La Obra Social Marillac celebra a San Vicente desde el compromiso

La figura de San Vicente de Paúl está muy presente en la Diócesis a través de varias instituciones y entidades. Se reconocen herederos de su carisma el Colegio Diocesano de la Milagrosa, en Segorbe, la Sociedad de San Vicente de Paúl, que atiende a personas sin recursos, Asociación de la Medalla Milagrosa, y la Hijas de la Caridad, que tienen al santo francés como su fundador. Ellas gestionan la Obra Social Marillac, que realiza una enorme labor con excluidos de la sociedad. El domingo, día de la fiesta litúrgica, lo celebraron.

Mari Carmen Sapiña, responsable de la comunidad de Castellón, explica que San Vicente tiene mucho que decir en la situación actual de pandemia: «El mundo conoce una crisis sin precedentes, la Covid ha servido como revelador y amplificador de la pobreza y de las desigualdades. San Vicente también vivió guerras, epidemias, miseria, hambrunas… interpeló, fue inventivo, puso en marcha toda una red de caridad con las Cofradías de la Caridad y después con las Hijas de la Caridad».

Precisamente asegura que sus mensajes siguen impulsando, 300 años después, su labor: «Hoy, las Hijas de la Caridad en Castellón seguimos en sintonía con el carisma vicenciano, identificándonos también con los objetivos pastorales de este curso que toca la caridad y la justicia social». Es así que siguen dando respuesta «a los más invisibles: personas enfermas sin hogar, mujeres víctimas de violencia, familias sin recursos, inmigrantes sin papeles», segura Mari Carmen Sapiña.

El viernes 25 tuvieron por la mañana un encuentro festivo con las personas acompañadas en el Centro Social Marillac, y por la tarde acudieron las mujeres acompañadas en viviendas. El sábado 26 se celebró la Eucaristía con las hermanas y personas residentes en el centro. Y el domingo 27 disfrutaron de una “comida especial”. Durante el mes de septiembre se han organizado actividades por proyectos para ir conociendo más la figura de San Vicente de Paúl y las Hijas de la Caridad.