El Obispo de la diócesis de Segorbe-Catellón, D. Casimiro López Llorente; ha presidido esta misma mañana en la parroquia de San Francisco de Asís de Castellón la misa de desagravio con el deseo de reparar el acto sacrílego que tuvo lugar a primeras horas de la noche del pasado 24 de enero; en la citada iglesia.
En la eucaristía han concelebrado varios sacerdotes, entre ellos el párroco de San Francisco, D. Antonio Caja.
Cabe recordar que este hecho “que nos duele profundamente y que se trata de un acto sacrílego contra el mayor tesoro que tenemos los católicos: la Santísima Eucaristía, presencia real y permanente de Jesucristo entre nosotros” (así lo transmitió el Obispo en un comunicado) tuvo lugar en el transcurso de un robo perpetrado en la iglesia en el que se sustrajo el viril con el Santísimo, depositado en el Sagrario. Por eso hoy al comienzo de la homilía el obispo ha recordado que fue el propio párroco el que le llamó para comunicarle “la dolorosa noticia del robo del Santísimo de la capilla del oratorio”.
Sus palabras, a raíz de este suceso, han servido para reflexionar sobre lo que supone que el Señor se haya quedado presente entre nosotros bajo las especies eucarísticas y ha recordado que Jesucristo no dudó ni un momento en cumplir su promesa: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.
“Sin la eucaristía no podemos vivir si lo queremos hacer como cristianos. Sin la eucaristía no puede haber comunidad eclesial, ni parroquial”, ha remarcado el Obispo. El acto religioso ha concluido con una exposición del Santísimo Sacramento y el rezo de la oración por el Año Jubilar.
Al mismo tiempo en otras iglesias parroquiales, capillas y templos abiertos al culto se han llevado a cabo actos de desagravio y de reparación a través de la celebración de la eucaristía o con la exposición prolongada del Santísimo Sacramento.
Presidida por D. Casimiro, será mañana domingo a las 11.30 horas
Los fieles de la Iglesia de Segorbe-Castellón se sumarán mañana, a las 11.30h, a la celebración de una Eucaristía en desagravio por el acto de profanación del Santísimo Sacramento, ocurrido el pasado martes, en la Iglesia de San Francisco de Asís, en Castellón. La celebración estará presidida por Mons. Casimiro López Llorente.
Nada más conocerse los hechos, D. Casimiro emitió un comunicado poniendo los hechos en conocimiento de todos los fieles y, dirigiéndose a toda la Iglesia Diocesana, y, en especial a la comunidad parroquial de San Francisco de Asís, nos invitaba a participar en la celebración de una Eucaristía que se celebrará mañana domingo, a las 11,30h en la Iglesia de San Francisco.
Nuestro Obispo traslada el «profundo dolor de este acto sacrílego contra el mayor tesoro que tenemos los católicos: la Santísima Eucaristía, presencia real y permanente de Jesucristo entre nosotros» y pide «a los sacerdotes que en todas las iglesias parroquiales, capillas y templos abiertos al culto se lleven a cabo actos de desagravio y de reparación sea con la celebración de la santa Misa o con la exposición prolongada del Santísimo Sacramento».
Del mismo modo, asegura que este hecho «nos permite reflexionar sobre lo que supone que el Señor se haya quedado presente entre nosotros bajo las especies eucarísticas».
En el mismo comunicado, D. Casimiro, nos exhorta «a aprovechar lo acontecido para renovar nuestra fe y devoción eucarísticas», pues en este suceso «se esconde una llamada a la conversión dirigida a cada uno de nosotros».
Las hermanitas de los Ancianos Desamparados están de enhorabuena porque celebran una efeméride muy especial: el 150 aniversario de su fundación. Un hecho que tuvo lugar el 27 de enero de 1.873 gracias al venerable Saturnino López Novoa y a Santa Teresa Jornet. Desde aquel entonces ha llovido mucho pero esta congregación religiosa de derecho pontificio sigue al pie del cañón para ejercer constantemente “la virtud de la caridad cristiana en los ancianos más vulnerables, acogiéndolos en un ambiente de familia y atendiendo todas sus necesidades: materiales, de afecto y espirituales”. “Queremos, en el día a día, hacer vida la consigna que nos dejó santa Teresa Journet: ‘Cuidar los cuerpos para salvar las almas’”, afirman las hermanitas de los Desamparados. Y tienen claro que su fin primordial “es ante todo, el seguimiento más cercano de Cristo con total dedicación a Dios como amor supremo” (como se indica en las Constituciones, 2).
Y precisamente con este espíritu, han celebrado hoy este aniversario con una misa de acción de gracias en la capilla de la residencia de ancianos de Castellón de la Plana. Una celebración que ha estado presidida por el Vicario General de la Diócesis, D. Javier Aparici (en representación del Obispo D. Casimiro López Llorente).
En la homilía Aparici ha destacado el valor de este aniversario dando gracias a Dios “por tantos dones recibidos a lo largo de estos 150 años. Dones y testimonios de santidad, en algunos casos hasta el martirio, dones y obras de evangelización… en especial hacia los más mayores”. Y ha señalado que “esta efeméride sea un tiempo de memoria agradecida del pasado, de renovación evangélica y de crecimiento espiritual, que anime a la esperanza”.
El Vicario General de la Diócesis ha remarcado que lo primero y lo más importante es “esta disposición a reconocer el rostro de Cristo en los hermanos y muy especialmente en quienes sufren” y ha dicho también que el ejemplo de Santa Teresa Jornet sigue siendo hoy “un desafío verdadero a nuestra cultura de la indiferencia en la que son muchos los que se quedan al margen de la sociedad”. Y ha invitado siguiendo el testimonio del mismo Jesús y de Santa Teresa Jornet a “ponernos al servicio de los más pequeños, de los últimos”. “La sociedad en que vivimos, en una mayoría, no tiene en cuenta a los ancianos, no se hace cargo de sus necesidades, de su soledad…El testimonio de Santa Teresa nos invita a revisar nuestras actitudes”, ha enfatizado.
Y al final de la homilía D. Javier ha insistido a la hermanas en la necesidad de “seguir bebiendo de vuestro carisma, transmitiendo a las nuevas generaciones el amor de Cristo hacia los ancianos, proporcionándoles los mejores medios de asistencia que estén a vuestro alcance para hacerles la vida lo más agradable posible”.
A la eucaristía concelebrada por varios sacerdotes han acudido también numerosas personas comprometidas con las hermanitas de los Desamparados. Cabe destacar que a lo largo de todo el territorio nacional hay más de un centenar de casas de esta congregación.
A todos los fieles cristianos de Segorbe-Castellón:
en especial a la comunidad parroquial de San Francisco de Asís de Castellón de la Plana
1. Como Obispo de Segorbe-Castellón comunico a todos que ayer, 24 de enero, a primeras horas de la noche descubrimos una grave profanación del Santísimo Sacramento de la Eucaristía en la iglesia parroquial de San Francisco de Asís de Castellón de la Plana. En el transcurso de un robo perpetrado en la iglesia ha sido sustraído el viril con el Santísimo, depositado en el Sagrario.
2. Con el deseo de reparar este acto sacrílego se celebrará una Santa Misa de desagravio en la iglesia de San Francisco de Asís, el domingo próximo, día 29 de enero, a las 11:30 horas a la que invito a todos los católicos de la Diócesis de Segorbe-Castellón -sacerdotes, religiosos y laicos-, acompañando a los fieles de esta parroquia en este momento doloroso de su historia local.
3. Este hecho nos duele profundamente. Se trata de un acto sacrílego contra el mayor tesoro que tenemos los católicos: la Santísima Eucaristía, presencia real y permanente de Jesucristo entre nosotros. Por ello, como Obispo pido a los sacerdotes que en todas las iglesias parroquiales, capillas y templos abiertos al culto se lleven a cabo actos de desagravio y de reparación sea con la celebración de la santa Misa o con la exposición prolongada del Santísimo Sacramento.
4. Este suceso nos permite reflexionar sobre lo que supone que el Señor se haya quedado presente entre nosotros bajo las especies eucarísticas. Él no dudó ni un momento en cumplir su promesa: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Si el Señor, a pesar de todos los riesgos y peligros, mantiene hoy su voluntad de permanecer entre nosotros, es una señal inequívoca de que los bienes que se desprenden de su presencia son infinitamente más grandes que los males que se puedan derivar.
5. Exhorto a los todos fieles católicos a aprovechar lo acontecido para renovar nuestra fe y devoción eucarísticas. Detrás de este suceso se esconde una llamada a la conversión dirigida a cada uno de nosotros. Hagamos de este agravio una oportunidad de desagravio. Que esta ofensa sea ocasión para suscitar y manifestar nuestro amor hacia Jesucristo, presente en la Eucaristía.
Hoy es un día grande para la ciudad de Castellón que, con una Eucaristía de acción de gracias, ha conmemorado los 100 años de la declaración pontificia de la Mare de Déu del Lledó como su Patrona, por el Papa Pío XI el 8 de noviembre de 1922.
Volvía a brillar el sol, y en la explanada de la Basílica se ha reunido una multitud de castellonenses, para honrar y venerar a la Madre de Cristo y para celebrar la Santa Misa, centro de toda vida cristiana, que ha presidido el Obispo de la Diócesis, D. Casimiro López Llorente.
Alrededor de las 11:00 h., las Camareras ultimaban los detalles de la Virgen, y el repique de las campanas marcaba el inicio de su salida que, escoltada por una escuadra de arcabuceros, ha salido en procesión portada por los barreros. La Lledonera llegaba al altar con la música de la Coral Juan Ramón Herrero y Vicent Ripollés, bajo la dirección de D. Manuel Torada Calonge.
Junto a los miembros de la Real Cofradía de la Virgen del Lledó estaba la corporación municipal y las reinas de las fiestas.
“A la Virgen del Lidón le damos las gracias por tantos favores recibidos por intercesión suya – decía el Obispo en la homilía – y a ella le confiamos la vida de nuestra ciudad y de sus habitantes, de nuestras familias y de nuestras parroquias”.
“Patrona quiere decir defensora, protectora, abogada e intercesora ante Dios”, ha señalado, por lo que María es quien “nos protege y guía en el proceloso mar de la vida por el camino seguro, para llevarnos a buen puerto”, que es “su Hijo, el Hijo de Dios, el Salvador, Camino, Verdad y Vida, la esperanza que no defrauda”.
Ante la crisis que estamos viviendo, económica, laboral, política, social y eclesial, ha exhortado a contemplar y a acudir a la Mare de Déu del Lledó. “Todo parece tambalearse”, señalaba, especialmente en un mundo dominado por el individualismo y el relativismo, en el que “domina la corrección política y la cancelación de lo cristiano”, y en el que “se intenta vivir como si Dios no existiera”.
Se ha proclamado el Evangelio de la Visitación de la Virgen a su prima Isabel, y D. Casimiro ha recalcado tres palabras que sintetizan la actitud de María y que nos indican el camino a seguir: creer, acoger y actuar. “La Virgen cree en Dios y se fía de Él; acoge su llamada; y actúa, poniéndose en camino para servir a Isabel, llevando en su seno al Hijo de Dios”.
Además, el Obispo ha recordado que este domingo celebramos la Jornada Mundial de los Pobres, invitando “a compartir lo poco que podamos tener con quienes no tienen nada”, y llamando “a la solidaridad en medio de un mundo herido por la violencia y por la guerra”.
Mons. Casimiro López Llorente presidirá la Eucaristía en el cementerio de Castellón y en el de Segorbe
Varias son las actividades que se van a celebrar en la Diócesis de Segorbe-Castellón con motivo de la Solemnidad de Todos los Santos.
Esta tarde en la parroquia de Nuestra Señora de La Merced, en Burriana, con el objetivo de conmemorar el verdadero sentido de la celebración que no es otro que recordar a todos aquellos que nos precedieron en la santidad, se ha organizado para los más pequeños un Holywins.
También, lejos de aquellas otras tradiciones que no siendo originarias de aquí y no teniendo ninguna relación con la fe, festejan la oscuridad y la muerte, la convocatoria de «Holywins» en La Merced, pretenden centrar la importancia de la solemnidad en la celebración de la luz, el paso a la vida eterna y la santidad. Así se ha organizado una celebración con disfraces de santos para los máspequeños en la Capilla del Santísimo que incluye una reflexión catequética sobre el origen cristiano de la fiesta.
Por otra parte, la asociación de jóvenes católicos Hakuna, celebrará en la Parroquia de El Salvador de Castellón una charla ofrecida por el párroco, D. Samuel Torrijo, que bajo el título «La vida que viene de la muerte», tratará también de poner el interés de la celebración en la búsqueda de la santidad y la promesa de vida eterna. La convocatoria incluye la tradicional «hora santa» que todos los lunes tiene lugar en la Parroquia y la celebración de la Misa de Todos los Santos.
Misa de Todos los Santos
Ya mañana, día de la conmemoración, el Obispo de la Diócesis, Mons. Casimiro López Llorente presidirá la Eucaristía en el Cementerio de San José, en Castellón, a las 10.30h.
Por la tarde se desplazará hasta Segorbe donde, a las 16.00h se rezará el Santo Rosario en el cementerio y, a continuación, en torno a las 16.30h dará cominezo la Eucaristía.
Tras una semana de oficios y actividad religiosa en la Parroquia de San Jaime, en Oropesa del Mar, ayer se celebró la Solemne Eucaristía en honor a la Virgen de la Paciencia, Patrona de los oropesinos.
Fue celebrada por el párroco, D. José Miguel Sala y contó con la predicación de el Deán de la Catedral de Segobre, D. Federico Caudé. En la misma participaron los miembros de la Cofradía, así como las autoridades locales, y las reinas y damas de las fiestas. Los actos centrales de la celebración se vivieron durante toda la jornada, culminando así con una amplia programación de oficios religiosos que han tenido lugar desde el pasado 25 de septiembre en la Parroquia.
Las celebraciones se iniciaron con la bajada de la Virgen hasta el templo parroquial el domingo anterior para que presidiera las celebraciones litúrgicas que han tenido lugar diariamente. Finalmente ayer, concluían los actos religiosos con la Santa Misa y la ofrenda de flores, así como la procesión vespertina que recorrió las principales calles de la localidad.
D. Casimiro co-presidió la Eucaristía que se celebró ayer en la Gruta
Enfermos y hospitalarios rezaron y meditaronel Vía Crucis junto al Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón
Ayer finalizaba la peregrinación hospitalaria de Nuestra Señora de Lourdes con un intenso programa. Por la mañana, a primera hora, se celebró una Misa en la gruta, para los más de 1000 peregrinos de las Diócesis de Segorbe-Castellón, Jaén, Mondoñedo-Ferrol, Ourense y Toledo, que estuvo presidida por el Obispo de Jaén y concelebrada por Monseñor Casimiro López Llorente y el Obispo de Mondoñedo-Ferrol.
Los hospitalarios de las diferentes diócesis participaron activamente en los oficios, tanto en el coro como en la lectura de la Palabra, el resto portando enfermos o siguiendo con devoción mariana la celebración a los pies de la Virgen.
Tras la Eucaristía la hospitalidad de la Diócesis de Segorbe-Castellón se dirigió a la zona de piscinas, donde, a pesar de que por protocolo COVID se ha suprimido el tradicional baño, sí pudieron realizar el denominado «gesto del agua».
D. Casimiro, junto a los sacerdotes diocesanos que han asistido a esta peregrinación, acompañaron a los enfermos, ante quienes, nuestro Obispo rezó una oración antes de proceder a este simbólico acto que se realiza en la intimidad.
En la jornada, que también lo fue de despedida, los participantes en la peregrinación tuvieron la oportunidad de rezar y meditar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús a través del Vía Crucis. Guiado por nuestro Obispo y meditado por los sacerdotes que han participado en la peregrinación, tuvo lugar en la Capilla de Santa Bernardita para protegerse de la intensa lluvia que ayer caía sobre el Santuario de Lourdes pero que no impidió que se celebraran todos los actos y celebraciones previstas.
La jornada finalizó con el paso por la Gruta para despedirse de la Virgen y las palabras de nuestro Obispo que como lo ha hecho durante todos los días de este peregrinación, consoló a los enfermos, quienes, de la mano de María han podido mantener un encuentro con Jesucristo, y animó a los hospitalarios mostrando su agradecimiento por el servicio prestado a nuestra Iglesia Diocesana.
A las 19 h. ha comenzado la celebración de la Cena del Señor de este Jueves Santo, que ha presidido nuestro Obispo, D. Casimiro, en la S.I. Catedral de Segorbe. Ha concelebrado el Deán, D. Federico Caudé, el canónigo, D. José Manuel Beltrán, y el Secretario Particular, D. Ángel Cumbicos, asistiendo Manuel Zarzo, Diácono Permanente.
Cerramos el ciclo cuaresmal y abrimos el triduo Pascual, conmemorando el día en que Jesús, durante la Última Cena, instituyó el don de la Eucaristía, el sacerdocio, y el mandamiento sobre la caridad fraterna. Cristo entra en la noche de Getsemaní y comienza la Pascua del Señor.
Imitamos “aquella memorable cena” que Jesús celebró con sus discípulos antes de padecer, y en la que quiso anticipar sacramentalmente, en los signos del pan y el vino, su entrega total en la cruz, y para perpetuarla instituyó también el misterio sacerdotal. Es el día sacerdotal por excelencia.
«Este día será para vosotros memorable, en él celebraréis la fiesta al Señor»
(Ex. 12, 14)
“Nos trasladamos al Cenáculo, donde Jesús se ha reunido con los Apóstoles, se ha reunido con los suyos para celebrar la Pascua”, decía D. Casimiro en el inicio de la homilía, en la que los israelitas conmemoraban el paso del Señor para liberarlos de la esclavitud de Egipto y la Alianza de Dios con su Pueblo.
“Sabiendo que había llegado su hora, de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, «los amó hasta el extremo»”, esto es lo que significa esta celebración, “Jesús nos muestra que nos ama hasta el extremo”, ha recalcado. “Jesús hoy nos da tres dones, tres regalos: la Eucaristía, el sacerdocio y el mandamiento nuevo del amor”, ha indicado el Obispo.
«Cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva»
(1 Cor. 11, 26)
“Jesús nos da el gran regalo, el tesoro más grande que tenemos en nuestra Iglesia, el sacramento de la Eucaristía”, en la que Él “se entrega para liberarnos del pecado y de la muerte”. Y lo hace diciendo: «Haced esto en conmemoración mía». Con este mandato, Jesús instituye la Eucaristía, “el sacramento que perpetúa a lo largo de los siglos esa entrega de Jesús hasta el extremo”.
Teniendo presente la apertura del Año Jubilar, ha indicado que “sin la Eucaristía no habría Iglesia”, sin ella “no haríamos presente a Cristo Jesús, muerto y resucitado para que el mundo tenga vida, y vida eterna”.
Al agradecer el don de la Eucaristía, recordamos y agradecemos también la institución del sacramento del Orden. “Sin sacerdotes no hay Eucaristía”, ha indicado, “y sin Eucaristía no hay Iglesia”. Por ello ha exhortado a acoger y a cuidar a los sacerdotes, “hay que acompañarlos, cuidar de ellos”.
«Os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis»
(Jn. 13, 15)
D. Casimiro ha invitado a seguir el ejemplo de Jesús, que “nos muestra que solo entregándose hasta el final se encuentra la vida, solo entregando la propia persona se llega a la felicidad”, “no haciendo lo que me plazca”. “El camino para ser verdaderamente humano es el camino del amor, amor entregado y desinteresado”.
El mandamiento nuevo del amor “es la luz que nos ayuda a caminar hacia la felicidad plena, que está en darse, como Jesús nos muestra”. “Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo, este es el resumen de los mandamientos”, que debemos vivir con las personas que nos encontramos cada día en nuestro caminar, “porque ahí sale Jesús a nuestro encuentro”.
El rito del lavatorio de los pies se hace tal como hizo el Señor, significando su gran amor por los hombres. El Obispo ha lavado los pies a 12 cofrades de la Cofradía de la Verónica de Segorbe.
E
Terminada la Misa se traslada la Eucaristía de forma solemne y es reservada en el monumento para la adoración.
Ayer tarde se celebró, en la Iglesia de los Santos Juanes de Almenara, la Solemne Misa en conmemoración de Santa Genoveva Torres. Esta primera celebración de 2022 estuvo presidida por el Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, D. Casimiro López Llorente. La Eucaristía comenzaba con el saludo general del Obispo a los sacerdotes concelebrantes, el Vicario General, D. Javier Aparici y el párroco, D. Manuel Díaz, así como al cabildo catedralicio, Federico Caudé, los Vicarios de Pastoral y del Clero, D. Miguel Abril y D. Marc Estela, a D. Juan Vicente Vaquerizo, Vicario de La Asunción de Ntra. Sra (Alcora) y oriundo de Almenara, y el secretario particular, D. Ángel Cumbicos, a los diáconos, a la Madre General, Marisol Alarcia, y a las hermanas Angélicas, así como a los familiares de la santa y a los fieles en general. Con la Solemne Eucaristía concluían los actos que se han celebrado desde el pasado 1 de enero para recordar a quien fuera canonizada por San Juan Pablo II en mayo de 2003 y primera Santa de nuestra Diócesis.
«A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos«
Tras la proclamación de la Palabra (Eclo 2: 7-13; Gal 6: 14-18; y Mateo 25: 31-40) la homilía de D. Casimiro puso el acento en «el amor a Cristo y la Eucaristía como fuente de vida» de la Santa. Tras un breve, pero conciso recuerdo de la vida de Santa Genoveva, las palabras del Obispo de la Diócesis lo fueron de «acción de gracias porque ella ha sido y sigue siendo un don para nuestra Iglesia diocesana y para cada uno de nosotros». La Iglesia celebra los Santos, dijo el prelado, «como modelo que nos recuerdan que es posible caminar desde la fe y desde el encuentro con el Señor, siendo testigos, como ella lo fue, del amor al prójimo». Un camino, recordó D. Casimiro al que nosotros también nos estamos preparando en este año de Gracia en el que vamos a celebrar el 775 Aniversario de la creación de la Sede Episcopal en Segorbe.
Muchos son los aspectos a destacar de Santa Genoveva que nos deben servir de referencia y modelo, dijo D. Casimiro, poniendo el énfasis en «la total confianza en Dios, a pesar de las muchas dificultades y carencias a las que tuvo que enfrentarse, ella nunca dudó de Dios». Una mujer profundamente cristiana, pero también humilde y caritativa con los necesitados que, en palabras del Obispo, «alimentaba la confianza en Dios a través de su profunda devoción a la Eucaristía donde entraba en las entrañas del corazón de Jesús, viviendo y meditando los misterios de Jesucristo en el rezo del Santo Rosario». Y de ahí, recordó D. Casimiro, «su devoción a la Virgen a quien tenía como modelo de humildad».
A la luz de la Palabra proclamada, el Obispo exhortó a acoger el encuentro del Señor con cada uno de nosotros como lo hizo Santa Genoveva. Y de su encuentro con Jesucristo, dijo D. Casimiro, «se dejó llenar del amor misericordioso de Dios y llevó a otras mujeres hacia ese encuentro personal con Dios». Así, invitó a todos los fieles, «a salir al encuentro del Señor y llevar a otros a ese encuentro que es transformador, renovador y salvador, porque da esperanza y nos ayuda a fortalecer nuestra fe». Para concluir, elevó súplica al Señor para vivir con la misma actitud de Genoveva, en este año tan rico en Gracias para la Diócesis y para la vida de nuestra Iglesia diocesana, «y nos conceda, por intercesión de Santa Genoveva, avivar nuestra fe y nuestra confianza en Él y caminemos como Iglesia peregrina del Señor, para ser, aquí y ahora misioneros suyos».
Genoveva nacía un 3 de enero de 1870 en Almenara, en el seno de una familia cristiana y humilde. A la edad de ocho años queda huérfana al fallecer sus padres, José Torres y Vicenta Morales, además de cuatro de sus cinco hermanos. Es por ello que se vio obligada a abandonar sus estudios, una educación muy elemental, para comenzar una vida de servicio a los demás, asumiendo el cargo de ama de casa y la atención de su hermano José.
A los trece años le diagnosticaron un tumor maligno, el cual le causaba unos dolores tan insoportables que en ocasiones perdía el conocimiento, por lo que tuvieron que amputarle una pierna en una operación sin anestesia. Desde entonces siempre necesitaría dos muletas para poder caminar. Pasados unos años volvió a caer gravemente enferma y tuvo que ser internada en el orfanato “Casa de la Misericordia” de Valencia, conducido por las Carmelitas de la Caridad, donde completó su formación, creció en su vida espiritual y en su relación con el Señor.
Tal como recordó nuestro Obispo durante la homilía, Santa Genoveva, sentía una especial devoción a la Eucaristía, al Sagrado Corazón, a Ntra. Sra. del Buen Suceso y a los ángeles. Buscando siempre hacer la voluntad de Dios, a los veinticuatro años se fue a vivir con dos mujeres, Isabel Fuster y Amparo Ribes, con las que realizaba trabajos de costura y a las que servía, poniendo siempre a Jesús en el centro de aquella casa. Pronto se dio cuenta de que muchas mujeres de su época eran víctimas del abandono y de la soledad, por lo que en 1911 inauguran en Valencia la primera de muchas otras residencias que se fundan, en toda España y en otros países, con el fin de darles amparo a estas mujeres, de ser consuelo en la soledad y para la adoración nocturna de la Eucaristía. Este es el origen de las “Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Santos Ángeles”, instalándose en Zaragoza la Casa General y el Noviciado, junto a la Catedral-Basílica de Nuestra Señora del Pilar.
A pesar de su juventud y de todo por lo que había pasado, Genoveva pasaba los días trabajando, sirviendo y rezando. Tenía una gran madurez y poseía una gran capacidad de sufrimiento. Solía repetir: “Todo lo vence el amor”.
Hay quienes ante el sufrimiento de la vida se rebelan contra Dios. Ella no. Santa Genoveva, en medio de sus padecimientos se acordaba de Jesús Crucificado y todo lo ofrecía por la salvación de los pecadores. Un ejemplo de fe ante el misterio del dolor y del sufrimiento humano.
Esta sencilla mujer era una protagonista privilegiada del Evangelio del Sufrimiento, como dijo Juan Pablo II en su Carta Apostólica “Salvifici Doloris”. Un Evangelio escrito por “todos los que sufren con Cristo, uniendo los propios sufrimientos humanos a su sufrimiento salvador”, cumpliéndose en ellos “el Evangelio del sufrimiento”.
Oración a Santa Genoveva
Oh Dios, que concediste a Santa Genoveva Torres Morales, religiosa, gracias innumerables escogiéndola como instrumento fiel para combatir la soledad en que viven muchos seres humanos, haz que yo sepa también convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, de servir con alegría y sencillez a la Iglesia y al prójimo, iluminando los caminos del mundo con la luz de la fe y del amor. Dígnate concederme por su intercesión el favor que te pido… (Pida aquí su favor)
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