Pastoral Penitenciaria de Segorbe-Castellón pone en marcha la iniciativa Punto Libertad
“Punto Libertad” es un recurso donde se acoge a todas las personas que tienen o han tenido relación con el mundo de la prisión y la justicia, en cualquiera de sus formas (presos/as, permisos, tercer grado, en libertad, con causas pendientes, o en cumplimientos de TBC, familias de internos/as…).
Se trata de una iniciativa de la Delegación de Pastoral Penitenciaria de la Diócesis de Segorbe-Castellón y la Fundación Mercedaria, y el recurso está gestionado por profesionales con amplia experiencia en el campo de la exclusión social y el ámbito penitenciario.
Como ha explicado Sonia Barreda, Delegada diocesana de la Pastoral, “lo primero es escuchar, escuchar pacientemente a las personas que casi siempre llegan desorientadas y bloqueadas”, y “el segundo paso es ver a quién pide ayuda con mirada integral, trabajando todos los campos necesarios para la completa reinserción o incluso inserción”.
Sonia indica que el día a día de este recurso es totalmente heterogéneo, realizando gestiones como solicitar ayudas económicas, imprimir la vida laboral, solicitar citas previas que ahora solo son online (labora, sepe, ayuntamiento, etc.), enseñarles a utilizar internet, crearse un mail o incluso explicar que es un WhatsApp. Confeccionar el currículum vitae y derivar a empresas o mostrarles aplicaciones donde hay ofertas de trabajo.
También acompañar al médico, vigilar que la medicación se administra correctamente. Explicar la importancia de una buena salud y dar pautas para cuidarse. Visitar hogares y familias, estar en lo cotidiano donde muchas veces está instalado el caos. Ofrecer múltiples herramientas para mejorar su día a día: como limpiar la casa o realizar compras de alimentos óptimas acorde a sus necesidades y económica. Contactar con abogados y consultar acciones judiciales, también se tiene comunicación con los juzgados haciendo de enlace con el imputado.
Por otra parte, “mediante coloquios privados y personalizados se aborda a la persona en su dimensión más íntima, profunda y en su destrozada inteligencia emocional (que siente, que piensa, que vive, cómo reacciona, etc.)”, y en “sesiones especiales se les ayuda a hacer revisiones de vida analizando puntos fuertes y débiles, sus intereses y necesidades, y desde ahí establecemos un plan de acción. Ropa, comida, ayudas económicas para necesidades básicas como farmacia, gas, luz, agua etc.”
Con algunas personas, la reinserción pasa por recuperar a la familia, pues son muchas las causas por las que las relaciones familiares están dañadas, y desde el Punto Libertad “centramos los esfuerzos en mediar con el objetivo de sanar y recuperar esa relación”.
Uno de los pilares fundamentales en toda reinserción es sin duda la vivienda. “Para el colectivo al que acompañamos tener un techo o conseguir una vivienda digna es casi misión imposible, juntamente a ello va la problemática de no tener un lugar donde empadronarse”, explica la Delegada. Y no estar empadronado es sinónimo de no existir para la administración, por lo que desaparece toda posibilidad de acceder a cualquier servicio público: servicios sociales, asignación de médico, cobrar un subsidio, recibir correspondencia oficial etc. “Un gran problema que desde el Punto intentamos solventar con grandes dificultades”.
Y como en todo, aunar esfuerzos multiplica los resultados, “por eso toda esta labor y decenas de trámites que derivan de lo dicho anteriormente lo hacemos trabajando en red con Cáritas, Servicios Sociales Municipales, Cruz Roja, UCA, Centros de Salud, unidades de Salud Mental y por supuesto las dos prisiones de la provincia”. Cabe indicar que en el año 2020 se han atendido a 77 personas, a pesar de los meses de confinamiento y de todas las restricciones.
Es posible contactar con el Punto Libertad a través del teléfono 625 309 439. Lo que encuentran los usuarios es “una familia, la de Jesús, que, con delicadeza, les orienta y acompaña en la difícil tarea de volver a empezar. Conocen personas que empatizan con ellos, que nunca les juzgan. Reciben apoyo y amparo, pero sobre todo obtienen un beneficio mayor: sensaciones que sosiegan y abrazos que les arropan”, concluye Sonia Barreda.
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