La iglesia de San Miguel Arcángel de La Foia, pedanía del municipio de l´Alcora, acogió ayer la celebración de la tradicional Festa de la Vera Creu. Estuvo presidida por el Rector, D. Juan Vicente Vaquerizo, y concelebraron varios sacerdotes del Arciprestazgo.
Predicó D. Juliá Sáez, adscrito a la parroquia de l´Alcora, que en la homilía habló del hallazgo, por parte de Santa Elena, de la Vera Cruz (verdadera Cruz de Cristo) en Jerusalén, y como de ella se repartieron por el mundo numerosos fragmentos que se vinieron a denominar “Lignum Crucis” (cruz de madera).
Por la tarde se realizó la procesión por las calles con la Vera Creu, portada bajo palio, como es costumbre. Se trata de una reliquia de la cruz en la que fue crucificado Cristo con un relicario de estilo barroco.
Hoy, los vecinos de la pedanía celebran la fiesta de la Virgen de los Dolores, con Misa y procesión, y con gran participación de los foieros.
La playa de la Almadraba de Benicàssim acogió, del 29 de abril al 1 de mayo, la Benicàssim Beach Cup, un campeonato de fútbol playa para jóvenes, que organizó la parroquia de Santo Tomás de Castellón. Participaron 8 equipos, con un total de 85 jugadores, procedentes de Sabadell, Madrid y Castellón.
.
El fin era establecer un fin de semana para que jóvenes cristianos de toda España disfrutaran y convivieran con jóvenes de otras ciudades, de una manera sana y respetuosa, con el deporte como elemento de unión. Además, según explican, “la idea surgió entre el grupo de jóvenes de la parroquia, los cuales se organizan para recaudar fondos para poder asistir a la JMJ de Lisboa”, que tendrá lugar del 1 al 6 de agosto de 2023.
.
Durante los días del campeonato se organizó una amplia programación de actividades paralelas con animación y conciertos de varios grupos. Cabe indicar que su organización ha sido posible gracias a la colaboración de varios patrocinadores, entre ellos la Delegación diocesana para la Infancia y la Juventud.
Como cada 1 de mayo, la localidad de Zucaina celebró el pasado lunes la fiesta de su patrona, Santa Ana, con una romería hasta la ermita que tiene dedicada la abuela de Jesús, y con la Eucaristía. Se trata de una de las fiestas más importantes del año para los zucaineros, en la que además se congregan numerosos fieles de los pueblos de alrededor.
La Eucaristía estuvo presidida por el párroco D. Servilien Ndagijimana, y concelebrada por varios sacerdotes del arciprestazgo. Predicó D. José Cebrián, párroco de Higueras, Pavías y Sot de Ferrer; y en la homilía destacó las virtudes de la madre de la Virgen María. Tras la celebración se bendijeron y repartieron los rollos, y en los alrededores se instalaron varios puestos de venta ambulante.
.
La ermita, del S. XVIII, se encuentra situada a unos 4 km del municipio, y fue construida a raíz de las diversas apariciones que de Santa Ana tuvo una pastorcilla procedente de alguna de las masías que hoy se encuentran próximas a la ermita. La devoción que tienen los lugareños a la santa es muy grande.
.
Cabe recordar que hace varios año se llevaron a cabo trabajos de rehabilitación de su fachada e interior, devolviéndole a la ermita su aspecto original. Además, con ello se acabaron los problemas de humedad que padecía el interior de la ermita y que habían perjudicado mucho al retablo del altar mayor.
Con el inicio del mes de mayo se renuevan las intenciones de oración que propone el Papa Francisco y la Conferencia Episcopal Española. El Papa dirige su intención por los movimientos y grupos eclesiales: “Oremos para que los movimientos y grupos eclesiales redescubran cada día su misión evangelizadora, poniendo sus propios carismas al servicio de las necesidades del mundo”.
«1. Quería estar aquí hoy, en primer lugar, para deciros gracias. Gracias por vuestra presencia como laicos y laicas, jóvenes y mayores, comprometidos en vivir y testimoniar el Evangelio en las realidades ordinarias de la vida, en vuestro trabajo, en tantos contextos diferentes —educativos, sociales, en la calle, en el terminal de los trenes; allí estabais todos vosotros—éste es el vasto campo de vuestro apostolado, es vuestra evangelización. Nosotros debemos entender que la evangelización es un mandato que viene del Bautismo; el Bautismo que nos hace sacerdotes juntos, en el sacerdocio de Cristo: el pueblo sacerdotal, ¿no? Y no hay que esperar a que venga el sacerdote, el cura a evangelizar, el misionero… Sí, lo hacen muy bien, pero quien ha sido bautizado tiene la tarea de evangelizar. Vosotros, con vuestros movimientos, habéis avivado esta tarea. Y está muy bien. Gracias.
En los últimos meses, habéis visto con vuestros propios ojos y tocado con vuestras manos el sufrimiento y la angustia de tantos hombres y mujeres a causa de la pandemia, sobre todo en los países más pobres, donde muchos de vosotros estáis presentes. Uno de vosotros me hablaba de esto. Tanta pobreza, miseria… Pienso en nosotros que aquí, en el Vaticano, nos quejamos cuando la comida no está en su punto, cuando hay gente que no tiene qué comer. Os doy las gracias porque no os habéis detenido: no habéis dejado de aportar vuestra solidaridad, vuestra ayuda, vuestro testimonio evangélico incluso en los meses más duros, cuando los contagios eran muy altos. A pesar de las restricciones debidas a las medidas de prevención necesarias, no os habéis rendido, al contrario, sé que muchos de vosotros multiplicasteis vuestro compromiso, adaptándoos a las situaciones concretas que se os presentaban y se os presentan, con esa creatividad que nace del amor, porque quien se siente amado por el Señor ama sin medida.
Este “sin medida” es lo que sale en estos momentos críticos. Y este “sin medida” también lo hemos visto en muchas monjas, en muchas consagradas, en muchos sacerdotes y en muchos obispos. Pienso en un obispo que acabó entubado por estar siempre con la gente. Ahora se está recuperando lentamente. Sois vosotros y todo el pueblo de Dios el que ha participado en esto y habéis estado ahí. Ninguno de vosotros ha dicho: “No, no puedo ir, porque mi fundador piensa de otra forma”. Así que, nada de fundador: aquí estaba la llamada del Evangelio y todos acudieron. Muchas gracias. Habéis sido testigos de «esa (bendita) pertenencia común de la que no podemos ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos» (Meditación en tiempo de pandemia, 27 de marzo de 2020). O somos hermanos o somos enemigos. “No, no, yo me separo: o hermanos o enemigos”. No hay término medio.
2. Como miembros de asociaciones de fieles, movimientos eclesiales internacionales y otras comunidades, tenéis una misión eclesial verdadera y propia. Buscáis con dedicación vivir y hacer fructificar aquellos carismas que el Espíritu Santo, a través de los fundadores, ha dado a todos los miembros de vuestras asociaciones, en beneficio de la Iglesia y de los muchos hombres y mujeres a los que os dedicáis en vuestro apostolado. Pienso especialmente en aquellos que, hallándose en las periferias existenciales de nuestras sociedades, experimentan en su carne el abandono y la soledad, y sufren por tantas necesidades materiales y pobreza moral y espiritual. Nos hará bien a todos recordar cada día no sólo la pobreza de los demás, sino también, y antes que nada, la nuestra.»
Por otra parte, la intención de oración de la Conferencia Episcopal Española, por la que también reza la Red Mundial de Oración del Papa, es “por los consagrados, para que, con el ejemplo y la intercesión de María, perseverando durante toda su vida en los consejos de pobreza, castidad y obediencia, sean dignos testigos y verdaderos servidores del Evangelio”.
Nuestro Obispo, D. Casimiro, en su carta del 29 de enero de 2022, nos decía lo siguiente: «Junto con toda la Iglesia, damos gracias a Dios por todas las personas consagradas, por sus dones y carismas: por las monjas y monjes de vida contemplativa, por los religiosos y religiosas de vida activa, y por las vírgenes y todas las personas consagradas que viven en el mundo. Todos ellos se han consagrado a Dios para seguir las huellas de Cristo obediente, pobre y casto, en el carisma propio de su orden o instituto, y entregar su vida al servicio de la vida y misión de la Iglesia para el bien de la humanidad».
«Pidamos a Dios por los consagrados para que sean fieles a su vocación y consagración, lo vivan con alegría y sean faros luminosos que nos remitan a Dios y a los hermanos. Roguemos también para que Dios siga suscitando vocaciones a la vida consagrada tan escasas en nuestra Iglesia diocesana.»
Nacimiento: Villafranca del Cid, el 2 de julio de 1878
Martirio: Villafranca del Cid, el 30 de marzo de 1937
Sepultura actual: Cementerio de Villafranca del Cid
Carlota Tena Fabregat, seglar
Edad: 44 años
Nacimiento: Villafranca del Cid, el 28 de abril de 1892
Martirio: Villafranca del Cid, el 30 de marzo de 1937
Sepultura actual: Cementerio de Villafranca del Cid
La SdD Teodora Celades García nació en el seno de una familia humilde y con escasos recursos económicos. Casada y sin hijos, dedicaba su tiempo a las obras de piedad de la parroquia y a la caridad hacia los pobres. Aunque no tenía estudios, sus extraordinarias dotes naturales la capacitaban para participar en actos públicos cuando se trataba de defender la fe cristiana y la justicia social.
Por su parte, la SdD. Carlota Tena Fabregat estaba casada y era madre de dos hijos. Dotada de una gran cultura general -se educó en el Colegio de las Teresianas de Barcelona- puso sus cualidades al servicio de las obras asistenciales y evangelizadoras que se promovían en Villafranca. Enseñaba el catecismo a los niños.
Los que conocieron a ambas mujeres recuerdan cómo Teodora era la colabora fiel de Carlota, pues ésta, dotada de un rico patrimonio, ejercía abundantes obras de caridad a través de Teodora, pasando de este modo más desapercibida.
Al inicio de la persecución religiosa, confiscaron la casa de Carlota pasando a vivir a una casa más modesta. Ambas sufrieron mucho con la destrucción de la parroquia y la quema de imágenes y ornamentos sagrados.
Carlota fue detenida en un primer momento y puesta luego en libertad. Una monja le hizo la observación de que podía morir mártir, a lo que ella contestó: «no nos fusilarán porque no somos dignas de recibir el martirio». En marzo de 1937 encarcelaron a un grupo de mujeres, entre ellas Carlota y Teodora, que fueron puestas en una celda aparte. Allí, Teodora se negó a quitarse el crucifijo que llevaba en el pecho, pero los milicianos se lo arrancaron brutalmente. Ambas estaban dispuestas a morir por Jesucristo.
El 30 de marzo de 1937 las sacaron de la cárcel para llevarlas al cementerio de Villafranca. Fusilaron primero a Carlota que perdonó a sus verdugos al grito de «¡Viva Cristo Rey!» Al caer muerta se le levantó la falda y Teodora, en un gesto de caridad y pudor, se adelantó y se agachó para taparla con la misma falda. En ese momento, le dispararon por detrás y la mataron, cayendo sobre el cuerpo de Carlota. Sus cuerpos están enterrados en el cementerio de Villafranca del Cid.
El viernes 21 de abril a las 20:00 h en los Salones Parroquiales de Altura dio comienzo la presentación de la 1ª edición del Curso Alpha. Una presentación donde se exponían las líneas pastorales de la parroquia, donde el Primer Anuncio sería elemento fundamental, liderado por el método ALPHA. En la parroquia se ha constituido un equipo Alpha de 12 personas que va a coordinar este nuevo espacio pastoral que se inicia en Altura.
El día 28 de abril dio comienzo el primer curso Alpha a las 18h en los salones de la parroquia de San Miguel Arcángel. Ha sido toda una experiencia del Espíritu al preparar entre el equipo Alpha y el equipo de evangelización todos los detalles para que cada persona pueda dar una respuesta y produzca el encuentro personal con Jesús.
A lo largo de las diez sesiones interactivas semanales, los participantes en el curso Alpha explorarán los contenidos básicos de la fe cristiana en un ambiente distendido y cordial. En estas sesiones, los «invitados» comparten sus vivencias, sus percepciones sobre la fe, de una manera cercana y abierta. Los encuentros organizados pretenden, por tanto, que cada reunión se convierta en un lugar donde puedan intercambiar impresiones con otros miembros, enriqueciendo el espíritu mediante el diálogo y los distintos puntos de vista que ofrecen los asistentes, lo que implica entrar en contacto con otras realidades, teniendo siempre en cuenta la fe como motor que todo lo mueve.
Alpha es un método de Primer Anuncio. No es un movimiento, no es una estructura, no es un grupo. Alpha es un curso que empieza y termina. El objetivo del curso Alpha es ofrecer la posibilidad de tener un encuentro con Jesús. Utilizado ya ampliamente por la Iglesia en todo el mundo con muy buenos resultados, es una experiencia válida: 1. para cristianos que tienen una fe rutinaria, necesitada de ser avivada. 2. para cristianos ocasionales que puntualmente se acercan a la Iglesia. 3. para alejados, no practicantes o no creyentes.
Alpha es un instrumento de Nueva Evangelización, una puerta abierta para entrar en el seguimiento de Jesús en la Iglesia. Pensamos que es válido para todos: un arciprestazgo, una parroquia, un movimiento, una cofradía, un grupo, una persona…, que quiere dar a conocer a Jesús, que quiere hacerse más evangelizador, invitar a nueva gente, renovarse, que mira con preocupación la rutina y el envejecimiento de la Iglesia. Y este año se suma a la experiencia Alpha la parroquia de San Miguel Arcángel de Altura.
«El solo nombre de la Madre de Dios contiene todo el misterio de la economía de la encarnación»[1]. Esta frase de san Juan Damasceno el «sello de los Padres» – como gusta llamarlo el Oriente – recapitula la convicción constante que brota de la memoria de la fe cristiana con respecto a María. La Virgen Madre, en cuanto relacionada del todo con el misterio del Verbo encarnado, es un denso compendio del Evangelio y figura concreta de la fe de la Iglesia. Verdaderamente, «la estructura profunda del misterio de María es la estructura misma de la alianza, vista desde el lado de los hombres a quienes María representa»[2], y el discurso de fe sobre ella subraya el intimo entrelazarse de los misterios en su relación con la unidad divina.
Es ya el testimonio bíblico el que hace emerger, en todo cuanto afirma sobre ella, una ley de totalidad: por una parte, resulta evidente que no es posible hablar de ella si no es en relación con su Hijo y con la economía total de la revelación y de la salvación en él realizada; por otra parte, los textos bíblicos muestran tal densidad de relación de 1a Madre con el Hijo que hacen que en ella reverbere la totalidad de cuanto en él se cumplió. Por eso puede afirmarse que la historia de María es «la historia compendiada del mundo, su teología reducida a una sola palabra», y que ella es «el dogma viviente, la verdad sobre la criatura realizada»[3]. María es la mujer icono del misterio.
1. María, la mujer icono del Misterio
La referencia a María en cuanto mujer pone de manifiesto principalmente el carácter concreto de este personaje, la historicidad de esta joven de la casa de Israel, a quien fue concedido vivir la extraordinaria experiencia de llegar a ser la madre del Mesías. Ciertamente no es posible extraer de los evangelios una biografía de María, como tampoco es posible reconstruir una biografía de Jesús. Los evangelios son un testimonio pascual, que releen, con los ojos iluminados por la experiencia del encuentro con el Resucitado, aquellos aspectos y momentos de los sucesos anteriores a la pascua, considerados especialmente densos de mensaje para la fe. Con todo, el múltiple testimonio de las fuentes, el principio de la imposibilidad de atribuir algunos datos fundamentales al mundo en el que fueron expresados (el primero de ellos es la idea de la concepción virginal) y el criterio de continuidad y homogeneidad del mensaje evangélico en su conjunto, permiten destacar algunos rasgos seguros de la figura histórica de María. Así, la grandeza de aquello que le sobrevino no debe hacer olvidar la humildad de su condición, la normalidad de sus fatigas diarias en la familia de Nazaret, la oscuridad del itinerario de fe por el que caminó, los condicionamientos recibidos del ambiente circundante, haber vivido personalmente los diferentes estados de la experiencia femenina: virgen, madre, esposa. María no es un mito, ni una abstracción, como demuestran los rasgos profundamente hebreos de su personalidad de mujer, que supo vivir del modo más encumbrado la fe y la esperanza mesiánica, experimentando en si misma de modo inaudito y asombroso su cumplimiento y su nuevo comienzo.
Esta mujer concreta ha sido el lugar de la venida de Dios en carne al mundo, sin perder nada de su feminidad. María no es un caso entre muchos; al contrario, es la «Virgo singularis», la mujer irrepetible en su historicidad, la persona de la feminidad concreta e intensa que el Eterno eligió para la revelación del Misterio. Y es de su Hijo – el Universal concreto, norma y arquetipo de lo humano – de quien la Virgen Madre recibe una específica y singular participación suya en la universalidad del designio salvífico, «bendita entre todas las mujeres», como es «bendito el fruto de su vientre», Jesús (cf. Lc 1, 42). No se trata, por tanto, de desarrollar una presunta «ontología de lo femenino», partiendo de la figura de María, Virgen-Madre-Esposa; los riesgos de abstracción que tal búsqueda del «eterno femenino» [4] pueden entrañar han sido justamente denunciados. Se trata más bien de indagar sobre algunos aspectos del misterio escondido en toda mujer, y recíprocamente también en todo hombre, a partir del caso absolutamente singular que es la mujer «Virgen Madre, hija de su Hijo». En resumen, el significado universal de María se sostiene o cae con su singularidad de mujer concreta. Cuanto más sea apreciada esta singularidad femenina, tanto más será posible percibir su valor de arquetipo de la dimensión femenina del ser humano y penetrar el misterio realizado en ella.
Es este juego de visible concreción y de invisible profundidad el que permite hablar de María como de un icono. María es tal porque en ella se realiza el doble movimiento -descendente y ascendente- que todo icono tiende a transmitir, es decir, la antropología de Dios y la teología del hombre. En ella resplandece la elección del Eterno y el libre consentimiento de la fe en él. Como «el icono es la visión de las cosas que no se ven» [5], así la Virgen Madre se ofrece a la mirada de la fe como el lugar de la divina Presencia, el arca de la alianza, cubierta con la sombra del Espíritu Santo (cf. Lc. 1, 35.39-45.56), la morada santa del Verbo de la vida entre los hombres. Y así como el icono necesita del color y de la forma, para que lo que la Biblia dice con las palabras él lo haga presente con las líneas y los colores [6], así la Madre del Señor da expresión al misterio que se hizo presente en ella, con la concreción de sus rasgos. Por tanto, mirar a María como «icono» significa dirigir al dato bíblico referido a ella una mirada capaz de sondear las profundidades divinas que en él se comunican, tal como ha sabido leerlas la ininterrumpida tradición creyente de la Iglesia desde sus orígenes. Cuando se medita sobre María en la Escritura se llega a releer la Escritura en María, es decir, a captar en la figura bíblica de la Madre del Señor toda la economía de la alianza, narrada en un fragmento.
María es la mujer icono del Misterio, del designio divino de salvación, escondido un tiempo, pero revelado por fin en Jesucristo, gloria oculta bajo los signos de la historia [7], implica a la vez la visibilidad de los sucesos en los que se cumple y la profundidad invisible de la obra divina que en ellos se realiza. En cuanto tal, el misterio abraza la verdad sobre Dios y la verdad sobre el hombre, creado y redimido por él. Y esta verdad se ofrece en Aquel que es en persona «el camino, la verdad y la vida» (Jn. 14, 6). María es toda ella relativa a él, a su misterio de Verbo encarnado. Ya la escena de la anunciación, densa anticipación de la pascua, revela a la Trinidad como el seno adorable que acoge a la Virgen santa, a la vez que manifiesta a María como el seno de Dios [8]. Envuelta en el designio del Padre, María será cubierta por la sombra del Espíritu Santo, que hará de ella la madre del Hijo eterno hecho hombre. Entre María y la Trinidad se establece así una relación de profundidad singular: ella es «el santuario y la morada de la santísima Trinidad» [9], su imagen o icono. En el acontecer concreto de la mujer María podrán, por tanto, reconocerse las distintas dimensiones de la existencia redimida, en cuanto participe de la vida trinitaria y tendente a la realización de su gloria. El Todo se ofrece en el fragmento de aquella que, precisamente por esto, es llamada la «toda hermosa», la mujer bella, de una belleza sin mancha ni arruga.
2. El Todo en el fragmento de una historia
A las tres Personas divinas se vinculan los tres aspectos de la condición terrena de María. En cuanto Virgen, ella está ante el Padre como pura receptividad y se ofrece, por tanto, como icono de Aquel que en la eternidad es puro recibir, el Engendrado, el Amado, el Hijo eterno, la Palabra salida del Silencio. En cuanto Madre del Verbo encarnado, María se relaciona con él en la gratuidad del don, como manantial de amor que da la vida y es, por eso, icono materno de Aquel que desde siempre y para siempre empezó a amar, el Generante, el eterno Amante, el Padre, Silencio fontal y último. En cuanto arca de la alianza nupcial entre el ciclo y la tierra, Esposa en la que el Eterno une a sí la historia y la enriquece con su don, María se relaciona con la comunión entre el Padre y el Hijo y entre ellos y el mundo, y se ofrece, por esto, como icono del Espíritu santo, que es nupcialidad eterna, vínculo de caridad infinita y apertura permanente del Dios vivo a la historia de los hombres. De este modo, en la Virgen Madre llega a reflejarse el misterio mismo de las relaciones divinas; en la unidad de su persona reposa la impronta de la vida del Dios tripersonal.
La comunión trinitaria se refleja también en el misterio de la Iglesia. Icono de la Trinidad ella misma, la comunión eclesial encuentra en el adorable misterio su origen, su modelo y su patria. La Iglesia procede de la Trinidad, que la suscita por la iniciativa admirable del designio del Padre y los envíos del Hijo y del Espíritu santo; va hacia la Trinidad en la peregrinación de la historia, encaminada hacia el tiempo en que Dios será todo en todos; es estructurada a imagen de la Trinidad en una especie de «perijoresis» eclesiológica, en la cual la diversidad de los dones y de los servicios radica en la unidad del Espíritu y se manifiesta en el dialogo de la comunión. Siendo María icono de la Trinidad y siéndolo también la Iglesia, la relación entre ambas no puede menos de ser una identidad simbólica, intuida ya desde el testimonio de fe de los orígenes: María es la mujer Iglesia, la hija de Sion del tiempo mesiánico llegado a su inaudito cumplimiento. «Los vínculos entre la Iglesia y la Virgen no son sólo numerosos y estrechos; son esenciales. Están entretejidos desde dentro… En la tradición, los mismos símbolos bíblicos son aplicados, alternativa o simultáneamente, con idéntica y siempre mayor frecuencia, a la Iglesia y a la Virgen» [10] nueva Eva, Paraíso, Escala de Jacob, Arca de la alianza… En la figura concreta de la Madre del Señor, la Iglesia contempla su propio misterio, no sólo porque en ella encuentra el modelo de la fe virginal, de la caridad materna y de la alianza esponsal, a las que es llamada, sino también porque reconoce en María el propio arquetipo, la figura ideal de lo que debe ser, templo del Espíritu, madre de los hijos engendrados en el Hijo y Cuerpo suyo en la carne solidaria con aquella que por la Virgen fue donada al mundo. Así, si de una parte la vida de María es «sustancia y revelación del misterio de la Iglesia», de la otra, «la Iglesia es verdaderamente la María de la historia universal» [11]. La Virgen-Madre-Esposa, icono del misterio de Dios, es, pues, análogamente, icono del misterio de su Iglesia.
María es también simplemente la criatura humana ante Dios: una criatura concreta, una mujer singular e irrepetible, interlocutora de un diálogo con el Eterno, que tiene todas las características del diálogo de la creación y de la redención. Sobre ella desciende la sombra del Espíritu, evocando la primera creación, cuando «el Espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas» (Gn. 1, 2); en ella parece evocada la figura de la mujer de los orígenes (cf. Gn. 3, 15 y el uso de la palabra «mujer para designar a María en el cuarto evangelio); es ella la sierva del Señor, bienaventurada porque «ha creído en el cumplimiento de las palabras del Señor» (Lc 1,45), la humilde, hacia la cual dirigiré su mirada el Omnipotente, realizando en ella grandes cosas (cf. Lc 1, 48s). En el «sí» de María resplandece la obra maestra de la acción creadora de Dios: la dignidad de la criatura, hecha capaz de dar su asentimiento más libre al proyecto del Eterno y de convertirse por ello de algún modo en colaboradora de Dios. El Señor, que eligió a María y recibió su consentimiento, no es el competidor del hombre, sino el Eterno que por amor nos ha creado libres sin contar con nosotros, y que por el mismo amor no nos salvará sin el consentimiento de nuestra libertad. La antropología de Dios se corresponde en la Virgen Madre con la teología del hombre: el movimiento de descenso produce un movimiento de ascenso; Dios elige y llama gratuitamente; el hombre, elegido y llamado, responde en la libertad y en la gratuidad del consentimiento.
Esta antropología de Dios -revelada en la anunciación- manifiesta lo que fue el designio del Eterno desde la primera mañana del mundo y lleva en sí el sello de la vida del Dios trinitario: la Virgen, figura de la acogida del Hijo, es la creyente que en la fe escucha, acoge, consiente; la Madre, figura de la sobreabundante generosidad del Padre, es la engendradora de la vida que, en la caridad, da, ofrece, transmite; la Esposa, figura de la nupcialidad del Espíritu, es la criatura rica de esperanza que sabe unir el presente de los hombres con el porvenir de la promesa de Dios. Fe, amor y esperanza reflejan en la figura de María la profundidad del consentimiento a la iniciativa trinitaria y el sello que esta misma iniciativa imprime indeleblemente en ella. La Virgen Madre se ofrece como icono del hombre según el proyecto de Dios, creyente, esperanzado y amante, icono él mismo de la Trinidad que lo ha creado y redimido, y para cuya obra de salvación se le pide el consentimiento en la libertad y en la generosidad del don. En el fragmento que es María resplandece la belleza del designio total de Dios sobre la criatura.
Todo esto se realiza en María no prescindiendo de su concreta personalidad femenina, sino precisamente a través de ella. No es lo humano en abstracto lo que se manifiesta en ella, sino lo humano femenino en la concreta densidad de su ser Virgen-Madre-Esposa. En ella, figura de la criatura ante el Creador y del hombre redimido ante su Señor, lo humano aparece en su densidad original e irrenunciable, constituida por la reciprocidad de los dos polos: el femenino y el masculino. También aquí está vigente la ley de la totalidad: la polaridad remite al todo. «La mujer es otro “yo” en la humanidad común… En la “unidad de los dos” el hombre y la mujer están llamados desde el principio no sólo a existir el “uno al lado de la otra” o bien “juntos”, sino que están llamados también a existir recíprocamente “el uno para el otro”» [12]. La creación de Adán (término colectivo en hebreo) es la creación del ser humano originario como un hombre-mujer, en la totalidad del comienzo que remite a la totalidad del fin, donde «ya no hay hombre ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús» (Gal 3, 28). «En el Señor, ni la mujer existe sin el hombre, ni el hombre existe sin la mujer: así como la mujer deriva del hombre, así el hombre recibe la vida de la mujer; todo, en último término, proviene de Dios» (1 Cor. 11, 11s).
Por su excepcional cercanía a Jesús, el hombre nuevo y perfecto, María refleja en sí, en su feminidad verdadera y plena, la totalidad de lo humano en su unidad originaria y final: su completa biografía -desde la concepción inmaculada hasta la asunción corpórea en la gloria de Dios- revela en plenitud el proyecto divino sobre la criatura humana. En ella, lo femenino no es alternativo o contrapuesto a lo masculino; al contrario, es su revelación profunda precisamente en su identidad de femenino y en la reciprocidad de lo que vive y hacia lo que conduce. Toda ella relativa a Cristo, María vive en esta totalidad, integrando su feminidad en la plenitud de la humanidad nueva; por eso, contemplarla en su verdad de mujer significa reencontrar en ella la feminidad de lo humano total, lo femenino que revela mediante la reciprocidad y la integración lo masculino, y que deja transparentar en sí los rasgos de la criatura nueva en el Señor. La acogida fecunda de la Virgen, en ningún modo pasiva; la generosidad pura de la Madre, forma de la gratuidad recibida del Padre y dada a los hombres; la reciprocidad de la Esposa, con su carga de alianza liberadora y anticipadora, revelan no sólo la feminidad de la mujer, sino también lo femenino de lo humano, las dimensiones que todo ser humano debe integrar en si mismo para realizarse plenamente según el designio de Dios.
Modelo y Madre, María favorece en cada uno de los discípulos el cumplimiento del proyecto del Eterno, manifestado en ella no en la soledad de un espíritu cerrado en sí mismo, sino en la comunión de las relaciones fecundas que ella ha vivido y vive con cada una de las Personas divinas, en la Trinidad y en la Iglesia. Su belleza llama y ayuda a la nuestra: en una y otra hay una participación de la infinita belleza de Dios. Termino evocando esta belleza con la más hermosa poesía dedicada a la Virgen Bella, la Madre del Hijo eterno en la carne, el hymno de Dante a María:
[1] San Juan Damasceno, De fide ortodoxa, III, 12, en PG 94, 1029 C.
[2] I. de la Potterie, Maria nel mistero dell’alleanza, Marietti, Genova 1988, 279. Existe version cast.: Maria en el misterio de la alianza, Biblioteca de autores cristianos, Madrid 1993.
[3] P. Evdokimov, La mujer y la salvación del mundo, Sígueme, Salamanca1980.
[4] La expresion “el eterno femenino” (“das Ewigweibliche”) se encuentra en J. W. Goethe, Faust, parte II, acto 5, 12110, y ha tenido un gran éxito.
[5] P. Evdokimov, La mujer y la salvacion del mundo; cf., del mismo Autor, El arte del icono. Teología de la belleza, Publicaciones claretianas, Madrid 1991.
[7] Cf. Rm 16, 25; 1 Cor 2, 7s; Ef 1, 9; 3, 3: 6, 19; Col 1, 25-27; 1 Tim 3, 16.
[8] Se trata de una escena con significado trinitario. «Su estructura narrativa revela de manera absolutamente clara por primera vez la Trinidad de Dios»:H. U. von Balthasar, María en la doctrina y en el culto de la Iglesia, en J. Ratzinger-H. U. von Balthasar, María, primera Iglesia, Narcea Ediciones, Madrid 1982.
[9] S. Luis María Griñon de Montfort, Tratado de la verdadera devoción a la Santa Virgen, en Opere 1, Ed. Monfortane, Roma 1990, n. 5 (y BAC, Madrid 1984).
[10] H. de Lubac, Meditazione sulla Chiesa, Paoline, Milano 1965, 392s.
[11] H. Rahner, María e la Chiesa, Paoline, Milano 1974, 79 y 68 (existe versión cast.: María y la Iglesia, Mensajero, Bilbao 1958).
[12] Juan Pablo 11, Carta apostolica Mulieris dignitatem (15 agosto 1988),n. 6 y7.
[13] Oración de San Bernardo a la Virgen María: Divina Comedia, Paraíso, canto XXXIII.En seguidaeloriginal italiano: «Vergine madre, figlia del tuo figlio, / umile e alta più che creatura, / termine fisso d’etterno consiglio, / tu se’ colei che l’umana natura / nobilitasti sì, che ‘l suo fattore / non disdegnò di farsi sua fattura. / Nel ventre tuo si raccese l’amore, / per lo cui caldo ne l’eterna pace / così è germinato questo fiore. / Qui se’ a noi meridïana face / di caritate, e giuso, intra ‘ mortali, / se’ di speranza fontana vivace. / Donna, se’ tanto grande e tanto vali, / che qual vuol grazia e a te non ricorre, / sua disïanza vuol volar sanz’ali. / La tua benignità non pur soccorre / a chi domanda, ma molte fïate / liberamente al dimandar precorre. / In te misericordia, in te pietate, / in te magnificenza, in te s’aduna / quantunque in creatura è di bontate».
El documental “Madre Teresa: no hay Amor más grande” es el esfuerzo más logrado por dar a conocer el verdadero retrato de la santa más popular del siglo XX.
La película se exhibirá los días 8 y 11 de mayo en más de 75 cines de 50 ciudades españolas gracias al apoyo de European Dreams Factory y Goya Producciones.
El Papa Francisco dio la bendición a la película y el protagonista de THE CHOSEN, Jonathan Roumie la recomienda.
Las salas de Cinesa Salera y Ocine Premium Estepark exhibirán, el 8 y 11 de mayo, la película documental que ofrece la visión más completa de la santa más popular del siglo XX. Filmada en los cinco continentes y dirigida por David Naglieri, “Madre Teresa: no hay Amor más grande” ofrece imágenes y datos desconocidos hasta ahora, fruto de una larga investigación en archivos de diversos países.
En el filme se nos muestran detalles emotivos de su vida heroica y humilde, que supo conciliar con un eco mediático sin igual. En 1979 recibió el Premio Nobel de la Paz en reconocimiento a su servicio humanitario en favor de los más pobres de India.
Además de promover las obras de misericordia y el servicio al necesitado, Madre Teresa fue una campeona del derecho a la vida, de la protección del no nacido y del cuidado de los enfermos. Los gobernantes del mundo escucharon con respeto su famoso discurso ante la asamblea de las Naciones Unidas contra el aborto y la eutanasia.
El Papa Francisco ha dado las gracias “por todos los esfuerzos realizados para plasmar la vida de esta santa cuya vida y testimonio han dado mucho fruto”. También agradece esta iniciativa audiovisual que “ayuda, de manera creativa, a volver accesible el celo por la evangelización principalmente para las jóvenes generaciones”.
El protagonista de la serie THE CHOSEN, Jonathan Roumie, tuvo la oportunidad de ver la película en su presentación en Roma y comentó que “me hizo pensar en cómo ser un mejor pincel en las manos de Dios y cómo ser actor en este mundo, tratando de servir a Dios a través de los dones que Él me ha dado”.
La película se exhibirá en pases exclusivos únicos los días 8 y 11 de mayo en más de 70 cines de 50 ciudades españolas gracias al apoyo de European Dreams Factory y Goya Producciones.
“Madre Teresa: no hay Amor más grande” aporta testimonios inéditos de personas cuyas vidas cambiaron en contacto con la fundadora de las Misioneras de la Caridad, que gastan su vida en el servicio de los más pobres en estos tiempos tan necesitados de consuelo y esperanza.
El largometraje recoge, entre otros, los testimonios de Jim Wahlberg, cineasta y director de la Fundación Mark Wahlberg; Robert Barron, obispo de Winona-Rochester y fundador de ‘Word on Fire’; el de Jim Towey, consejero de confianza y amigo personal de la Madre Teresa de Calcuta; o el del P. Brian Kolodiejchuk, postulador de la causa de canonización de la Madre Teresa y autor de tres libros sobre la Madre Teresa.
La película, escrita y dirigida por David Naglieri, ganador de un premio Emmy, y producida por los Caballeros de Colón, muestra el gran impacto espiritual y humano que Madre Teresa y sus Misioneras de la Caridad tienen en todo el mundo. También aborda los períodos menos conocidos de oscuridad espiritual de la Madre Teresa y su amistad con el Papa Juan Pablo II.
“Madre Teresa: no hay Amor más grande” es un documental único que revela la rica personalidad de la Madre Teresa y su admirable modo de servir a los pobres viendo en cada uno de ellos al mismo Jesucristo. Este carisma es el que sigue irradiando hoy la orden religiosa que ella fundó: las Misioneras de la Caridad.
También el popular actor mejicano, Eduardo Verástegui recomendó el nuevo filme en sus redes sociales, invitando a asistir al estreno de la película en España y Latinoamérica: «Vayan al cine con su familia, con sus amigos, su apostolado, sus movimientos, y conozcamos este mensaje profundo de la Madre Teresa de Calcuta. Una historia que nos va a llenar de fe, amor y esperanza».
SINOPSIS
Esta película documental, rodada en cinco continentes, muestra los apostolados de las Misioneras de la Caridad, así como los contenidos de cartas y documentos apenas conocidos sobre la trayectoria espiritual y humana de Madre Teresa, una santa universal que entregó su vida a los más pobres de entre los pobres. El largometraje revela cómo su singular manera de servir a Cristo y a los abandonados sigue viva hoy gracias a sus hijas, las Misioneras de la Caridad. Madre Teresa de Calcuta es un poderoso testimonio de la auténtica Caridad cristiana y una guía para todos los que buscan esperanza en estos tiempos turbulentos.
«UN TRABAJO DECENTE TIENE QUE SER UN TRABAJO SALUDABLE«
En el año 2022 se produjeron en España 1.196.425 accidentes laborales, 631.724 causaron baja de las cuales 4.714 fueron consideradas graves y 826 mortales. Estos datos sólo reflejan una parte de la siniestralidad laboral en nuestro país, pues lo que aquí no se recoge es lo que sucede a quienes se encuentran en la economía sumergida, ni de quienes trabajan sin contrato o se les paga en negro, ni a quienes no se les ha diagnosticado una enfermedad laboral porque no se especifica su origen, o sus patologías no son reconocidas como tales o los profesionales desconocen los procedimientos para calificarla como laboral. Por lo tanto, podemos afirmar que esta situación es más grave que lo que nos dicen las estadísticas, y más aún si extendemos nuestra mirada al mundo donde se calcula que en el año 2020 murieron 2,7 millones de personas por accidente o enfermedades laborales.
El trabajo es para la vida y este sistema, con su lógica economicista, separa el trabajo de la persona, la despoja de su esencia y capacidad creadora y de su propio SER; construye precariedad, inseguridad y somete al trabajador y la trabajadora a largas jornadas laborales, a altos ritmos de producción y le priva del merecido descanso. Las secuelas no son solo personales y familiares, sino también sociales pues inciden en la convivencia y en las relaciones, convirtiéndose así en un problema político que requiere una respuesta también política.
Desde ITD queremos contribuir a visibilizar esta situación y a denunciar las causas que la provocan, para que la precariedad laboral deje de considerarse como lo normal y natural y exigir a las administraciones públicas que velen por el cumplimiento de la legislación laboral, pongan más recursos para que se investiguen los accidentes y muertes en el trabajo, se depuren responsabilidades, se pongan los medios para que no vuelva a suceder, y se facilite los trámites burocráticos a las víctimas y sus familias para que les sea reconocida su situación de siniestralidad.
Como hijos e hijas de Dios y constructores del reino de Dios, que defendemos la vida por encima del beneficio, la dignidad de la persona por encima de la productividad y el bien común por encima de los intereses personales, queremos revertir esta situación de injusticia con nuestro compromiso personal y comunitario desde la cultura del cuidado y la solidaridad.
Como iniciativa de iglesia, nos comprometemos a generar movimientos de solidaridad que defiendan la salud y la seguridad en el trabajo, implicando a otras personas y colectivos, potenciando el asociacionismo, para que se conviertan en interlocutores con las administraciones; apoyando la labor que realizan los sindicatos desde la prevención y la exigencia del cumplimiento de la normativa laboral; fomentando y difundiendo lo que ya se viene realizando en el seno de la Iglesia y desde la Pastoral de Trabajo.
Por ese motivo, debería ser obligatorio seguir aquel consejo que nos dio el papa Francisco en la Nochebuena del 2021: “En el día de la Vida repitamos: ¡No más muertes en el Trabajo!” y, sobre todo, hagamos mandato de lo que dijo para terminar esa frase: “y esforcémonos por lograrlo” “Dios viene a colmar de dignidad la dureza del trabajo. Nos recuerda qué importante es dar dignidad al hombre con el trabajo, pero también dar dignidad al trabajo del hombre, porque el hombre es señor y no esclavo del trabajo”.
El síntoma más trágico de la precariedad y la falta de respeto a la salud de las personas trabajadoras es, que sigamos sufriendo en nuestro país más de dos muertes diarias por accidente laboral.
Charla de Antonio Aranda
En el enlace de Youtube puedes ver la charla coloquio realizada por Antonio Aranda, Director del Departamento de Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española, el pasado 26 de abril en Castellón.
El canal de televisión nacional ha acercado la labor de la Pastoral Penitenciaria a través de un reportaje de más de 30 minutos, en los que se muestra cómo, algunas mujeres y hombres privados de libertad, encuentran esperanza a través de la labor de la Iglesia.
El equipo de «Solidarios por un bien común» visita el Centro Penitenciario de Castellón junto a Florencio Roselló, Director de la Pastoral Penitenciaria de la Conferencia Episcopal Española y, a la par, Capellán del Centro.
«Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme.»
El texto bíblico de Mateo 25, 35-40, se hace actual a través del testimonio, en primera persona, de quienes abrazan el rostro de Cristo a través de las diferentes actividades formativas que ponen en marcha los voluntarios en el interior de la prisión. Pero también a través de toda la labor administrativa dirigida a ellos y a sus familiares.
Gracias a la Pastoral Penitenciaria de nuestra Diócesis, muchas mujeres y hombres privados de libertad, ven la luz allí donde antes todo era oscuridad, y se les ayuda acrecer espiritualmente en la fe y se abre, para ellos, la puerta a la esperanza de la reinserción social y laboral gracias al encuentro con Cristo.
Esta web utiliza 'cookies' propias y de terceros para ofrecerte una mejor experiencia y servicio. Pulsando en "aceptar" consientes el uso de todas las cookies, pero puedes cambiar la configuración de 'cookies' en cualquier momento.
Como la mayoría de los servicios en línea, nuestro sitio web utiliza cookies propias y de terceros para varios propósitos. Las cookies de origen son principalmente necesarias para que el sitio web funcione correctamente y no recopilan ninguno de sus datos de identificación personal.
Las cookies de terceros utilizadas en nuestros sitios web se utilizan principalmente para comprender cómo funciona el sitio web, cómo interactúa con nuestro sitio web, mantener nuestros servicios seguros, proporcionar anuncios que sean relevantes para usted y, en general, brindarle una mejor y mejor experiencia del usuario y ayudar a acelerar sus interacciones futuras con nuestro sitio web.
Cookies Necesarias
Algunas cookies son esenciales para que pueda experimentar la funcionalidad completa de nuestro sitio. Nos permiten mantener las sesiones de los usuarios y prevenir cualquier amenaza a la seguridad. No recopilan ni almacenan ninguna información personal. Por ejemplo, estas cookies le permiten iniciar sesión en su cuenta y agregar productos a su carrito y pagar de forma segura.
Respetamos completamente si desea rechazar las cookies, pero para evitar preguntarle una y otra vez, permítanos almacenar una cookie para eso. Puede optar por no participar en cualquier momento u optar por otras cookies para obtener una mejor experiencia. Si rechaza las cookies, eliminaremos todas las cookies establecidas en nuestro dominio.
Le proporcionamos una lista de las cookies almacenadas en su computadora en nuestro dominio para que pueda verificar lo que almacenamos. Por razones de seguridad, no podemos mostrar ni modificar cookies de otros dominios. Puede comprobarlos en la configuración de seguridad de su navegador.
Cookies para Google Analytics
Estas cookies almacenan información como el número de visitantes al sitio web, el número de visitantes únicos, qué páginas del sitio web se han visitado, la fuente de la visita, etc. Estos datos nos ayudan a comprender y analizar qué tan bien funciona el sitio web y donde necesita mejorar.
Si no desea que rastreemos su visita a nuestro sitio, puede deshabilitar el rastreo en su navegador aquí:
Otros servicios externos
También utilizamos diferentes servicios externos como Google Webfonts, Google Maps y proveedores de video externos. Dado que estos proveedores pueden recopilar datos personales como su dirección IP, le permitimos bloquearlos aquí. Tenga en cuenta que esto podría reducir considerablemente la funcionalidad y la apariencia de nuestro sitio. Los cambios entrarán en vigor una vez que vuelva a cargar la página.
Google Webfont:
Google Maps:
Google reCaptcha:
Vimeo and Youtube videosembeds:
Política de Privacidad
Puede leer sobre nuestras cookies y la configuración de privacidad en detalle en nuestra Página de Política de Privacidad.