Segorbe concluye sus fiestas con una exhortación del Obispo a vivir el amor
Han sido unas fiestas especiales. Los segorbinos han aceptado entre tristeza y resignación la suspensión de muchos actos de las celebraciones patronales, en particular la entrada de toros y caballos. Pero este año han sobresalido de modo especial lo que es el origen y corazón: la fe y la presencia maternal y protectora de la Virgen María bajo las advocaciones de la Esperanza, Loreto y la Cueva Santa. Por ello D. Casimiro López Llorente ha vuelto a repetir con convencimiento en la Misa del domingo, que concluía esta semana: “¡La Virgen está aquí! Y no nos deja”.
Durante este “triduo” mariano, el Obispo ha aprovechado para predicar sobre las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad. El objetivo era hacer un llamamiento a “poner a Cristo en el centro”, como respuesta a la crisis moral y espiritual que se une a la sanitaria y económica provocada por la pandemia del Covid-19.
Dejarse amar por Dios
En el tercer día, celebrado como el resto en la Catedral con una solemne Eucaristía, D. Casimiro López Llorente ha centrado su intervención en el amor. “Cuando se habla de la caridad, a menudo pensamos primero en amar a los otros. Pero comienza por ser amados por Dios, ya que es Él quien toma la iniciativa y quien nos ha amado el primero”.
A partir de aquí, la verificación del amor a Dios es el amor a los hermanos. El Obispo ha tomado como modelo la Virgen María, que justo después de la anunciación se pone en camino para asistir a Isabel con una triple actitud que D. Casimiro López Llorente ha concretado en tres palabras: prontitud, alegría y cercanía.
Dirigiéndose a los sacerdotes, el Obispo ha invitado a vivir la caridad pastoral, por ejemplo visitando y atendiendo a los enfermos. También ha exhortado a poner en práctica el amor social para reconstruir el tejido laboral, superando la indiferencia ante el otro.
Homenaje de las Doncellas a una devota a la Virgen
De once de la mañana a doce de la noche de ayer sábado 5, los devotos a la Virgen de la Cueva Santa pudieron venerar la imagen de la Madre de Dios expuesta por las Doncellas Segorbinas en las puertas de la iglesia del Seminario. Ha sido el gesto de esta entidad juvenil de la ciudad para compensar la suspensión de la procesión. El domingo por la mañana, se ha rendido un homenaje a Manolita Belis Bolumar, vecina de Segorbe, en agradecimiento por su “ayuda, entrega, y por haber estado ahí siempre que lo hemos necesitado”.
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