Restauran y ponen en valor una zocalada de cerámica del siglo XVIII de la parroquia de Llucena
Los paneles con las piezas han sido depositados en el museo de la cripta y serán presentados el próximo 15 de agosto
La parroquia de Llucena acaba de recuperar una importante zocalada de cerámica del siglo XVIII que se encontraba arrinconada en uno de los cuartos trasteros de la iglesia y que con el paso del tiempo corría el peligro de perderse. El párroco consciente de esta significativa azulejería y atendiendo a sus investigaciones pudo averiguar que en el Inventario Monumental Dertusense de Mosén Manuel Milián Boix elaborado por M. Milián Mestre, J. Alanyà Roig y J. Monferrer Guardiola aparecía referencia a esta colección señalando que “la iglesia está rodeada por curiosa zocalada de cerámica alcorense, del siglo XVIII. Entre cenefas cuadros policromados representando a San José y a otros santos. De un mérito artístico extraordinario”.
Las piezas, según Maxim García Conejos, Licenciado en Historia del Arte, “están datadas de entre 1.770 y 1.780 y son coincidentes con el resurgimiento de la azulejería valenciana que se vive a mediados del siglo XVIII, momento en que recayó la producción sevillana. Se trata de azulejos realizados en serie que reproducen un diseño de forma sistemática y repetitiva, la función principal de los cuales es ornamental para obtener una secuencia estética determinada”. García señala que aunque en este inventario se habla de cerámica alcorense hay que anotar que su procedencia no es la manufactura condal de l’Alcora sino que se corresponde con las fábricas valencianas como ya han estudiado algunos autores.
Cabe destacar también que entre las piezas más antiguas recuperadas se encuentra un azulejo cuadrado de mitadad, también denominado de cartabón o mocadoret, cuya cronología resulta difícil precisar, pero su período de producción fue muy largo –documentados en Valencia desde finales del siglo XVI- teniendo gran aceptación durante el siglo XVII y principios del siguiente. Y también dos azulejos de temática religiosa que se intuye pertenecen a dos figuras sedentes que, en su origen, formarían parte de algún retablo o panel cerámico. Algunas piezas más del siglo XVIII, XIX y XX (procedentes mayoritariamente de Onda y Valencia) completan este descubrimiento.
Todas ellas lucen ya en el museo parroquial -tras su restauración- y podrán contemplarse el próximo quince de agosto, con motivo de la fiesta de la Asunción, titular de la parroquia; en un acto en el que se bendecirán e inaugurarán las obras de reforma y ampliación del museo de la cripta, por parte del párroco y las reinas y damas de las fiestas de Llucena.
La conocida empresa de l’Alcora, ConservArt, ha sido la encargada de llevar a cabo el trabajo, bajo la dirección del restaurador Francesc Chiva. La restauración se ha producido en el taller y ha consistido en consolidar esmaltados flotantes, mediante inyecciones; eliminar grandes restos de mortero de agarre de varias épocas, utilizando bisturís, escalpelos, formones y microtorno eléctrico. A continuación se ha recurrido a la limpieza química, muy controlada, del esmalte. Baños de agua destilada para desalinizar, con secado posterior, para eliminar restos de sales solubles. Seguidamente, encolado de fragmentos y reintegrado de volúmenes a fin de recuperar las piezas. Finalmente, se ha realizado una reintegración cromática y un barnizado de protección y acabado. Después se ha procedido al montaje expositivo, colocando los azulejos mediante adhesivo específico, sobre tableros de madera tratada con antihumedad.
El conjunto ubicado ya en el museo, lo forman cuatro paneles de la azulejería del s. XVIII y dos paneles que agrupan el resto de azulejos, uno para los del s. XVI al s. XVIII y el otro para los del s. XIX y del s. XX.
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