Los días 22 y 23 de enero, el Seminario Diocesano Mater Dei acogerá las Jornadas de Formación sobre el Primer Anuncio, tema que nos ocupa en el presente curso pastoral. Sobre ello nos informaba nuestro Obispo, D. Casimiro, en una carta dirigida a todo el Pueblo de Dios.
El lunes 22 de enero, Dña. Teresa Valero, Delegada episcopal de Primer Anuncio y Apostolado Seglar de la diócesis de Solsona, Miembro del Área de Primer Anuncio de la Comisión de Evangelización y Catequesis de la CEE, y Cofundadora y Directora de la Fundación Autem (Instituto para la renovación pastoral), disertará sobre «El Primer Anuncio al servicio de la conversión personal y renovación eclesial».
El martes 23 de enero, el ponente será el sacerdote D. Santiago Pons, Profesor y Decano de la Facultad de Teología S. Vicente Ferrer de Valencia, que ofrecerá la conferencia «Primer Anuncio y cambio de época: oportunidad para la conversión pastoral».
En caso de no poder asistir podrás ver ambas ponencias en directo,
por la tarde a partir de las 18:00 h.,
a través de los enlaces al canal diocesano en YouTube.
Por la mañana, de 10:30 a 14:00 h., para los sacerdotes y diáconos dentro del programa de formación permanente, y por la tarde, de 18:00 a 20:30h., dirigidas a seglares y religiosas en general, y, de modo especial, a miembros de los consejos pastorales, a catequistas, a profesores cristianos y de religión y a jóvenes.
El pasado miércoles 17 de enero, festividad de San Antonio Abad, los alumnos del Colegio Diocesano Bisbe Pont de Vila real celebraron esta fiesta con la tradicional bendición de los panes en la parroquia de Santa Sofía.
Presidió la celebración el párroco, Msn. Alvar Miralles, animando a profesores y alumnos a recibir la bendición del Señor con alegría y a comer con devoción los panes bendecidos, para crecer en sabiduría y gracia y, a ejemplo de Sant Antoni, poner en práctica las enseñanzas del Evangelio.
El Obispo de la Diócesis, D. Casimiro López Llorente, presidió ayer por la tarde en la parroquia de La Asunción de Ntra. Sra. de Chilches la Eucaristía de Apertura de un Año Extraordinario para conmemorar el cuarto centenario del hallazgo de la imagen del Santísimo Cristo de la Junquera.
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Entre los sacerdotes concelebrantes, el párroco, D. Antonio Sanfélix, y el Deán de la Catedral, D. Federico Caudé; y entre las autoridades que participaron se encontraba el alcalde, junto a la corporación municipal, y la reina y damas de las fiestas. La parte musical corrió a cargo del coro parroquial.
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El hallazgo de la imagen del Cristo fue así: “El día 18 de enero de 1625, entre nueve y diez horas de la mañana, se hallaban los hermanos Pedro y Juan Margalló arando un campo de la propiedad de su padre, Jaime Margalló, en la partida llamada de les “Chovaes”. Queriendo Pedro beber agua de una acequia inmediata y viendo que estaba algo turbia, se fue siguiendo el curso del agua para encontrarla limpia y clara, y se dio cuenta que flotaba sobre la corriente un cuerpo extraño, como si fuese un hueso. Entonces se acercó Juan y vio que era un Cristo que estaba allí, teniendo sus pies sobre una junquera. Apenas reconocen la imagen, dan aviso a otro labrador, que se llamaba Triburcio Valeriano Salvador, y acuerdan quedarse dos de ellos para su custodia, mientras el otro parte a dar la noticia a las autoridades del pueblo. Pronto se organizó una nutrida procesión para recoger la imagen y llevarla a la iglesia del pueblo. Al lugar del hallazgo acude el cura de Chilches, don Tomás Vidal; el de Moncofar, don Pedro Bernat, y el alcalde de Chilches, José Melchor, con todos sus concejales y el pueblo en masa. Esta historia se halla corroborada, con quince pruebas testificales ante el notario de Almazora don Tomás Salvador”. Igualmente consta el hecho en los gozos dedicados al Santísimo Cristo.
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Esta imagen que fue robada en 1936 durante la guerra civil fue hallada por unas niñas en mayo de 1940 cuando jugaban en las afueras del pueblo. Esta vez se hallaba sin la cruz y sin los brazos entre los escombros de un edificio. “Este es nuestro Cristo”, se dijeron, y al presentarlo a las autoridades y ser reconocido por todo el pueblo, se acordó llevarlo a Valencia para que el escultor don José María Ponsoda Bravo lo restaurase convenientemente y, además, le hiciese unas andas nuevas para llevarlo en procesión. Se venera en la iglesia parroquial en un precioso altar construido en 1945 por suscripción popular.
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“Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que todo el que crea en Él tenga vida eterna”
Como ocurrió aquella mañana de 1625, hoy el Señor sale al encuentro del pueblo de Chilches, indicó el Obispo en la homilía, “para que vuestra devoción al Santísimo Cristo de la Junquera no quede en una mera tradición del pasado, sino que os ayude a celebrar la fe cristiana, personal y comunitaria, para así reavivar las raíces cristianas de vuestro pueblo, y para que acogiendo al Cristo y al amor de Dios que nos trae, lo llevéis a los demás, de modo que la alegría del Evangelio llegue a todos”.
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D. Casimiro resaltó una frase de la liturgia de la Palabra: “tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que todo el que crea en Él tenga vida eterna”. Y destacó tres palabras: amor, fe y vida eterna.
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Nuestro origen y nuestro destino está “en el amor de Dios, un amor infinito, compasivo y misericordioso, que busca siempre el bien de cada persona. Somos fruto del amor de Dios, que nos ha creado a través del amor de nuestros padres para que, acogiendo el amor en Cristo muerto y resucitado, lleguemos a su plenitud en la vida eterna”, explicó.
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Exhortó por ello a tener fe, “a creer en Cristo Jesús, dejándonos tocar por Él de corazón, que sale a nuestro encuentro en su Palabra, en la Eucaristía, en los sacramentos, en las personas de nuestro entorno, en los pobres y necesitados”. También a la renovación de nuestra fe, “dejando que impregne nuestra vida”, de modo que no separemos nuestra fe de nuestro día a día, y que como bautizados no vivamos como si Dios no existiera.
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“Para que creyendo en Él tengamos vida, y vida en plenitud”, dijo en relación a la vida eterna, porque Él es el único que puede colmar nuestro deseo de perfección, de felicidad, de amor y de vida. También nos llena de “la alegría de ser cristiano. Una alegría que no es superficial y pasajera, sino que se basa en saberse en todo momento amados por Dios, ni siquiera cuando le damos la espalda”.
Tras la celebración de la Eucaristía se pudo escuchar por primera vez la Marcha compuesta por D. Juan Salvador Melchor, vecino del pueblo y músico profesional, en honor del Santísimo Cristo de la Junquera.
Celebramos la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, del 18 al 25 de enero, este año con el lema«Amarás al Señor, tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo» (cf. Lc 10,27).
Los obispos de la Subcomisión Episcopal para las Relaciones Interconfesionales y Diálogo Interreligioso piden para esta Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que «oremos con intensidad, para que nuestra Iglesia sea de verdad casa de acogida».
El tema de reflexión para la esta Semana de Oración, propuesto este año por los cristianos de Burkina Faso, es la parábola del buen samaritano, en la que Jesús explica en qué consiste amar al prójimo.
Por ello, en este mensaje los obispos comienzan explicando que “en un prefacio de la misa se dice que Jesús también hoy «como Buen Samaritano, se acerca a todo hombre que sufre en su cuerpo o en su espíritu, y sana sus heridas”. En esta interpretación de la parábola, se señala que la posada a la que Jesús, el buen samaritano, lleva a la persona herida es la Iglesia.
Explican que “la Iglesia tiene que ser posada donde todos puedan refugiarse, lugar de acogida para los hombres y mujeres que buscan, comunidad que sana”.
En este sentido, indican que para que esto sea posible, “nuestras comunidades han de ser abiertas, alegres, vivas. Han de tener, sobre todo, una inmensa capacidad de acogida, para que todos se encuentren en ella como en su casa. Pensemos en el posadero, que no pregunta quién es la víctima, ni cuál es su estado o condición. Simplemente lo acoge y, desde el amor, lo ayuda a sanar”.
Los obispos subrayan que “la acogida y la hospitalidad son un signo distintivo de la Iglesia de Cristo. Evidentemente, esta acogida hemos de vivirla entre los que nos llamamos cristianos, que por el baño del bautismo somos miembros de la Iglesia, aunque entre nosotros aún no vivamos la plenitud de la comunión en la fe (cf. LG 15). Todos formamos parte del cuerpo de Cristo”.
En estos días piden que oremos “especialmente para que el Señor nos haga sentir el dolor de la división y nos ilumine para encontrar caminos de encuentro”. Además, apuntan que vale la pena trabajar unidos para acoger a las personas heridas, “que quizás siguen estando al borde del camino”.
Al mismo tiempo, piden perdón por las veces en que parte de esta humanidad herida se haya podido sentir excluida de la misma Iglesia. “Y también –añaden- porque con nuestras actitudes hemos sembrado división y discordia, acentuando las divergencias y mirando al otro como a un contrincante y no como a un hermano”.
Recuerdan también las palabras del Papa Francisco y la imagen que ofrece cuando habla de la Iglesia como “hospital de campaña”, que atiende a «tanta gente herida que nos pide cercanía, que nos pide a nosotros lo que pedían a Jesús: cercanía, proximidad”.
Por todo esto, piden que «oremos con intensidad durante esta semana, para que nuestra Iglesia sea de verdad casa de acogida, hospital que sana, posada que recibe a todos, como aquella del buen samaritano”.
SOUC, una APP para rezar cada día de la Semana de Oración por la Unidad
Una de las novedades de este año es una aplicación con reflexiones y oraciones en texto y audio para el octavario que podrá ser descargada, de forma gratuita, en dispositivos móviles llamada SOUC (Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos).
El objetivo es que el mayor número de personas pueda sumarse a esta red internacional de oración, conformando así, según explica la Subcomisión, lo que Paul Couturier llamó un «vasto monasterio invisible» donde todos eleven al unísono la petición del Señor: «Padre, que todos sean uno para que el mundo crea» (Jn 17,21).
La aplicación está disponible en Play Store y en App Store.
Reflexiones bíblicas y oraciones para el octavario
Hoy, jueves 18 de enero a las 19 h., la parroquia de San Bartolomé de Torreblanca acogerá la celebración inaugural entre católicos y ortodoxos, y mañana a las 11 h. tendrá lugar un encuentro con los hermanos de las Iglesias Evangélicas en la Casa Sacerdotal de Castellón.
Una oración ecuménica será el tercer acto de esta Semana, que se celebrará en la parroquia ortodoxa rumana de Castellón el próximo domingo día 21 de enero a las 12 h. El lunes a las 17 h., la Delegación diocesana para las Relaciones Interconfesionales y el Diálogo Interreligioso ha programado una visita a la Residencia de las Hermanas de los Ancianos Desamparados de Castellón.
El martes 23 a las 19 h., en el Seminario Mater Dei habrá una serie de vivencias desde la fe de las distintas confesiones cristianas y, al día siguiente, las Hermanas Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Inmaculada, en Castellón, acogerán el rezo de vísperas entre ortodoxos y católicos a las 18 h.
La parroquia de la Natividad de Almassora será, el 25 de enero a las 20 h., el escenario de la Clausura de la Semana con la presencia de las Iglesias Católica, Ortodoxa y Evangélica.
Organizado por las Delegaciones Diocesanas para la Enseñanza y para la Catequesis, se ha celebrado esta semana en el Seminario Diocesano Mater Dei. Han participado profesores y agentes de pastoral de Vila real, Onda, Castellón, Nules, La Vall d’Uixó, Benicàssim y Almenara, en total, 35 personas de los que casi el 50% profesores de Religión o de Colegios Diocesanos.
El entrenamiento Alpha responde aun taller practico y con metodología activa, en el que se incluyen dinámicas que contribuyen a implicar a los participantes para, como afirma el Delegado diocesano, D. Juan Agost «aprender haciendo más que solo escuchando».
Durante la jornada pudieron conocer la importancia de los distintos momentos de la experiencia de Primer Anuncio Alpha: la acogida y el compartir de una cena u otra comida, sencilla pero ofrecida con delicadeza, cuidando a los invitados; la charla o video en que se propone el tema sobre el que se va a conversar; y por último, el momento de la conversación en pequeño grupo, donde cada uno puede expresarse libremente, con toda sinceridad y confidencialidad sin ser juzgado por expresar sus peculiares puntos de vista.
Del mismo modo, pudieron comprender mejor el proceso de los diferentes temas que, sucesivamente durante el Curso Alpha, se van compartiendo: primera cena de invitación, la persona de Jesús y el porqué de su muerte, la oración, la Biblia, el Espíritu Santo, etc. Uno de los talleres prácticos precisamente fue la comida que se aprovechó para vivir cómo se plantea el debate en Alpha, haciendo un pequeño ensayo de cómo llevar adelante el servicio de moderador-anfitrión y de ayudante en el pequeño grupo de diálogo.
Como conclusión, en palabras de D. Juan Agost, la jornada fue «muy intensa y nos ayudó a comprender mejor este método, tanto a los profesores como a los agentes de pastoral parroquial, y nos dio las claves para poder emplearlo en nuestras comunidades de origen». De hecho, podrán vivir la «puesta en práctica» de esta herramienta en los próximos cursos Alpha que van a desarrollarse en la parroquia de S. Franciscode Castellón desde el lunes 15 de enero, y en San Jaime de Vilarreal, en el Alpha de Jóvenes que comenzará el 24 de enero, así como el Alpha Novios que se desarrollará en fechas próximas en Onda y también en Vila real.
Desde las Delegaciones para la Catequesis y la Enseñanza han expresado su agradecimiento a la Oficina de Alpha España que, a través de Emma de León y su equipo de colaboradores, y la activa participación de todos los inscritos en el entrenamiento.
La parroquia de La Merced de Burriana ha acogido la reunión mensual de formación del clero joven que, en esta ocasión, ha profundizado sobre el movimiento Comunión y Liberación a la luz del Primer Anuncio como objetivo del presente curso pastoral.
Los responsables de CL en la Diócesis de Segorbe-Castellón, Pilar Chiva y Gonzalo Izquierdo ofrecieron las claves de cómo vivir y concretar la fe a partir de su experiencia personal. Fundado por Luigi Giussani en 1959 a partir de un documento que, bajo el título «El sentido religioso», se concibió como fundamento de su propia propuesta educativa y como un itinerario de pensamiento y experiencia, identificando el sentido religioso como «la esencia misma de la racionalidad y la raíz de la conciencia humana».
En sus inicios, Comunión y Liberación, nació bajo el nombre de Gioventù Studentesca dando paso a una importante acción misionera sostenida principalmente por estudiantes y, extendiéndose posteriormente a un grupo formado por adultos que persiguen una vocación de entrega total a Dios viviendo en el mundo. En su concepción actual, Comunión y Liberación surge tras la crisis estudiantil de 1968 en la que muchos de los jóvenes dejaron el Movimiento para sumarse al movimiento estudiantil marxista.
Comunión y Liberación es esencialmente una propuesta de educación en la fe cristiana. Una educación que no acaba a una determinada edad, sino que continúa siempre, porque siempre se renueva y se profundiza. Lo mismo ocurre con el Evangelio que, a pesar de ser escuchado mil veces, revela siempre aspectos nuevos. Es lo que sucede en la experiencia del amor humano, en la creación artística e incluso en la simple vida diaria. La búsqueda de la verdad, la belleza, la justicia y la felicidad no se agota nunca. Lo mismo se da con la educación en la fe que hace del cristianismo una aventura en la vida y no una simple “preparación” para la vida.
El instrumento “educativo” fundamental que se propone a los miembros del Movimiento es la Escuela de comunidad, que consiste en la lectura y meditación personal de un texto, al que siguen después encuentros comunitarios que se celebran en lugares públicos. El método de este trabajo es una comparación continua entre la propuesta cristiana y la propia vida, para comprobar constantemente –a la luz de la experiencia– la capacidad que dicha propuesta tiene para responder a las exigencias del hombre en su relación con cualquier aspecto de la realidad.
Mañana jueves, día 18 de enero a las 19 h., el Obispo de la Diócesis presidirá en Chilches la Eucaristía de Apertura de un Año Extraordinario para conmemorar el cuarto centenario del hallazgo de la imagen del Santísimo Cristo de la Junquera, que tuvo lugar el 18 de enero de 1625.
Tal y como explica el párroco, D. Antonio Sanfélix, “desde la parroquia, y siguiendo el Plan de Pastoral de nuestra Diócesis, se quiere vivir este Año como una misión especial para revitalizar la Fe, avivar sus raíces cristianas y anunciar la alegría del Evangelio en el seno de las familias”. Además, “es una oportunidad histórica de legar a las generaciones futuras el gran tesoro de nuestra Fe Cristiana que se ha nutrido por generaciones a las fuentes de la devoción al Santísimo Cristo de la Junquera, a quien pedimos que siga protegiendo y acompañando a nuestro querido Chilches”.
Durante estos días se está celebrando la Novena en honor del Santísimo Cristo de la Junquera en preparación a la fiesta del próximo día 18 de enero. También se han organizado otros actos como vigilias de oración, conciertos y la Romería a la ermita donde se encontró la imagen del Stmo. Cristo que será el domingo 21 de enero.
El próximo domingo día 21 de enero, la Iglesia celebra el Domingo de la Palabra de Dios. Una Jornada que instituyó el Papa el 30 de septiembre de 2019 con la Carta apostólica en forma de «Motu proprio» Aperuit illis, con el fin de «dedicar un domingo a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios».
Es por ello que el Delegado Diocesano de Liturgia y Espiritualidad, D. Antonio Sanfélix, ha remitido un escrito a todos los sacerdotes de la Diócesis animando a su celebración en todas las comunidades parroquiales, así como a promover el acercamiento de los fieles a los textos sagrados. Con ello “estaremos contribuyendo a evangelizar al Pueblo de Dios tal y como la Iglesia nos pide”, indica.
También nuestro Obispo, D. Casimiro, con motivo de esta jornada presidirá la celebración de la Eucaristía el domingo 21 de enero, a las 19 h. en la S.I. Catedral de Segorbe. Además, en ella bendecirá y enviará a los lectores de la Palabra de Dios que prestan este servicio en las parroquias y comunidades. “Os invitamos a tanto a los sacerdotes como a los lectores a participar en esta hermosa celebración”, dice D. Antonio.
Tal como recuerda Francisco es importante que en las celebraciones de este Domingo “se entronice el texto sagrado, a fin de hacer evidente a la asamblea el valor normativo que tiene la Palabra de Dios”. También “será útil destacar su proclamación y adaptar la homilía para poner de relieve el servicio que se hace a la Palabra del Señor”. Todo ello con el fin de hacer crecer en los fieles “la familiaridad con la Sagrada Escritura y a que las comunidades cristianas organicen iniciativas con este objetivo como celebraciones de la Palabra, entrega de la Biblia o encuentros de Lectio Divina”.
La Masía de Cuencas es una de las pocas masías y casas de campo conservadas de la antigua diócesis con valores arquitectónicos y ambientales dignos de atención. Teniendo su origen en una alquería bajomedieval, más tarde transformada a finales del siglo XVI (ACS, 783), sabemos por diversos estudios que por su caserío pasaba la antigua vía romana que atravesaba el Palancia desde Sagunto (Járrega, 2000).
A pesar de que el Concilio de Trento había mandado crear seminarios en las diócesis, en Segorbe no había sido posible, teniendo que estudiar los alumnos en Valencia. Para ello el obispo Pedro Ginés de Casanova (1610-1635), que había traído padres Jesuitas para la predicación en la Catedral, con gran admiración de todos, deseaba que se estableciese la orden en la capital diocesana, cosa lograda años más tarde gracias a la figura de Pedro Miralles, con la fundación del Colegio de los Jesuitas en Segorbe, en 1624.
Éstos utilizaban la Masía de Cuencas como primera finca residencial, pues las obras de su convento en la ciudad se prolongaron a lo largo de todo el siglo XVII, desde 1634 a 1699. Por la década de 1690 el arquitecto barroco Francisco Lasierra, discípulo del gran Pérez Castiel y autor de las trazas del Convento de la Orden en Segorbe (Montolío-Simón-Albert, 2020) entre otras muchas obras diocesanas de importancia, trazaba el último piso con galería del Mas, orientada a levante y al sur, teniendo como referente la realizada por él mismo en la última planta del Colegio de Jesuitas de Segorbe.
Con la expulsión de la Orden de los Jesuitas y el intento de erección de un Seminario por el obispo Blas de Arganda (1758-1770), un mandato de Su Majestad de 10 de enero de 1769, ordenaba que se cumpliesen las cargas espirituales asimiladas a sus bienes, examinándose las propias de su Colegio en Segorbe y conociéndose que existían dos administraciones. La de la Sacristía, compuesta por varias heredades y censos, y la de Misiones, con un caudal dotado por el deán Durango el 21 de septiembre de 1722, otro de Félix Marco y la Masía de Cuencas, con sus treinta y cuatro anegadas de huerta, legadas para tal fin, por Tomás Vallterra el 25 de agosto de 1725 (Aguilar, 1880).
Tras la expulsión de la Compañía de Jesús, muy mal considerada por los ilustrados, a instancias de las monarquías de Portugal (1759), Francia (1764) y España (1767), y disuelta la orden por el breve “Dominus ac Redemptor” del Papa franciscano Clemente XIV (1773), pese a no poder el Obispo Arganda finalizar el proyecto de Seminario, todo estaba ya preparado para su definitiva erección, con una sede muy capaz en el antiguo conjunto de los Jesuitas, con un fabuloso huerto y un capital de 51.134 libras, más la parte de los bienes de la Compañía cedidos o comprados, con sus cargas.
Con la expulsión de los Jesuitas del Reino, en 1767, el obispo ilustrado y trinitario, Alonso Cano Nieto (1770-1780), se quedó con la propiedad rural para uso y disfrute de los prelados, «destinado a esparcimiento de los obispos», siendo usada, al igual que su biblioteca personal, como lugar de entretenimiento y formación del Seminario por él fundado, definitivamente, en 1771, por iniciativa de la monarquía de Carlos III. Fue este obispo quien cedió el dominio del edificio, valorado entonces en unos 160.000 reales, las antiguas becas para los hijos de Arcos de las Salinas y del antiguo colegio a la nueva institución formativa, como base de una infraestructura docente propia.
Con la desamortización, las tierras de la Masía no fueron enajenadas, consideradas como una excepción, al contrario que las del resto de heredades del Seminario asimiladas por el Real Decreto de 21 de agosto de 1860, en tiempos del obispo Domingo Canubio (1847-1864 ), por ser «el único punto que han tenido y tienen los señores obispos de esta diócesis para tomar algunos días de desahogo cuando lo han necesitado, y lo mismo los jóvenes seminaristas cuando lo han creído conveniente sus Superiores».
Allí fue el 6 de septiembre de 1889 su Ilustrísima, Francisco de Asís Aguilar, a disfrutar de diez días de descanso. Ya bastante enfermo, entre sus muros pasó el epílogo de los calores del verano, sentado en una mecedora junto a la ventana de su estancia, desde donde se veía el flanco norte de la fortificación amurallada de la ciudad episcopal, el extraordinario paisaje de la vega del río Palancia, que discurre a los pies de la hondonada y, hoy en día, ve pasar regularmente el tren sin catenaria que coge impulso en estos llanos para escalar las rampas cercanas del Ragudo hacia el Altiplano de Barracas y El Toro.
Completamente expoliado durante la guerra civil, cayendo en deriva continua y degradación hasta el momento presente, aún conserva gran parte de su atractiva fábrica, de sillares, ladrillos y aparejos, que lo hicieron lugar privilegiado retiro de grandes religiosos, jesuitas, obispos, colegiales e, incluso, los arquitectos diocesanos durante su estancia en la ciudad. Con su planta baja de amplia entrada de carruajes, aún son visibles los espacios de la gran cocina principal de gran chimenea, comedor y arranque de la gran escalera tabicada de vueltas. Su primera planta, noble, con estancia del prelado, salón de recepción y habitaciones auxiliares. Y su planta alta, galería porticada a la aragonesa, para alojamiento del servicio, profesores y estudiantes. Un edificio y un paraje, durante siglos, al especial servicio de la Diócesis.
El Arzobispo electo de Pamplona y Obispo de Tudela, celebró una Eucaristía de Acción de Gracias en la parroquia de San José Obrero, con motivo de su inminente ordenación episcopal y toma de posesión en la Catedral de Santa María la Real de Pamplona que tendrá lugar, D.M. el próximo 27 de enero.
D. Florencio Roselló estuvo acompañado por la Iglesia que soñó, «en la que no haya ni distinciones ni etiquetas» tal como él mismo expresó durante la homilía ante la atenta mirada de fieles de diferente condición: voluntarios de prisiones, jóvenes, colaboradores parroquiales, sacerdotes, ex-presos, internos con permisos penitenciarios, jueces, abogados, funcionarios de prisión y feligreses en general.
La celebración estuvo organizada por Elena Aguilar, en la parte musical; Sonia Barreda, en la parte litúrgica; y Ángel Trigueros en el ágape que tuvo lugar con posterioridad. Los tres han acompañado a D. Florencio Roselló en su labor pastoral.
La Eucaristía, por expreso deseo del Arzobispo electo, fue en acción de gracias a Dios «por todo lo vivido en la Diócesis de Segorbe-Castellón» que le ha ayudado a ser mejor sacerdote y mejor persona. Expresó haber cumplido su sueño, mirando de frente a la asamblea que le acompañaba, de ver una Iglesia en la que todos seamos hermanos de verdad sin juzgar al otro como diferente.
Ya en la monición de entrada, se hizo constar que liturgia estaba medida, estudiada y cuidada, tanto que la parte musical corrió a cargo del coro Betsaida, creado por él mismo ahora hace 34 años. Del mismo modo, los jóvenes de los que fue promotor el propio Arzobispo electo, agradecieron el «amor gratuito y el compromiso con los menos afortunados siendo un faro de inspiración para todos nosotros, pues no se trata solo de predicar desde el púlpito, sino de llevar el mensaje de Cristo al mundo real».
D. Florencio Roselló recibió varios regalos con gran significado, entre ellos una Mitra bordada con ramas de olivo para recordar, tal como expresaron sus colaboradores «la importancia de liderar con humildad, compasión y la búsqueda constante de la paz interior», pero también haciendo un guiño a los gestos de D. Florencio con los internos de la prisión a quien cada año entregaba ramas de olivo bendecidas en la parroquia de San José Obrero invitándoles «a guardarla en sus celdas hasta el año siguiente que se quemaba en la noche de Pascua como símbolo de renovación, para resurgir, para resucitar».
La comunidad parroquial le obsequió con un par de atuendos propios con el deseo de que pueda lucirlos en su ordenación episcopal. D. Florencio también recibió una cruz pectoral de plata, con el Espíritu Santo y una frase grabada por el reverso que ha distinguido el carácter evangelizador del Arzobispo electo: «estuve en la cárcel y viniste a verme».
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