• Año Jubilar Diocesano 2022
  • Protección de menores
Obispado Segorbe-Castellón
  • Noticias
    • Hemeroteca
    • Noticias por categoría
    • Entrevistas
    • La Hoja
    • Reportajes
    • Colaboraciones
    • Datos de contacto
  • Diocesis
    • Obispo
      • Biografía
      • Cartas
      • Decretos
      • Homilías
    • Vicaría General
      • Vicaría General
    • Historia
      • Nuestra história
    • Episcopologio
      • Episcopologio de la Diócesis
    • Organización Territorial
      • Cabildos y Arciprestazgos
      • Parroquias y Capellanías
    • Curia
      • Curia y Vicarías
    • Patrimonio Cultural
      • Patrimonio Cultural
      • Visitas virtuales 360º
      • Diócesis y arciprestazgos
  • Pastoral
    • Delegaciones
      • Vicaría de Pastoral
    • Formación y Educación
      • Centro Superior de Estudios Teológicos
      • Instituto de Ciencias Religiosas
      • Colegios Diocesanos
      • Centros Docentes Católicos
    • Movimientos y Asociaciones
      • Asociaciones de Fieles Públicas Laicales
      • Ordenes Terceras
      • Asociaciones de Fieles Públicas Clericales
      • Asociaciones de Fieles Privadas
  • Caritativo – Social
    • Cáritas
      • Cáritas
      • Datos de Contacto
    • Pastoral Caritativa-Social
      • Pastoral Caritativa – Social
      • Entidades
  • Vocaciones
    • Sacerdocio
      • Seminario Mayor Diocesano Mater Dei
      • Seminario Mayor Diocesano Internacional y Misionero “Redemptoris Mater”
      • Seminario Menor Diocesano “Mater Dei”
    • Diaconado Permanente
      • ¿Qué es?
      • Comisión para el Diaconado Permanente
      • Noticias
    • Vida Consagrada
      • Vida Activa
      • Vida Contemplativa
    • Familia
      • ¿Os queréis casar?
      • Recursos para las familias
      • Delegación Diocesana de Pastoral Familiar y de la Vida
    • Laicado
      • ¿Qué es el laicado?
      • Congreso Nacional de Laicos
      • Plan Diocesano del Postcongreso de Laicos
      • Movimientos y Asociaciones de Apostolado Seglar
      • Noticias
  • Archivo
  • Participación y Transparencia
    • Dono a mi iglesia
    • xtantos
    • Organigrama
      • Organigrama
    • Estatutos y Reglamentos
      • Estatutos y Reglamentos
    • Subvenciones y Convenios
      • Subvenciones y Convenios
    • Información Económica
      • Normativa Económica
      • Información Económica
    • Inmatriculaciones
      • Inmatriculaciones
    • Protección de menores
      • Oficina de protección de menores
      • Decretos
      • Protocolos de la CEE
      • Vademecum
      • Guía diocesana de prevención
    • Protección de datos
      • Oficina de protección de datos
      • Nombramiento del Delegado diocesano
      • Decreto general de la CEE
      • Política de privacidad
  • Buscar
  • Menú Menú

Entradas

Un centenar de ucranianos ortodoxos celebran la Pascua de Resurrección

26 de abril de 2022/0 Comentarios/en Noticias /por obsegorbecastellon

Acogidos en la Parroquia de San Jaime Apóstol de Oropesa

Varias familias de ucranianos que residen desde hace varios años en Oropesa han acogido a otras tantas como consecuencia de la invasión de Rusia que provocó la guerra y la consiguiente huida del país de cientos de miles de ucranianos.

La semana pasada se pusieron en contacto con el párroco, D. José Miguel Sala, a quien solicitaron la posibilidad de celebrar la Pascua de Resurrección que, en el calendario litúrgico que siguen se celebraba el pasado domingo. La Pascua es el día más importante del año eclesiástico, y todos los demás días, de una forma u otra, dependen de él. En este sentido, el ciclo pascual comienza el «domingo de Zaqueo » en la tradición eslava o el «domingo de la mujer cananea» en la tradición griega, y empieza así el tiempo de preparación de la Gran Cuaresma, once domingos antes de la Pascua. Las lecturas de la Epístola y del Evangelio en la Divina Liturgia durante todo el año están determinadas por la fecha de la Pascua.

El párroco de Oropesa, puesto en contacto con el Delegado Diocesano para las Relaciones Interconfesionales y el Diálogo Interreligioso, D. Nuno Vieira, solicitó los permisos oportunos y a través de Vicaría General, acordó la celebración que estuvo presidida por el Padre Bogdán Grytsyuk. El sacerdote ucraniano es protopresbítero responsable de la comunidad ortodoxa de ucranianos de la provincia de Valencia.

El párroco de Oropesa acogió «con mucho agrado la celebración», que según ha confirmado «se celebró en un ambiente de profundo recogimiento y también de alegría por lo que supone la celebración». Al terminar la celebración, D. José Miguel Sala se dirigió a los feligreses a quienes trasladó que «la comunidad parroquial ha colaborado con la Diócesis de Segorbe-Castellón en el envío de material de primera necesidad a Ucrania y que cada Jueves, ante el Santísimo Sacramento oramos por la paz, por los refugiados y sus familias, y por los difuntos de esta cruel guerra».

La celebración fue muy especial para todos, incluidos los más pequeños que, al finalizar la ceremonia, entonaron canciones tradicionales de la Pascua ucraniana y recitaron poesías de alabanza por la Resurrección del Señor. Para concluir se cantó el Himno de Ucrania y el párroco de Oropesa regaló dulces a los niños.

Compartir

Homilía en la Pascua de Resurrección

17 de abril de 2022/0 Comentarios/en Noticias destacadas, Homilías, Homilías 2022 /por obsegorbecastellon

S.I. Catedral-Basílica de Segorbe, 17 de abril de 2022

(Hch 10,34a.37-43; Sal 117; Col 3,1-4; Jn 20,1-9)

Hermanas y hermanos en el Señor.

1. “¡Cristo ha resucitado! Aleluya”. Hoy es “el día en que actuó el Señor; sea nuestra alegría y nuestro gozo”. Cantemos con toda la Iglesia el Aleluya pascual. ¡Cristo ha resucitado! Hoy es el día en que con mayor verdad podemos entonar cantos de victoria. Hoy es el día en que el Señor nos llamó a salir de las tinieblas de la muerte y a entrar en el reino de su luz maravillosa. El mismo Cristo Resucitado, vencedor de la muerte, nos invita a la alabanza y a la acción de gracias.

2. En el Credo confesamos que Jesús, después de su crucifixión, muerte y sepultura, “al tercer día resucitó de entre los muertos”. El evangelio de hoy nos invita a dejarnos llevar por la luz de la fe para creer personalmente que Cristo ha resucitado. En primer lugar, el Evangelio nos habla de la señal del sepulcro vacío. Este hecho desconcertó en un primer momento a María Magdalena y a los mismos Apóstoles, Pedro y Juan; pero sólo Juan, el discípulo a quien Jesús amaba, «vio y creyó». «Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos» (Jn 20,8-9). El cuerpo de Jesús, muerto en la cruz, ya no estaba allí; no porque hubiera sido robado o puesto en otro lugar, sino porque había resucitado. Aquel Jesús a quien habían seguido, vive, porque ha resucitado; en Él ha triunfado la vida sobre la muerte, el bien sobre el mal, el amor de Dios sobre el odio del mundo. Cristo Jesús es el vencedor del pecado y de la muerte.

El hecho mismo de la resurrección, es decir el momento mismo en que el cuerpo muerto de Jesús pasa a la Vida gloriosa, no tiene testigos. Pero la resurrección de Jesús es un hecho real, que ha sucedido en la historia, aunque que traspasa el tiempo y el espacio. No es el fruto de la fantasía de unas mujeres crédulas o de la profunda frustración de sus discípulos, como dicen los que la niegan. La tumba está vacía, porque Jesús ha resucitado verdaderamente y su carne ha sido glorificada. No se trata de una vuelta a esta vida para volver a morir de nuevo, sino del paso a nueva forma de vida, gloriosa y eterna. El que murió bajo Poncio Pilato, éste y no otro, es el Señor resucitado de entre los muertos. Jesús vive ya glorioso y para siempre. Por eso Jesús mismo se aparece a sus discípulos.

2. ¡Cristo Jesús ha resucitado! Para aceptarlo es necesaria la fe en la Palabra de Dios, como ocurrió en los primeros discípulos de Jesús: una fe que brota de la experiencia del encuentro personal con el Resucitado. Una vez resucitado, Jesús salió al encuentro de sus discípulos: se les apareció, se dejó ver y tocar por ellos, caminó, comió y bebió con ellos. La tarde del primer día de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Jesús resucitado se puso en medio de ellos, les enseño las señales de sus manos y el costado, y les dijo: “Paz vosotros”. Y su corazón se lleno de alegría al ver al Señor (cf. Jn 20, 19-20). Al apóstol Tomás, que no estaba presente y dudaba de lo que le dijeron sus compañeros, Jesús le invitó una semana después a tocar las llagas de sus manos y meter su mano en la hendidura de su costado. Y Tomás creyó que el Resucitado era el mismo que el Crucificado: «Señor mío, y Dios mío», exclamó (Jn 20,28).

Los discípulos se dejaron encontrar personalmente por el Resucitado. Fue un encuentro real y no una fantasía. Fue un encuentro profundo que tocó a sus personas en el centro de su ser; quedaron sobrecogidos ypasaron de la tristeza a la alegría, de la decepción a la esperanza, del miedo a los judíos a mostrarse ante ellos como los discípulos de Jesús. Toda su vida quedó transformada; todas las dimensiones de su existencia cambiaron de raíz: su pensar, su sentir y su actuar. Este encuentro los movilizó y los impulsó a contar lo que habían visto y experimentado; y lo hacían con temple y aguante, sin miedo a las amenazas, a la cárcel e incluso a la muerte. Este encuentro con el Señor resucitado fue tan fuerte que hizo de ellos la comunidad de discípulos misioneros del Señor, y puso en marcha un movimiento que nada ni nadie podrá ya parar.

Que Cristo ha resucitado es tan importante para los Apóstoles, que ellos son, ante todo, testigos de la resurrección, designados por Dios para nosotros y para siempre. Este es el núcleo de toda su predicación. “Nosotros somos testigos de todo lo que [Jesús] hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. A éste lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos designados por Dios: a nosotros, que hemos comido y bebido con Él después de su resurrección de entre los muertos” (Hech 10,39-41).

3. Como en el caso de los Apóstoles, el Señor resucitado sale hoy a nuestro encuentro y pide de nosotros un acto personal de fe en la resurrección de Cristo. Nuestra fe se apoya en la señal del sepulcro vacío y, sobre todo, en el testimonio unánime y veraz de aquellos que pudieron ver al Resucitado, que comieron y bebieron con él en los cuarenta días que permaneció en la tierra. A los testigos se les cree por la confianza que merecen. Los Apóstoles confiesan y proclaman que el Señor ha resucitado; y padecieron persecución y murieron por dar testimonio de esta verdad. No hay mayor credibilidad que la de quien está dispuesto a entregar su vida por mantener su testimonio.

El Señor resucitado está presente hoy en nuestra vida y sale a nuestro encuentro. Él está en medio de nosotros y nos invita a todos a dejarnos encontrar o reencontrar personalmente por Él para fortalecer o recuperar la alegría de nuestra fe y de nuestra condición de cristianos; es la alegría que brota de la Pascua, es la alegría de sabernos amados personal y siempre por Dios en su Hijo, Jesús, muerto y resucitado, para que en Él tengamos vida, la vida misma de Dios. Como entonces, este encuentro ha de ser personal, real y transformador de toda nuestra vida personal y comunitaria; un encuentro que nos lleve de nuevo a la comunidad de los discípulos de Jesús, y un encuentro que nos movilice a anunciar a todos la buena y gran Noticia de la Resurrección del Señor. Y este encuentro es posible: el Resucitado está entre nosotros, nos espera especialmente en su Palabra, en la Eucaristía y en el sacramento de la Penitencia, en la oración, en la comunidad de sus discípulos, y en los pobres, en los hambrientos y sedientos, en los enfermos y necesitados, con los que Él se identifica. Es la gracia que Dios nos ofrece principalmente en el Año Jubilar diocesano que acabamos de comenzar.

4. Cristo Jesús ha muerto y ha resucitado por todos nosotros. El es la primicia y la plenitud de una humanidad renovada. En Cristo, todo adquiere un sentido nuevo. La vida gloriosa del Señor Resucitado es como un inagotable tesoro, del que ya participamos por nuestro bautismo, que nos ha insertado en el misterio pascual del Señor. Recordemos hoy con gratitud nuestro bautismo; es nuestra pascua personal. Es el mayor don que hemos recibido de Dios y que pide ser acogido y vivido personalmente. “Por el bautismo fuimos sepultados con El en la muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva” (Rom 6, 3-4). San Pablo nos recuerda que ser bautizados significa ser incorporados a la Pascua del Señor, pasar con Cristo de la muerte del pecado a la Vida de Dios y en Dios. En el bautismo, Dios nos ha hechos sus hijos e hijas y nos ha dado la gracia inicial de nuestra futura resurrección. Por ello el mismo Pablo, nos recuerda hoy: “Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios…” (Col 3,1).

Al confesar y vivir que Cristo ha resucitado, nuestro corazón se ensancha y comprende mejor todo lo que puede esperar. Buscando los bienes de allá arriba, aprendemos a tratar mejor la creación y a poner amor y vida en nuestra relación con los demás. La resurrección del Señor nos coloca ante lo más en nuestra vida: la Vida eterna y la felicidad plena: y por eso toda nuestra existencia cobra una nueva densidad.

Como dice el Apóstol Pablo, nuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Ya no nos amenaza la muerte, ya no necesitamos buscar falsas seguridades por el temor a morir. Sabemos que la muerte ya no tiene la última palabra. Porque Cristo ha resucitado podemos vivir de una manera nueva, porque nuestra existencia está liberada de las reglas del pecado y de la mundanidad; es decir de la esclavitud de la mentira, de la avaricia, del odio, del rencor, de la indiferencia, del desprecio y del abuso de los demás. Jesús nos ha liberado y, resucitado, camina junto a nosotros haciendo que sea posible vivir de un modo distinto, para que, como Él, pasemos haciendo el bien. Todos los sig­nos de alegría y de fiesta de este día, en que actúo el Señor, son signo también de la cari­dad que ha de inundar nuestros corazones. Jesús victorioso nos comunica su vida para que podamos seguir su camino. El nos hace posible la entrega desinteresada al prójimo y su acogida generosa, el verdadero amor en el matrimonio y en la familia, la amistad desinteresada y benevolente, el perdón y el trabajo justo, porque la muerte ya no tiene la última palabra.

En la resurrec­ción de Jesús tienen respuesta todas las inquietudes de nuestro corazón. Porque Cristo ha resucitado, el mundo no es un absurdo. Ni la persecución de los cristianos, ni las injusticias, ni la corrupción de los poderosos de este mundo, ni el pecado, ni el mal, ni la muerte tendrán la última palabra, porque el Señor ha resucitado. Él está vivo y nos podemos dejar encontrar y transformar por Él. Ahí está el sentido de nuestra vida y la posibilidad de llevarla a su plenitud en el amor. Ale­grémonos en este día que disipa todas las tinieblas y dudas, y hace crecer en nosotros la esperanza.

5. Los Apóstoles fueron, ante todo, testigos de la resurrección del Señor Jesús. Aquel mismo testimonio, que, como un fuego, ha ido dando calor a las almas de los creyentes, llega hoy hasta nosotros. Acojamos y transmitamos este mensaje a las nuevas generaciones. Sean cuales sean las dificultades, éste es nuestro deber más sagrado: transmitir de palabra y por el testimonio de las buenas obras esta buena Noticia de Dios para la humanidad: En Cristo, la Vida ha vencido a la muerte, el bien al pecado, el amor al egoísmo, la luz a la oscuridad, el sentido de la historia y del cosmos al sinsentido del nihilismo. Hay esperanza para la humanidad.

Celebremos, hermanos, a Cristo resucitado. Reavivemos nuestro propio Bautismo, que nos ha hecho nuevas creaturas. Nuestra alegría pascual será verdadera si nos dejamos encontrar y transformar de verdad por el Resucitado en lo más profundo de nuestro ser; si nos dejamos llenar de su vida y amor: esa vida y ese amor de Dios que generan alegría, paz, justicia, vida, amor y esperanza. Que el encuentro gozoso de María, nuestra Madre, con su Hijo Resucitado nos lleve a nuestro en el Señor.  

!Feliz Pascua de Resurrección para todos¡

+ Casimiro Lopez Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

Torreblanca celebra la Pascua Greco-católica de los ucranianos residentes en la Diócesis

3 de mayo de 2021/0 Comentarios/en Noticias, Relaciones Interconfesionales y Diálogo Interreligioso /por obsegorbecastellon

El pasado 25 de abril, en la iglesia parroquial de San Bartolomé de Torreblanca, los sacerdotes D. Vasyl Boyko, Párroco de la Parroquia greco-católica de Valencia, y su vicario, daban inicio a la Semana Santa con la celebración del Domingo de Ramos, a la que asistieron los fieles ucranianos de este rito de la Iglesia Católica, residentes en la localidad.

Este sábado pasado D. Dmytro Kyiashko, vicario parroquial de Valencia presidió la Solemnidad de la Pascua de Resurrección. A ella acudieron no sólo fieles residentes en Torreblanca sino también venidos desde Castellón, Villareal, Almasora y de otros pueblos de la Diócesis.

D. Nuno Vieira, al inicio de la celebración, felicitó a los fieles por sus fiestas de Pascua y expresó el deseo de que en breve esta Comunidad Eclesial pueda contar con un sacerdote residente en la Diócesis para que la asistencia espiritual, catequética y sacramental sea más regular y así los fieles estén mejor atendidos. En Torreblanca, los greco-católicos se reúnem desde hace casi una década, cuando fueron paternalmente acogidos por D. Casimiro López Llorente, Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón. La jurisdicción plena sobre estos fieles la ostenta el Cardenal Arzobispo de Madrid, Su Eminencia D. Carlos Osoro, Ordinario de los fieles de los ritos orientales, en España.

Igualmente, D. Nuno Vieira, agradeció el esfuerzo de ambos sacerdotes, quienes, a pesar de atender a numerosas comunidades esparcidas por la Archidiócesis de Valencia, asumieron desde hace más de dos años la atención de los fieles ucranianos nuestra Parroquia.

La celebración de la Pascua según el calendario juliano, el mismo que siguen las Iglesias Ortodoxas y las Antiguas Iglesias Orientales, posibilitó, un año más, la alegría de encontrarse con el Señor según el espíritu y la tradición de tierras alejadas, tierras desde donde llegaron a nosotros los flujos migratorios dándonos a conocer una realidad distinta de la nuestra pero que hace parte de nosotros. Es la misma Iglesia Católica que diseminada por el mundo pregona el don de la unidad y la belleza de la diversidad a imagen del Dios Uno-Trino.

A los greco-católicos residentes en nuestra Diócesis les felicitamos y con ellos proclamamos: Щасливого Великодня, Cristo ha Resucitado, aleluya!

Compartir

Los jóvenes de Cursillos de Cristiandad viven una intensa Pascua

11 de abril de 2021/0 Comentarios/en Noticias /por obsegorbecastellon

Éxito de participación en la «Pascua Joven» organizada por los jóvenes del Movimiento Cursillos de Cristiandad (MCC) de nuestra Diócesis que se celebró en Torreblanca entre el Jueves Santo y el Domingo de Resurrección. Un total de 25 jóvenes, pertenecientes a diferentes realidades de la Iglesia, han participado de esta convivencia que les ha permitido vivir el Triduo Pascual juntos de una manera muy especial pues se organizaron un conjunto de actividades que han permitido a los jóvenes profundizar en la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor participando de las celebraciones propias de la vida de la Iglesia.

Jueves Santo

En este día del amor fraterno, de la institución de la Eucaristía y del Orden Sacerdotal, los jóvenes descubrieron cómo «la Iglesia nos invita a vivir, no sólo lavando los pies a los demás, sino dejándonos lavar nuestros propios pies por Cristo». La actividad de esta jornada se centró en acompañar a Jesús en el desierto, para vivir un particular Getsemaní, preparándose para compartir mesa con el Señor y celebrar junto a Él la Última Cena. Tras el oficio del día, la actividad se centró en acompañar a Jesús un rato en el huerto de los Olivos, ante el monumento de la parroquia, orando y velando con Él.

Viernes Santo

Frente a Cristo crucificado, aprendieron a amar sus propias cruces, y a reconocer que Jesús, esa misma tarde, iba a morir por cada uno de ellos, por cada uno de sus pecados y debilidades. Experimentaron la tristeza de la muerte, pero con la esperanza de que las promesas de Dios siempre terminan cumpliéndose.
Otras actividades de la jornada fueron el rezo del Vía Crucis en la parroquia de Torreblanca y la celebración de La Pasión por la tarde. También disfrutaron de la película de «La Cabaña», film que les permitió comprobar cómo Dios ama como un Padre, y aún a pesar de permitir el sufrimiento, nunca abandona a sus hijos. La jornada se completó con un testimonio que les ayudó a ver cómo el Señor siempre sale a nuestro
encuentro y transforma nuestras vidas. La jornada culminó con una adoración a la cruz dónde, simbólicamente, clavaron en el madero sus propias cruces, entregado a Jesús sus cargas.

Sábado Santo

La jornada transcurrió junto a la Madre de Cristo, la Virgen María, a los pies de la cruz, como modelo de esperanza. En la playa de Torreblanca hicieron su particular camino hacía Emaús, como los discípulos que se describen en el Evangelio. En parejas y a través de la vida del otro, pudieron reconocer al propio Jesús, «y nuestro corazón ardió igual que lo hizo el de los discípulos de Emaús». Ya por la noche, en la celebración del la Vigilia Pascual pudieron vivir con gran alegría el gran momento de la Pascua: la Resurrección de Jesucristo finalizado esta «Pascua Joven» el Domingo de Resurrección en la Parroquia de Torreblanca.

Compartir

Homilía en la Pascua de Resurrección

4 de abril de 2021/0 Comentarios/en Noticias, Homilías, Homilias 2021 /por obsegorbecastellon

S.I. Catedral-Basílica de Segorbe, 4 de abril de 2021

(Hch 10,34a.37-43; Sal 117; Col 3,1-4; Jn 20,1-9)

Hermanas y hermanos, amados todos en el Señor Resucitado.

Cristo ha resucitado

1. “!Cristo, nuestra Pascua, ha resucitado! Aleluya”. Es la Pascua, “el día en que actuó el Señor; sea nuestra alegría y nuestro gozo”. Hoy cantamos con toda la Iglesia el aleluya pascual. ¡Cristo ha resucitado!: es un milagro patente. Hoy es el día en que con mayor verdad podemos entonar cantos de victoria. Hoy el Señor nos llama a salir de las tinieblas y a entrar en su luz maravillosa, a superar nuestro miedo e incertidumbre en este tiempo de pandemia. Cristo Resucitado nos invita a confiar en Dios, porque es eterna su misericordia.

Sí, hermanos: Dios Padre ha librado de la corrupción de la muerte a su Hijo Jesús resucitando su cuerpo de entre los muertos a una vida gloriosa. La resurrección no es volver a la forma de existencia anterior, sino el paso a la Vida inmortal y gloriosa de Dios; no es una vuelta a nuestra vida finita y limitada, sino es el paso, la Pascua, a la Vida de Dios poseída ya para siempre. Y no sólo para sí mismo, sino para todos los que creen en Él. Porque la resurrección de Cristo está destinada a todos. Su Pascua cambia la historia, es el centro mismo de la historia. En Cristo resucitado queda restaurada toda la creación, la humanidad y la historia. Cuantos la acogen en fe, participan en su gloria.

Creer en la resurrección del Señor

2. El evangelio de hoy nos invita a dejarnos guiar por la luz de la fe, y creer que Cristo ha resucitado, como lo hicieron aquellas mujeres y los Apóstoles. María Magdalena quedó sorprendida al ver retirada la losa del sepulcro, y corrió enseguida a comunicar la noticia a Pedro y a Juan: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto” (Jn 20,1-2). Los dos van corriendo al sepulcro y Pedro, entrando en la tumba vio “las vendas en el suelo y el sudario… en un sitio aparte”; después entró Juan, y “vio y creyó” (Jn 20, 6-7). Es el primer acto de fe de la Iglesia naciente en Cristo resucitado, provocado por la solicitud de una mujer y por la señal de las vendas encontradas en el sepulcro vacío. El cuerpo de Jesús, muerto en la cruz, ya no estaba allí; no porque hubiera sido robado, sino porque había resucitado. El cuerpo de Jesús muerto, sepultado con premura el Viernes Santo, vive porque ha resucitado; en Cristo ha triunfado la vida sobre la muerte, el bien sobre el mal, el amor de Dios sobre el sufrimiento y el dolor. 

La resurrección de Cristo es un hecho real, sucedido en nuestra historia; no es la invención de unas mujeres piadosas. María Magdalena encuentra el sepulcro vacío y piensa que han trasladado a otro lugar el cuerpo inerte de Jesús. Tampoco es fruto de la credulidad o del fracaso de los discípulos de Jesús, que, salvo el discípulo amado, tuvieron que encontrarse con el Resucitado para creer. La resurrección de Jesucristo es  la manifestación suprema del amor de Dios; es su respuesta a la entrega amorosa y obediente del Hijo. En la resurrección de Jesús se revela el rostro de Dios, su amor y su bondad, su poder y su fidelidad: Él nunca abandona a quienes confían en Él.

¡Cristo ha resucitado! Esta Buena noticia resuena en medio de nosotros con nueva fuerza. Nos invita a creer en Dios, Amor y Vida; nos invita a fiarnos de su Palabra, que nos llega en la cadena ininterrumpida de la tradición de los apóstoles en su Iglesia. Este día nos exhorta a acoger esta Palabra de Dios con fe personal y a confesar que Jesús de Nazaret, el hijo de María, muerto y sepultado, ha resucitado de entre los muertos. Avivemos nuestra fe. Porque solo si creemos que Cristo ha resucitado, nuestra alegría pascual será verdadera y completa.

Partícipes de la resurrección por el Bautismo

3. Por nuestro Bautismo participamos ya del Misterio Pascual de la muerte y resurrección del Señor. “Ya habéis resucitado con Cristo” (Col 3, l), nos recuerda San Pablo en su carta a los fieles de Colosas. No dice que vamos a resucitar, sino que ya  hemos resucitado con Cristo. Por el bautismo ya nos hemos sumergido en las aguas y hemos salido de ellas, como símbolo de la muerte del hombre viejo, del hombre terreno, al estilo de Adán, y del nacimiento a la vida del hombre nuevo (cfr. Rom 6, 3-4).

Ser bautizados significa pasar con Cristo de la muerte a la vida. Por el bautismo renacimos un día a la nueva vida de los Hijos de Dios: fuimos lavados de todo vínculo de pecado, signo y causa de muerte y de alejamiento de Dios. Dios Padre nos ha acogido amorosamente como a su Hijo y nos hizo partícipes de la nueva vida resucitada de Jesús. Así quedamos vitalmente y para siempre unidos al Padre Dios en su Hijo Jesús por el don del Espíritu Santo, y, a la vez, unidos a la familia de los creyentes, es decir, a la Iglesia. Los bautizados en Cristo hemos quedado unidos a Cristo, y por ello debemos vivir las realidades de arriba (Col 3, l), donde Cristo está sentado a la derecha del Padre.

Para el cristiano, la vida no puede ser un deambular por este mundo con la única preocupación de adquirir calidad de vida en esta tierra. Hemos de cuidar de esta vida, que un don de Dios, de la propia y la ajena. Pero como cristianos hemos de vivir esta vida, también en la enfermedad, el dolor e, incluso la muerte, mirando a la vida futura. Somos ciudadanos del cielo (cf. Ef 2, 6), donde Cristo está sentado a la derecha del Padre (cf. Ef 1, 20). 

Es cristiano de verdad quien cree personalmente en la resurrección de Cristo, se deja encontrar por el Señor resucitado, se deja transformar por la vida nueva recibida en el bautismo para ser un hombre nuevo. Porque por el bautismo toda nuestra persona y nuestra existencia queda afectada y comprometida. Nuestro bautismo pide la respuesta total de nuestra persona, que implica fe y conversión, adhesión plena al Resucitado, acogida de su Palabra y de la acción de su gracia en los sacramentos, para que se dé un cambio radical en la forma de ser, de pensar, de sentir y de actuar.

Testigos del Resucitado

4. Celebrar que Cristo ha resucitado pide vivir como Jesús vivió, que “pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo”. Pide cuidar de los enfermos y de los necesitados, pide cuidar de los contagiados y de los sufren las consecuencias de la pandemia, de los que han perdido el sentido de su vida y no tienen esperanza. Pide cuidar de la familia y de la sociedad. Pide cuidar de la creación. De la fe en la resurrección surge un hombre nuevo, que no se pertenece a sí mismo, sino que pertenece a su Señor y vive para Él y como Él.

Así es como el bautizado se convierte en testigo de la resurrección del Señor. La fe personal en Cristo resucitado y el encuentro con Él ilumina y transforma su vida, como a los Doce y a Pablo. Esta fe le hace su testigo para proclamar con audacia y firmeza la Buena Noticia: Cristo ha resucitado para que todo el que crea en Él tenga Vida, y Vida en abundancia. Al verdadero creyente, nada ni nadie le podrá impedir el anuncio de Cristo Resucitado, Vida para el mundo, pues a todos está destinado. Nada ni nadie lo podrán impedir: ni los intentos de recluir la fe cristiana al ámbito de la conciencia, ni las amenazas, los insultos o los castigos de las autoridades, ni la increencia, la indiferencia o el desprecio ambiental. Queridos diocesanos: No tengáis miedo. No os avergoncéis de ser testigos del Señor Resucitado.

Testigos de Vida y de Esperanza

5. “¡Resucitó Cristo, nuestra esperanza!”. Pascua es el triunfo de la Vida sobre la muerte, del Amor sobre el pecado, de la Paz sobre el odio. Cristo es luz para el mundo, simbolizado en ese Cirio Pascual. Cristo es luz para el hombre y la mujer de hoy. Cristo abre horizontes siempre. Él nos dice que nuestro destino no es la tumba: Si Cristo ha resucitado, todos nosotros resucitaremos, como dice S. Pablo (1 Cor 6, 14) y ello fundamenta nuestra esperanza, la esperanza que no defrauda.

La caridad de Cristo nos apremia a dar testimonio del Resucitado, Vida para el mundo, ante una cultura de la muerte que se extiende como una macha de aceite y se alienta desde leyes contrarias a la dignidad de toda vida humana desde su misma concepción hasta la muerte natural. Demos testimonio de la Resurrección de Cristo promoviendo la dignidad de toda vida humana, también la de los enfermos incurables, que no incuidables. Mostrémosles con nuestro cuidado que Dios los ama.

“Paz a vosotros”. Este es el saludo pascual de Cristo resucitado a sus discípulos. Este es también mi saludo en esta Pascua ¡Que la Paz de Cristo resucitado reine en todos los corazones! Seamos testigos y constructores de paz y de reconciliación. La paz pascual nace de un corazón nuevo y renovado, reconciliado y reconciliador, resucitado y resucitador.

La Pascua nos llama a ser promotores de la Vida y de la Paz, del Amor y de la Esperanza.  ¡Feliz Pascua a todos! ¡Cristo nuestra Pascua ha resucitado¡ ¡Aleluya!

+ Casimiro Lopez Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

Vigilia Pascual: con renovada alegría anunciamos que ¡Cristo vive. Ha resucitado!

3 de abril de 2021/0 Comentarios/en Noticias destacadas, Obispo /por obsegorbecastellon

A las 20.00h de esta tarde, en la Santa Iglesia Catedral, en Segorbe, el Obispo de la Diócesis ha presidido la Solemne conmemoración litúrgica de la Resurrección del Señor. Tras una noche en vela en honor del Señor, en esta antiquísima tradición se celebra la noche santa en la que el Señor resucitó, considerándose la madre de todas las santas liturgias.

La celebración ha comenzado con las luces del templo apagadas, mientras que la bendición del fuego, los ritos de preparación y el encendido del cirio pascual que representa la «Luz de Cristo» se ha realizado fuera del templo al que han accedido el Obispo y los Ministros por el pasillo central, proveyendo de luz a los feligreses que, sin moverse de sus bancos ya habían sido provistos previamente de sus cirios. Así, tras el inicio de la Vigilia o lucernario, se ha cantado el Pregón Pascual y tal como ha anunciado nuestro Obispo «hemos entrado en la Noche Santa de la Resurrección del Señor» y ha dado inicio, en silencio meditativo a la lectura de la Palabra de Dios.

Liturgia de la Palabra

La liturgia de la Palabra se ha celebrado con las lecturas del Libro del Génesis (1 y 2), y del Libro del Éxodo 14, intercaladas por el Salmo 103, precioso poema que se convierte en un verdadero himno a Dios, creador y conservador del universo y de todo lo que en él hay, todas las maravillas y esplendores de la creación, en su diversa y rica manifestación; así como el salmo 15 y el del Éxodo, dando paso a la Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos y a la Proclamación del santo Evangelio según San Mateo (28:1-10). Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento hablan de Cristo e iluminan la Historia de la Salvación y el sentido de los sacramentos pascuales produciéndose un diálogo entre Dios que habla a su Pueblo a través de las lecturas y el Pueblo que responde a través de los Salmos.

La homilía del Obispo se ha centrado en esta buena noticia, «antigua y siempre nueva» ha remarcado D. Casimiro, que resuena de nuevo en esta Vigilia Pascual: ¡Cristo vive. Ha resucitado!, «este es el centro de nuestra fe cristiana». En esta Noche Santa se cumplen las Escrituras proclamadas durante la liturgia como «manifestación del amor de Dios y de su voluntad salvífica universal» ha dicho el Obispo, recuperándose así todo el sentido de la creación pues el hombre, «creado por Dios a su imagen y semejanza, en comunión con Dios, con sus semejantes y la creación, está llamado a esa comunión en Cristo».

El mensaje de esta noche está cargado de esperanza pues, como ha resaltado D. Casimiro, «la muerte ha sido vencida, el pecado ha sido borrado, la humanidad ha quedado reconciliada». A través de la Resurrección de Jesucristo «todo está revestido de una nueva vida, y, en Cristo la humanidad es rescatada por Dios, y recobra la esperanza».

Renovación del Bautismo

En esta noche también renace el pueblo de Dios, la Iglesia, «con quien Dios ha sellado una alianza eterna y toda la tierra exulta y glorifica al Señor». En el transcurso de la Vigilia Pascual se renuevan las promesas del Bautismo, «renunciando a Satanás para creer firmemente en Dios y en sus planes de salvación». Y es modo nuevo de vida, ha dicho el Obispo, «no es temporal, sino inmortal y eterna, supone una vida en libertad de la esclavitud del pecado para ser libres y vivir en servicio constante del Dios vivo».

A través del bautismo, recibimos el don inicial de «ser cristianos y participar de la misma vida de Cristo», y esta noche a través de la renovación bautismal renovamos nuestra participación en la misma vida de Dios, creciendo y madurando a través del resto de sacramentos, de la oración y del compromiso de caridad en la Iglesia. En este sentido, el Obispo ha resaltado que vivir esta vida divina, supone «no vivir para sí mismo, porque egoísmo y Dios se excluyen; quien vive la vida divina vive para los demás ya que en los ellos descubre la presencia del Resucitado». Quien vive para Dios, ha enfatizado D. Casimiro, «transpira amor y perdón, alegría y paz, felicidad y esperanza; se convierte así en verdadero apóstol, testigo de la resurrección, despertando en cuantos encuentra a su paso el deseo de Dios».

Para terminar, ha invocado a María como testigo gozosa de la Resurrección para que «nos ayude a todos a caminar en una vida nueva» saliendo de ese hombre viejo que cada uno de nosotros hemos dejado crucificado con Cristo y «comportarnos como hombres nuevos que viven para Dios en Jesucristo». Tras la homilía D. Casimiro ha procedido de la bendición del agua bautismal dando paso al rito de la renovación del bautismo, la renuncia a Satanás y la profesión de la fe en el que han participado fervorosamente los feligreses segorbinos que han seguido la celebración de forma presencial.

En la celebración de esta tarde-noche la liturgia Eucaristíca cobra un especial sentido pues es la culminación de la noche Pascual pues Cristo, el Señor Resucitado, nos hace participar de su Cuerpo y de su Sangre, como memorial de su Pascua. La ceremonia ha concluido con la Bendición Papal con «Indulgencia Plenaria a todos los presentes que estén verdaderamente arrepentidos, se hayan confesado y hayan recibido la comunión».

Al igual que el resto de celebraciones litúrgicas del Triduo Pascual, la Vigilia ha sido retransmitida en directo por televisión de Castellón, así como otras televisiones locales y también por el canal diocesano de YouTube.

Compartir

¡Cristo ha resucitado!

3 de abril de 2021/0 Comentarios/en Noticias destacadas, Cartas, Cartas 2021 /por obsegorbecastellon

Queridos diocesanos:

Cada año, en la mañana de Pascua resuena el anuncio antiguo y siempre nuevo: “¡Cristo ha resucitado! ¡Aleluya!”. Es la Pascua de la Resurrección del Señor. Cristo Jesús ya no está en la tumba, en el lugar de los muertos. Su cuerpo roto, enterrado con premura el Viernes Santo ya “no está aquí”, en el sepulcro frío y oscuro, donde las mujeres lo buscan al despuntar el primer día de la semana. ¡Cristo ha resucitado! (cf. Mc 16,6).  El Ungido ya perfuma el universo y lo ilumina con nueva luz.

El cuerpo de Jesús ya no está en la tumba no porque haya sido robado, sino porque ha resucitado. Aquel Jesús, a quien habían seguido, vive. En Él ha triunfado la Vida de Dios sobre el pecado y la muerte. El Señor resucitado une de nuevo la tierra al cielo y restablece la comunión de los hombres con Dios y de los hombres entre sí; y se convierte así en principio de la fraternidad universal. Jesús, entregándose en obediencia al Padre por amor a los hombres, destruyó el pecado de Adán y la muerte. La resurrección es el signo de su victoria, es el día de nuestra redención.

¡Cristo ha resucitado! Esta es la gran verdad de nuestra fe cristiana. Aquel, al “que mataron colgándolo de un madero” (Hech 10, 39) ha resucitado verdaderamente. Ante quienes lo niegan o lo ponen en duda hay que afirmar con fuerza que la resurrección de Cristo es un acontecimiento real e histórico que ha sucedido una sola vez y una vez por todas: El que murió bajo Poncio Pilato, éste y no otro, es el Señor resucitado de entre los muertos: Jesús vive ya glorioso y para siempre. La resurrección de Jesús no es fruto de una experiencia mística, ni una historia piadosa; es un acontecimiento que sobrepasa la historia, pero que sucede en un momento preciso de la historia dejando en ella una huella indeleble. La luz que deslumbró a los guardias encargados de vigilar el sepulcro de Jesús ha atravesado el tiempo y el espacio. Es una luz diferente, divina, que ha roto las tinieblas del pecado y de la muerte, que ha traído al mundo el esplendor de Dios, el esplendor de la Verdad, del Bien y de la Belleza.

En la Pascua de Cristo está la salvación de la humanidad. Si Cristo no hubiera derramado su sangre por nosotros y por nuestros pecados, y si no hubiera resucitado, no tendríamos ninguna esperanza: la muerte sería inevitablemente nuestro destino y el pecado, la división, el odio, el egoísmo, la mentira, la avaricia y el poder del más fuerte tendrían sin remedio la última palabra en la vida de los hombres. Pero la Pascua ha invertido la tendencia: muriendo destruyó el pecado y resucitando restauró la Vida. La resurrección de Cristo es una nueva creación: es la nueva savia, capaz de regenerar toda la humanidad. Y por esto mismo, la resurrección de Cristo da fuerza y significado a toda esperanza humana, a toda expectativa, a todo deseo y proyecto de cambio y progreso verdaderamente humanos. La última palabra no la tienen ya la muerte, el pecado, el mal o la mentira, sino la Vida, la Verdad, el Bien y la Belleza de Dios.

Cristo ha muerto y resucitado, y lo ha hecho por todos los hombres, por cada uno de nosotros. Él es la primicia y la plenitud de una humanidad reconciliada y renovada. En Él todo adquiere un sentido nuevo. Cristo ha entrado en la historia humana cambiando su curso. Nuestra historia personal, la historia de la humanidad y del mundo no están abocadas a un final fatal, a la nada o al caos. Él es nuestra Esperanza, la esperanza que no defrauda. La vida gloriosa del Señor resucitado es un inagotable tesoro, destinado a todos; todos estamos invitados a acogerla con fe para participar  de ella ya desde ahora. La alegría pascual será verdadera si nos dejamos encontrar en verdad por el Resucitado, si nos dejamos llenar de la Vida y la Paz, que vienen de Dios y generan vida y paz entre los hombres. El encuentro personal con el Resucitado teñirá toda nuestra vida, nuestra relación con los demás y con toda la creación.

Todo bautizado participa ya por el Bautismo de la Vida nueva del Resucitado.  Todo bautizado está llamado a vivir esta nueva Vida y a dar testimonio de la salvación en Cristo, a llevar a todos el fruto de la Pascua: una vida nueva, liberada del pecado y restaurada en su verdad, bondad y belleza originaria. Vivamos con alegría nuestra condición de bautizados. Será el mejor testimonio de nuestra fe; será también nuestra mejor contribución a la tan necesaria regeneración espiritual y moral de nuestro mundo.

Cristo ha resucitado, está vivo y camina con nosotros. Caminemos con la mirada puesta en el Cielo, fieles a nuestro compromiso en este mundo.

¡Feliz Pascua de Resurrección para todos!

Con mi afecto y bendición,

+ Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

Compartir

Domingo de Pascua de Resurrección

19 de abril de 2017/0 Comentarios/en Homilías 2017 /por obsegorbecastellon

Segorbe, S.I. Catedral-Basílica, 16 de abril de 2017

(Hch 10,34a.37-43; Sal 117; Col 3,1-4; Jn 20,1-9)

***

 

“!Cristo, nuestra Pascua, ha resucitado! Aleluya”. Es la Pascua, hermanos y hermanas, amados todos en el Señor. Hoy es “el día en que actuó el Señor; sea nuestra alegría y nuestro gozo”. Por eso cantamos con toda la Iglesia el Aleluya pascual. ¡Cristo ha resucitado!: es un milagro patente. Hoy es el día en que con mayor verdad podemos entonar cantos de victoria. Hoy es el día en que el Señor nos llamó a salir de las tinieblas de la muerte y a entrar en el reino de su luz maravillosa. El mismo Cristo Resucitado, vencedor de la muerte, nos invita a la alabanza y a la acción de gracias.

Dios Padre ha librado de la muerte a su Hijo Jesús y lo ha glorificado, resucitándolo de entre los muertos a una vida gloriosa. En Cristo resucitado se alumbra la Vida de Dios para toda la humanidad, para cada uno de nosotros. Su resurrección no es una vuelta a esta vida mortal; su cuerpo pasa a la Vida inmortal y gloriosa de Dios, y así la alumbra para nuestra humanidad. Su resurrección no es una vuelta a nuestra vida finita y limitada; es el paso -la Pascua- a la Vida de Dios absolutamente poseída. Y no sólo para sí, sino para todos los que creen en Él. La resurrección de Cristo cambia la historia, es el centro mismo de la historia: en Cristo resucitado queda restaurada toda la creación, toda la humanidad y la misma historia. Cuantos la acogen participan de su gloria, una vez restaurada con toda nitidez la imagen primera.

¡Cristo ha resucitado! Esta es la gran verdad de nuestra fe cristiana, es la Buena Noticia por antonomasia. Aquel, al “que mataron colgándolo de un madero” (Hech 10, 39) ha resucitado verdaderamente, triunfando sobre el poder del pecado y de la muerte. Ante quienes niegan la resurrección de Cristo o la ponen en duda hay que afirmar con alegría y sin titubeos que Jesús ha resucitado verdaderamente, que su resurrección es un acontecimiento que ha sucedido en nuestra historia: El que murió bajo Poncio Pilatos, éste y no otro, es el Señor resucitado de entre los muertos: Jesús vive ya glorioso y para siempre.

La resurrección de Jesús no es fruto de una experiencia mística; no es una historia piadosa o la invención de unas mujeres crédulas o de unos discípulos fracasados. María Magdalena encuentra el sepulcro vacío y piensa que han trasladado a otro lugar el cuerpo inerte de Jesús. Los discípulos de Jesús, salvo el discípulo amado, tuvieron que encontrarse con el Resucitado para creer. Tomás tuvo que tocar las llagas de sus manos para creer.

La resurrección sucede en un momento preciso de nuestra historia dejando en ella una huella indeleble. La luz que deslumbró a los guardias encargados de vigilar el sepulcro de Jesús ha atravesado el tiempo y el espacio. Es una luz diferente, divina, que ha roto las tinieblas de la muerte y ha traído al mundo el esplendor de Dios, el esplendor de la Verdad y del Bien. La resurrección de Jesucristo es obra de Dios todopoderoso, es la manifestación suprema de su amor misericordioso; es su respuesta definitiva a la entrega amorosa hasta el final de su Hijo. En la resurrección de Jesús se revela el verdadero rostro de Dios, su sabiduría y su bondad, su poder y su fidelidad, su amor compasivo y misericordioso.

¡Cristo ha resucitado! Esta Buena noticia resuena hoy en medio de nosotros con nueva fuerza. Y nos invita a creer en Dios, que es Amor y Vida; nos invita a creer a Dios, a fiarnos de su Palabra, que nos llega en la cadena ininterrumpida de la tradición de los apóstoles y de los creyentes, en la tradición viva de la fe de la Iglesia; esta día nos exhorta a aceptar la Palabra de Dios con fe personal que Jesús de Nazaret, el hijo de Santa María Virgen, muerto y sepultado, ha resucitado de entre los muertos, por cada uno de nosotros. Dejémonos encontrar personalmente por el Resucitado, como los apóstoles. Él sale a nuestro encuentro hoy para que se avive en nosotros la alegria que de sabernos amados siempre por Dios en su Hijo resucitado y así se renueve alegría por nuestro Bautismo.

Los cristianos, por nuestro Bautismo, participamos ya del Misterio Pascual de la muerte y resurrección del Señor. “Ya habéis resucitado con Cristo” (Col 3, l), nos recuerda San Pablo en su carta a los fieles de Colosas. Por el bautismo renacimos un día a la nueva Vida de los Hijos de Dios: fuimos lavados de todo vínculo de pecado. Dios Padre nos acogió amorosamente como a su Hijo y nos hizo partícipes de la nueva Vida resucitada de Jesús. Así hemos quedado vitalmente y para siempre unidos a Dios, y, a la vez, unidos a la familia de Dios. Los bautizados en Cristo hemos quedado unidos a Cristo, y, por ello, debemos vivir las realidades de arriba (Col 3, l), donde Cristo está sentado a la derecha del Padre.

Para el cristiano, la vida no puede ser un deambular por este mundo sin saber hacia dónde va o con la única preocupación de lograr el bienestar material; el cristiano ha de vivir su existencia desde la resurrección del Señor, con los criterios propios de la vida futura. Somos ciudadanos del cielo (Ef 2, 6), y caminamos hacia el cielo, donde Cristo está sentado a la derecha del Padre (cf Ef 1, 20; Heb 1,3). De ahí que hayamos de plantear nuestra vida de modo que alcancemos aquella situación de dicha.

Por todo ello es verdadero cristiano quien se deja encontrar por Cristo, se deja transformar por la Vida nueva del Resucitado y pasa a ser un hombre nuevo. Porque por el bautismo toda nuestra persona y nuestra existencia queda afectada y comprometida. Nuestro bautismo pide una respuesta total de nuestra persona, que implica fe y conversión, es decir, un cambio radical en la forma de pensar, de sentir y de actuar: nuestro bautismo implica seguir a Jesucristo, a su persona y sus caminos, y dejar los caminos de un mundo alejado de Dios.

Confesar y celebrar la Resurrección pide vivir como Jesús vivió, que “pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo” (Hech 10,38). Confesar y celebrar la resurrección pide vivir como Jesús nos enseñó a vivir. “Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros como yo os he amado”(Jn 15,12). Por eso Pablo nos exhorta: “Ya que habéis resucitado con Cristo (por el Bautismo,… aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra” (Col 3,1-2). De la fe en la resurrección del Señor surge un hombre nuevo, que no se pertenece a sí mismo, sino que pertenece a su Señor y vive para él.

El bautizado se convierte así en testigo de la resurrección. La fe en la resurrección ilumina y transforma su vida, como a los Doce y a Pablo. La fe en la resurrección le hace su testigo para proclamarla con audacia, firmeza y perseverancia. Al verdadero creyente, nada ni nadie le podrá impedir el anuncio de  la resurrección de Cristo, Vida para el mundo, pues a todos está destinado. Nada ni nadie lo podrán impedir: ni las amenazas o castigos de las autoridades, ni la increencia o la indiferencia ambiental, ni el desdén de algunos ni la vergüenza de muchos de confesarse cristianos. Es preciso dar testimonio a todos de la fe que ha llegado a nosotros desde los Apóstoles.  No tengamos miedo, no nos avergoncemos de ser cristianos. Cristo ha resucitado y ha sido constituido Señor de la vida: todos estamos llamados a resucitar.

Pascua es el triunfo de la Vida sobre la muerte, del amor misericordioso sobre el pecado, de la paz y del perdón sobre el odio. Cristo resucitado es la luz para el mundo: así lo simboliza este cirio pascual. Cristo es la luz para todo hombre (cfr Jn 1,9; 3, 19). Cristo abre horizontes de eternidad al ser humano. Porque Cristo Jesús ha resucitado sabemos que nuestro destino no es la tumba: Si Cristo ha resucitado, todos nosotros resucitaremos, nos recuerda S. Pablo (1 Cor 6, 14; 2 Cor 4, 14; cf Rom 8,11) y ello fundamenta nuestra esperanza, de modo que vivamos con el gozo del Espíritu.

El cristiano ha de orientar hacia Dios las realidades terrenas, con alegría y con esperanza. La caridad de Cristo nos apremia a los bautizados a dar testimonio del Resucitado, Vida para el mundo, ante un ambiente social y político cada vez más crispado y ante una cultura de la muerte que se extiende como una macha de aceite en nuestra sociedad. Demos testimonio alegre y esperanzado de la dignidad sagrada de toda persona, desde su inicio hasta su muerte natural. Demos testimonio con una vida honesta y honrada. Los santos han fecundado continuamente la historia con la experiencia viva de la Pascua. Vivamos también hoy los cristianos con alegría y fidelidad el misterio pascual difundiendo su fuerza renovadora en todas partes. Será nuestra mejor contribución a la profunda regeneración moral que necesita nuestra sociedad.

“Paz a vosotros”. Este es el saludo pascual de Cristo resucitado a sus discípulos. Este es también mi saludo en esta Pascua ¡Que la Paz de Cristo resucitado sea con todos vosotros! ¡Que la paz reine entre las personas, entre los esposos, en las familias, entre los grupos y entre los pueblos! Seamos testigos y constructores de paz y de reconciliación en nuestros ambientes. La paz del Cristo resucitado no es como la paz de este mundo. La paz que Él nos ofrece es muy distinta a la obtenida por las armas, por el terrorismo, por la opresión, por la destrucción o por la negación sistemática del que es diferente. La paz de Cristo es la paz que Dios nos ofrece en su Hijo: resucitándolo destruyó el odio, el pecado y la muerte. La paz pascual se basa en el perdón y en la reconciliación de Dios para todos en Cristo resucitado: El es la Vida, la Verdad y el Bien de Dios para todos los hombres y para la humanidad entera. La enemistad, las diferencias y el rencor se vencen con la acogida y el respeto al otro, con el diálogo en la verdad, con la justicia y la libertad, con el perdón y el amor. La paz pascual nace de un corazón nuevo y renovado, de un corazón reconciliado y reconciliador, de un corazón resucitado y resucitador.

Vivamos fielmente nuestra fe en la resurrección, dejémonos transformar por ella, caminemos por el mundo dando a los hombres ‘razón de nuestra fe y de nuestra esperanza’. Con nuestra actitud, con nuestras palabras y con nuestro obrar. Así podremos ser mensajeros de la resurrección de Jesucristo, testigos de esperanza y constructores de su Paz.

 

¡Feliz Pascua de Resurrección para todos!

 

+Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

 

Compartir
Lo más leído
  • Ciento cincuenta fieles de nuestra diócesis asisten a la...10 de septiembre de 2019 - 09:53
  • La experiencia del Sínodo en la Diócesis fortalece a la...4 de junio de 2022 - 18:25
  • El Obispo encarga al nuevo prior abrir San Pascual a la...14 de septiembre de 2017 - 18:02
  • Fallece el padre Ricardo García22 de noviembre de 2019 - 16:55
Lo último
  • Arranca la «Campaña contra el Hambre» de Manos Unidas...4 de febrero de 2023 - 16:30
  • Cuidemos a los enfermos4 de febrero de 2023 - 11:00
  • La Hoja del 5 de febrero4 de febrero de 2023 - 09:00
  • Vida Ascendente festeja a sus patronos, San Simeón y Santa...4 de febrero de 2023 - 07:15
Comentarios
  • […] su carta del 17 de noviembre del 2018, titulada...1 de febrero de 2023 - 10:00 por Intenciones de oración de la CEE y del Papa en febrero - Obispado Segorbe-Castellón
  • […] más conocerse los hechos, D. Casimiro emitió...28 de enero de 2023 - 10:00 por Eucaristía de desagravio por la profanación en la Iglesia de San Francisco de Asís, en Castellón - Obispado Segorbe-Castellón
  • […] parroquial de San Francisco de Asís, en Castellón....25 de enero de 2023 - 16:11 por «Grave profanación» en una iglesia de Castellón - Alfa y Omega
  • LucíaRezo por la conversión de quienes hacen estos ataques.25 de enero de 2023 - 11:51 por Lucía
Etiquetas
Año jubilar 775 años sede Segorbe caridad carta carta obispo Castellón catedral de segorbe coronavirus cáritas cáritas diocesana eucaristía familia Fondo Diocesano ante el Covid-19 jovenes La Hoja mater dei misa navidad Obispo segorbe vila-real

Siguenos

  • facebook
  • twitter
  • instagram
  • youtube

Diócesis Segorbe-Castellón

Diócesis Segorbe-Castellón
Repasamos la actualidad de la Diócesis de Segorbe-Castellón:
- Encuentro de la Infancia Misionera
- Misa de desagravio por la profanación del Santísimo en la Parroquia de San Francisco de Asís
NOTICIAS DE LA SEMANA
- La Delegación para la Infancia y la Juventud prepara el Encuentro Diocesano en el contexto del Año Jubilar
- Celebración de la Jornada de la Vida Consagrada
- Nos unimos a D. Casimiro en oración por la Fraternidad Humana
ENTREVISTA
Hablamos con Dª. Amparo Faulí, presidenta de Manos Unidas de Segorbe-Castellón
Este pasado Sábado 28 de Enero se celebró el XX Encuentro Diocesano de la Infancia Misionera, esta vez, el lugar escogido para el encuentro fue el Seminario de Segorbe, con motivo del Año Jubilar Diocesano.

@OMPEspana  
@mcmcastellon
Ver más... Suscribirse

Twitter Follow

•Cuenta oficial del Obispado de Segorbe-Castellón •YT https://t.co/s5z4vCttlz •IG https://t.co/zeonF7hCYO

segorbecastello
segorbecastello SegorbeCastellón @segorbecastello ·
3h

#ManosUnidas #castellon

Arranca la «Campaña contra el Hambre» de Manos Unidas con una Eucaristía

https://bit.ly/40tnqBi

Reply on Twitter 1621961160449789952 Retweet on Twitter 1621961160449789952 Like on Twitter 1621961160449789952 Twitter 1621961160449789952
segorbecastello SegorbeCastellón @segorbecastello ·
8h

#vidaascendente #sansimeon #SantaAna #castellon

🎉⛪Vida Ascendente festeja a sus patronos, San Simeón y Santa Ana

https://bit.ly/3HWvpzH

Reply on Twitter 1621885810566959104 Retweet on Twitter 1621885810566959104 Like on Twitter 1621885810566959104 Twitter 1621885810566959104
Ver más...

Facebook

Diócesis de Segorbe-Castellón

3 horas atrás

Diócesis de Segorbe-Castellón
#ManosUnidas #castellon Arranca la «Campaña contra el Hambre» de Manos Unidas con una Eucaristía ... Ver másVer menos

Arranca la "Campaña contra el Hambre" de Manos Unidas con una Eucaristía - Obispado Segorbe-Castellón

bit.ly

Ha estado presidida por Mons. Casimiro López Llorente
Ver en Facebook
· Compartir

Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en LinkedIn Compartir por correo electrónico

obispadosegorbecastellon

Eucaristía con el movimiento de Vida Ascendente Eucaristía con el movimiento de Vida Ascendente

#vidaascendente #eucaristia #castellon #mayores #fé #seglar #jubilados #movimiento
🗓️✍️ No te pierdas el VI Encuentro Dioce 🗓️✍️ No te pierdas el  VI Encuentro Diocesano de Jóvenes 

Contaremos con @quiquemira @marialorenzo99 @aute___ @aisha.rapmusic @diegoblancoalbarova y @juanfelixcolomina

#quiquemira #marialorenzo #aute #diegoblanco #aisharap #jovenes #fiesta #concierto #adoracion #eucaristia #castellon #segorbe
Eucaristía por la Vida Consagrada, presidida por Eucaristía por la Vida Consagrada, presidida por D. Casimiro

#vidaconsagrada #cee #iglesia #obispo #religiosas #monja #familia #consagrada #castellon #misa #virgenmaria #jesus #eucaristia
II Jornadas de formación sobre la Iglesia. El Ob II Jornadas de formación sobre la Iglesia.

El Obispo de la Diócesis nos invita a participar en estas Jornadas de formación sobre la Iglesia que se van a celebrar los próximos 6 y 7 de febrero en el Seminario Mater Dei.

#formación #materdei #iglesia #añojubilar #castellon
Misa de desagravio en la Parroquia de Francisco de Misa de desagravio en la Parroquia de Francisco de Asís de Castellón
Resumen XX Encuentro Diocesano de la Infancia Misi Resumen XX Encuentro Diocesano de la Infancia Misionera

#infanciamisionera #omp #segorbe #mision #iglesia #jubileo #añojubilar #puertasanta #niños #diversion #mcm #peregrinacion #eucaristia
🎉 Estamos de Aniversario 🎉 Las Hermanitas de 🎉 Estamos de Aniversario 🎉
Las Hermanitas de los Ancianos Desamparados cumplen 150 años. 
150 años de amor a Jesús expresado en el Servicio de nuestros mayores.

#hermanitasdelosancianosdesamparados ##santateresajornet #saturninolopeznovoa #desamparados #castellon #mayores #religiosas #eucaristia
Presentación del Anuario de COPE Castellón #cop Presentación del Anuario de COPE Castellón

#cope #copecastellón #anuario #radio #bombersdipcas #ume #bomberos
Abierto el plazo de inscripción para participar e Abierto el plazo de inscripción para participar en la JMJ 2023 con la Delegación para la Infancia y Juventud de nuestra Diócesis (+info 601 201 098 o por e-mail jmj2023castellon@gmail.com )

#jmj2023 #lisboa #jovenes #diocesis #levantate
Oración Unida con los Hermanos Evangélicos Oración Unida con los Hermanos Evangélicos
Comunicado ante una nueva profanación de la Eucar Comunicado ante una nueva profanación de la Eucaristía

#eucaristia #desagravio #castellon #parroquia #sanfrancisco
Conocer y divulgar la Palabra de Dios (Podéis v Conocer y divulgar la Palabra de Dios 

(Podéis ver el vídeo en el Canal Diocesano de YouTube - @DiocesisSegorbeCastellon)
La Parroquia de Santo Tomás, en Benicàssim, está inmersa en los actos de celebración de Sant Antoni
Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 
Actos en la Diócesis de Segorbe Castellón

#semanadeoracion #conferenciaepiscopalespañola #oracion #cristianos
#MisaFuneral #BenedictoXVI 🙏 Esta mañana de s #MisaFuneral #BenedictoXVI

🙏 Esta mañana de sábado, el Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente, ha presidido la Misa Funeral por el eterno descanso del alma de Su Santidad el Papa Emérito Benedicto XVI en la Concatedral de Santa María, #Castellón, que se ha llenado de fieles.

✝ “Permanezcamos firmes en la fe. Vivamos con alegría nuestra condición de cristianos”.
#BenedictoXVI Nuestro Obispo, Mons. Casimiro Lóp #BenedictoXVI

Nuestro Obispo, Mons. Casimiro López Llorente, convoca a todo el Pueblo de Dios en la Diócesis de Segorbe-Castellón a participar, el próximo sábado, en la Misa Funeral por el eterno descanso del Papa emérito Benedicto XVI.

⛪️ Santa Iglesia Concatedral de Santa María, #Castellón
🗓 7 de enero
⌚A las 11:30 h.
D.Casimiro preside la Eucaristía en la Solemnidad D.Casimiro preside la Eucaristía en la Solemnidad de la Natividad del Señor y nos exhorta a "celebrar la fe y la alegría del nacimiento del Salvador, el Mesías, el Señor"
#SantJoanDePenyagolosa 👷‍♀⛪ El Obispo d #SantJoanDePenyagolosa 

👷‍♀⛪ El Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, D. Casimiro López Llorente, visitó ayer el desarrollo de las obras de rehabilitación y restauración del Santuario de Sant Joan de Penyagolosa, junto a las autoridades y representantes de las tres instituciones implicadas.
#InmaculadaConcepción 🙏 La Arciprestal San Ja #InmaculadaConcepción

🙏 La Arciprestal San Jaime de #Vilareal ha acogido esta mañana la Eucaristía de la Congregación de Hijas de María Inmaculada, les Purissimeres de Vila-real, en el día de la Fiesta Principal, que ha presidido el Obispo de la Diócesis de Ibiza, D. Vicente Ribas Prats.
#InmaculadaConcepción 🙏 La Catedral de #Segor #InmaculadaConcepción

🙏 La Catedral de #Segorbe ha acogido esta tarde la celebración de la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.

"Ella nos da a conocer el verdadero rostro de Dios, que es amor, que crea por amor y llama a la vida en la perfección del amor”.
Cargar más... Síguenos en Instagram
Obispado Segorbe-Castellón - Enfold WordPress Theme by Kriesi
  • Twitter
  • Facebook
  • Instagram
  • Youtube
  • Política de privacidad
  • Vaticano
  • Noticias Vaticano
  • Conferencia Episcopal
  • Agencia SIC
  • Caritas
  • Contactar
Desplazarse hacia arriba

Esta web utiliza 'cookies' propias y de terceros para ofrecerte una mejor experiencia y servicio. Pulsando en "aceptar" consientes el uso de todas las cookies, pero puedes cambiar la configuración de 'cookies' en cualquier momento.

Aceptar todasOcultar notificaciónConfiguración

Cookies y configuración de privacidad



Como usamos las cookies

Como la mayoría de los servicios en línea, nuestro sitio web utiliza cookies propias y de terceros para varios propósitos. Las cookies de origen son principalmente necesarias para que el sitio web funcione correctamente y no recopilan ninguno de sus datos de identificación personal.

Las cookies de terceros utilizadas en nuestros sitios web se utilizan principalmente para comprender cómo funciona el sitio web, cómo interactúa con nuestro sitio web, mantener nuestros servicios seguros, proporcionar anuncios que sean relevantes para usted y, en general, brindarle una mejor y mejor experiencia del usuario y ayudar a acelerar sus interacciones futuras con nuestro sitio web.

Cookies Necesarias

Algunas cookies son esenciales para que pueda experimentar la funcionalidad completa de nuestro sitio. Nos permiten mantener las sesiones de los usuarios y prevenir cualquier amenaza a la seguridad. No recopilan ni almacenan ninguna información personal. Por ejemplo, estas cookies le permiten iniciar sesión en su cuenta y agregar productos a su carrito y pagar de forma segura.

Respetamos completamente si desea rechazar las cookies, pero para evitar preguntarle una y otra vez, permítanos almacenar una cookie para eso. Puede optar por no participar en cualquier momento u optar por otras cookies para obtener una mejor experiencia. Si rechaza las cookies, eliminaremos todas las cookies establecidas en nuestro dominio.

Le proporcionamos una lista de las cookies almacenadas en su computadora en nuestro dominio para que pueda verificar lo que almacenamos. Por razones de seguridad, no podemos mostrar ni modificar cookies de otros dominios. Puede comprobarlos en la configuración de seguridad de su navegador.

Cookies para Google Analytics

Estas cookies almacenan información como el número de visitantes al sitio web, el número de visitantes únicos, qué páginas del sitio web se han visitado, la fuente de la visita, etc. Estos datos nos ayudan a comprender y analizar qué tan bien funciona el sitio web y donde necesita mejorar.

Si no desea que rastreemos su visita a nuestro sitio, puede deshabilitar el rastreo en su navegador aquí:

Otros servicios externos

También utilizamos diferentes servicios externos como Google Webfonts, Google Maps y proveedores de video externos. Dado que estos proveedores pueden recopilar datos personales como su dirección IP, le permitimos bloquearlos aquí. Tenga en cuenta que esto podría reducir considerablemente la funcionalidad y la apariencia de nuestro sitio. Los cambios entrarán en vigor una vez que vuelva a cargar la página.

Google Webfont:

Google Maps:

Google reCaptcha:

Vimeo and Youtube videosembeds:

Política de Privacidad

Puede leer sobre nuestras cookies y la configuración de privacidad en detalle en nuestra Página de Política de Privacidad.

Política de privacidad
Aceptar la configuraciónOcultar notificación
Open Message Bar