«Caminando juntos». Este es el lema con el que celebramos hoy la Jornada de la Vida Consagrada, coincidiendo con la fiesta de la Presentación del Señor.
Por ello publicamos la entrevista a Joaquín Almela, un joven castellonense que el pasado día 07 de diciembre entró en la Cartuja de Porta Coeli, un monasterio de la orden de los cartujos situado en el municipio de Serra, Valencia.
Tiene 29 años y pertenece a una familia numerosa, es el quinto hermano de seis, “hemos crecido muy unidos entre nosotros y siempre viviendo con mucha vinculación con los abuelos, de familias muy católicas y vinculadas a la parroquia de la Sagrada Familia”, nos cuenta. Entre los hermanos “hemos estado muy unidos por el deporte y aficiones que hemos compartido”, añade.
Está graduado en Ingeniería Agrícola y ha sido profesor de secundaria y bachillerato, habiendo ejercido 3 años en un colegio católico de Sentmenat, Barcelona.
“Pertenezco a la Adoración Nocturna, del que he sido vocal de juventud los últimos años”, explica, y también con el grupo de Jóvenes en el Corazón de Cristo por María, de la espiritualidad del Corazón de Jesús y con la hermandad de Paz y Caridad. Así mismo, “también a la Unión Seglar de Castellón, y promotor de la devoción a la Santa Cruz de El Bartolo”.
Además, “he sido deportista de elite en atletismo, también montañero, alpinista y espeleólogo como afición, aunque a un nivel bastante técnico”.
Los cartujos defienden con firmeza su silencio y retiro del mundo para poder vivir su carisma propio y específico. ¿Qué es lo que lleva a un joven a ingresar en La Cartuja en el mundo de hoy?
La vida espiritual y de oración intensa, la inquietud y búsqueda de la voluntad de Dios con sinceridad, y la vivencia en sus aficiones con un componente en ocasiones contemplativo. Son algunos de los pilares que pueden acercar a este tipo de vida tan exigente y comprometido con la iglesia que necesita de oración día y noche. También el discernimiento vocacional ha sido muy importante, así como la toma de una decisión así, que es muy específica.
¿Te has preparado de alguna forma especial durante este tiempo, antes entrar en el monasterio?
La vida intelectual y espiritual que se lleva es altamente intensa en la cartuja, con una unión muy cercana a Dios.
Generalmente lo vivía desde hace unos años, con ese componente intelectual y de oración, como parte de la vivencia como católico.
Esto requería de realizar alguna preparación en soledad que tenía en mente desde hace tiempo, que era realizar el Camino de Santiago desde casa. El prior me lo aconsejó también como recomendable si podía aguantar la parte física, pues es un recorrido de 1.200 Km. Añadiéndole la mochila y el recorrido solitario en parte, pues le daba una dureza considerable. Lo recorrí en 34 días en espíritu de penitencia, oración y limosna, resultando ser un autentico don de Dios, en vivencia muy intensa y espiritualmente muy edificante.
Además, tenemos entendido que eres un apasionado de la espeleología…
Como afición lúdica nos iniciamos 4 de los hermanos de modo autodidacta en la ciencia de las cuevas. Después asociados al Club de Espeleología de Castellón, y participando activamente en trabajos y estudios científicos, así como en la exploración sistemática de Cavidades en la provincia de Castellón, colaborando con el catálogo provincial.
También participando posteriormente en expediciones internacionales y de alto nivel en grandes cavidades a nivel mundial. Una afición que posee un alto grado de contemplación y disfrute privilegiado de la obra creadora de Dios, pues muchos de espacios subterráneos encontrados en exploración, no habían sido pisados con anterioridad.
¿Cuál es el proceso que has de seguir a partir de ahora como aspirante a monje cartujo?
En los primeros años se tiene una vida similar a la que llevan los cartujos profesos, aunque teniendo una guía bastante importante con el maestro de novicios, que es quien introduce en la vida y ayuda en la adaptación, así como labor debe de probar y reafirmar con un intenso discernimiento vocacional. Hay un año de prepostulantado, otro de Postulantado, y se realiza entonces a los 2 años la toma de hábito. Después se pasa al noviciado durante 3 años, y votos temporales. A los 3 se toman los votos perpetuos, ya definitivamente. Se realizan estudios de latín, por ser en la lengua de la Iglesia los cantos en el coro. También se estudia teología y filosofía.
Un total de 8 años, en el que se va profundizando en la vida cartujana, en la espiritualidad católica y la búsqueda en discernimiento de la llamada del Señor con más claridad.
¿Qué vida lleva un cartujo?, ¿cuál es su carisma?
La jornada combina la vida eremítica en soledad con momentos cenobíticos en comunidad. De modo que se va combinando a lo largo del día, no más de 4 horas en la misma actividad, incluido el dormir. Así hay momentos de soledad con lectura, oración, estudio, trabajo, comida; y momentos de vivencia comunitaria con oraciones, cantos, misa, recreación, paseo, comida y trabajo. También con trato más personal está la dirección espiritual, clases, y también al principio la adaptación inicial.
Se destaca en los cartujos la vida en soledad, en oración y silencio en el corazón de la Iglesia, principalmente para tener una conexión más preferente para la escucha y el recogimiento que facilita la unión con Dios. Los monjes cartujos practican una vida de fe sencilla, consagrando sus vidas a alabar a Dios y orar por las necesidades del mundo.
¿Puedes hablarnos un poco de la comunidad en la que vas a ingresar?
Las comunidades cartujas se componen de padres y hermanos, unos más aislados en la ermita con una vida de mayor recogimiento en soledad, y otros realizando las tareas más humanas en el monasterio. De este modo hay un equilibrio en cuanto al sustento y mantenimiento que se requiere con la vida que desempeñan los hermanos. Actualmente son 21 monjes, de los que hay de todas las edades, y también novicios que están en discernimiento y formación. Es una comunidad pequeña pero que se está rejuveneciendo por las nuevas vocaciones que han entrado en los últimos años.
Forman parte principalmente de España y Portugal, así como de varios países de habla hispana de Sudamérica.
Muchas veces, hacer la voluntad de Dios no es fácil, pero es la perfección, es el mejor modo de cumplir con la misión para la que hemos sido creados…
Una decisión así con tantas renuncias es difícil tomarla, especialmente dar el paso, decidirse y poner los medios para que vaya adelante.
Es importante tener claro que nosotros solo somos pobres instrumentos en manos del Señor. Solo hay que confiar y dejarse amar por el que todo lo dio por amor a la humanidad, por nuestra salvación.
La perseverancia y fidelidad a lo que nos pide a cada uno es lo más importante. Ya que igual de santo es servir a Dios en un monasterio como entre el quehacer diario y el trabajo, o en la familia que uno tenga que llevar adelante.