Las parroquias se preparan para reabrir los templos en cuanto sea posible con varias medidas de higiene y flexibilidad en los horarios
Ya queda menos para que los templos vuelvan a abrir las puertas para el culto con fieles. Aún no se podrá asistir con plena normalidad, pero sí que podo a poco, dentro de las medidas de desescalada del confinamiento y siguiendo las instrucciones de las autoridades sanitarias, se podrá participar en la celebración de la Eucaristía presencialmente. Los párrocos aseguran que la gente espera este momento con alegría. Para que todo vaya bien estos días las parroquias están disponiendo las medidas de higiene necesarias y los sacerdotes aseguran que si es necesario aumentarán el número de misas para que todo el que lo desee pueda comulgar.
La Catedral, en Segorbe, ha contratado una empresa de la ciudad para realizar las tareas de limpieza. Federico Caudé, encargado de la pastoral, asegura que “los cristianos que suelen venir a misa preguntan y tienen ganas de volver y encontrarse con el Señor”.
Un tercio de la capacidad del templo, el número permitido en esta etapa, son 70 personas. Por tanto no tendría que haber problemas para asistir cuando sea posible, y más, si como se prevé, “habrá un poco de reticencia entre los más mayores, que son población de riesgo, y quizás tarden unos días más en incorporarse de nuevo a la vida parroquial”, reconoce Federico Caudé. Ellos tendrán que conformarse con la misa televisada. Precisamente durante la etapa más restrictiva del confinamiento se ha hecho así. Los fieles de Segorbe han podido seguir las celebraciones a través de la televisión local: “Muchos se han llenado de entusiasmo, ánimo e ilusión, incluso de los pueblos de la comarca”, asegura el canónigo y párroco de San Pedro.
En el extremo sur de la Diócesis, Los Santos Juanes de Almenara han recurrido a una empresa local para asegurar una limpieza profesional. La mañana del viernes las operarias de Limpieza Montesinos lo han dejado todo a punto para acoger de nuevo a los fieles cuando se pase a la Fase I. A la puerta se ha previsto la figura de los ostiarios, que acogerán a los participantes al tiempo que controlarán el aforo.
El párroco, Sergio Mendoza, da testimonio de que “mucha gente dice que quiere volver y que tienen muchas ganas de poder celebrar, comulgar y recibir al Señor sacramentalmente”. Se tendrá que ver la respuesta que hay, pero el sacerdote ya se compromete a duplicar celebraciones sobre la marcha tanto en el pueblo como en la playa para que nadie se quede sin la Eucaristía.
Adoración, confesiones y Misa
Las parroquias de Castellón están preparando también el regreso de los fieles a los templos. Entre viernes y sábado un equipo de 15 personas lo dejaran todo listo en Nuestra Señora de la Esperanza. Desde el inicio del estado de alarma el párroco, Francisco José Cortés, ha retransmitido la Misa por redes sociales, alcanzando en algunas sesiones las 300 visualizaciones. Pero esto no quita que los fieles estén esperando poder regresar presencialmente. Con todo, las personas mayores o enfermos pueden tardar en regresar: “Por eso hasta que recuperemos la normalidad seguiremos con las retransmisiones”.
“Como que la iglesia es grande podrían venir hasta 70 personas respetando las distancias de seguridad”, asegura el párroco. De todos modos se dispondrán cuatro personas a la entrada para acoger y acompañar las personas en su sitio. No se prevé superar el aforo permitido, pero si fuera necesario se aumentarían las celebraciones o se modificarían los horarios para facilitar la participación.
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