Reapertura de la Purísima Concepción de la Vall de Almonacid
Ayer viernes 27 de julio aconteció la reapertura al culto de la Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción de la Vall de Almonacid.
Los habitantes del municipio de la comarca del Alto Palancia estaban expectantes a la llegada del señor Obispo. Así lo decía un ambiente cargado de alegría y devoción por ver la entrada de Monseñor Casimiro López Llorente a una Iglesia Parroquial que llevaba cerrada al culto casi 14 años. La celebración de la Santa misa se hizo en un templo lleno a rebosar que fue testigo de la llegada del Santísimo Sacramente a la Capilla de la Reserva.
Ante un hecho de tal importancia tanto para la vida cristiana del pueblo como para el patrimonio cultural, la liturgia que se iba a celebrar no podía no tomar parte. Qué alegría cuando me dijeron vamos a la casa del Señor, así lo cantó la feligresía que veía cómo por fin, después de más de una década, podía rendir devoción a Jesús en la casa de Dios. Fue después de la deposición del Santísimo en el Sagrario y de la bendición de las obras de restauración que llegó una la Liturgia de la Palabra que refería en todo momento al templo del Espíritu Santo que es el cristiano.
Las palabras de Monseñor Casimiro a la Purísima Concepción
Ya en la homilía, el Obispo dio la bienvenida a todos los presentes, entre los que destacó al Vicario General, Don Javier Aparici, al diácono Servilien Ndagijimana, y a todos los sacerdotes, párrocos, monaguillos y también al Alcalde de la Vall de Almonacid. A todos ellos dijo «todo llega hermanos, este día grande, tras 14 años de trabajo, para la comunidad cristiana de este pueblo». Del mismo modo, agradeció la ayuda prestada por todos los que han colaborado con la restauración, a los que aseguró «hoy tenemos la dicha de reabrir al mundo esta iglesia parroquial, como vemos, tan bien restaurada; 14 años en los que la comunidad ha estado tristemente privada de su casa». También señaló «hoy somos testigos de un vivo deseo expresado por vosotros los fieles de la parroquia; el camino no ha estado exento de dificultades, sobre todo en la economía, pero todo ello ha dado sus frutos«.
Monseñor agradeció a los feligreses el tesón por ver acabada la restauración, al párroco por su implicación, al arquitecto por realizar una obra al menor coste posible, y a toda la Iglesia Diocesana en general. Don Casimiro exhortó a los fieles a no abandonar a Cristo que se hacía presente en el templo, y les animó a ir con frecuencia a escuchar la Palabra, visitar la Iglesia y vivir plenamente la Eucaristía. Asimismo les dijo «la restauración física del templo debe ser un reflejo de vuestra renovación espiritual».
También tuvo palabras para el cristiano que debía «renovarse continuamente con el amor y el perdón de Dios para no ir muriendo poco a poco», y para la comunidad que había de «vivir la liturgia constantemente para no ir marchitándose«. A todos los presentes dijo que «el único camino a Dios es Cristo Jesús», por lo que, «si uno abdica de Cristo, abdica de su propia vida». Por último, el Obispo exhortó a «valorar verdaderamente la Eucaristía de cada domingo y a mantener viva la Fe».
El acto terminó con toda la asamblea cantando los gozos. Del mismo modo, el pueblo de la Vall de Almonacid terminó de celebrar la reapertura de la iglesia con fiestas y actuaciones por la noche.
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