La parroquia de San Miguel acoge a la Patrona de Castellón
El pasado 19 de abril, a las 18:45 h. tomaba el relevo la parroquia de San Miguel, recibiendo a la Virgen del Lidón, que está visitando las parroquias de Castellón, en la calle República Argentina entre vítores y aclamaciones, y de allí comenzó la procesión, en la que los feligreses cantando himnos marianos la acompañaron hasta el templo parroquial, donde fue recibida con fuegos artificiales, con vítores y aclamaciones y una lluvia de pétalos de rosas.
Seguidamente, fue entronizada en el altar preparado para la ocasión y después de cantarle la Salve se procedió a la celebración de una solemne Eucaristía de la Visitación de la Virgen María. El templo estaba lleno de personas que habían vendido a rendir su homenaje a la Virgen María.
En la homilía, el párroco, invitaba a los fieles a vivir la vida, a imagen de la Virgen María, y así pasar de la religiosidad a la fe, es decir, a abrir a Dios nuestra vida y dejar que él se manifieste en nosotros, a alegrarnos como Isabel y a sentir la presencia del Espíritu Santo como ella lo recibió con la visita de la Virgen. Sentimos como lo más profundo de nuestro ser se alegraba con la llegada de la Virgen, y que aquel a quien ella nos traía, su Hijo Jesucristo, hablaba a nuestro espíritu y hacía que nuestro corazón exultara de gozo, y nuestra alma pudiese saborear las delicias que la Virgen nos traía.
Terminada la Eucaristía se dio tiempo para que todas las personas, que llenaban el templo, pudieran hacerse una fotografía cerca de la Virgen, como recuerdo de su paso por San Miguel y de su visita a todos.
Al día siguiente sábado, 20 de abril, comenzaron los actos con unos laudes, de la visitación de la Virgen María, solemnes y cantados. Allí se leyó el evangelio de la anunciación, donde se hizo una predicación sobre el primer anuncio, es decir, el Kerigma que nos ayuda, como le decía el ángel a la Virgen, a alegrarnos, a dejar que Dios actúe en nuestra vida, es decir, a poner nuestra vida al servicio de Dios para que Dios, a través de nosotros, pueda hacer llegar su salvación a tantas personas que lo están buscando aún sin saberlo y a abrir nuestra vida al desafío de la fe, uniendo nuestro proyecto de vida, al proyecto que Dios tiene preparado para cada uno de nosotros, para alcanzar así la felicidad y la santidad.
Al término de los laudes, tuvimos la ofrenda a la Virgen María. Cada persona fue invitada a traer una flor simbolizando nuestro amor y a la vez, la oración que poníamos a sus pies. Se continuó con el rezo del Rosario por todos aquellos feligreses que no pudieron asistir, por diversas causas, sobre todo por enfermedad, para que la Virgen se hiciera presente también en sus vidas, llevándoles el saludo de la paz de parte de Jesucristo, de forma que pudiesen descansar en la Virgen María porque ella escucha siempre con anhelo nuestras preces.
A las 12:00 h. del mediodía le cantamos el Regina Coeli en el que la Virgen nos invitaba, a todos, nuevamente, a la alegría, esa alegría que nos trae la Pascua al contemplar a Jesucristo resucitado. Seguidamente, tuvimos un acto muy hermoso en el que cerca de 300 personas entre niños, jóvenes y adultos, fueron abrigados con el manto de la Virgen, acto que los fieles vivieran con mucha devoción y estima. No hubo una sola persona que no quisiera ser amparada bajo este manto de amor.
Por la tarde, a las 15 horas fueron congregados los fieles para una Lectio Divina sobre la Visitación. Estuvimos una hora siguiendo los cuatro pasos profundizando en este pasaje, en el que oramos, leemos, meditamos y contemplamos, desde la escritura, la visitación de la Virgen a cada uno de nosotros.
Terminada la Lectio Divina cantamos la Salve y despedimos a la Virgen María, que partía a continuar su visita a los hijos de Castellón.
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