Jornada de la Sagrada Familia
El Primer Anuncio en las familias
Celebramos el domingo 31 de diciembre la Jornada de la Sagrada Familia con el lema “Familia, portadora de la Buena Noticia”. Las familias cristianas encuentran en la Sagrada Familia el modelo y ejemplo a seguir, puesto que “la familia es el lugar ordinario y cotidiano del encuentro con Cristo” (Sínodo de los Obispos, 2014); así como un sólido punto de referencia y una firme inspiración, lo que implica, como tarea principal, poner a Jesucristo en el centro de cada familia.
Somos conscientes de la situación actual de la familia. En una sociedad en la que reina el individualismo, el relativismo, el materialismo y que ha arrinconado a Dios, las familias tienen heridas y pobrezas afectivas consecuencia de aislamientos y rupturas, les faltan raíces, están construidas sobre arena, y en el kerigma, en el anuncio del amor de Dios y de Cristo como nuestro salvador, pueden calmar su sed, encontrar la paz y las claves del Amor que ansían.
Es por ello que las familias cristianas deben ser la respuesta a esta sociedad, ahora más necesarias que nunca, llamadas a ser esperanza, luz y sal en nuestro entorno, desde la acogida y el acompañamiento de todos aquellos que necesiten encontrar al Señor en su respectiva familia, en su matrimonio y en su vida. Porque ellas muestran la importancia y la belleza del proyecto cristiano sobre el matrimonio y la familia, que lleva a plenitud el amor humano entre el hombre y la mujer.
Construidas sobre este amor, son el primer ámbito donde se ejercita y se aprende el darse a los que en ellas conviven, y la unión con Cristo por parte de los miembros que la forman es garantía para salir adelante, también ante las dificultades, con paciencia y comprensión. “Hacer familia”, sobre todo para un cristiano, es un don y una tarea diaria.
La vivencia de la comunión familiar es un verdadero antídoto contra este individualismo y egoísmo del que hablábamos, ya que la familia, fundada y vivificada por el amor, es una comunidad de personas: del hombre y de la mujer esposos, de los padres y de los hijos, de los parientes. Su primer cometido es el de vivir fielmente la realidad de la comunión con el empeño constante de desarrollar una auténtica comunidad de personas.
Puedes leer el mensaje de los Obispos AQUÍ
Pero la vida familiar necesita un acompañamiento constante por parte de la Iglesia, en clave cristiana, iluminada por la Palabra de Dios y los sacramentos; y con misericordia y ternura por parte de otras familias, de las parroquias, de los movimientos y asociaciones. Un acompañamiento que se hace especialmente necesario ante las situaciones difíciles (crisis de diversos tipos, violencia, abandono, etc.).
A partir de ahí podrá anunciar, desde su experiencia, el Evangelio, la buena noticia que pregona a Cristo resucitado, que está en medio de nosotros y de nuestras familias; e interpelar a quienes les rodean, de modo que el Espíritu Santo toque el corazón del otro y que, si así lo desea, le lleve a un cambio de vida y al encuentro con el Señor.
Este testimonio debe estar marcado por la más profunda alegría porque la familia es portadora de la mejor de las noticias: la salvación que ha venido a traernos Jesucristo. Y esta alegría se debe contagiar a todo el mundo. Y cuando una familia comparte la alegría que viene de Dios es misionera. Esta llamada a la misión brota del sacramento del bautismo y del sacramento del matrimonio.
También nuestro Obispo D. Casimiro expresó recientemente, en una carta a todos los sacerdotes de la Diócesis, su preocupación por la escasez de las vocaciones cristianas, entre ellas al matrimonio, y solicitaba promover una cultura vocacional que lleve al encuentro personal con Cristo, por lo que toda acción pastoral debe estar orientada a “desarrollar una atmósfera en la que los niños, jóvenes y adultos puedan disponerse a discernir con cuidado y abrazar libremente la propia vocación como forma permanente de vida a la que están llamados por el Señor en la Iglesia”.
Experiencias de primer anuncio en las familias
- Proyecto Amor Conyugal: concebido como un método de acompañamiento y de formación que está transformado a muchos matrimonios.
- Equipos de Nuestra Señora: movimiento formado por matrimonios que se comprometen a ayudarse mutuamente a crecer, a vivir su matrimonio dentro de la realidad cotidiana poniendo a Dios en el centro.
- La iniciativa formativa “La promesa, forma del amor”, organizada por la Asociación Persona y Familia, que tendrá lugar en el Mater Dei del 19 al 21 de enero.
- Y las iniciativas de la Diócesis con las familias, como los Encuentros Matrimoniales, organizadas por la delegación para la Familia y la Defensa de la Vida en colaboración con las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret, y que en este curso se centran en “Las Pequeñas Virtudes del Hogar”.
- Centro de Orientación Familiar “Domus Familiae”, una auténtica ayuda para los matrimonios y las familias, un servicio especializado de atención integral a los problemas familiares, matrimoniales y personales.
- Grupos Parroquiales de Matrimonios, que buscan mostrar la belleza y el contenido del amor conyugal, así como fomentar la amistad entre los miembros de los grupos parroquiales de matrimonios.
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