Para «40 días por la vida» la batalla contra el aborto «es una batalla espiritual»
D. Casimiro, afirma que la labor del movimiento es motivo de alegría, de gozo y de gratitud»
Los salones de la concatedral de Santa María, han acogido esta mañana el encuentro de la líder para Iberoamérica de 40 días por la Vida, Lourdes Varela, junto a Nayeli Rodríguez, responsable en España con los voluntarios del movimiento en Castellón, que ha estado presidido por el Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, dando así su apoyo al movimiento en nuestra Diócesis.
Al mismo también ha asistido el equipo de voluntarios que desde el pasado 22 de febrero y hasta el próximo 2 de abril se han sumado a la campaña de 40 días por la Vida, así como fieles de diferentes parroquias. Lourdes Varela y Nayeli Rodrígez han dado su testimonio de fe explicando cómo surgió este movimiento en Texas y se ha expandido por todo el mundo. En este sentido, ha dicho Loirdes Varela, 40 días por la Vida surgió de la «frustración del esfuerzo humano por tratar de acabar con el aborto en varias ciudades» y lejos de conseguirlo comprobaban cómo cada día eran más las mujeres que decidían acabar con la vida de sus bebés».
El movimiento surgió de la oración y precisamente es la oración lo que ha motivado a cientos de miles de personas en todo el mundo que, durante 40 días, establecer turnos de oración de una hora frente a clínicas abortistas, «con la esperanza y la fe de que el Señor sí puede acabar con el aborto». Por ello ha afirmado que «esta batalla contra el aborto es una batalla espiritual basada en la oración y el ayuno para terminar con este gran genocidio».
De esta forma han dado su respaldo a los voluntarios que, tanto en Castellón, como en el resto de ciudades españolas donde se está desarrollando la campaña, están siendo sometidos a controles policiales debido a las quejas que presentan responsables de las clínicas abortistas. No obstante han recalcado que la labor de los voluntarios debe seguir siendo la misma: cooperar con las autoridades locales y rezar haciéndolo bajo el compromiso que cada uno de ellos asumen firmando la «declaración de paz» al acudir a la vigilia de oración.
En este sentido se comprometen a:
- Buscar soluciones pacíficas a la violencia del aborto cuando esté de voluntario(a) en la campaña 40 Días por la Vida.
- Mostrar compasión y reflejar el amor de Cristo al personal, empleados, voluntarios y clientes del abortorio.
- No actuar de manera violenta o dañina porque eso les desasocia inmediata y completamente de la campaña 40 Días por la Vida.
- No estar asociado(a) de ninguna forma con el abortorio o sus filiales mediante empleo, medio de comunicación, voluntariado, clientes, ni en ningún otro aspecto.
- No promocionar a ningún partido político; ni apoyar el voto a favor o en contra de ningún candidato político a través de la campaña de 40 Días por la Vida.
- No realizar proselitismo de ningún tipo a través de la campaña de 40 Días por la Vida.
- No obstruir las calles o la acera mientras esté de pie en el paso peatonal público.
- No tirar basura en la calle o en la acera.
- Responsabilizase de las personas menores de edad que lleve a la vigilia de oración.
- No amenazar, ni entrar en contacto físico, u ofender verbalmente a las personas que sean empleados, voluntarios o clientes del abortorio.
- No dañar de ninguna forma la propiedad privada.
- Cooperar con las autoridades locales de la ciudad en la que esté llevando a cabo la campaña.
Por su parte, el Obispo de la Diócesis, Mons. Casimiro López Llorente, ha aplaudido la labor del movimiento y ha asegurado que para la Iglesia de Segorbe-Castellón «es motivo de alegría, de gozo y de gratitud». Del mismo modo ha recalcado la importancia de que en este momento, «los laicos apoyen estas causas». Así ha reconocido que pese a ser un momento difícil los voluntarios de 40 días por la vida «habéis aportado esperanza porque para los cristianos la vida siempre vence a la muerte». Y en esa esperanza es en la que debemos vivir aún comprobando que si miramos a nuestro alrededor, «parece que el diablo está ganando la batalla».
En este sentido les ha recordado su carta para esta semana, en la que se refiere a «cómo el Concilio Vaticano II denunció los numerosos delitos y atentados contra la vida humana; entre otros, los homicidios, los genocidios, el aborto, la eutanasia y el mismo suicidio voluntario, o todo lo que viola la integridad y la dignidad de la persona humana». De esta forma ha asegura que hoy no es fácil denunciar estos hechos porque «se prohíbe que se hable a favor de la vida», y si se habla se silencia y aun estando convocados los medios no interesa salvo que haya motivo para la polémica». También se ha referido a la reciente entrada en vigor «la nueva ley del aborto y a la aplicación del derecho penal renovado que prohíbe cualquier acoso a personas que vayan a abortar».
Del mismo modo ha afirmado que «no es nada perjudicial para nadie rezar y ayunar», animándoles a hacerlo para concienciar a que «merece la pena salvar vidas y también a ofrecer medios a aquellas mujeres que se encuentran en una situación desesperada, acompañándolas como Iglesia y como sociedad disponiendo medios para evitar que vean una salida en el aborto».
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