Vive una relación íntima de diálogo con Dios
Pese a la pandemia, en la Diócesis de Segorbe-Castellón muchas parroquias celebran los «jueves eucarísticos» y en otras, grupos de fieles centran su actividad en la adoración al Santísimo Sacramento, en algunos casos incluyen el rezo de vísperas y del Santo Rosario, en otros se producen cantos de alabanzas (Carismáticos) y los hay también que su adoración es meditada por parte de algún miembro (Hakuna y Emáus).
La Eucaristía es la fuente, el centro y el culmen de toda la vida de la Iglesia. Santo Tomás de Aquino o Santa Teresa de Jesús son, entre otros, dos de los grandes maestros espirituales de la devoción eucarística.
De la Adoración Eucarística el Papa Francisco advierte que «para anunciar a Jesucristo y dar testimonio de la Buena Noticia, es necesario estar junto a Él y vivir una relación intensa con Jesús, una intimidad de diálogo y de vida». Adorarle significa, «aprender a estar con Él, sentir que su Presencia es la más verdadera, la más importante de todas, dándole a Él el lugar que le corresponde, afirmar, y creer que únicamente Él guía verdaderamente nuestra vida».
La historia de la Adoración Eucarística nace en el mismo momento en que Jesús, en la última cena, instituye la Eucaristía. En los primeros siglos, debido a las persecuciones y al no existir templos, la reserva de las especies eucarísticas se realizaba de forma privada y tenía como fin la comunión de enfermos y presos. Ya en el s. VI, el Sínodo de Verdun, manda guardar la Eucaristía en un lugar eminente y honesto y con una lámpara permanentemente encendida.
La Adoración Eucarística por parte de los fieles se realiza dentro de la misma celebración en el momento de la consagración. Este signo claro de adoración aparece prescrito de hecho en las antiguas liturgias y hasta hoy en día, los fieles realizan inclinaciones o se postran de rodillas como signo de adoración. Frente a las herejías y la incredulidad de que Jesús está realmente presente, los principales testimonios de devoción se vivieron en las comunidades religiosas. El próximo mes de septiembre se cumplirán 750 años desde que en Aviñón (Francia) comenzara la Adoración Perpetua al Santísimo Sacramento que se fue extendiendo a todo el mundo. Por otra parte, ya en el s.XIII, la celebración del Corpus implica una procesión solemne de exposición ambulante del Sacramento como una presencia palpable y visible de Dios. Las exposiciones del Santísimo Sacramento se van implantando durante el s.XIV y ya en el XV recibe una acogida popular tan entusiasta que muchas iglesias la practican todos los domingos. Surgen también las cofradías, asociaciones y movimientos que rinden culto de fe, amor y agradecimiento a Cristo en adoración.