La bendición del Hogar Nazareth culmina el proyecto diocesano del Jubileo de la Misericordia
Mons. Casimiro López Llorente ha bendecido esta tarde, 14 de noviembre, el Proyecto Sí a la vida – Hogar Nazareth. Se culmina así el proyecto diocesano que nació con motivo del Jubileo de la Misericordia en 2016 para acoger a jóvenes madres solteras. El Obispo ha deseado que esta casa sea “de verdad un signo visible de la Misericordia, que nos lleve a ser misericordiosos como el Padre, en este caso con las jóvenes que se encuentran con una necesidad y así realmente seamos promotores de la vida”.
El Hogar Nazareth está gestionado por la Comunidad de las Bienaventuranzas que desde 2013 acompaña a jóvenes madres solteras. En marzo de 2017, a penas cuatro meses después de concluir el Jubileo, se acogió a la primera madre en el piso cedido por Cáritas en Castellón, y que tiene una capacidad para tres familias. Durante este año se han hecho las reformas para dignificarlo y adaptarlo a las necesidades de las madres con hijos pequeños.
Las obras han estado financiadas íntegramente por los donativos de los fieles que se recogieron durante las peregrinaciones jubilares a la Catedral, y en la conclusión del Año de San Vicente Ferrer. También se ha contado con la colaboración de corporaciones que participan en la iniciativa de Cáritas ‘Empresas con Corazón’, y el trabajo del proyecto PreOcupat. Actualmente se necesitaría poder instalar unas bombas de calor.
En el acto de bendición, que ha comenzado con el rezo de vísperas, han participado el Delegado y el director de Cáritas diocesana, Sergio Mendoza y Juan Manuel Aragonés, respectivamente, el Delegado diocesano de Familia y Vida, Luis Oliver, y el párroco de la Trinidad, Rafael Manzaneque, en cuyo territorio está el piso. También han asistido voluntarios, representantes de entidades que trabajan en la vida, y madres con sus hijos.
Vivir y testimoniar el Evangelio de la Vida
A ellas se ha dirigido Mons. Casimiro López Llorente para alabar su decisión de dar a luz a sus hijos, a pesar de una cultura que promueve la muerte. En este sentido, el Obispo exhortaba a “que no solo anunciemos el Evangelio de la Vida, sino que con obras lo vivamos y lo testimoniemos. Y sabe Dios que en una cultura de la muerte, aunque sea un pequeño signo, es siempre un signo de esperanza”. Y concluía diciendo que “el Evangelio de Jesús, que es del amor y de la vida, nos llama a la Iglesia a ser constantes en la palabra y sobre todo en el testimonio dando siempre un sí a la vida. Y este hogar es un forma. Cada vez más nos tendremos que apoyar en nuestros propios medios. Por tanto que sea esta de verdad una obra soportada, sustentada y acompañada por toda la Iglesia diocesana”.
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