“Ante el dolor en el mundo, Dios está crucificado, unido a los padecimientos de los hombres y mujeres”
A las cinco de la tarde, los fieles de Segorbe-Castellón se han vuelto a reunir a través de las televisiones locales y redes sociales para participar en el Oficio de la Pasión del Señor. El Obispo ha presidido la liturgia de este Viernes Santo en la Concatedral acompañado por los presbíteros de Santa María, Miguel Simón, Ángel Cumbicos y David Barrios. Ante la pregunta sobre dónde está Dios ante tanto dolor en el mundo, D. Casimiro López Llorente daba esta respuesta: “Está ahí, en la cruz, crucificado porque siempre está unido a los padecimiento de los hombres y mujeres y porque nunca huye del dolor, sufrimiento y muerte humana”.
El Obispo ha comenzado la homilía explicando que en el centro de la liturgia de este día está la cruz, que está formada “por las lágrimas, abatimiento, soledad o enfermedad, dolor o muerte de tantos hombres y mujeres”. En ella – aseguraba D. Casimiro López Llorente – se expresa “el dolor provocado por el pecado, por la tragedia de mentiras y heridas de la humanidad que se acecharon sobre Cristo”.
Al mismo tiempo, afirmaba, “Viernes santo hoy es la miseria y el hambre de millones de hombres de todo le mundo, criaturas no nacidas, ancianos abandonados, la esclavitud de la droga, el sexo o dinero, familias rotas, padres y jóvenes sin trabajo y un futuro incierto, el sufrimiento por los amenazados por el desahucio, o los refugiados rechazados, y lo es especialmente por el sufrimiento que tanto enfermos contagiados por el coronavirus”.
Por ello, la cruz se convierte también en “el árbol de la vida, en el que se puede descubrir el sentido último y pleno de cada existencia y humana y de todo el mundo, y éste sentido es el Amor de Dios”. Este instrumento de suplicio se convierte, explicaba el Obispo, en “el encuentro definitivo del amor de Dios a los hombres y de los hombres a Dios, y desde entonces ya no es sinónimo de maldición, sino signo de bendición. La cruz revela al hombre atormentado por la enfermedad y la muerte, que Dios entregó su Hijo al mundo para que todo el que crea en Él no perezca sino que tenga vida eterna”.
Una petición excepcional
La oración universal adquiere este año un tinte especial, según Decreto de la Congregación para el Culto divino, por el que dispone una petición por “todos los que sufren las consecuencias de la epidemia actual: para que Dios Padre conceda la salud a los enfermos, fortaleza al personal sanitario, consuelo a las familias y la salvación a todas las víctimas que han muerto”. En la segunda parte, el sacerdote añade: “Dios todopoderoso y eterno, singular protector de la enfermedad humana, mira compasivo la aflicción de tus hijos que padecen esta epidemia; alivia el dolor de los enfermos, da fuerza a quienes los cuidan, acoge en tu paz a los que han muerto y, mientras dura esta tribulación, haz que todos puedan encontrar alivio en tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor”.
Mañana, sábado santo, D. Casimiro López Llorente presidirá la Vigilia Pascual a las 22h. El domingo, la Misa de Resurrección será a las 12 del mediodía. Ambas celebraciones se podrán seguir en directo por Televisió de Castelló, las televisiones locales y el canal diocesano de Youtube.
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