Este domingo comienzan las fiestas de la Magdalena con la Romería de les Canyes. Las celebraciones conmemoran la fundación de Castellón de la Plana en 1252. Al mismo tiempo es una vuelta a los orígenes de la fe de la ciudad y sus raíces cristianas, que reencuentra en la ermita del Castell Vell el primer lugar de culto cristiano de la zona, como recuerda D. Josep Miquel Francés, preste de la Romería y licenciado en historia. El Obispo, mons. Casimiro López Llorente, presidirá la santa Misa en la Ermita a las 13h, así como «las tres Caídas» al regreso de los romeros a la Concatedral a las 18:30h. Leer más
En África, si una persona tiene una enfermedad mental, pierde todos sus derechos. Es considerada como loca, ya no es persona, y la gente puede tratarla como quiera. Todo el mundo es libre de tratarla como quieran. Los enfermos mentales son considerados poseídos, y la sociedad los condena de por vida: los atan con cadenas a cualquier parte, inmovilizándolos, clavándoles en el suelo como Cristo en la cruz. Por eso, miles de personas viven encadenas y olvidadas, no han cometido ningún delito, son presos del miedo, la ignorancia y la pobreza. Son los olvidados de los olvidados.
El año pasado, TVE emitió un documental en el que mostraba la experiencia de cómo Grégoire Ahongbonon, de Benín (África), ayudó a liberar a estos enfermos mentales de sus cadenas y a curarse de sus enfermedades, todo ello gratuitamente, sin recibir nada a cambio, a través de la Asociación ‘San Camilo’ que él mismo fundó. Él les da alimentos, les viste, les da cariño y libertad.
Grégoire Ahongbonon vino a Castellón, en un acto organizado por nuestra Diócesis, Encuentro Castellón y la Universidad CEU-Cardenal Herrera, cuya presentadora fue la Decana de Ciencias de la Salud de esta Universidad. Aquí pudo contar su experiencia, un testimonio de encuentro profundo con el Amor de Dios. El acto tuvo lugar el pasado miércoles en el Real Casino Antiguo de Castellón, y Grégoire explicó, desde sus comienzos, toda esta increíble historia de cómo ayudó – y sigue haciéndolo – a las personas con enfermedades mentales y pobres. «Hoy vamos a cortar tu cadena», les decía.
Leer el testimonio completo a continuación:
«Todo es posible con Dios».
Acabáis de ver imágenes que son muy duras, que no estamos acostumbrados a ver: hombres, mujeres y niños condenados simplemente por estar enfermos.
¿Cómo hemos llegado a este punto?
Su historia
No soy médico, ni sacerdote, ni un curandero. Ni soy una persona que hace milagros.
Estoy casado, tengo seis hijos, y vengo de Benín. Soy un simple reparador de neumáticos.
Estoy aquí por mi deseo de buscar la felicidad de los pobres.
Cuando tenía mucho dinero y todo me iba bien abandoné la Iglesia. De repente me encontré con que todo el dinero que tenía desapareció, tuve dificultades económicas y lo perdí todo. Estuve a punto de suicidarme. Empecé a vivir una vida muy miserable. Cuando tenía mucho dinero tenía muchos amigos alrededor, que desaparecieron cuando no tuve dinero.
También en ese momento aparecieron alrededor personas que venían de sectas, prometiéndome muchos milagros. Pero prefería morir en mi sufrimiento que cambiar de religión.
Volví a la Iglesia y encontré a un cura misionero, como la historia del hijo pródigo, porque este sacerdote me acogió de tal forma que dedicó todo su tiempo a escucharme. Coincidió que estaba organizando una peregrinación a Jerusalén a la que me invitó.
Cuando lo había perdido todo, vino a buscarme en medio de mis neumáticos para llevarme a Jerusalén. Nunca podría describir el regalo que me hizo Dios en esa peregrinación.
Allí nos dijeron que todo cristiano tenía que contribuir en la construcción de la Iglesia poniendo su propia piedra. Me planteé cuál era la piedra que yo tenía que poner.
Por eso, puse en marcha un grupo de oración, formado por ocho cristianos.
En este momento, empecé a descubrir a las personas enfermas que en África son condenadas de por vida sin haber cometido ningún delito. Simplemente por el hecho de estar enfermas, se las encadena a la pared o a los árboles.
En África no hay Seguridad Social. Si eres pobre, nadie te cuida, nadie se ocupa de ti. Frente a estos enfermos que nos encontramos abandonados, lo que nos surgió es que antes de ponernos a rezar, teníamos que mostrarles nuestro amor: lavarles y buscar medios y red de medicamentos para poder cuidar de ellos.
Gracias a eso muchos enfermos recuperaron la salud. Los que murieron, lo hicieron dignamente.
En este momento entendí por qué Jesús se identificaba con los pobres y los enfermos. A partir de este momento, nuestro deseo y lo que nos movía era buscar a los pobres. Después fuimos a las cárceles, después fuimos a por los niños, y a partir de los años 90, con los enfermos mentales. Allí, los enfermos mentales son los olvidados de los olvidados, olvidados por todos, la última preocupación de las autoridades.
Son consideradas personas poseídas por el diablo, reducidas a despojos humanos por la sociedad. La gente tenía miedo de ellos.
Un día, por la calle, me fijé en uno de ellos buscando comida en una basura. Esta era una escena que ya había visto otras veces, pero ese día lo vi de otra forma. Caí en la cuenta que ese Jesús que yo iba a buscar a la Iglesia era el que estaba sufriendo a través de ese pobre, ese enfermo.
A partir de ese momento empecé a buscarlos por las noches donde dormían. Descubrí que eran familias que necesitaban ser queridas. Hablé con mi esposa, y decidimos comprar un congelador para guardar agua fresca y comida, e íbamos a darles comida y bebida a los pobres y enfermos.
Hasta que un día me pregunté qué sentido tenía que hiciese eso y luego volviese a mi casa a dormir.
En un momento concreto, nos cedieron un local abandonado y lo usamos para meter allí a los enfermos, a tratarlos dignamente. Enseguida se vieron resultados que sorprendieron a todo el mundo.
Un caso atroz
En 1994, viví un caso atroz. Unos padres tenían a su hijo encerrado en un cuarto. El joven estaba atado al suelo, como Jesucristo en la cruz, los dos pies atados a un madero, y los dos brazos atados con un alambre que se había introducido en la carne. Tenía heridas llenas de gusanos.
No había forma de desatarlo. Volvimos al día siguiente, día del Domingo de Ramos, y conseguimos desatarlo, conseguimos limpiarlo y el joven me dijo: «No sé cómo darle las gracias a Dios y a usted, no sé qué he hecho para merecer este trato por parte de mis padres». El muchacho todavía tenía esperanzas de vivir, todavía quería vivir, pero no sobrevivió.
Fuimos de pueblo en pueblo, y descubrimos todo tipo de encadenamientos. A veces los pies atados a un madero, a veces los brazos, a veces el cuello… De modos que nadie nunca habría pensado. Las familias no saben qué hacer con ellos.
Lo que me rebela son esas imágenes que habéis visto
Allí hay campos de oración, de sectas, que dicen que tienen la capacidad de expulsar al diablo. Las familias se los confían (a sus hijos enfermos mentales), previo pago, y lo que hacen allí es que encadenan a los enfermos a los árboles, al descubierto, haga sol o llueva… Algunas personas han pasado allí hasta 8 años.
El tratamiento que allí aplican es permitir el sufrimiento de los enfermos para que salga el diablo: no les dan de comer durante días, les pegan… Hemos denunciado ante los tribunales, en ocasiones han enviado a la policía, pero «si son locos, ¿qué podemos hacer?», nos decían.
Cuando eres un enfermo mental, no tienes ningún poder, careces de todo tipo de derechos. Por eso la única opción que nos queda es cuidarlos nosotros y multiplicar los centros (como el de San Camilo, que él ha fundado). En Costa de Marfil tenemos 4 centros donde se les cuida, y 6 centros donde trabajan y realizan actividades. En Benín acabamos de abrir el cuarto centro. Y en Togo, hay 2 en funcionamiento y otros 2 en construcción.
Lo que no quiero dejar de contaros, es que los enfermos mentales no son peligrosos, hay que aprender a amarlos. En todos nuestros centros, el director del centro es un enfermo. Tenemos centros donde hay más de 200 personas. Es Dios mismo que viene al socorro de estos enfermos.
¿Por qué?
¿Cuál es el crimen que los enfermos mentales han podido cometer en su vida? ¿Por qué?
A todos les pregunto esto.
Hace unos años apareció el SIDA en África, y se le dio todo tipo de publicidad, todavía hay gente que sensibiliza sobre este tema.
¿Qué pasa con los enfermos mentales?
El vídeo que habéis visto, lo vieron en el Parlamento Europeo en Bruselas. Les mostré la misma cadena y les hice la misma pregunta. Les dije: «seguro que si fuera una persona importante encadenada harías de todo para ponerle remedio». ¿Pero los enfermos mentales qué han hecho? Muchos, cuando salieron, se olvidaron de ellos. Os pido a vosotros que no os olvidéis de ellos.
Son hombres, no han nacido enfermos, han nacido como todas, y quieren vivir como todos.
¿Qué podemos hacer?
Lo que os pido es la oración.
Quiero daros las gracias, por estar aquí. Y a los que han organizado este encuentro. Creo que este es el modo en que algún día podemos llegar a liberar a todas estas personas. El verdadero agradecimiento os lo dará Dios. Algún día os dirá: «Benditos los hijos de mi padre, porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel, y vinisteis a verme.
Israel amaba a José más que a todos los otros hijos, porque le había nacido en la vejez, y le hizo una túnica con mangas. Al ver sus hermanos que su padre lo prefería a los demás, empezaron a odiarlo y le negaban el saludo.
Sus hermanos trashumaron a Siquén con los rebaños de su padre. Israel dijo a José:
«Tus hermanos deben estar con los rebaños en Siquén; ven, que te voy a mandar donde están ellos».
José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron desde lejos y antes de que se acercara, maquinaron su muerte. Se decían unos a otros:
«Ahí viene el soñador. Vamos a matarlo y a echarlo en un aljibe; luego diremos que una fiera lo ha devorado; veremos en qué paran sus sueños».
Oyó esto Rubén, e intentando salvarlo de sus manos, dijo:
«No le quitemos la vida» Y añadió:
«No derraméis sangre; echadlo en este aljibe, aquí en la estepa; pero no pongáis las manos en él».
Lo decía para librarlo de sus manos y devolverlo a su padre. Cuando llegó José al lugar donde estaban sus hermanos, lo sujetaron, le quitaron la túnica con mangas que llevaba puesta, lo cogieron y lo echaron en un pozo. El pozo estaba vacío, sin agua. Luego se sentaron a comer
y al levantar la vista, vieron una caravana de ismaelitas que transportaban en camellos goma, bálsamo y resina de Galaad a Egipto. Judá. propuso a sus hermanos:
«¿Qué sacaremos con matar a nuestro hermano y con tapar su sangre? Vamos a venderlo a los ismaelitas y no pongamos nuestras manos en él, que al fin es hermano nuestro y carne nuestra». Los hermanos aceptaron.
Al pasar unos comerciantes madianitas, tiraron de su hermano, lo sacaron del pozo, lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas de plata. Estos se llevaron a José a Egipto.
Esto dice el Señor:
«Maldito quien confía en el hombre, y busca el apoyo de las criaturas, apartando su corazón del Señor.
Será como cardo en la estepa, que nunca recibe la lluvia; habitará en un árido desierto, tierra salobre e inhóspita.
Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza.
Será un árbol plantado junto al agua, que alarga a la corriente sus raíces; no teme la llegada del estío, su follaje siempre está verde; en año de sequía no se inquieta, ni dejará por eso de dar fruto.
Nada más falso y enfermo que el corazón: ¿quién lo conoce?
Yo, el Señor, examino el corazón, sondeo el corazón de los hombres para pagar a cada cual su conducta según el fruto de sus acciones».
Salmo: Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6 R. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor, y medita, su ley día y noche. R.
Será como un árbol plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R.
No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino fe los impíos acaba mal. R.
EVANGELIO
Lucas 16,19-31
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
«Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico.
Y hasta los perros venían y le lamían las llagas.
Sucedió que se murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán.
Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando, dijo: “Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas”.
Pero Abrahán le dijo:
“Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él es aquí consuelo, mientras que tú eres atormentado. Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que los que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros”.
Él dijo:
“Te ruego, entonces, padre, que le mandes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio, de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento”.
Abrahán le dice:
“Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen”.
Pero él le dijo:
“No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán”.
Abrahán le dijo:
“Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto”».
Durante esta semana se está celebrando en Madrid la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) en la que se renuevan cargos para el próximo trienio 2017-2020. Esta tarde, en el tercer día de Asamblea, se ha elegido a nuestro obispo, Mons. Casimiro López Llorente, como presidente de la Junta Episcopal de Asuntos Jurídicos, así como los tres miembros del Consejo de Economía y los presidentes de las tres Subcomisiones Episcopales. Según los estatutos, no hay límite de permanencia para estos cargos.
Mons. Casimiro López, en la CEE, ha sido miembro de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis desde 2005 hasta 2008, que fue nombrado Presidente de dicha Comisión. Además, ha sido miembro de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar desde 2001 y hasta 2005. También formaba parte de la Junta Episcopal de Asuntos Jurídicos desde 2002.
Cáritas Siria ha remitido una carta a Cáritas España en la que explican la vivencia cotidiana tras seis años de guerra en Siria, y piden que se haga llegar su voz a los gobiernos occidentales para que se acabe con la guerra. Con 300.000 muertos, cuatro millones de refugiados y ocho de desplazados, aseguran que la violencia les ha “devuelto a la edad de piedra” y que la población está agotada. Esta mañana, Cáritas diocesana ha celebrado una Misa por la paz y ha realizado un gesto de solidaridad.
Sergio Mendoza, delegado diocesano, ha afirmado que “si verdaderamente queremos que acaben las guerras, tenemos que ponernos al servicio de los hermanos, dando la vida por el otro”. Recordaba que mientras en Siria los cristianos mueren por su fe, aquí “se nos pide ser mártires, es decir, testigos del amor en la vida cotidiana”. Leer más
Ellos dijeron:
«Venga, tramemos un plan contra Jeremías, porque no faltará la ley del sacerdote, ni el consejo del sabio, ni el oráculo del profeta. Venga, vamos a hablar mal de él y no hagamos caso de sus oráculos».
Hazme caso, Señor, escucha lo que dicen mis oponentes. ¿Se paga el bien con mal?, ¡pues me han cavado una fosa!
Recuerda que estuve ante ti, pidiendo clemencia por ellos, para apartar tu cólera.
Salmo: Sal 30, 5-6. 14. 15-16 R. Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi amparo.
A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás, R.
Oigo el cuchicheo de la gente, y todo me da miedo;
se conjuran contra mí y traman quitarme la vida. R.
Pero yo confío en ti, Señor, te digo: «Tú eres mi Dios».
En tu mano están mis azares: líbrame de mis enemigos que me persiguen. R.
EVANGELIO
Mateo 20, 17-28
En aquel tiempo, subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino:
«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará». Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos y se postró para hacerle una petición.
Él le preguntó:
«¿Qué deseas?».
Ella contestó:
«Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda» Pero Jesús replicó:
«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?».
Contestaron:
-«Podemos». Él les dijo:
«Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús, les dijo:
«Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».
En la Diócesis hay dos seminarios, el Mater Dei y el Redemptoris Mater, que regularmente van siendo noticia cuando hay alguna ordenación. Pero ¿qué pasa el resto del tiempo? ¿quién vive ahí? ¿cuántos seminaristas hay y, sobretodo, qué les ha movido a responder a la llamada de Dios al sacerdocio?. En la clausura del 50 aniversario del Seminario Mater Dei, en mayo del año pasado, mons. Casimiro López Llorente insistió en que hay que acercar esta institución fundamental a las comunidades cristianas: “El seminario no es sólo cosa del Obispo o de los rectores, es cosa de todos. Aquí se forman los futuros pastores de la Diócesis, y la Diócesis dejaría de existir si no hay sacerdotes”. Es el momento: Pon cara al Seminario.
El domingo próximo, en la fiesta de San José se celebra el día del Seminario. Los 15 seminaristas que se están formando este curso son unánimes en pedir a los fieles oración, por ellos y por las futuras vocaciones. También hay otra intención: cercanía y acompañamiento por parte de las comunidades. Para amar hay que conocer. Éstos son los seminaristas de Segorbe-Castellón, y así explican por qué y para qué están en el Seminario. Leer más
Desde ayer, y hasta el viernes 17 de marzo, nuestro obispo, don Casimiro López Llorente, se encuentra en Madrid con motivo de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) que celebra su 109º edición.
En ella han coincidido todos los obispos de las diócesis españolas para renovar cargos, como elegir nuevo presidente y vicepresidente para el próximo trienio 2017-2020. Los obispos, además, elegirán a los miembros del Comité Ejecutivo, los catorce presidentes de las Comisiones Episcopales, los tres presidentes de las Subcomisiones Episcopales; el presidente de la Junta Episcopal de Asuntos Jurídicos; y los tres miembros del Consejo de Economía.
Esta mañana se ha dado a conocer la reelección del presidente de la CEE, el arzobispo de Valladolid, el cardenal Ricardo Blázquez Pérez, en la primera votación y para un segundo trienio consecutivo. El vicepresidente elegido ha sido el cardenal Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia, que era actualmente miembro del Comité Ejecutivo.
Oíd la palabra del Señor, príncipes de Sodoma, escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.
«Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Dejad de hacer el mal, aprended a hacer el bien. Buscad la justicia, socorred al oprimido, proteged el derecho del huérfano, defended a la viuda. Venid entonces, y discutiremos – dice el Señor -.
Aunque vuestros pecados sean como escarlata, quedarán blancos como nieve; aunque sean rojos como la púrpura, quedarán como lana.
Si sabéis obedecer, comeréis de los frutos de la tierra; si rehusáis y os rebeláis, os devorará la espada – ha hablado la boca del Señor – ».
Salmo: Sal 49, 8-9. 16bc- 17. 21 y 23 R. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
«No te reprocho tus sacrificios, pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa, ni un cabrito de tus rebaños. R.
¿Por qué recitas mis preceptos y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza y te echas a la espalda mis mandatos? R.
Esto haces, ¿y me voy a callar? ¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara. R.
El que me ofrece acción de gracias, ese me honra;
al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios» R.
EVANGELIO
Mateo 23, 1-12
En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo:
«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen. Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame “rabbí”.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “rabbí”, porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».
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