13 años del adiós a san Juan Pablo II
Nada menos que 84 es la cifra de abriles que el papa peregrino dejó en su santo itinerario por la tierra: san Juan Pablo II murió un día como hoy hace 13 años, a falta de 20 minutos de las 10 de la noche (2 de abril de 2005).
Poco más se puede argumentar a favor del pontificado de un hombre que marcó la historia de la Iglesia, y por ello del devenir de las naciones, en una época de gran convulsión en las fundamentos de una sociedad que se aventuraba a la modernidad (se el papa que difuminó la Guerra Fría y promovió ardientemente el fin de los bloques).
No es posible citar a san Juan Pablo II sin apelar a su incansable labor misionera (todavía de récord en la madre Iglesia), ni sobre todo sin escribir su nombre junto a su desbordante amor por la juventud, gracia del Espíritu Santo que todavía hoy agradecen los millones de cristianos de todo el mundo.
Un copioso trabajo por el anuncio del Evangelio de Cristo
Hablar de san Juan Pablo II es recordar también su enorme esfuerzo por llevar la Buena Noticia a todas las personas. Eso le llevó a realizar 250 viajes apostólicos, ir a más de 300 parroquias en visita pastoral, conceder casi 40 entrevistas oficiales, recibir a más de 700 jefes de Estado, inaugurar y organizar hasta 19 ediciones de la Jornada Mundial de la Juventud y celebrar un Gran Jubileo (en el año 2000), uno Mariano, uno de la Eucaristía y otro de la Redención.
Del mismo modo, y como punto central de sus muchas aportaciones en el campo del conocimiento, el difunto santo padre obsequió a la humanidad con la Teología del cuerpo, casi 130 catequesis sobre la verdadera sexualidad y su correcta vivencia, esto es, cómo la quiso y quiere Dios para los hombres. De esta forma habló del varón y la mujer, hechos a imagen del Padre, formados para complementarse y donarse en una relación interpersonal única y santa, en definitiva, llamados a ser una sola carne.
Todo ello y muchísimo más es lo que consiguió el santo papa polaco, nunca en su nombre sino en el de Jesucristo, al que en todo momento dio a conocer, vivir y fascinarse por él.
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