadoras en pos de ganancias que benefician a una minoría cada vez más influyente y poderosa, despreocupada por los efectos, a medio y largo plazo, de esa forma de explotación que mata. Así la palabra creadora «que las aguas se llenen de una multitud de seres vivientes» (Gn1,20) es pisoteada por una pesca intensiva, arrebatada a quienes durante siglos han custodiado las riquezas del mar, de los ríos y de los grandes lagos.
La Iglesia participa de las alegrías y esperanzas, pero también de las tristezas y angustias de una humanidad llamada, en este momento histórico, a redescubrir la fraternidad como dimensión social y política, y la cultura del encuentro como alternativa a la globalización de la indiferencia. Por lo tanto, los cristianos no pueden hacerse los desentendidos cuando ven que enteros ecosistemas están amenazados por modos de trabajo que los devastan, empobreciendo hasta el hambre las poblaciones ya golpeadas por desigualdades y conflictos. La asamblea sinodal, que acaba de concluir, fue una extraordinaria ocasión de escucha recíproca y de crecimiento en la conciencia de que, en estos desafíos, se hace más clara la misión de la Iglesia.
A todos los que reconocen las consecuencias de un paradigma de desarrollo inicuo, deseo recordar las palabras dirigidas recientemente por el Santo Padre Francisco a los Movimientos populares: «Ustedes salieron de la pasividad y el pesimismo, no se dejen abatir por el dolor ni por la resignación. No aceptaron ser víctimas dóciles. Se reconocieron como sujeto, como protagonistas de la Historia. Este es, quizás el aporte más lindo de ustedes: ustedes no se achican, ustedes van al frente». De este modo, la Iglesia quiere hacer sentir a los pescadores de todo el mundo su acompañamiento y apoyo.
Es posible conseguir un desarrollo tecnológico que refuerce la dignidad y la seguridad del trabajo, restableciendo los justos equilibrios entre las personas, el trabajo y el medio ambiente. Asimismo, los legisladores pueden desligarse de los grandes intereses de unos pocos, para intervenir en favor de pequeñas comunidades, empresas familiares y organizaciones de pescadores que, con las debidas garantías, están en condiciones de contribuir más directa y eficazmente al bien común. Efectivamente, ellos tienen la vocación de custodiar el mar que debe ser sostenida en una óptica de ecología integral, extensa y popular. Esta sensibilidad sitúa plenamente a los pescadores entre los miembros del Cuerpo de Cristo que cooperan para crear un mundo más fiel a los sueños de Dios.
No olvidemos, como hombres y mujeres de esperanza, el poder silencioso de la oración, que siempre debe acompañar el compromiso por la justicia. El Papa Francisco ha dicho: «Rezo para que los económicamente poderosos salgan del aislamiento, rechacen la falsa seguridad del dinero y se abran para compartir bienes que tienen un destino universal porque todos derivan de la Creación. Todos los bienes derivan de ahí y todos los bienes tienen destino universal. Es difícil que eso pase, es difícil, pero para Dios todo es posible». Así rezamos también nosotros, confiando a la intercesión de María, Stella Maris, las preocupaciones y los deseos de los pescadores y de todos aquellos que se benefician de su trabajo.
Los grupos de Confirmación de primero y segundo año de la parroquia San Vicente Ferrer de Almassora organizaron este pasado domingo, 17 de noviembre, un café solidario con el objetivo de recaudar fondos para ayudar a los afectados por la DANA en Valencia.
Gracias a la colaboración de los asistentes, lograron recaudar 300 euros, que serán donados a través de Cáritas Diocesana para apoyar a las personas damnificadas por este fenómeno.
Esta web utiliza 'cookies' propias y de terceros para ofrecerte una mejor experiencia y servicio. Pulsando en "aceptar" consientes el uso de todas las cookies, pero puedes cambiar la configuración de 'cookies' en cualquier momento.
Como la mayoría de los servicios en línea, nuestro sitio web utiliza cookies propias y de terceros para varios propósitos. Las cookies de origen son principalmente necesarias para que el sitio web funcione correctamente y no recopilan ninguno de sus datos de identificación personal.
Las cookies de terceros utilizadas en nuestros sitios web se utilizan principalmente para comprender cómo funciona el sitio web, cómo interactúa con nuestro sitio web, mantener nuestros servicios seguros, proporcionar anuncios que sean relevantes para usted y, en general, brindarle una mejor y mejor experiencia del usuario y ayudar a acelerar sus interacciones futuras con nuestro sitio web.
Cookies Necesarias
Algunas cookies son esenciales para que pueda experimentar la funcionalidad completa de nuestro sitio. Nos permiten mantener las sesiones de los usuarios y prevenir cualquier amenaza a la seguridad. No recopilan ni almacenan ninguna información personal. Por ejemplo, estas cookies le permiten iniciar sesión en su cuenta y agregar productos a su carrito y pagar de forma segura.
Respetamos completamente si desea rechazar las cookies, pero para evitar preguntarle una y otra vez, permítanos almacenar una cookie para eso. Puede optar por no participar en cualquier momento u optar por otras cookies para obtener una mejor experiencia. Si rechaza las cookies, eliminaremos todas las cookies establecidas en nuestro dominio.
Le proporcionamos una lista de las cookies almacenadas en su computadora en nuestro dominio para que pueda verificar lo que almacenamos. Por razones de seguridad, no podemos mostrar ni modificar cookies de otros dominios. Puede comprobarlos en la configuración de seguridad de su navegador.
Cookies para Google Analytics
Estas cookies almacenan información como el número de visitantes al sitio web, el número de visitantes únicos, qué páginas del sitio web se han visitado, la fuente de la visita, etc. Estos datos nos ayudan a comprender y analizar qué tan bien funciona el sitio web y donde necesita mejorar.
Si no desea que rastreemos su visita a nuestro sitio, puede deshabilitar el rastreo en su navegador aquí:
Otros servicios externos
También utilizamos diferentes servicios externos como Google Webfonts, Google Maps y proveedores de video externos. Dado que estos proveedores pueden recopilar datos personales como su dirección IP, le permitimos bloquearlos aquí. Tenga en cuenta que esto podría reducir considerablemente la funcionalidad y la apariencia de nuestro sitio. Los cambios entrarán en vigor una vez que vuelva a cargar la página.
Google Webfont:
Google Maps:
Google reCaptcha:
Vimeo and Youtube videosembeds:
Política de Privacidad
Puede leer sobre nuestras cookies y la configuración de privacidad en detalle en nuestra Página de Política de Privacidad.