Corpus Christi: Eucaristía y caridad
Queridos diocesanos:
Este domingo celebramos el Corpus Christi, la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Este día nos convoca a renovar nuestra fe en el sacramento eucarístico. La Eucaristía es el corazón de la Iglesia, fuente y culmen de su vida y de su misión, el centro de la vida de todo cristiano y de toda comunidad cristiana. El Corpus nos invita a adorar al Señor, presente en la Eucaristía, a aclamarlo en nuestras calles y a configurar nuestra vida como una existencia eucarística.
Tres palabras resumen nuestra fe en el sacramento de la Eucaristía: memorial, banquete y presencia. La Eucaristía es memorial del sacrificio redentor de Jesús en la Cruz, que actualizamos de modo incruento en cada santa Misa; la Eucaristía es banquete de comunión del Cuerpo de Cristo, en el que el Señor mismo se nos da en comida; y la Eucaristía es presencia real y permanente de Cristo resucitado entre nosotros.
En el sacramento eucarístico, el Señor se ha quedado para siempre entre nosotros para que contemplemos su amor supremo, participemos de este amor comulgando y nos dejemos transformar por él para ser sus testigos comprometidos en el mundo. Por ello, el día del Corpus celebramos también el Día de la Caridad. Cada celebración eucarística actualiza sacramentalmente la entrega de Jesús en la Cruz por nosotros y por todos los hombres, haciéndose pan partido “para la vida del mundo” (Jn 6,51). De ahí la estrecha relación que existe entre el misterio eucarístico y el servicio de la caridad.
La Eucaristía es fuente y escuela de la Caridad. La participación en la Eucaristía nos enseña y nos envía a ser testigos de la compasión de Dios por cada hermano nuestro. La unión con Cristo al comulgar su Cuerpo y su Sangre conlleva la comunión de nuestros sentimientos con los suyos. Esto nos impulsa a mirar a nuestros hermanos con los mismos sentimientos, con los mismos ojos y con el mismo corazón de Jesús, amándolos también “hasta el extremo” de dar y de darse (Jn 13,1). “Somos lo que damos. Somos amor», es el lema de Cáritas diocesana para este año. La participación en la Eucaristía nos impulsa a hacernos, como Jesús, “pan partido” para los demás y, por tanto, a trabajar por un mundo más justo y fraterno. En la Eucaristía el Señor nos invita a acercarnos con amor a los pobres y excluidos y nos dice como a los discípulos: “dadles vosotros de comer” (Mt 14,16). Quien se nutre del Pan de Cristo no puede permanecer indiferente ante quienes carecen del pan cotidiano. Por ello, la Eucaristía es fuente y al mismo tiempo exigencia de compromiso de los cristianos por la justicia y por transformar las estructuras injustas para restablecer el respeto por la dignidad del hombre, creado a imagen y semejanza de Dios.
La Eucaristía sin la caridad se convierte en un culto vacío, denunciado tantas veces en la Sagrada Escritura. Pero también la caridad sin la Eucaristía se convierte en mera acción social, en pura filantropía. Por esta razón, la solemnidad del Corpus Christi es una oportunidad extraordinaria para afianzar la vinculación entre Eucaristía y caridad, de modo que la adoración al Señor nos lleve a descubrirlo en el hermano pobre y necesitado, y el ejercicio de la caridad revitalice nuestras celebraciones eucarísticas. La consideración de esta doble dimensión nos debe ayudar a todos a celebrar dignamente la santa Eucaristía, a favorecer el culto y la adoración eucarística fuera de la Misa y hacer todo lo que esté en nuestras manos como Iglesia diocesana para servir mejor a los pobres.
En este día del Corpus Christi pedimos al Señor que nos conceda unas manos generosas para compartir nuestros bienes, aún los necesarios, con nuestros hermanos necesitados. Le pedimos también que nos conceda un corazón capaz de conmoverse ante los pobres y los que sufren. Os invito a todos los fieles a ser generosos en la colecta de este domingo, destinada a Cáritas.
Además en este momento pido vuestra generosa colaboración para dos proyectos en marcha. En primer lugar, para la Casa de Acogida, San Pascual ‘El Patí’, en Vila-real, ya en avanzado estado de construcción, destinada a la acogida y acompañamiento de personas sin hogar para trabajar por su inclusión. Y, por otra parte, con motivo del Año Jubilar hemos puesto en marcha el Proyecto de vivienda Betania. A causa de encarecimiento del precio de los alquileres, nuestras Cáritas se encuentran cada día con más familias que no tienen donde vivir debido a su sueldo humilde o con familias que han dedicar gran parte de sus ingresos a la vivienda. De aquí surge este proyecto. Pedimos a nuestros fieles que ofrezcan las casas o pisos vacíos de su propiedad a Cáritas para un alquiler social. La encargada de gestionarlo será Cáritas Diocesana, que ayudará al resto de Cáritas en el acompañamiento de las familias y en la gestión de los contratos de alquiler social, y que afrontará posibles impagos del alquiler o deterioro en las viviendas. Cuento con vuestra colaboración. Muchísimas gracias y feliz día del Corpus Christi.
Con mi afecto y bendición,
+ Casimiro López Llorente
Obispo de Segorbe-Castellón