Jesús nos ama, nos habla y nos mira
Clausura del curso «Las mujeres que amaba Jesús»
Durante diez meses, de forma ininterrumpida, una vez al mes, se ha celebrado en la Casa de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret (Benicàssim) el curso «Las Mujeres que amaba Jesús» basado en el método «Lectio Divina». Un método de oración a través de la Palabra que genera un encuentro personal y comunitario con Jesucristo.
Charlamos con Catalina Nowak, hermana superiora de esta Comunidad, que fueron acogidas por nuestra Diócesis en octubre de 2018. Desde entonces han sido fieles a su carisma, promoviendo el Reino de Dios entre las familias. De esta forma, entre la diversidad de actividades que desarrollan en la Diócesis, a finales del pasado verano promovieron este curso para mujeres que se ha desarrollado desde el pasado septiembre hasta este mes de Junio, clausurándose con una sesión especial el pasado sábado.
Explíquenos: ¿qué es Lectio Divina?
Alguien dijo que: “la Lectio Divina es el ejercicio ordenado de la escucha personal de la Palabra de Dios”. El ejercicio es actividad, y la actividad es necesaria para el desarrollo armónico de la persona. Así como el ejercicio físico es saludable para el cuerpo y el ejercicio intelectual es beneficioso para la mente, la actividad espiritual lo es para el espíritu. En otras palabras, la Lectio Divina es ejercitarse para avanzar en el camino de la oración y la contemplación, dejándose guiar por el Espíritu y sus inspiraciones.
La Lectio Divina es un ejercicio ordenado de escucha personal que puede realizarse a solas en cualquier lugar o en compañía. Pero, también es interesante a veces compartir con otras personas estas experiencias, podemos con ellas enriquecerlos o simplemente avivar su curiosidad. Consiste en escuchar la Palabra con mayúscula, la Palabra de Dios, pues en la Lectio Divina “es Dios quien habla”. Escuchar a Dios que nos habla a través de su Palabra. Escuchar no es lo mismo que oír. Se puede oír muchas cosas sin prestar atención a ninguna, es decir, sin escucharlas. Debemos dejar que Dios nos hable y permanecer en silencio. Avanzar en la vida espiritual significa avanzar en la escucha de Dios y de los demás.
¿Cuál ha sido el principal objetivo de este curso?
La Lectio Divina es para aquellas personas que quieren profundizar en su experiencia de oración y a través de ella acercarse a Dios, conocerlo más profundamente, construir una relación personal e íntima con Él.
Mucha gente habla de Jesús, pero no todos dicen la verdad. Quiero decir, hablan de su imagen subjetiva de Jesús. Así es como se hacen muchas películas, libros, canciones. Pero hay una fuente de la verdad pura sobre Jesús, una verdad objetiva: la Biblia. El problema es que a menudo no sabemos cómo sacar real provecho de la Biblia. A veces incluso podemos leerla, pero no la entendemos del todo. El Objetivo ha sido enseñar a este grupo de mujeres cómo sacar vida de la Palabra de Dios y acompañarlas en su encuentro personal con Jesús. Durante estos diez meses, en cada sesión hemos elegido a diez mujeres del Nuevo Testamento que conocieron a Jesús. Estas son mujeres muy diferentes. Buscamos lo que le gustaba a Jesús de cada una de ellas; aprendemos sobre lo que realmente valora Jesús. También vamos conociendo nuestro corazón, nuestros deseos y miedos más profundos. Usamos estas historias para descubrir nuestra relación personal y única con Jesús. Para amarlo a Él y a otros como Él ama, hasta la cruz y la muerte.
Cuéntenos, ¿cómo transcurre la dinámica de cada sesión?
La Lectio Divina consiste en un ejercicio ordenado de: lectura, meditación y contemplación. Siguiendo este esquema nos hemos reunido un sábado al mes a las 19.00h de la tarde. Previamente, las mujeres participantes, han leído el pasaje del Evangelio propuesto. La sesión comienza con una meditación de dicha lectura por parte de una de las hermanas de la Comunidad. Se trata de una charla de media hora en la que se presenta a una de las mujeres del Nuevo Testamento; una exégesis de un fragmento escogido de la Sagrada Escritura. Tras un descanso, se retoma la reunión en la capilla para una hora de oración ante el Santísimo Sacramento. Durante los días y semanas siguientes cada una de las mujeres es libre de volver al texto presentado y orar el pasaje propuesto de la Palabra de Dios en cualquier momento y lugar. Antes de la siguiente reunión, pide una fecha para hablar con su director(a) espiritual que la ha acompañado en esta hermosa experiencia.
¿Qué tienen que ver las mujeres actuales con las mujeres bíblicas que se han presentado en el curso?
Cada una de nosotras quiere amar y ser amada. La mujer es un ser que se entrega al 100% en cada aspecto y momento de su vida, en general no nos gusta hacer nada a medias. Cuando encuentra el amor, responde con todo su amor, da todo su corazón, su vida, todo su ser. No sé si sabéis que en cada amor humano buscamos (a menudo inconscientemente) …a Dios. Buscamos el amor pleno, un amor que llene nuestro corazón para siempre; el amor que no termine nunca, y sea incondicional. Incluso en el más fiel y hermoso amor matrimonial permanece un deseo que no puede ser satisfecho por la otra persona. Siempre queremos más y más. Este deseo, este hambre sólo puede ser satisfecho por Dios.
La experiencia del amor humano nos ayuda a abrirnos al amor de Dios, nos enseña a amar – pero el corazón humano sólo puede ser totalmente satisfecho por el amor de Dios. Vivir es encontrar este amor y responder a el. Qué extraordinaria dignidad tienen hombres y mujeres. ¡Qué potencial inmenso tiene el corazón humano!
A cada uno de nosotros Dios nos ama de manera particular e individual, se entrega a cada uno de nosotros plenamente. Por tanto, podríamos decir que si tú no existieras, nadie sería amado de la misma manera en que Dios te ama a ti. Dios ama a cada ser humano al 100%, como si no existiera nadie más a quién amar.
El curso ha facilitado que surjan varias preguntas: ¿Jesús me ama?, ¿Me siento realmente amada por Jesús?, ¿Cómo me quiere?, ¿Cómo me mira?… Cada una de las mujeres que ha venido a la Lectio Divina lo ha hecho para descubrir (de nuevo) el amor de Jesús. A cada una de ellas les gustaría ser una de esas mujeres que Jesús ama y que han ido descubriendo a lo largo de este curso. ¡La buena noticia es que cada una de las mujeres que han participado es una de las mujeres que Jesús ama!. Puede que ellas no lo sabían, pero, aún sin saberlo conscientemente, con su participación ya manifestaban el deseo de ser una de esas mujeres que ama Jesús. Y ese deseo puede haberlas traído a esta capilla.
¿Qué tipo de mujeres han seguido el curso?
Todas ellas han vivido ya su experiencia de fe, oración y formación en diversas comunidades: entre otras: el Camino Neocatecumenal, Emaús, comunidades carismáticas, comunidades parroquiales, Opus Dei. Son mujeres de diferentes edades, de diferentes ciudades y pueblos de nuestra Diócesis. Lo que les une, son profundos deseos espirituales. Han venido porque buscan la intimidad con Dios.
¿Hacen un seguimiento espiritual personalizado con ellas?
La dinámica de la Lectio Divina también incluye el acompañamiento espiritual. Consiste en una breve conversación sobre lo que te ha sucedido durante la oración. Esta conversación dura unos 20-30 minutos. Durante dicha conversación nos centremos en las dudas o experiencias que tengan relación con esta práctica de Lectio Divina, hablamos de nuestra oración.
Quien sigue el camino de la oración por medio de la Palabra de Dios, no debería estar solo ni contar únicamente con sus propias fuerzas. El director espiritual acompaña a esta persona en el proceso de reconocimiento individual, de la recepción de la Palabra de Dios. Nos ayuda a comprender y asimilar y nos apoya a ponerlas en práctica.
La función del director espiritual es rezar y escuchar, y ayudar a comprender las llamadas a la acción que nos genere la Palabra. Eso adquiere una importancia mayor en los momentos delicados en los que la persona experimenta, al rezar, una confrontación de la Palabra de Dios con su vida. En ocasiones la Palabra confirma y fortalece lo que estamos haciendo bien en nuestra vida, pero hay veces en que nos hace darnos cuenta de nuestros errores. El director espiritual nos ayuda a saber reconocerlo y a tomar cartas en el asunto, siempre bajo la Gracia de Dios.
Apostolado en el ámbito de la familia
En los casi tres años que las Hermanas de esta congregación llevan instaladas en Benicàssim han concentrado su esfuerzo en conocer el idioma, que casi prácticamente dominan, así como la cultura y realidad de la Diócesis y de España para concretar su apostolado en el ámbito de la familia. A las religiosas les une una fuerte vinculación con San Juan Pablo II, quien cuando era niño, fue a una guardería regentada por las hermanas en Wadowice. Como joven sacerdote, comenzó sus encuentros con jóvenes en la lavandería del convento en Cracovia, y una vez consagrado obispo les confió el cuidado de la primera casa cuna en los años 70. Fue él mismo como Papa quien declaró beata a la fundadora en 1989.
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