Entrevista con los rectores de los Seminarios diocesanos: «Nunca he creído que haya crisis: Dios sigue llamando»
Entrevista con los rectores de los Seminarios Mater Dei, Redemptoris Mater y Seminario Menor
Juan Carlos Vizoso, Pablo Vela y Jose Antonio Morales, rectores de los Seminarios Mater Dei, Redemptoris Mater y Menor, respectivamente, tienen una misión muy importante: acoger los seminaristas, velar por su formación, y así ir modelando el sacerdote soñado por Dios para la Iglesia y el mundo de hoy.
- ¿Cómo es el sacerdote que necesita la iglesia y el mundo de hoy?
- JCV: En el discurso introductorio del último Sínodo sobre juventud y vocación, el Papa hablaba una y otra vez de escucha, diálogo, acercamiento al otro. En una sociedad que en muchas dimensiones ha abandonado la visión de fe, el sacerdote de hoy tiene que ser capaz de ir al encuentro de quien no cree, no espera o es explícitamente contrario a la fe.
- PV: El mundo de hoy necesita un presbítero que viva de la providencia y de la paternidad de Dios, donde Dios es el origen de todo acto de salvación y el presbítero es un servidor de este plan de Dios.
- JAM: Que sea gente enamorada de Dios, que ponga como referencia de todo su existir a Jesucristo.
- ¿Qué recursos o medios despiertan hoy la vocación en los jóvenes?
- JCV: El primero es un medio de valor perenne: el anuncio de Jesucristo.
- PV: Encontrar que la fe responde a su realidad concreta y descubrir una belleza en la vida de un presbítero, en su santidad y en su dimensión humana.
- JAM: Nunca he creído que haya crisis. Dios sigue llamando, aunque por las condiciones de la sociedad puede que un chaval tarde más en responder.
- ¿Cómo pueden los fieles implicarse durante todo el año con el Seminario?
- PV: La primera implicación de un fiel en la santidad de la Iglesia y, por tanto, en las vocaciones al presbiterado, es vivir su llamada concreta a la santidad.
- JCV: La implicación abraza varias dimensiones: la espiritual rezando, la afectiva con el deseo de conocer nuestros seminaristas y sus inquietudes, y la económica como un gesto concreto de cariño.
Mis más cordiales saludos desde Venezuela, me alegra saber del gran amor que le siguen dedicando al trabajo vocacional quienes fueron también mis formadores. Cuenten con mis oraciones, ofrezco el santo sacrificio también por las vocaciones de esos seminarios, por los chicos y sus familias, porque es el primer entorno donde se debe recibir la fe y cuidar y apoyar las vocaciones. Dios los bendiga.