Acción Católica nos invita a orar y cuidar a los mayores en el primer viernes solidario de Cuaresma
En este primer viernes solidario de Cuaresma, propuesto por Acción Católica, se nos invita a orar y reflexionar sobre la situación de las personas mayores en la pandemia, que son el colectivo más vulnerable sufriendo la soledad, el aislamiento, una gran mortalidad…
Ante esta grave situación es necesario orar en presencia del Señor, pidiendo la gracia de alejar de nosotros algunas actitudes que dificultan la cercanía y acompañamiento de personas y colectivos vulnerables ante esta pandemia, y de avivar nuestra Esperanza. También a plantearnos realizar algún gesto de acercamiento durante la semana a alguna persona mayor de la familia o cercana (visita, llamada…).
Las personas mayores son el grupo de mayor riesgo frente al avance del coronavirus, presentando la tasa más elevada de afectación en diversos países. La soledad, la poca movilidad por los confinamientos y el aislamiento han ido agravando su situación. Se ha llegado a decir: “los mayores son los que mueren”, como si sus vidas no importaran tanto. Se ha dado cierto abandono, sobre todo en las residencias, uno de los mayores focos de mortalidad. Pero no debe ser así, ya que las personas mayores son miembros de nuestras familias, son nuestros cuidadores, trabajadores y vecinos. No podemos dejar a nadie atrás. Las personas mayores han hecho mucho para que podamos disfrutar de una sociedad construida con esfuerzo. Seamos agradecidos.
La presencia y la cercanía de la Iglesia con los mayores ha sido continua durante todo este tiempo. En el confinamiento duro, los sacerdotes permanecieron en contacto telefónico o telemático con sus fieles, en especial con los mayores y con los enfermos, ofreciéndoles la Santa Misa o momentos de oración online, así como el sacramento de la Confesión y de la Unción de enfermos; también muchos laicos voluntarios visitaron a nuestros mayores o les hicieron la compra…
Hoy, Acción Católica nos sugiere las siguientes lecturas:
– Sabiduría 4,8-9: Una vejez venerable no son los muchos días, ni se mide por el número de años, pues las canas del hombre son la prudencia y la edad avanzada, una vida intachable.
– Eclesiástico 8,9: No desprecies los discursos de los ancianos, que también ellos aprendieron de sus padres; porque de ellos aprenderás inteligencia y a responder cuando sea necesario.