Fieles de Castellón y Segorbe acompañan a Jesús camino del Calvario
D. Casimiro nos exhorta a “acoger el amor de Dios y dejarnos reconciliar por Él”
Las celebraciones diocesanas de este Viernes Santo arrancaban a primera hora de la mañana en la Capilla de la Purísima Sangre de Castellón con nuestro Obispo arrodillado y en oración frente al monumento donde anoche se reservó el Santísimo Sacramento.


Mons. Casimiro López Llorente ha presidido el tradicional Vía Crucis que ha partido desde la Capilla de La Sagre y ha recorrido la Avenida de Lidón hasta la Basílica.


Junto a nuestro Obispo, sacerdotes, seminaristas, miembros de diferentes Cofradías de la ciudad y fieles de diferentes comunidades parroquiales y realidades eclesiales, se han sumado al rezo de las estaciones y la meditación del Via Crucis redactado por el Cardenal Ratziger, siendo en ese momento Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en 2005 y que incluye una meditación que reflexiona profundamente sobre el sufrimiento humano y la cercanía de Cristo en el dolor.



Siendo así, hoy los fieles han experimentado cómo Jesús se convierte en el compañero de todos los hombres, pues el sufrimiento de Jesús en la cruz no es solo un sufrimiento físico, sino que abarca también la dimensión espiritual al asumir el sufrimiento de todo hombre. En Él, todos los sufrimientos encuentran su eco.



Las estaciones del Vía Crucis no solo representan los pasos de Jesús hacia la cruz, sino que también simbolizan el camino de la humanidad a través del sufrimiento y la prueba, pero siempre con la mirada puesta en la redención.

Al finalizar el recorrido y ya en el interior de la Basílica del Lledó, D. Casimiro ha dirigido a los fieles una meditación cargada de sentido espiritual y de invitación a vivir en clave pascual. Sus palabras han invitado a profundizar en el misterio del amor redentor de Cristo, que no se queda en el dolor sino que conduce a la vida verdadera. El Obispo ha animado a los fieles a permanecer en el recogimiento interior, para que ese silencio fecundo “fortalezca nuestra esperanza y nos impulse a vivir desde el amor de Dios hacia los hermanos”.


Más tarde, nuestro Obispo se ha desplazado hasta Segorbe donde también ha presidido el rezo junto a los sacerdotes, miembros de cofradías y fieles en general. Se ha desarrollado en un ambiente de recogimiento, marcado por la austeridad del día y el sonido profundo de los cantos penitenciales, que ha ayudado los presentes a entrar en el misterio de la Pasión del Señor. A lo largo de las estaciones, no solo se ha ido desgranando el relato evangélico, sino también la profunda enseñanza espiritual, que el camino de la cruz junto a Jesús sirve para iluminar la vida de cada fiel.




