El pasado domingo, 19 de marzo, coincidiendo con el Día del Seminario y la Fiesta de San José, comenzaron las fiestas de la Magdalena, con la tradicional Romería de les Canyes. Las celebraciones conmemoran la fundación de Castellón de la Plana en 1252 y, al mismo tiempo, es una vuelta a los orígenes de la fe de la ciudad y sus raíces cristianas, que reencuentra en la ermita del Castell Vell el primer lugar de culto cristiano de la zona, como recuerda D. Josep Miquel Francés, preste de la Romería y licenciado en historia.
El Obispo, Mons. Casimiro López Llorente, presidió la santa Misa en la Ermita a las 13h, así como «las tres Caídas» al regreso de los romeros a la Concatedral a las 18:30h.
Podrás conocer más sobre la historia de la Romería aquí.
La paradoja nórdica. Es un término acuñado por los sociólogos y psicólogos sociales para referirse al sorprendente nivel de violencia contra las mujeres en sociedades donde reina el mayor grado de igualdad. Los investigadores reconocen que no han encontrado aún respuestas a este fenómeno. Pero el gobierno sueco ya ha organizado un programa educativo para hombres jóvenes. Parece, pues, que no todo se soluciona con porcentajes paritarios, por importantes que sean. Parece que un factor esencial es el concepto que tenga de si mismo el varón. Y no es fácil, porque esa imagen se ha difuminado. Leer más
Acabamos de celebrar, el pasado domingo, 19 de marzo, el Día del Seminario. Un seminario es una casa en la que jóvenes y adultos acuden, de forma voluntaria, para iniciar un camino de discernimiento y formación que les conduce la ministerio sacerdotal. Allí, sus estudios se centran en Filosofía y Teología.
Nuestra Diócesis cuenta con dos seminarios: el Redemptoris Mater y el Mater Dei. Los seminaristas que viven en estas casas necesitan la ayuda de todo el pueblo para continuar con su formación y llegar a ser los futuros pastores de Segorbe-Castellón, por ello facilitamos estos datos:
El gasto de manutención y estudios mensual por seminarista es de 340 €
Puedes conseguir una desgravación fiscal de hasta el 75%
Puedes efectuar tu ingreso en la cuenta: ES91 3058 73 0080 2720021080
Una preciosa tradición se está consolidando año tras año en nuestra Diócesis: las «24 horas para el Señor». Nuestro Obispo, don Casimiro López Llorente, se ha preocupado, desde que se comenzó a promover en 2014, en orientar cada año la Pascua en este sentido, y celebrar las «24 horas para el Señor» con la Exposición ininterrumpida del Santísimo los días previos al IV Domingo de Cuaresma, que será el próximo domingo. Leer más
Por cuarto año consecutivo, el Papa Francisco celebrará en Roma «24 horas para Señor», los días viernes 24 y sábado 25 de marzo. El lema escogido para este año es una cita del Evangelio de Mateo: «Misericordia quiero” (Mt 9,13).
El Santo Padre nos pide unirnos a esta iniciativa y que, durante los días indicados y de acuerdo con nuestras posibilidades y necesidades, abramos nuestros templos de modo que se ofrezca ininterrumpidamente la posibilidad de las Confesiones y de la Adoración Eucarística; la jornada podría concluir con la celebración de la Santa Misa del sábado por la tarde.
Nuestra Diócesis acoge esta hermosa iniciativa, que tanto bien hace a cuantos participan en ella y a nuestra Iglesia. Teniendo en cuenta que en la Ciudad de Castellón de la Plana las fechas arriba indicadas coinciden con las Fiestas de la Magdalena, en nuestra Diócesis lo celebraremos en las fechas siguientes:
– En la Ciudad de Castellón de la Plana, las 24 horas para el Señor serán el viernes 31 de marzo y el sábado 1 de abril, en la Iglesia de la Sangre. Pido a los Sres. Arciprestes de la Ciudad que se encarguen de preparar, coordinar y publicitar esta iniciativa.
– En el resto de la Diócesis, las 24 horas para el Señor se celebrarán en los días fijados en Roma, es decir: el viernes 24 y el sábado 25 de marzo. Sé que hay localidades que ya lo han hecho otros años y que están organizándose para esta nueva edición. Pido a los párrocos y rectores de iglesias que acojan con calor esta iniciativa. Habrá parroquias donde por distintos motivos no será posible su celebración, pero sería bueno informar a los fieles de los lugares cercanos dónde se celebren y animar a su participación. Para las localidades donde haya varias parroquias os propongo celebrarlo en una sola iglesia, animando a todos fieles de las distintas parroquias a su participación. Pido a los Sres. Arciprestes que se encarguen de tratar este tema con los sacerdotes del Arciprestazgo y, en su caso, de coordinar la celebración.
Acojamos con gozo y gratitud esta iniciativa del Papa Francisco. Será un momento de gracia en la llamada de nuestra Iglesia a la conversión personal, comunitaria y pastoral.
Javier Aparici, vicario de Pastoral, y Carlos Asensi, delegado diocesano de Catequesis, han participado esta semana en el primer Simposio Internacional Reforma y Reformas en la Iglesia. Uno de los ponentes ha sido el sacerdote James Mallon, referente en la renovación eclesial de las parroquias. Su libro “Una renovación divina” fue el material de trabajo que escogieron los sacerdotes participantes en el Foro para la nueva evangelización constituido en la Diócesis en enero.
En nuestro camino cuaresmal hacia la Pascua hemos de convertir o volver nuestra mirada y nuestro corazón a Dios, a su amor y al prójimo. Sólo así podremos descubrir que en nuestra vida hay acciones u omisiones que nos alejan de Dios, de su amor y del amor al prójimo: esto es el pecado. Cuanto más presente está Dios en el corazón de una persona, más sentido tiene para aquello que la aleja de su amor, más conciencia tiene de pecado. Pero también cuando no alejamos de Él por el pecado, Dios nos sigue amando. Como el fuego que, por su propia naturaleza, no puede sino quemar, así Dios no puede dejar de amar. «Porque Dios es amor» (1 Jn 4,8). Un amor, que incluye el perdón. Leer más
Este domingo comienzan las fiestas de la Magdalena con la Romería de les Canyes. Las celebraciones conmemoran la fundación de Castellón de la Plana en 1252. Al mismo tiempo es una vuelta a los orígenes de la fe de la ciudad y sus raíces cristianas, que reencuentra en la ermita del Castell Vell el primer lugar de culto cristiano de la zona, como recuerda D. Josep Miquel Francés, preste de la Romería y licenciado en historia. El Obispo, mons. Casimiro López Llorente, presidirá la santa Misa en la Ermita a las 13h, así como «las tres Caídas» al regreso de los romeros a la Concatedral a las 18:30h. Leer más
En África, si una persona tiene una enfermedad mental, pierde todos sus derechos. Es considerada como loca, ya no es persona, y la gente puede tratarla como quiera. Todo el mundo es libre de tratarla como quieran. Los enfermos mentales son considerados poseídos, y la sociedad los condena de por vida: los atan con cadenas a cualquier parte, inmovilizándolos, clavándoles en el suelo como Cristo en la cruz. Por eso, miles de personas viven encadenas y olvidadas, no han cometido ningún delito, son presos del miedo, la ignorancia y la pobreza. Son los olvidados de los olvidados.
El año pasado, TVE emitió un documental en el que mostraba la experiencia de cómo Grégoire Ahongbonon, de Benín (África), ayudó a liberar a estos enfermos mentales de sus cadenas y a curarse de sus enfermedades, todo ello gratuitamente, sin recibir nada a cambio, a través de la Asociación ‘San Camilo’ que él mismo fundó. Él les da alimentos, les viste, les da cariño y libertad.
Grégoire Ahongbonon vino a Castellón, en un acto organizado por nuestra Diócesis, Encuentro Castellón y la Universidad CEU-Cardenal Herrera, cuya presentadora fue la Decana de Ciencias de la Salud de esta Universidad. Aquí pudo contar su experiencia, un testimonio de encuentro profundo con el Amor de Dios. El acto tuvo lugar el pasado miércoles en el Real Casino Antiguo de Castellón, y Grégoire explicó, desde sus comienzos, toda esta increíble historia de cómo ayudó – y sigue haciéndolo – a las personas con enfermedades mentales y pobres. «Hoy vamos a cortar tu cadena», les decía.
Leer el testimonio completo a continuación:
«Todo es posible con Dios».
Acabáis de ver imágenes que son muy duras, que no estamos acostumbrados a ver: hombres, mujeres y niños condenados simplemente por estar enfermos.
¿Cómo hemos llegado a este punto?
Su historia
No soy médico, ni sacerdote, ni un curandero. Ni soy una persona que hace milagros.
Estoy casado, tengo seis hijos, y vengo de Benín. Soy un simple reparador de neumáticos.
Estoy aquí por mi deseo de buscar la felicidad de los pobres.
Cuando tenía mucho dinero y todo me iba bien abandoné la Iglesia. De repente me encontré con que todo el dinero que tenía desapareció, tuve dificultades económicas y lo perdí todo. Estuve a punto de suicidarme. Empecé a vivir una vida muy miserable. Cuando tenía mucho dinero tenía muchos amigos alrededor, que desaparecieron cuando no tuve dinero.
También en ese momento aparecieron alrededor personas que venían de sectas, prometiéndome muchos milagros. Pero prefería morir en mi sufrimiento que cambiar de religión.
Volví a la Iglesia y encontré a un cura misionero, como la historia del hijo pródigo, porque este sacerdote me acogió de tal forma que dedicó todo su tiempo a escucharme. Coincidió que estaba organizando una peregrinación a Jerusalén a la que me invitó.
Cuando lo había perdido todo, vino a buscarme en medio de mis neumáticos para llevarme a Jerusalén. Nunca podría describir el regalo que me hizo Dios en esa peregrinación.
Allí nos dijeron que todo cristiano tenía que contribuir en la construcción de la Iglesia poniendo su propia piedra. Me planteé cuál era la piedra que yo tenía que poner.
Por eso, puse en marcha un grupo de oración, formado por ocho cristianos.
En este momento, empecé a descubrir a las personas enfermas que en África son condenadas de por vida sin haber cometido ningún delito. Simplemente por el hecho de estar enfermas, se las encadena a la pared o a los árboles.
En África no hay Seguridad Social. Si eres pobre, nadie te cuida, nadie se ocupa de ti. Frente a estos enfermos que nos encontramos abandonados, lo que nos surgió es que antes de ponernos a rezar, teníamos que mostrarles nuestro amor: lavarles y buscar medios y red de medicamentos para poder cuidar de ellos.
Gracias a eso muchos enfermos recuperaron la salud. Los que murieron, lo hicieron dignamente.
En este momento entendí por qué Jesús se identificaba con los pobres y los enfermos. A partir de este momento, nuestro deseo y lo que nos movía era buscar a los pobres. Después fuimos a las cárceles, después fuimos a por los niños, y a partir de los años 90, con los enfermos mentales. Allí, los enfermos mentales son los olvidados de los olvidados, olvidados por todos, la última preocupación de las autoridades.
Son consideradas personas poseídas por el diablo, reducidas a despojos humanos por la sociedad. La gente tenía miedo de ellos.
Un día, por la calle, me fijé en uno de ellos buscando comida en una basura. Esta era una escena que ya había visto otras veces, pero ese día lo vi de otra forma. Caí en la cuenta que ese Jesús que yo iba a buscar a la Iglesia era el que estaba sufriendo a través de ese pobre, ese enfermo.
A partir de ese momento empecé a buscarlos por las noches donde dormían. Descubrí que eran familias que necesitaban ser queridas. Hablé con mi esposa, y decidimos comprar un congelador para guardar agua fresca y comida, e íbamos a darles comida y bebida a los pobres y enfermos.
Hasta que un día me pregunté qué sentido tenía que hiciese eso y luego volviese a mi casa a dormir.
En un momento concreto, nos cedieron un local abandonado y lo usamos para meter allí a los enfermos, a tratarlos dignamente. Enseguida se vieron resultados que sorprendieron a todo el mundo.
Un caso atroz
En 1994, viví un caso atroz. Unos padres tenían a su hijo encerrado en un cuarto. El joven estaba atado al suelo, como Jesucristo en la cruz, los dos pies atados a un madero, y los dos brazos atados con un alambre que se había introducido en la carne. Tenía heridas llenas de gusanos.
No había forma de desatarlo. Volvimos al día siguiente, día del Domingo de Ramos, y conseguimos desatarlo, conseguimos limpiarlo y el joven me dijo: «No sé cómo darle las gracias a Dios y a usted, no sé qué he hecho para merecer este trato por parte de mis padres». El muchacho todavía tenía esperanzas de vivir, todavía quería vivir, pero no sobrevivió.
Fuimos de pueblo en pueblo, y descubrimos todo tipo de encadenamientos. A veces los pies atados a un madero, a veces los brazos, a veces el cuello… De modos que nadie nunca habría pensado. Las familias no saben qué hacer con ellos.
Lo que me rebela son esas imágenes que habéis visto
Allí hay campos de oración, de sectas, que dicen que tienen la capacidad de expulsar al diablo. Las familias se los confían (a sus hijos enfermos mentales), previo pago, y lo que hacen allí es que encadenan a los enfermos a los árboles, al descubierto, haga sol o llueva… Algunas personas han pasado allí hasta 8 años.
El tratamiento que allí aplican es permitir el sufrimiento de los enfermos para que salga el diablo: no les dan de comer durante días, les pegan… Hemos denunciado ante los tribunales, en ocasiones han enviado a la policía, pero «si son locos, ¿qué podemos hacer?», nos decían.
Cuando eres un enfermo mental, no tienes ningún poder, careces de todo tipo de derechos. Por eso la única opción que nos queda es cuidarlos nosotros y multiplicar los centros (como el de San Camilo, que él ha fundado). En Costa de Marfil tenemos 4 centros donde se les cuida, y 6 centros donde trabajan y realizan actividades. En Benín acabamos de abrir el cuarto centro. Y en Togo, hay 2 en funcionamiento y otros 2 en construcción.
Lo que no quiero dejar de contaros, es que los enfermos mentales no son peligrosos, hay que aprender a amarlos. En todos nuestros centros, el director del centro es un enfermo. Tenemos centros donde hay más de 200 personas. Es Dios mismo que viene al socorro de estos enfermos.
¿Por qué?
¿Cuál es el crimen que los enfermos mentales han podido cometer en su vida? ¿Por qué?
A todos les pregunto esto.
Hace unos años apareció el SIDA en África, y se le dio todo tipo de publicidad, todavía hay gente que sensibiliza sobre este tema.
¿Qué pasa con los enfermos mentales?
El vídeo que habéis visto, lo vieron en el Parlamento Europeo en Bruselas. Les mostré la misma cadena y les hice la misma pregunta. Les dije: «seguro que si fuera una persona importante encadenada harías de todo para ponerle remedio». ¿Pero los enfermos mentales qué han hecho? Muchos, cuando salieron, se olvidaron de ellos. Os pido a vosotros que no os olvidéis de ellos.
Son hombres, no han nacido enfermos, han nacido como todas, y quieren vivir como todos.
¿Qué podemos hacer?
Lo que os pido es la oración.
Quiero daros las gracias, por estar aquí. Y a los que han organizado este encuentro. Creo que este es el modo en que algún día podemos llegar a liberar a todas estas personas. El verdadero agradecimiento os lo dará Dios. Algún día os dirá: «Benditos los hijos de mi padre, porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel, y vinisteis a verme.
Durante esta semana se está celebrando en Madrid la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) en la que se renuevan cargos para el próximo trienio 2017-2020. Esta tarde, en el tercer día de Asamblea, se ha elegido a nuestro obispo, Mons. Casimiro López Llorente, como presidente de la Junta Episcopal de Asuntos Jurídicos, así como los tres miembros del Consejo de Economía y los presidentes de las tres Subcomisiones Episcopales. Según los estatutos, no hay límite de permanencia para estos cargos.
Mons. Casimiro López, en la CEE, ha sido miembro de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis desde 2005 hasta 2008, que fue nombrado Presidente de dicha Comisión. Además, ha sido miembro de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar desde 2001 y hasta 2005. También formaba parte de la Junta Episcopal de Asuntos Jurídicos desde 2002.
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