«La sexualidad implica toda la persona»
Jesús Muñoz Ramírez, especialista en final de vida y educación afectiva de adolescentes
Jesús Muñoz es un joven sacerdote (31 años y ordenado en 2016) pero con un largo recorrido. Diocesano de Zacatecoluca, en el Salvador, realizó una tesina sobre la dignidad del morir y en septiembre comienza el doctorado en la facultad de la Santa Cruz, en Roma, sobre educación afectivo-sexual de los adolescentes. Este verano ha atendido la capilla de El Pilar, en la parroquia de Santo Tomás de Villanueva en Benicassim.
- La eutanasia es uno de los debates actuales en España, que para suavizarla se presenta junto con nociones como activa o pasiva, o encarnizamiento terapéutico… Y al final se crea cierta confusión.
- La eutanasia sea como sea, activa o pasiva, debe ser condenada porque es la intervención voluntaria para causar la muerte de un paciente terminal, acaba con la vida de una persona, pone fin a un proceso de vida que podría seguir. También se opone al mandamiento de no matar, porque nadie tiene derecho a atentar contra la vida de uno mismo ni de los demás, ya que al vida es un bien que no depende de nosotros sino que mira el bien común.
- Cuando se argumenta el sufrimiento de la persona, ¿qué propone la Iglesia?
- La alternativa son los cuidados paliativos que atienden a la persona a nivel médico, psicológico, afectivo… ayudando a hacer más llevadero la enfermedad y el dolor. Cada paciente lleva un proceso y tiene derecho a una dignidad de morir, que no quiere decir un muerte provocada, sino respetar el proceso biológico con el cuidado médico y el afecto de la familia para que este momento difícil se convierta en un acontecimiento de fortaleza humana y espiritual. Así, el dolor cobra sentido.
- Cambiemos de tema. En septiembre comienza el doctorado sobre educación sexual de los adolescentes. ¿Qué es lo esencial para transmitir?
- Lo primero es darnos cuenta de que somos seres sexuados por naturaleza, es decir, seres en relación. A veces entendemos la sexualidad solo en la dimensión genital, y es un error porque si se reduce a esto fácilmente se deshumaniza y se cae en la comercialización, como vemos hoy en día. No, la sexualidad implica toda la persona.
- ¿Por qué se deshumaniza la sexualidad?
- Porque se piensa que es como beber un sorbete: solo importa el placer o el instinto, y entonces se reduce la persona a un comportamiento animal. La persona no realiza el acto sexual como un animal. Si cae en esta reducción, la sexualidad genital desviada puede llevar a la infidelidad de los matrimonios y a la pérdida del sentido de la dignidad, como ya advertía San Pablo VI en la Encíclica Humanae Vitae (1968). Es lo que también vemos cuando se utiliza la sexualidad con fines económicos: la persona, y especialmente las mujeres, son tratadas como un objeto y no como un sujeto.
- ¿Quién debe educar a los adolescentes en esta cuestión?
- En primer lugar, los principales responsables en la educación afectivo sexual son los padres. Luego entra el contexto familiar amplio y la educación escolar, sin olvidar el rol importante de la educación que imparte la iglesia.
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