Queridos diocesanos y muy queridos confirmandos:
Con mucha alegría os anuncio que el próximo sábado, 12 de marzo, D.m., volveremos a celebrar el encuentro diocesano de adolescentes y jóvenes que se preparan para recibir la confirmación. La pandemia del Covid-19 nos ha impedido celebrarlo los dos últimos años. Lo retomamos ahora que parece que la pandemia va remitiendo. Lo haremos con las precauciones que las autoridades nos indican para evitar los contagios.
La experiencia de otros años nos muestra que es una excelente ocasión para conocernos y compartir juntos la alegría de ser cristianos, de ser amigos de Jesús. Para mí, como vuestro Obispo, es un gozo pasar este día con los confirmandos, escuchar sus anhelos y esperanzas, y también –claro está- sus dificultades y peticiones a nuestra Iglesia para poder ser y vivir como cristianos hoy. Mi deseo es ayudarles a crecer como cristianos y a preparar como se merece su confirmación, con la cual concluye el proceso de su iniciación cristiana. El objetivo de este proceso -no lo olvidemos nunca- es acompañar a niños, adolescentes y jóvenes para que, acogiendo personalmente la gracia y la vida que Dios les da en el bautismo, la primera comunión y la confirmación, lleguen a ser cristianos de verdad; es decir, creyentes en Cristo Jesús y sus amigos discípulos misioneros en el seno de la comunidad de Iglesia.
La confirmación hay que verla siempre en continuidad con el bautismo y con la primera comunión: son juntos los sacramentos de la iniciación cristiana. La confirmación acrecienta la gracia de Dios, el amor que recibimos en el bautismo, por el que Dios nos hizo sus hijos amados, amigos de Jesús y miembros de su familia, la Iglesia. La comunión nos une a Cristo mismo y entre los que lo recibimos. La confirmación no une más perfectamente con Jesús y con su familia, la Iglesia; en ella recibimos la plenitud del Espíritu Santo, que nos da la fuerza necesaria para ser cristianos, para seguir sin miedo a Jesucristo y confesar con valentía su nombre, para anunciarle a toda la creación, unidos al resto de los cristianos, la familia de Jesús.
En la confirmación, el Espíritu Santo viene a confirmar nuestra fe, a llenarnos de su amor, de su fuerza, de su vida. Dios nos regala los dones del Espíritu Santo: la sabiduría para llegar al corazón de todas las situaciones; el entendimiento para comprender y discernir en la vida; el consejo para que saber acompañar y consolar a otros; la fortaleza para perseverar en las situaciones difíciles sin rendirnos ni desfallecer; la ciencia para profundizar en el conocimiento de Dios y de su voluntad; la piedad para disfrutar en la oración y sentir a Dios más cerca, y el temor de Dios para crecer en su respeto y no poner en peligro el don de la fe y la nueva vida.
Todos necesitamos del don del Espíritu que nos enriquece, fortalece y capacita para vivir como cristianos, unidos a otros en nuestro grupo, en nuestra parroquia, en nuestra Iglesia Diocesana y en la Iglesia universal. Para este encuentro hemos elegido el lema “Somos Iglesia”. Sí, también vosotros, queridos confirmandos, sois Iglesia, la Iglesia de Jesús. La Iglesia no es una realidad ajena a vosotros. Porque un cristiano aislado no existe; somos cristianos junto con el resto de los cristianos, formando la Iglesia de Jesús. Todos estamos invitados por Jesús a ser miembros activos de la vida y misión de su familia.
Como sabéis, vamos a celebrar un Año Jubilar diocesano para conmemorar el 775º Aniversario de nuestra Iglesia diocesana de Segorbe-Castellón. El Jubileo es un tiempo que Dios nos concede para recordar y agradecerle todos los dones que de él hemos recibido a lo largo de estos casi ocho siglos de existencia. Es un año para dejarnos renovar en la fe y vida cristiana personal y comunitaria, para crecer en comunión con Dios y con los demás cristianos y dejarnos alentar para salir a la misión de anunciar a Jesucristo, Vida y Esperanza para el mundo. Es un tiempo para conocer mejor a nuestra Iglesia diocesana, y así amarla y sentirla como nuestra.
Esto os atañe también a vosotros, queridos confirmandos. No debería ocurrir que una vez recibida la plenitud del Espíritu Santo en la confirmación, os alejéis de vuestra comunidad. Sed agradecidos a Jesús. No os dejéis llevar por el individualismo o la indiferencia religiosa. Jesús confía en vosotros para que seáis sus discípulos misioneros aquí y ahora, participando activamente de la misión que Él nos ha encomendado a toda su Iglesia.
Recordad las palabras del Papa Francisco: “Espero que todos los jóvenes del mundo se sientan parte viva de la Iglesia, protagonistas de su misión”.
Os espero a todos en el Encuentro del día 12 febrero. Haced un pequeño esfuerzo. Merece la pena.
Os saluda con afecto y bendice, vuestro Obispo,
+ Casimiro López Llorente
Obispo de Segorbe-Castellón.