Durante una entrevista en COPE CASTELLÓN este mediodía
El Obispo de Segorbe-Castellón, Mons. Casimiro López Llorente, ha participado este mediodía en una entrevista que se ha emitido hoy en el programa de la Cadena Cope «Mas Castellón» realizada por el Director, Raúl Puchol.
Durante el encuentro, D. Casimiro ha repasado los asuntos más destacados de este Curso Pastoral entre los que ha destacado la importante celebración del Año Jubilar Diocesano que también centrará parte del inicio del curso próximo donde se van a celebrar las peregrinaciones a la Catedral Basílica de Segorbe por Arciprestazgos.
Del mismo modo se ha referido a los tres principales ejes en los que se va a centrar el Curso Pastoral 23-24, afirmando que lo será de «celebración» porque van a tener lugar el resto de actos, celebraciones y actividades programadas con motivo del Jubileo que se clausurará en Abril de 2023; también de «profundización» pues tras la reflexión en la fase diocesana del Sínodo de los Obispos se seguirá trabajando a petición de los grupos con el objetivo, ha dicho, «de recuperar la alegría de la fe» y, por último de «formación» a través del acompañamiento personal.
D. Casimiro también se ha referido a otros asuntos que han centrado el presente curso valorando muy positivamente el regreso al Santuario de Nuestra Señora de Lourdes donde ha habido una presencia destacada de jóvenes que son, ha afirmado, «el presente y el futuro de la Hospitalidad Diocesana», así como otros temas importantes en los que se ha trabajado y que centrarán parte del compromiso de la Iglesia Diocesana en el próximo curso como es la Defensa de la Vida y la Educación.
El Delegado Diocesano para la Infancia y la Juventud, D- José Miguel Sala, ha bendecido a los peregrinos al emprender el camino
A las 7.30 de esta mañana se celebraba, en la Capilla del seminario Diocesano Mater Dei, la Misa de Envío, presidida por D. Manuel Díaz, de los monitores que viajan con los jóvenes a Santiago de Compostela en esta Peregrinación Diocesana que se sumará, a partir del próximo 3 de agosto a la Peregrinación Europea de Jóvenes que se celebra este Año Santo Compostelano.
Tras la Eucaristía, los jóvenes han ido cumplimentando las inscripciones para, a continuación, celebrar, en la Iglesia del Seminario, el rito de bendición de los peregrinos al emprender el camino. D. José Miguel Sala se ha dirigido a los jóvenes a quienes ha recordado «la intención al concebir el propósito de emprender el camino, así como que aquellos lugares que van a visitar, atestiguan la devoción del pueblo de Dios que acude allí para volver fortalecidos en su voluntad de vivir cristianamente y de practicar con alegría la caridad».
Del mismo modo, les ha instado a «aportar algo a los fieles que viven en Santiago, como el ejemplo de nuestra fe, esperanza y caridad para que, todos los que allí viven y nosotros, nos edifiquemos mutuamente». Juntos y uniendo sus manos ha rezado el Padrenuestro y han recibido la bendición del Delegado diocesano para la Infancia y Juventud, con la intención de que el Señor dirija sus pasos y sea su compañero inseparable a lo largo de todo el camino.
Tras la bendición, se les ha hecho entrega de la pulsera que les acredita como peregrinos de nuestra Diócesis.
Los jóvenes, pertenecientes a diferentes parroquias, movimientos y realidades de nuestra Diócesis, recorrerán parte del camino francés. Salían a las 8.30 de esta mañana, con destino a Sarriá, para desde allí, caminar hasta la ciudad compostelana en cinco etapas y un total de 114 km, llegando a Santiago el 3 de agosto para incorporarse a los actos organizados por la Subcomisión de Juventud e Infancia de la Conferencia Episcopal Española conjuntamente con la Archidiócesis de Santiago.
A partir de entonces, disfrutarán de cuatro días de experiencia en Santiago con conciertos, espacios de oración y confesión, talleres con varias líneas temáticas, yincanas culturales, catequesis y la actividad vocacional de la PEJ, el Pórtico de la Vocación, uniéndose todos los jóvenes en los actos centrales de la PEJ, como la vigilia y la misa final.
Hoy, en El Espejo de Segorbe-Castellón, a partir de las 13.30 en Cope Castellón, más detalles de esta peregrinación de jóvenes.
Se han preparado física y espiritualmente para emprender el Camino a Santiago como primera experiencia vivida en comunidad
La parroquia Santo Tomás de Villanueva, en Benicàssim, ha conseguido formar un grupo de adolescentes con quienes impulsar y dinamizar la actividad parroquial más juvenil. Así lo ha confirmado D. David Vázquez, Vicario parroquial que estos días, junto a un matrimonio de apoyo y un grupo de monitores acompañan, en peregrinación, a estos 15 adolescentes, hasta Santiago de Compostela.
La idea de la peregrinación a Santiago de Compostela surgió precisamente, tal como relata el Vicario, «a partir del compromiso parroquial de formar un grupo de jóvenes a quienes acompañar espiritualmente en el crecimiento de la fe». Tanto fue así que desde la parroquia, con un grupo de niños que habían formado parte del grupo de scouts, se organizaron «unas excursiones preparatorias, tanto a nivel físico, como formativo a partir de las catequesis que les motivaron».
Desde el pasado mes de marzo se han ido organizando actividades y escapadas de fin de semana «que nos han servido para conocerlos personalmente, que ellos formaran un grupo unido en los mismos intereses y motivaciones y, al mismo tiempo explorar sus capacidades físicas para poder organizar las etapas de la peregrinación». Así han realizado varias rutas de montaña por diferentes términos municipales de la diócesis como Bejís, Ahín o el Desierto de las Palmas.
Durante estas escapadas también ha habido ocasión para el encuentro personal con Jesucristo conociéndose mejor a ellos mismos y aprendiendo a confraternizar en grupo. Así, explica D. David Vázquez, tanto para él como para el matrimonio de apoyo y el grupo de monitores que le acompañan «ha sido muy enriquecedor poder incluso enseñar a rezar a aquellos que estaban más alejados de la Iglesia». Ahora, en plena peregrinación, «estamos recogiendo los frutos viendo cómo participan en los momentos de oración, reflexión y, sobre todo, en las Eucaristías que se celebran».
Llegar a Santiago de Compostela y conseguir la Compostela «van a suponer recoger los frutos de los que ha sido el trayecto previo, la organización y la preparación de estos adolescentes en su crecimiento en la fe y también para nosotros – advierte- pues vemos cómo el Señor nos ha acompañado desde el momento en que nos planteamos formar el grupo parroquial de jóvenes».
Con una Eucaristía presidida por el Cardenal Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española
Ayer concluyó en Barcelona el Encuentro de Laicos de Parroquias en el que ha participado una representación de nuestra Diócesis, que bajo el lema «Anunciar a Jesucristo con obras y palabras» ha cumplido con el objetivo de profundizar y compartir la llamada de toda la Iglesia para ponernos en clave de misión, invitándonos a ser audaces y creativos en la tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores.
En el transcurso de dicho encuentro, la Acción Católica General (ACG), organizadora del evento, ha celebrado también su IV Asamblea General, centrada en la sinodalidad, y acogiendo el empeño del Papa Francisco de “caminar juntos” y en comunión eclesial con una “Iglesia en salida”, en sintonía con el Congreso de Laicos.
La Iglesia Santa María del Mar, en Barcelona, acogió ayer la Santa Misa de clausura que estuvo presidida por el Cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española. La Diócesis de Segorbe-Castellón ha estado representada por la Presidenta de ACG de Segorbe-Castellón, Mamen Salvador, así como el Delegado Diocesano para los Laicos, Francisco Javier Vicente, y el Vicario de Pastoral, D. Miguel Abril, junto a más de medio centenar de laicos que se han sumado a los 950 participantes del resto de diócesis españolas.
Durante las sesiones que se han celebrado desde el pasado 21 de junio en el Colegio La Salle Bonanova de Barcelona se han trabajado los contenidos objeto del Encuentro a través de dinámicas centradas en el anuncio del Jesucristo, el testimonio evangelizador y la presencia pública de los cristianos, además de celebrar la Eucaristía en lugares muy significativos de la ciudad como la Sagrada Familia, presidida por el Obispo Consiliario, Mons. Antonio Gómez Cantero.
Cada una de las sesiones «han cumplido con el objetivo del lema», tal como ha confirmado Mamen Salvador. Tras la sesión inaugural, presidida por D. Carlos Escribano arzobispo de Zaragoza, el pasado jueves, los participantes pudieron compartir experiencias a través de una cena en la que el protagonismo lo tuvieron los productos típicos de cada diócesis. Cada jornada ha comenzado con la oración de la mañana y «la participación en diferentes talleres en los que se ha trabajado el anuncio con obras y el anuncio con palabras». La jornada del sábado «se destinó a trabajar aspectos fundamentales para ser testigos en el mundo», aseguró la Presidenta de ACG de nuestra Diócesis, «y realizamos actividades por sectores respecto a los ámbitos de presencia pública».
También se abordó «un interesante diálogo intergeneracional, que, bajo el título «Construimos entre todos», supuso visualizar cómo en ACG estamos integrados los tres sectores: infancia, jóvenes y adultos». Finalmente han tenido la oportunidad de repasar las actividades realizadas en este cuatrienio con arreglo a los cuatro pilares de la ACG, Espiritualidad, Misión, Formación y Organización. Para los niños, adolescentes y jóvenes, que también han participado en el Encuentro, se han organizado gincanas y juegos, entre otras actividades.
Para Mamen Salvador la experiencia ha sido profundamente enriquecedora para todos los participantes que tras estos días»volvemos a las diócesis y parroquias con nuestra fe renovada para poder llevar a cabo nuestra misión». El Encuentro de laicos de parroquia ha pretendido ser expresión viva de la sinodalidad, para así descubrir los retos que la Iglesia, y por tanto, la Acción Católica General, debe afrontar y dar respuesta para que el Reino de Dios se haga presente en nuestra sociedad.
El Obispo de la Diócesis preside la Misa del Peregrinoen la Sede Episcopal
Hoy ha sido un día de celebración y de júbilo para el Apostolado parroquial EMAÚS, adscrito a la Parroquia de la Santísima Trinidad de Castellón. En el calendario de actividades programadas para este tiempo estival, además de dos convivencias preparatorias para los próximos retiros de otoño, las mujeres y hombres de Emaús han celebrado su peregrinación a la Catedral de Segorbe ganando el Jubileo y la Indulgencia Plenaria.
Para este Apostolado Parroquial que apenas tiene 5 años de recorrido en nuestra Diócesis, «peregrinar a la Sede Episcopal es la forma de reconocernos y sentirnos parte de la Iglesia Diocesana que caminamos juntos y contribuimos a la misión de anunciar el Evangelio», ha afirmado la coordinadora del grupo de mujeres, Amelia Martínez. «Estamos profundamente agradecidos a nuestro Obispo por bendecir este apostolado que está cambiando la vida de tantas personas». Desde que, en 2019, D. Casimiro acogiera los Retiros de Emaús en nuestra Diócesis, «nuestro apostolado no solo ha crecido sino que se ha consolidado llegándose a implantar también el grupo de hombres».
Los actos celebrados han estado presididos por Mon. Casimiro López Llorente, Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón. A las 10.30h de la mañana llegaba el grupo a la Capilla del Seminario Diocesano, acompañados por el párroco que les asiste, D. Rafael Manzaneque, donde se ha celebrado el Sacramento de la Reconciliación. A partir de la lectura del Santo Evangelio (Lucas 15), el grupo de peregrinos se ha preparado para participar en el Sacramento de la confesión en adoración y oración ante el Santísimo Sacramento expuesto en el Altar.
Poco después de las 12 del mediodía el grupo ha iniciado la peregrinación hacia la Catedral que ha partido desde la misma Capilla del Seminario dirigiéndose hacia la Iglesia Catedral para atestiguar la devoción, como parte del pueblo de Dios, que acude allí para volver fortalecidos en su voluntad de vivir cristianamente y de practicar con alegría la caridad. «Caminando a la luz de Dios» se han dirigido hasta la Puerta del Claustro de la Catedral donde les esperaba el Obispo de la Diócesis para cruzar la Puerta Santa, donde han dado gracias a Dios bendiciendo su nombre, justo en el lugar donde se reúne la Iglesia diocesana, familia de los hijos de Dios.
Tras la parada y oración frente a la primera Pila Bautismal de nuestra Diócesis, han renovado la fe de la Iglesia recitando el Credo, partiendo después hacia la Capilla del Sagrario, meta de la peregrinación que siempre, ha dicho D. Casimiro, «supone el encuentro con Jesucristo, presente en la Eucaristía, pues Él es nuestro aliento en el camino de la fe y de la vida cristiana».
Así ha dado comienzo la Eucaristía coincidiendo con la festividad de santa Brígida a quien se ha referido D. Casimiro durante la homilía por ser una mujer profundamente cristiana que supo llevar a su marido y sus seis hijos al encuentro con el Señor, recordando cómo este apostolado parroquial nació impulsado por un grupo de mujeres de nuestra Diócesis y, ahora, también lo secundan los hombres que han formado grupo.
El Obispo ha destacado el importante papel de santa Brígida, quien tras enviudar se dedicó a contribuir a la reforma de la Iglesia in capite et membris, es decir, «en la cabeza y en los miembros – ha incidido D. Casimiro – para que la Iglesia siguiera siendo presencia viva de Cristo Jesús y de su Evangelio en medio del mundo».
Palabras que han servido al Obispo para recordar, precisamente, lo que celebramos en este Jubileo, «en el que damos gracias a Dios por nuestra Iglesia Diocesana, por todos los dones concedidos y por todos aquellos que nos han precedido en la fe para dejar que el Espíritu actúe en nuestro corazón». Porque este Año de Gracia ha de servirnos para «la conversión personal desde el encuentro con Jesucristo» y así cosechar frutos a través de la evangelización. Desde Cristo Jesús y, siguiendo el ejemplo de San Pablo al comprobar cómo aquellas comunidades cristianas que él había fundado estaban perdiendo identidad cristiana, relatando en su carta a los Gálatas «no soy yo quien vive en mi carne sino Cristo Jesús». Así D. Casimiro ha exhortado al grupo de peregrinos a que «el lugar central lo ocupe Cristo y Jesús vivo para crecer en comunión y salir a la misión».
Jesús es la «fuente personal de nuestra vida cristiana, de nuestras comunidades, de nuestra Iglesia, y la fuente y meta de nuestra misión». Porque, «permaneciendo unidos a Él, como los sarmientos a la vid, se consiguen frutos, pues si no estamos unidos al Señor nuestra vida cristiana desfallece y se va apagando», ha insistido D. Casimiro. Siendo así «los frutos de santidad, de evangelización y de misión serán posibles en la medida que sigamos unidos a Cristo que es la savia que brota y nosotros somos meros colaboradores para llevar la alegría del Evangelio a todos, porque a todos está destinado».
Todo ello, bajo la protección de la Virgen, «pues Ella es quien nos muestra siempre el mejor camino para ser discípulos misioneros del Señor, mirándole a Él, acogiendo su voluntad, dejándose transformar por Él para salir fortalecidos, en comunión, a la misión», ha concluido.
Tras la Eucaristía se ha celebrado una comida de hermandad en una jornada que ha servido también de convivencia y preparación a la organización de los próximos retiros de Emaús que se celebrarán en octubre.
Queridos diocesanos y, muy especialmente, queridos abuelos y mayores:
Este domingo, cercana la fiesta de san Joaquín y santa Ana, abuelos de Jesús, el día 26 de julio, celebramos la Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores. Es deseo del papa Francisco que en este día tengamos un recuerdo especial para los abuelos, las abuelas y todos los mayores, y os mostremos nuestro afecto, reconocimiento y agradecimiento. Es un día para mostraros nuestra sincera gratitud por vuestro compromiso con la familia, la sociedad y la Iglesia; un día para dar gracias a Dios por vosotros, por vuestra larga vida y por tantas cosas buenas como nos habéis dado a lo largo de los años.
Esta Jornada, sin embargo, no puede quedar en “flor de un día”. Porque en todo momento hemos de saber estimar y valorar a las personas mayores. Todos estamos llamados a cuidar de ellas y a ayudarlas en sus necesidades humanas y espirituales. En nuestra Iglesia han de ser y sentirse protagonistas, impulsando su papel activo en la familia, en la Iglesia y en la sociedad. Como nos recuerda el salmista “en la vejez seguirán dando fruto” (Sal 92,15). El papa Francisco en su mensaje para esta Jornada nos dice que estas palabras son “una buena noticia, un verdadero ‘evangelio’, que podemos anunciar al mundo”, aunque vaya contracorriente y ante la actitud resignada de muchos ancianos, que no aguardan nada del futuro. La Escritura nos dice que la ancianidad es un don, una bendición de Dios para el anciano, la familia, la sociedad y la Iglesia, incluso con sus limitaciones físicas, psicológicas y espirituales.
Antes de nada y sobre todo las personas mayores han de ser acogidas, cuidadas y valoradas con amor. En nuestro tiempo parece que los mayores ya no cuentan: con frecuencia son excluidos de la vida social, son ‘aparcados’ en residencias o son considerados como una carga. Para una sociedad que sólo valora la productividad y la eficacia, y que vive del mito de la eterna juventud, la ancianidad parece como una enfermedad contagiosa que hay que evitar y ocultar.
Varios son los retos ante los que nos encontramos, como nos recuerdan los Obispos de la Subcomisión para la Familia y la Defensa de la Vida. Muchas personas mayores sufren el drama de la soledad no deseada, que no consiste en estar solas, sino en sentirse solas, no queridas y abandonadas. Este drama lo sufren alrededor de la décima parte de los mayores. Hemos de trabajar para prevenirlo o tratar de evitar que dure en el tiempo. Esto nos incumbe a todos: a la misma persona mayor y a la familia, a las instituciones sociales y a la Iglesia. Otro reto es favorecer el diálogo y la convivencia entre generaciones. Los mayores destacan por su experiencia y sabiduría acumuladas. Los jóvenes lo aprecian y ven en ellos referentes y modelos para su vida. Frente a la ansiedad, inseguridad o miedo ante el futuro, el testimonio de los ancianos les puede ayudar afrontarlo con confianza y esperanza. Y, finalmente, la pandemia ha puesto de manifiesto que muchas personas mayores han experimentado la necesidad de que la Iglesia se muestre más que nunca como una comunidad sensible y cercana a los que sufren el abandono, la soledad y el descarte. Y, también hay que decir que muchas de estas personas han ayudado con gran generosidad en este tiempo de pandemia.
Es muy importante valorar a los abuelos, las abuelas y las personas mayores y darles el lugar que les corresponde en la familia, la sociedad y por supuesto en la Iglesia. La ancianidad es un tiempo de gracia, que puede ser de especial vitalidad. Nuestra Iglesia diocesana, en sus parroquias y movimientos, hemos de cuidar con esmero la pastoral para las personas mayores; estamos llamados a acompañarlas, escucharlas y educarlas para que sepan vivir esta etapa de la vida como oportunidad para crecer en la fe, en la vida cristiana y en el camino de la santidad. Y también hemos de cuidar la pastoral de las personas mayores con el debido acompañamiento, incluido el espiritual y religioso. Nuestros mayores están ya muy comprometidos con la vida y misión de nuestra Iglesia; participan en la liturgia, la catequesis, la pastoral de la salud o en Cáritas y aportan su fe, su experiencia y su tiempo. Además en muchas familias los abuelos transmiten la fe a sus nietos y les educan en los valores y virtudes cristianas. Hoy también están cuidando y evangelizando a otros mayores. Los ancianos son y han de seguir siendo, por derecho propio, protagonistas en la vida y misión de la Iglesia.
Nuestra Iglesia sigue contando con vosotros y agradece vuestra presencia y perseverancia, vuestra oración y vuestro compromiso pastoral. En este día ruego a Dios y le doy gracias por todos vosotros.
Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón ha puesto en marcha el proyecto “Primera Mochila Escolar” destinado a la población infantil en edad escolar de Ucrania para que estos niños y niñas, de familias vulnerables, puedan disponer del material escolar necesario para que, a pesar de la invasión rusa que continúa, puedan desarrollar sus diferentes estudios.
Esta iniciativa surge de la constante colaboración de Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón con la ucraniana Cáritas Ivano-Frankivsk y con “Primera Mochila Escolar” se podrá ayudar a un total de 1.500 alumnos que se han visto obligados a dejar sus casas y trasladarse a zonas menos peligrosas.
El presupuesto destinado a esta acción humanitaria es de 55.670 euros y se han habilitado sendas cuentas corrientes en Cajamar y CaixaBank, así como a través de Bizum, para recibir las donaciones de todos los ciudadanos de la Diócesis de Segorbe-Castellón que quieran colaborar con esta causa solidaria.
Agradecimiento de Cáritas Ivano-Frankivsk
El Director de Cáritas Ivano-Frankivsk, el padre Volodymyr Chorniy, ha dirigido una carta al Delegado Episcopal en Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón, D. Sergio Mendoza, agradeciendo todo el apoyo y la ayuda recibida por parte de la “Comisión Diocesana de Ayuda a Ucrania“ durante todos estos meses de guerra en el país.
Los niños están siendo los grandes perjudicados en esta contienda. Sus vidas se han visto seriamente amenazadas, también las de sus familiares, sufriendo la falta de seguridad y corriendo un mayor riesgo de ser víctimas de la trata y la explotación. Muchos de ellos también han tenido que padecer la destrucción de sus escuelas a causa de los bombardeos. Es por todo ello que miles de estos niños han tenido que huir a otros puntos de Ucrania o a otros países, entre ellos al nuestro.
El padre Volodymyr explica que 46.600 niños, de familias ucranianas desplazadas dentro del país, han llegado a la región de Ivano-Frankivsk, y “a causa de la difícil situación económica, ellos y sus padres necesitan ayuda para prepararse para la escuela”. Es otro de los dramas, la dificultad para continuar proporcionando educación escolar a estos niños.
Es por ello que Cáritas Ivano-Frankivsk solicita la colaboración de Cáritas de Segorbe-Castellón, y requiere de nuestra ayuda, para lo que se ha puesto en marcha el proyecto “Primera Mochila Escolar”, con el que proporcionar mochilas y el material escolar necesario a niños de familias vulnerables. El objetivo, indica, es “mejorar la calidad de vida de los niños afectados por la guerra y proveer el material necesario, ayudándoles a que se puedan preparar de la mejor manera posible para el nuevo curso”.
Ayuda escolar para 1.500 niños
Con él se ayudará a 1.500 niños (350 de educación infantil y 1.150 de primaria y secundaria) que se han visto forzados a desplazarse fuera de las zonas más peligrosas; que son hijos de soldados en servicio, heridos o fallecidos en el conflicto; niños de familias en riesgo de exclusión, con ingresos económicos bajos, o de familias numerosas; y niños afectados por el VIH.
Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón informa de que el presupuesto total del proyecto es de 55.670 €, y ha querido agradecer todas las oraciones y toda la ayuda recibida hasta el momento con la que paliar las consecuencias de la guerra, y que se está transmitiendo a las Cáritas hermanas de Ucrania y de los países vecinos.
Para ello, ha puesto a disposición de los ciudadanos de nuestra Diócesis diversas cuentas corrientes para canalizar su ayuda a esta campaña en favor de los escolares de Ucrania que, por los efectos de la guerra, se han visto obligados a dejar su residencia habitual.
La entrada en vigor el próximo curso escolar de la LOMLOE se debe concretar en la Comunitat Valenciana a través del Decreto de Ordenación Académica que la Conselleria de Educación tiene la responsabilidad de publicar y en el que se concretan para todas las asignaturas, y también para la de Religión y Moral Católica, las cargas horarias, el funcionamiento general, etc. Ante esta situación, la Junta de la Mesa de Educación en Libertad, integrada por organizaciones representativas de la comunidad educativa de la Comunitat Valenciana, desea manifestar públicamente lo siguiente:
SIN DIÁLOGO NI COMUNICACIÓN
La especificidad de la asignatura de Religión y Moral Católica requiere de la necesaria colaboración y diálogo entre la administración educativa y los responsables de cada confesión religiosa en la medida que una desarrolla la norma marco mientras que los otros son responsables del curriculum y del profesorado que la imparte. En este sentido, los Delegados de Enseñanza de las Diócesis de la Comunitat Valenciana- Segorbe-Castellón, Valencia y Orihuela-Alicante– solicitamos hace meses mantener una entrevista de trabajo con el secretario autonómico de Educación y Formación Profesional para conocer el desarrollo autonómico de la LOMLOE, sobre la clase de Religión. Para conocer y dialogar así los temas que de la implantación de la nueva ley podrían repercutir en la asignatura. Después de semanas de silencio se nos comunicó que no era momento y ya se nos avisaría.
Al final de curso y ante la falta de una convocatoria, se volvió a solicitar dicha reunión, la cual hasta ahora no ha sido posible. Pensamos que hemos perdido la oportunidad de dialogar sobre unas instrucciones que van a influir en la configuración de la asignatura y los profesores de Religión y Moral Católica. Como todo lo que se refiere a esta octava reforma educativa en democracia, consideramos que el proceso no ha sido el adecuado. A estas alturas del calendario, la organización del próximo curso escolar se está improvisando sobre la base de borradores. Lo que, a nuestro criterio, parece que pretenda que los nuevos decretos pasen desapercibidos para que el tiempo de reacción de profesorado y familias sea el menor posible.
BORRADORES, HORARIOS MÍNIMOS Y CONFUSIÓN
La Conselleria ha ido facilitando a los equipos directivos de colegios e institutos una serie de “borradores de decretos” para que organicen el próximo curso. Las distintas versiones de estos borradores han ido circulando entre la comunidad educativa, pero ninguno de ellos ha sido remitido de forma oficial a los responsables de las diócesis hasta que se hizo una queja formal.
Se han tomado decisiones en los centros que afectan a la asignatura y al profesorado sin tener conocimiento de los mismos y con la inseguridad jurídica que supone tomar decisiones que afectan a los horarios y configuración curricular de esta materia, afectando a su vez al trabajo de los profesores.
Queremos manifestar además que los borradores muestran una falta total de sensibilidad hacia el trabajo de los docentes de esta materia, que han visto reducida a la mínima expresión la carga horaria de la asignatura. Además, consideramos que un horario tan limitado imposibilita un desarrollo adecuado de esta o de cualquier otra materia.
Reivindicamos al respecto que no se puede hablar de “calidad educativa” ni de “educación integral de la persona” sin un adecuado reconocimiento y por tanto también presencia horaria de la asignatura de Religión y Moral Católica. Materia que creemos contribuye a desarrollar autonomía y espíritu crítico desde la visión cristiana y que hace explícita la dimensión trascendente de todo ser humano. Una materia que enriquece el conocimiento de nuestras raíces, que da sentido al presente, que da respuesta a las preguntas más profundas de la persona, y que potencia todo lo bueno y noble que hay en el corazón del hombre repercutiendo en un bien común para nuestra convivencia social.
¿QUÉ SERÁ LA ATENCIÓN EDUCATIVA?
Por otra parte, preocupa en qué consistirá la llamada “atención educativa”. La voluntad del legislador de dejar sin una asignatura espejo la clase de Religión y Moral Católica, ha sustituido la anterior asignatura de valores éticos por una llamada “atención educativa” cuya propia definición es tan abierta que nadie sabe muy bien de qué se trata.
Los padres pueden consultar en el BOE y conocer el nuevo curriculum de la asignatura de Religión y Moral Católica adaptado a los cambios normativos y pedagógicos de la LOMLOE. Se echa en falta la misma claridad para conocer en qué va a consistir esta “atención educativa” y cual va a ser su contenido en la práctica.
¿MÁS CARGA HORARIA EN BACHILLER?
También en bachillerato, los borradores de decretos, dejan a la Religión y Moral Católica en un estatus de inferioridad que nada tiene que ver con que sea una asignatura equiparable a “materia fundamental”, como recogen los acuerdos entre la Iglesia y el Estado Español, en la medida en que deja de ofertarse como el resto de optativas y el alumno que la elija tendrá una hora lectiva más que el resto de compañeros. Además, por las experiencias de otros momentos en que se intentó esta forma de presión contra la asignatura se extendió la “consigna no escrita” de colocarla en el horario a primeras o últimas horas. Esto en la práctica ya fue motivo de discriminación para el alumnado de Religión y Moral Católica que debía entrar antes o irse después que el resto de sus compañeros y por tanto veían dificultado el acceso en igualdad al transporte, y otras complicaciones añadidas.
VALORAMOS Y AGRADECEMOS LA LABOR DE FAMILIAS, ALUMNOS Y DOCENTES
Creemos que presupuestos ideológicos personales o de gobernantes no pueden estar por encima al derecho de los padres a la educación integral de sus hijos. Desde la Junta de la Mesa por una Educación en Libertad seguimos haciendo recapacitar a quien corresponda estas cuestiones planteadas, así como la valoración que, año tras año, realizan los docentes de Religión y Moral Católica en sus centros, como a tantas familias que libremente piden la educación religiosa para sus hijos.
Esperamos en algún momento se tenga en cuenta:
La dignidad de esta asignatura y la igualdad con el resto de materias fundamentales sin depender de preferencias ideológicas o políticas.
La valoración del trabajo de los docentes y su formación permanente para estar actualizados y acordes a cada tiempo.
La igualdad de condiciones académicas para las familias y alumnos que, en su derecho, No como favor, escogen libremente, a pesar de las dificultades Religión y Moral Católica.
La transparencia en el fondo y forma del tratamiento de esta materia.
La madurez para superar las preferencias personales o ideológicas para el bien común de todos los alumnos, tanto de los que libremente la escogen como de aquellos que no lo hacen.
Junta de la Mesa de Educación en Libertad
(Universidad Católica de Valencia, CEU San Pablo Valencia, FCAPA, CECE Valencia, Escuelas Católicas Comunidad Valenciana, secretariados de Enseñanza de las Diócesis de Valencia, Orihuela-Alicante y Segorbe-Castellón)
La Iglesia ha crecido y ha de seguir haciéndolo en el conocimiento y comprensión de los dones y necesidades de las personas con discapacidad para su inclusión en la comunidad cristiana, y no sólo para una mera integración en la misma. No obstante, para muchos es aún desconocido. En más de una ocasión me han preguntado si estas personas pueden recibir los sacramentos del bautismo, la confirmación y la eucaristía; y también si, una vez bautizados, pueden participar activamente en la vida y misión de la Iglesia sea en la liturgia o en otras actividades pastorales.
La Iglesia afirma la dignidad de todo ser humano y, por lo tanto, también de las personas con discapacidad física, mental o sensorial. Cada persona tiene sus capacidades, sus talentos y sus dones, aunque tenga limitaciones de algún tipo.
Para nuestra actitud y comportamiento hacia todos y en especial hacia las personas con discapacidad, Jesús ha de ser siempre nuestro referente. Jesús, el Hijo de Dios ha venido a nuestro mundo para mostrarnos el amor y la misericordia de nuestro Padre y para salvarnos. Nadie está excluido de la salvación de Dios. Es más, Jesús comienza su ministerio, diciendo: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año de gracia del Señor” (Lc 4, 18-20).
Las personas con discapacidad han de experimentar y vivir esta salvación y misericordia de Dios nuestro Padre en el seno de las comunidades cristianas Uno de los rasgos más patentes de Jesús fue su preferencia por los pobres y excluidos. Él salió a su encuentro, anunciando la llegada del reino de Dios (cf. Lc 4,18). Sus curaciones son un signo de salud y primicia de una vida humana plena. Jesús se acerca a las personas, que eran consideradas “impuras” y excluidas de la sociedad, con una actitud fraterna; las acoge, las toca, las sana y las incorpora a la comunidad. Los evangelios nos recuerdan a Jesús “enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Nueva del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia” (Mt 9,35). De esa forma los evangelios indican la atención particular que Jesús dedicó a las personas con limitaciones personales y marginación social.
La preocupación, la actitud y el comportamiento de la Iglesia hacia las personas con discapacidad surgen de la acción de Dios, que quiere que todos se salven y participen de su misma Vida. Siguiendo el ejemplo de Jesús, la Iglesia reconoce que ellas son también destinatarias del Evangelio, están llamadas a la fe y a una vida plena y llena de significado. Toda persona es capaz de dar una respuesta de fe y crecer en santidad. Puede decirse, desde la perspectiva eclesial, que toda persona tiene el derecho, la posibilidad y el deber de ser evangelizada y de evangelizar. Como nos ha recordado el Papa Francisco, “nadie puede negar los sacramentos a las personas con discapacidad”, pues “no son solo capaces de vivir una genuina experiencia de encuentro con Cristo, sino que son también capaces de testimoniarla a los demás” (11.VI.2016).
Las comunidades cristianas están llamadas, pues, no solo a cuidar de los más frágiles, sino a reconocer en ellos la presencia de Jesús que se manifiesta de una manera especial. Esto requiere una doble atención: la conciencia de la educación en la fe de la persona con discapacidad, incluso muy grave y gravísima; y la voluntad de considerarla como sujeto activo en la comunidad en la que vive.
La situación especial de las personas con discapacidad ha hecho que su catequesis y atención pastoral suela situarse al margen de la pastoral comunitaria. Para lograr su plena inclusión en la comunidad, su evangelización ha de hacerse junto con la de las demás personas que viven el proceso de iniciación a la vida de la Iglesia, salvo momentos específicos, en los que serán acompañadas por catequistas de apoyo. Esta tarea exige una participación activa de la familia, una particular habilitación catequética de sus catequistas así como una conciencia eclesial de acogida en todos.
Las personas con discapacidad han de ser consideradas también partes activas en la vida y misión de la Iglesia. Ellas están llamadas a celebrar sacramentalmente su vida de fe y a participar en la misión evangelizadora de la Iglesia, según los dones recibidos de Dios y el estado en que se encuentran. Así, participando en la catequesis, en la liturgia y en la vida de la Iglesia, podrán cumplir su camino de fe y transformarse en sujetos activos de evangelización, capaces de enriquecer con los propios dones y carismas a la comunidad cristiana.
Esta presidido por D. Casimiro López Llorente, Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón
La reunión, de carácter ordinario, comenzó ayer a las 9,30 de la mañana con la celebración de una Eucaristía en la Capilla de Santa Teresa de la Casa de Espiritualidad de los Hermanos Carmelitas, en el Desierto de las Palmas.
La reunión del Consejo Episcopal para los Asuntos Jurídicos de la Conferencia Episcopal Española, que está presidido por nuestro Obispo, se ha celebrado en dos jornadas y finalizará hoy a las 16.00h de la tarde.
Este Consejo, es un órgano consultivo de la Conferencia Episcopal que tiene como función asesorar en cuestiones de índole jurídica (canónica, civil y concordataria) a los órganos de gobierno de la Conferencia episcopal y a los miembros de la misma.
De sus competencias, entre otras, destacan las cuestiones derivadas de la aplicación de los acuerdos entre la Santa Sede y el Estado Español en las que está prevista, directa o indirectamente, la intervención de la Conferencia Episcopal, así como las materias de legislación civil española y autonómica que afectan a la misión de la Iglesia.
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