Nueva presentación de Iniciativa por el Trabajo Decente
El pasado martes, día 7 de marzo, tuvo lugar en la parroquia de San Cristóbal de Castellón una nueva presentación de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente, que en nuestra Diócesis está impulsada por Cáritas Diocesana, Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad (FRATER), Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Secretariado de Apostolado del Mar (Stella Maris), Secretariado de Migraciones y Secretariado de Pastoral del Trabajo.
En su exposición, Anna Arayo, miembro del Secretariado diocesano de la Pastoral del Trabajo y militante de la HOAC, hizo un repaso del trabajo en la Doctrina Social de la Iglesia. Recalcó la insistencia de la Iglesia y del papa Francisco en que el trabajo es esencial para la lucha contra el empobrecimiento y el descarte de personas, para el desarrollo humano integral y el cuidado de la casa común y la familia que la habitamos, porque “el trabajo es una prioridad humana, y por tanto una prioridad cristiana”, y su insistencia en poner de manifiesto el maltrato que en nuestra sociedad sufren las personas trabajadoras por la idolatría del dinero.
En la sociedad “el trabajo es una dimensión irrenunciable de la vida social, ya que no solo es un modo de ganarse el pan, sino también un cauce para el crecimiento personal, para establecer relaciones sanas, para expresarse a sí mismo, para compartir dones, para sentirse corresponsable en el perfeccionamiento del mundo y en definitiva para vivir como pueblo”.
En nuestro sistema de producción y consumo el trabajo (la persona trabajadora) se considera un coste, un engranaje más, un factor en función del beneficio de las empresas. Por datos del último informe FOESSA, la EPA y el Ministerio de Trabajo somos conscientes que la pandemia no ha hecho más que agudizar situaciones que ya estábamos viviendo. Así pues colectivos como inmigrantes (especialmente aquellos sin permiso de residencia/trabajo), jóvenes en busca del primer empleo, mayores de 50 años, mujeres cabeza de familia, personas con discapacidad… tienen muy complicado el acceso a un trabajo decente.
Como cristianos alcanzamos a ver a Dios presente en esas realidades, sufriendo con los que sufren, sosteniendo a las víctimas, suscitando justas reivindicaciones…
Como Iglesia se nos plantean algunos retos:
- Anhelar un planeta en el que se asegure tierra, techo y trabajo para todos.
- Acoger la vida de los empobrecidos del trabajo para construir desde ellos nuestra vida personal y comunitaria.
- Convertir los principios y criterios de la Doctrina Social de la Iglesia en acción pastoral concreta y en una propuesta de caridad política. Iglesia por el Trabajo Decente como iniciativa eclesial presente en nuestra diócesis continuamos dando pequeños pasos: para situar en primera línea de nuestras agendas la necesidad de un trabajo decente; para informar, sensibilizar y hacer llegar el reclamo de este derecho; para tratar de ser lugar de encuentro, reflexión y sensibilización; para aportar al debate público los principios y valores cristianos del Trabajo Decente. Para ello seguiremos ofreciendo a parroquias y grupos eclesiales espacios de reflexión como el de esta presentación, e invitando a todos a sumarse a las diferentes acciones con motivo del 28 de abril y el 7 de octubre.