El Papa Francisco conmemora el centenario del nacimiento de San Juan Pablo II
El Papa Francisco ha recordado esta mañana en la Misa celebrada en la Basílica de San Pedro la figura de San Juan Pablo II, con motivo del centenario de su nacimiento. En la homilía, el Santo Padre ha afirmado que Karol Wojtyla es un signo de la visita de Dios a su Pueblo, y ha destacado tres características suyas que muestran la figura del Buen Pastor: la oración, la cercanía al pueblo y el amor a la justicia.
El Papa ha explicado que «el primer trabajo de un obispo es la oración», y aseguraba que San Juan Pablo II dedicaba muchas horas a rezar. También ha destacado la cercanía del pastor como signo de la proximidad de Dios: «Iba a encontrar al pueblo, y por eso viajó por todo el mundo», declaraba respecto al Pontífice que realizó 104 viajes apostólicos fuera de Roma, y que en las más de 1.160 Audiencias Generales de los miércoles celebradas durante su pontificado, participaron cerca de 18 millones de peregrinos.
La tercera característica, es el amor a la justicia. «Pero una justicia completa – explicitaba Francisco – es decir unida a la misericordia». El Papa concluía la homilía invitando a orar a San Juan Pablo II «para que nos dé a todos, especialmente a los pastores de la Iglesia, la gracia de la oración, de la cercanía y de la justicia misericordiosa y la misericordia justa».
Principales rasgos biográficos
Karol Wojtila nació en Wadowice (Polonia) el 18 de mayo de 1920. En 1942, durante la II Guerra Mundial, comienza los cursos de formación para ser sacerdotes, y será ordenado en 1946. Fue consagrado obispo en 1958, y en 1964 asume la sede de Cracovia. En 1967 Pablo VI lo crea cardenal y participó en el Concilio Vaticano II. Fue elegido Papa el 16 de octubre de 1978, siendo uno de los pontificados más largos de la historia.
El 13 de mayo de 1981, en la Plaza de San Pedro, sufrió un grave atentado. Salvado por la mano maternal de la Madre de Dios, tras una larga convalecencia, perdonó a su agresor y, consciente de haber recibido una nueva vida, intensificó sus compromisos pastorales con heroica generosidad. Murió en Roma el sábado 2 de abril de 2005, la víspera del Domingo in Albis o de la Divina Misericordia, fiesta instituida por él. El Papa Francisco celebró el rito de canonización de Juan Pablo II el 27 de abril de 2014.
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