Brotes de Olivo trae a Castellón la música del Evangelio vivido en Iglesia
La parroquia de San Francisco celebra el domingo próximo, 30 de septiembre, su convivencia de inicio de curso, y ha querido abrir a todos el acto final de la jornada: un concierto con el grupo Brotes de Olivo (Seminario Mater Dei a las 16h). Se trata de una de las formaciones más veteranas de la música religiosa no litúrgica en España. Comenzaron su itinerario en 1971 cuando Vicente Morales “descubrió” que a su hija mayor le gustaba cantar. Enseguida se sumaron los 13 hijos del matrimonio de Vicente y Rosi, y durante 43 años esta familia ha anunciado el Evangelio a través de la música.
“Este domingo vamos a compartir con las familias de Castellón lo que Dios nos ha dado, y a decirles que el Reino de Dios está en el corazón de cada uno para que podamos tirar adelante”, explica Vicente “Chito” Morales Escala, el sexto de los hijos. Su estilo musical busca ser cercano y su repertorio es muy variado: “Hay cantos que enseguida alegran el corazón, mientras que otros necesitan un ratito de oración para comprenderlo”, explica el miembro del grupo.
En todos los casos, son composiciones que surgen de una misma experiencia: la lectura del Evangelio y el encuentro con la gente. El resultado es que los conciertos son auténticos acontecimientos de evangelización: “No es que hagamos que descubran a Dios, pero sí que cuando escuchan los cantos se abren a lo nuevo y, al mismo tiempo, a lo que siempre ha estado dentro”. En definitiva es dar lo que han recibido. Y aseguran que la fuente está, de modo particular, en la Eucaristía: “No voy a misa; voy a celebrar el evento de mi salvación, que Jesús dio la vida por mi y, sobretodo, resucitó por mi”, exclama Chito Morales.
Los conciertos han dado paso a otras actividades. Desde hace unos años visitan los colegios y clase por clase – “Ya ha pasado aquello de reunir a todos los alumnos en el salón de actos. Hay que personalizar el anuncio para que sepan que es para cada uno” – trabajan la creatividad a través de la música. Chito Morales explica que “es un soporte que puede comunicar cualquier mensaje, los de esperanza y los destructivos. Yo pregunto de qué quisieran hacer una canción, y en el 98% de los casos piden hacerla sobre la propia clase. Al final de la sesión se dan cuenta que son capaces de crear, y descubren una característica de nuestro Padre: ser creador. Aprenden unidos a una emoción, y esto queda para siempre”.
Un fruto que permanece
Adaptan y evolucionan los métodos, pero el fundamento siempre es el Evangelio. Chito Morales reconoce que Brotes de Olivo comienza y acaba con los hermanos, y que la tercera generación familiar tendrá que buscar su propio camino. Pero lo sembrado permanece: “Al final de un concierto se acercó un hombre mayor. Nos dijo que él nos escuchaba de joven, y que ahora sus nietos también nos siguen”.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!