El Obispo pide a Santa Margarita que «se avive la fe y el amor a la Eucaristía»
El paso de las reliquias de Santa Margarita María Alacoque ha sido un don para la Iglesia Diocesana de Segorbe-Castellón, según ha asegurado mons. Casimiro López Llorente en la eucaristía de la vigilia este martes por la noche en la Basílica de San Pascual de Vila-real. El Obispo pedía por su intercesión que “se avive en nosotros la fe y el amor a la Eucaristía, y por ella al Sagrado Corazón del Señor”. La adoración nocturna masculina y femenina convocaron un centenar de personas para la vela nocturna.
Las reliquias están recorriendo 30 diócesis españolas con motivo del centenario de la consagración de España al Sagrado Corazón en 2019. A su llegada a Vila-real por la mañana, Jesús Bonastre, organizador de la peregrinación de Santa Margarita, atestigua que este acontecimiento prepara al aniversario sobretodo “a nivel de personas, para que reine en ellas el Sagrado Corazón y se renueve la devoción”.
Mons. López Llorente ha explicado que “la celebración con las reliquias de Margarita María nos habla ante todo de amor que se abaja con humildad y obediencia, se queda para ser fuente permanente de amor y provocando en nosotros la adoración, y se da constantemente”. El Obispo ha vinculado la santa de Paray-le-Monial, en Francia, con San Pascual Baylón, patrón del culto eucarístico y de la Diócesis: “Hay dos cosas que les unen, que es su profundo amor a la Eucaristía y a María la Virgen”, afirmaba.
Apóstol del Sagrado Corazón
Santa Margarita María Alacoque nació en 1647 cerca de la ciudad francesa de Paray-le-Monial. Ingresó en la congregación de las religiosas de la Visitación en 1671, y dos años después comenzó a recibir las revelaciones sobre el Sagrado Corazón. Sus enseñanzas se difundieron rápidamente gracias al apoyo del sacerdote Claude de la Colombière. Santa Margarita falleció en 1690 y fue canonizada por Benedicto XV en 1920.
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