«Caminando con Jesús hemos visto su cercanía con los excluidos»
Jesús Esteibarlanda, 35 años de misión en Malawi (África Oriental)
El pasado domingo la Iglesia celebraba el Domingo Mundial de las Misiones, DOMUND. Bajo el lema «Cuenta lo que has visto y oído«, la Diócesis de Segorbe-Castellón ha querido acercar a toda su Iglesia diocesana, el testimonio de quienes han entregado su vida a la misión de evangelizar y acercar a Jesús, vivo y resucitado, a quienes todavía no le conocen.
Jesús Esteibarlanda, pertenece a la Sociedad Misionera de las Padres Blancos. Quienes forman parte de este instituto misionero de derecho pontificio, además de los votos religiosos tradicionales de pobreza, castidad y obediencia añaden otro juramento: trabajar por la evangelización de África. Asegura que, caminando con Jesús, puede contar que ha visto y oído «su cercanía a los excluidos, pobres, marginados y especialmente a los enfermos». Y esta, dice con rotundidad, «es una realidad evidente, que se ve, se toca y se palpa en la Iglesia misionera».
Como hizo Jesús con el leproso, el Padre Jesús, asegura que el valor de la misión reside precisamente en eso, «en que las congregaciones misioneras masculinas y femeninas se dedican casi exclusivamente a enfermos físicos y mentales, mostrando cariño y ternura y sin miedo a tocar las llagas y la carne herida aunque vaya contra algunas costumbres». Actuando así, asegura, «los misioneros/as intentan vivir esa cercanía de Jesús con los enfermos y demás excluidos, dándoles la libertad y dignidad que les corresponde por su condición de hijos de Dios». Y esta cercanía «es el mejor testimonio, anuncio de la Buena Nueva del Evangelio del amor siempre gratuito e incondicional de Dios».
Ha vivido y sentido en su propia piel, durante sus 35 años de misión en Malawi, cómo los lugareños se expresaban como tantas veces hemos leído en los Evangelios, al acercarse a acariciar las manos de algún enfermo de sida: «mirad, le toca las manos». Una expresión que manifiesta la incredulidad de quienes no conocen cómo actúa Jesús ante los enfermos y los excluidos.
Los misioneros han sido el ejemplo a seguir por parte de los habitantes de tantos lugares cuyos habitantes, por costumbres o tradiciones, incluso por ignorancia, no sabían actuar frente a crisis sanitarias y han contribuido, como cuenta el Padre Jesús, «a colaborar con las autoridades locales para para concienciar e instruir a la gente sobre las medidas a tomar para enterrar a los muertos de la epidemia y medidas de higiene en general, porque los gobiernos sabían que los nativos harían caso a los misioneros».
Ahora, ya jubilado, continua su misión en la Residencia de mayores en Benicasim, donde continua su labor, siendo testimonio de «la presencia sanadora de Jesús, con gozo y agradecimiento» porque como nos pide el Papa Francisco este año «hemos de anunciar lo que hemos visto y oído, pero también lo que hemos experimentado de Jesús, el Señor».