El viernes, el Monasterio de las Monjas Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Inmaculada de Castellón abrió sus puertas a fieles de distintas parroquias católicas y a miembros de la comunidad ortodoxa para la oración de Vísperas. Este encuentro, repetido anualmente, destaca el compromiso de las religiosas en la oración por la unidad de la Iglesia de Cristo.
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Por otra parte, el acto de clausura tuvo lugar ayer, domingo, en la Parroquia Ortodoxa del Patriarcado de Rumanía en Castellón. Como viene siendo costumbre, los hermanos ortodoxos acogieron a un grupo de fieles católicos, unidos en la oración por el don de la unidad visible de la Iglesia de Cristo. En la celebración estuvieron presentes el Delegado Diocesano para las Relaciones Interconfesionales, D. Nuno Vieira; D. Federico Caudé, Deán de la Catedral de Segorbe; y el Diácono Carlos Ribera.
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La jornada concluyó con una comida fraterna preparada por los anfitriones ortodoxos, fortaleciendo los lazos de fraternidad entre ambas confesiones. Con estas iniciativas, la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos cierra un año más con renovadas esperanzas de avanzar hacia el entendimiento y la comunión entre las diferentes tradiciones cristianas.
En el marco de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, la parroquia de San Bartolomé de Torreblanca fue escenario ayer de un emotivo encuentro ecuménico que reunió a fieles católicos y ortodoxos. La Comunidad Ortodoxa del Patriarcado de Rumanía, encabezada por el Padre Nicolás Ionita, participó en esta celebración junto a D. Óscar, vicario de la parroquia anfitriona, y D. Nuno, Delegado Diocesano de Relaciones Interconfesionales y Diálogo Religioso, además de párroco de Torreblanca.
Cerca de cien fieles de ambas Iglesias se dieron cita para compartir un momento de oración por la unidad de la Iglesia de Cristo. Durante el acto, se reflexionó sobre la responsabilidad común de los bautizados en construir puentes de entendimiento y diálogo entre las distintas confesiones cristianas, reconociendo en ellas la acción del Espíritu Santo.
El encuentro concluyó con un gesto de fraternidad: una mesa compartida que permitió a los asistentes confraternizar y reforzar lazos, celebrando la alegría de saberse hermanos en la fe.
Estos actos, organizados en el marco del octavario que se celebra del 18 al 25 de enero, continúan promoviendo la sensibilización y el compromiso con el ecumenismo, un camino esencial para avanzar hacia la unidad visible de la Iglesia.
La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2025 dio inicio este sábado, 18 de enero, en la Parroquia Ortodoxa Rumana de Segorbe. Este primer acto reunió a fieles de la Iglesia Ortodoxa y de la Iglesia Católica, marcando el inicio de un tiempo de reflexión y oración conjunta por la unidad entre ambas confesiones.
En la celebración estuvieron presentes el párroco ortodoxo, D. Augustín; D. Federico, párroco de San Pedro y Santa María de Segorbe; y D. Nuno, Delegado Diocesano para las Relaciones Interconfesionales y el Diálogo Interreligioso. Los fieles católicos, provenientes de Torreblanca y de diversas parroquias de Segorbe, fueron acogidos con hospitalidad en el templo ortodoxo, decorado con bellos iconos que evocan la rica tradición espiritual del cristianismo oriental.
La oración de vísperas centró el tema del año, «¿Crees esto?» (Jn 11, 26), permitiendo a los asistentes unirse en un mismo anhelo: avanzar hacia la unidad visible de la única Iglesia de Cristo. Al concluir el encuentro, todos compartieron mesa en un gesto de fraternidad que favoreció el conocimiento mutuo y estrechó los lazos entre ambas comunidades. “Fue una tarde hermosa”, destacó el delegado D. Nuno, subrayando el ambiente de comunión y esperanza que caracterizó la jornada.
La Semana de Oración, que se celebra del 18 al 25 de enero, continuará con diversas actividades:
Lunes 20 de enero: Encuentro con los Pastores de las Iglesias Evangélicas, a las 11:00 h., en la Iglesia Evangélica de Castellón.
Martes 21 de enero: Presentación del tema de la Semana a profesores de Religión y catequistas, a las 19:00 h., en la Casa Sacerdotal de Castellón.
Miércoles 22 de enero: Oración ecuménica entre evangélicos y católicos, a las 17:00 h., en el Hospital General de Castellón.
Jueves 23 de enero: Oración ecuménica entre ortodoxos y católicos, a las 19:00 h., en Torreblanca.
Viernes 24 de enero: Vísperas ecuménicas con la participación de ortodoxos y católicos, a las 18:00 h., en la comunidad de las Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Inmaculada.
Sábado 25 de enero: Misa por la unidad de los cristianos en las distintas parroquias de la Diócesis.
Domingo 26 de enero: Visita a la Parroquia Ortodoxa Rumana de Castellón, a las 12:00 h.
Este octavario, inspirado en las palabras de Jesús a Marta, es una oportunidad para orar por la unidad de los cristianos y fomentar el diálogo, la conversión y la caridad como pilares del “ecumenismo espiritual”.
En su carta del pasado domingo, D. Casimiro nos exhorta a participar en esta semana de Oración, subrayando la importancia de la unidad entre los seguidores de Jesús, recordando las palabras de Cristo en la Última Cena: “Que todos sean uno” (Jn 17, 21). Según el Obispo, la falta de unidad es un obstáculo para la misión de la Iglesia y un escándalo para el mundo, especialmente en tiempos de creciente secularización.
También destaca los frutos del movimiento ecuménico impulsado por el Concilio Vaticano II, aunque reconoce que los avances no deben llevarnos al desánimo ante los retos actuales. Además, alienta a fomentar el “ecumenismo espiritual” a través de la oración, la conversión y la caridad, considerando que la unidad es, ante todo, un don de Dios. En el marco del 1700º aniversario del Concilio de Nicea, insta a seguir buscando caminos que hagan realidad la unidad visible de la Iglesia.
Celebraciones en la Diócesis de Segorbe-Castellón
La Delegación Diocesana para las Relaciones Interconfesionales y el Diálogo Interreligioso organiza los actos de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, con el propósito de fortalecer el diálogo y la unión entre las distintas confesiones cristianas.
La programación comienza el sábado 18 de enero a las 19:30 h. con una celebración en la Parroquia Ortodoxa Rumana de Segorbe. Al día siguiente, todas las parroquias de la Diócesis celebrarán una Misa dedicada a la unidad de los cristianos.
A lo largo de la semana, se llevarán a cabo diversas actividades. Entre ellas, un Encuentro con los Pastores de las Iglesias Evangélicas el lunes 20, a las 11:00 h., en la Iglesia Evangélica de Castellón, y una presentación del tema a profesores de Religión y catequistas el martes 21, a las 19:00 h., en la Casa Sacerdotal de Castellón. Además, el miércoles 22, el Hospital General de Castellón será sede de una oración ecuménica entre evangélicos y católicos a las 17:00 h.
El jueves 23, a las 19:00 h., se celebrará una oración ecuménica entre ortodoxos y católicos en Torreblanca. Al día siguiente, el viernes 24, las Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Inmaculada acogerán a las 18:00 h. las vísperas, nuevamente con la participación de ambas confesiones.
El sábado 25, las parroquias de la Diócesis repetirán la Misa por la unidad de los cristianos, y la Semana culminará el domingo 26 de enero con una ceremonia en la Parroquia Ortodoxa Rumana de Castellón, prevista para las 12:00 h., que pondrá el broche final a estos actos de comunión y unidad.
Materiales para la Semana de Oración por la Unidad
La Subcomisión Episcopal para las Relaciones interconfesionales y Diálogo interreligioso aporta diversos recursos para su celebración como son: el mensaje que firman los obispos de esta Subcomisión; unas reflexiones bíblicas y oraciones para cada uno de los días del octavario; una guía para las celebraciones eucarísticas de la Semana de oración; o un material para reflexionar preparado especialmente para acercar la Semana de Oración a los niños y adolescentes.
Los obispos de la Subcomisión también recuerdan que el año en curso es un año jubilar en el que la Iglesia conmemora los 1700 años del Concilio de Nicea (325 d. C.), que proclamó la fe profesada en el credo que une a los cristianos que confiesan el misterio de Dios uno y trino. «El jubileo abierto por el Papa es un tiempo de gracia en el que este año tiene su marco propio el Octavario por la Unidad de los Cristianos», subrayan.
Los textos oracionales y de meditación para esta Semana de Oración han sido preparados por la comunidad monástica de Bose, eligiendo como lema y reclamo que nos interpela el pasaje evangélico del diálogo entre Jesús y Marta acerca de la resurrección: «¿Crees esto? (Jn 11,26)».
Destacan que el Concilio de Nicea «supuso un hito en la historia de la Iglesia porque configuró una herencia dogmática y litúrgica común en el credo que recitamos en los domingos y solemnidades en la santa misa, texto de convergencia de todas las Iglesias y comunidades eclesiales, cuya mejor comprensión y explicación catequética se ha convertido en un objetivo fundamental del Consejo Ecuménico de las Iglesias y de la Iglesia Católica en fraterna colaboración y empeño».
Por ello, indican que «hoy como siempre necesitamos un lenguaje común de la fe, sin el que será muy difícil salvar la unidad de fe de las Iglesias y la reconstrucción de la unidad visible de la una, santa y católica Iglesia».
Por todo ello, constatan que la reciente constitución de la Mesa de Diálogo Interconfesional, que quedó formalizada el pasado 16 de septiembre, es «manifestación de la fraterna relación de las confesiones cristianas en nuestro país; y es sin duda un signo del espíritu de sinodalidad que nos anima y nos ayudará a consolidar la colaboración entre las Iglesias y las comunidades eclesiales».
En unos días comienza la Semana de oración por la unidad de los cristianos. Desde hace más de un siglo, del 18 al 25 de enero, los cristianos de todas las Iglesias y comunidades eclesiales oramos a Dios para que nos conceda el don la unidad. Nos unimos así al deseo de Jesús en su oración a Dios-Padre durante la última Cena: “Que todos sean uno; como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado” (Jn 17,21). Tanto le importa al Señor la unidad de sus discípulos que pide hasta cuatro veces que sean ‘uno’. Se trata de una unidad que ha de ser a imagen de la que se da entre el Padre y el Hijo; una unidad que sólo puede darse siguiendo el ejemplo de la unión y entrega del Hijo al Padre, es decir, saliendo de sí y uniéndose a Cristo y, en Él, al Padre.
La actual división de los cristianos contradice clara y abiertamente la voluntad de Jesús y la razón de ser de la Iglesia. Mal puede ser la Iglesia “signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano” (LG 1), si ella está visiblemente dividida. La falta de unidad visible de la Iglesia es un escándalo para el mundo y obstaculiza seriamente la tarea que Jesús nos encomendó de predicar el Evangelio a toda criatura, más si cabe en tiempos de descristianización y secularización.
La unidad de los discípulos de Jesús es de vital importancia para hacer creíble que Jesús es el Hijo de Dios, enviado por el Padre para la salvación del mundo, y para la credibilidad de sus discípulos, es decir, de la Iglesia enviada por Jesús para anunciar la Buena Nueva de la salvación. La unidad está conectada con la misión misma de la Iglesia en el mundo. Así como la unidad refuerza la misión de la Iglesia, la falta de unidad la dificulta y debilita. La Iglesia debe vivir una unidad que sólo puede derivar de su unión con Cristo.
Así lo entendió san Juan XXIII al convocar el Concilio Vaticano II con estos dos grandes objetivos: la renovación interior de la Iglesia y la búsqueda de unidad entre los cristianos. El Concilio Vaticano II dio un fuerte impulso a la búsqueda de la comunión plena entre todos los discípulos de Cristo en la profesión de la misma fe, en los sacramentos, especialmente en la eucaristía, y en el ministerio jerárquico así como a la Semana de oración. Desde entonces, el movimiento ecuménico ha producido numerosos frutos visibles en diversos ámbitos, desbloqueando los rígidos muros confesionales que habían levantado las Iglesias y comunidades cristianas durante los últimos siglos. El diálogo entre católicos y los hermanos cristianos es una realidad incuestionable. Esta es razón más que suficiente para que los contratiempos no nos lleven al desánimo.
La Semana de oración por la unidad de los cristianos sigue siendo un momento principal de la actividad ecuménica. Esta cita espiritual une a los cristianos de todas las confesiones y nos hace más conscientes a todos de que la unidad hacia la que tendemos no será sólo resultado de nuestros esfuerzos, sino que será sobre todo un don recibido de lo alto, que es preciso invocar siempre. En palabras del papa Benedicto XVI la unidad es “un don de Dios, que nace del Espíritu”, que “surge de la oración perseverante y la conversión, y que hace vivir a cada uno según la verdad y la caridad” (Ecclesia in Medio Oriente”, n. 11). Este ‘ecumenismo espiritual’, de que habló el Concilio Vaticano II, es el alma del verdadero ecumenismo; y lo hemos de promover en parroquias, conventos y monasterios, en las familias, en las escuelas y en los seminarios. La oración por la unidad y la conversión a Cristo y su Evangelio son el camino principal para alcanzar la comunión plena, porque caminando unidos hacia el Señor y dejándonos transformar y convertir por Cristo caminamos hacia la unidad en la verdad y en la caridad. “La unidad de los cristianos, se logra caminando y rezando juntos, y con obras de caridad” (Francisco).
La unidad ecuménica no es ni confusión, ni tampoco uniformidad de las tradiciones. El camino para llegar a ella es haciendo nuestra la oración de Jesús al Padre de que todos seamos uno. La celebración este año del 1700º Aniversario del concilio de Nicea nos invita a todas las Iglesias y comunidades eclesiales a seguir avanzando en el camino hacia la unidad visible y a no cansarnos de buscar formas adecuadas para corresponder plenamente a la oración de Jesús.
Oremos siempre y de modo más intenso durante esta Semana, esperando el día glorioso de la unidad visible de toda la Iglesia de Jesucristo.
Primera Iglesia Bautista e Iglesia del Buen Pastor
En el marco de los contactos que la Delegación viene promoviendo el último año con los pastores de las Iglesias Hermanas procedentes de la Reforma Protestante, este Domingo de la Alegría, D. Nuno Vieira, delegado de las Relaciones Interconfesionales de la Diócesis, visitó a dos Comunidades Evangélicas de la capital de la Plana. En la mañana participó en el culto Dominical en la Primera Iglesia Bautista de Castellón, ubicada en la calle Dr. Fleming y presidida por su Pastor, D. José Antonio Fernández, conocido por algunos de nosotros por su labor como funcionario de prisiones y por su talante alegre y abierto al diálogo. D. Nuno destaca la amabilidad y la alegría que experimentó por parte de los miembros de la Comunidad formada por hermanos y hermanas de distintas procedencias. Las características del templo bautista se identifican facilmente por la centralidad de la Cruz y de la Palabra de Dios, por el bautisterio y por el altar. La disposición de los asientos y la organización del espacio revisten el ambiente de un carácter litúrgico sencillo pero muy participativo. Los himnos aseveran la sacralidad del lugar, nota bien característica de las tradicionales Iglesias Bautistas. Al finalizar el culto, el Pastor José Antonio cedió la palabra a D. Nuno, quien felicitó a la Iglesia por su presencia de más de 77 años en Castellón y demostró voluntad de aondando en esa realidad cristiana. El Pastor José Antonio obsequió al Delegado una obra titulada Cien años siguiendo a Jesús, Unión Evangélica Bautista de España 1922-2022. Fue una buena mañana para conocer a un grupo de hermanos que viven su fe en una Iglesia viva y donde el Señor sigue haciendo su obra.
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Ya caída la tarde, D. Nuno visitó a la Comunidad Bautista El Buen Pastor, situada en la calle ceramista Godofredo Buenosaires, Iglesia dirigida por el Pastor Salvador Marco. Coincidió que además del culto, un grupo de cantores, miembros de distintas Iglesias Evangélicas, ofrecieron una representación musical de la historia de la salvación, desde el momento de la Encarnación, hasta la Adoración de los Sabios de Oriente, toda una catequesis para entrar en el Misterio del Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. Es una Comunidad joven y por ello con muchas actividades. Todo el transcurso del culto es un contínuo vibrar de músicas de alabanza a Dios. Antes de la predicación, que se centró en los acontecimientos navideños, D. Nuno tomó la palabra para agradecer la acogida y felicitar a todos los presentes por su testimonio de fe. La tarde concluyó la celebración de la Cena del Señor.
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Este acercamiento es una respuesta a las disposiciones del Concilio Vaticano II que a todos nos invita a trabajar en la unidad de la Iglesia de Cristo. Todos los bautizados en nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, qué profesamos nuestra fe según el Simbolo de los Apóstoles y reconocemos a Jesúcristo como nuestro Dios y Señor, estamos dentro de la única Iglesia, aunque vivamos en distintas dependencias. Aun así, la experiencia de los últimos años no confirma la posibilidad de poder reunirnos en zonas comunes, donde con grande comudidad nos podemos reunir para abordar temas comunes y orar al Dios y Señor de todos. Ojalá aprendiéramos de Agustín de Hipona a tratar unos con los otros:
«Otras cosas había que cautivaban más fuertemente mi alma con ellos, como era el conversar, reir, servirnos mutuamente con agrado; leer juntos libros bien escritos, bromear unos con otros y divertirnos en compañía; discutir a veces sin animosidad, como cuando uno disiente de si mismo y con tales disensiones muy poco frecuentes, condimentar lo mucho que teníamos en común; enseñarnos mutuamente algunas cosas, suspirar por los ausentes con recuerdo cariñoso, recibir con alegría a los que llegaban. Con éstos y otros signos semejantes que proceden del corazón de los que se aman… nuestras almas se derretían y de muchas se hacía una sola» (Confesiones IV, 8, 13.)
Este encuentro, celebrado en el marco de la primera edición de Culture Fest, nace con vocación de continuidad.
Representantes de cuatro confesiones religiosas se dieron cita en el campus de Castellón de la Universidad CEU Cardenal Herrera el pasado 9 de mayo para dialogar en torno a la riqueza cultural vinculada a sus respectivas religiones. El encuentro, titulado “Religión que desborda en cultura”, se enmarcó en los actos de la primera edición de Culture Fest, una feria cultural internacional con la que esta universidad pone en valor la diversidad cultural de la comunidad educativa y la sociedad que la acoge.
El diálogo interreligioso, impulsado por Samuel Torrijo, Delegado diocesano para la Pastoral Universidad y la Cultura y capellán del CEU de Castellón, contó también con las intervenciones de Abdeslam El Ghzaqui, imán del Centro Islámico Nur de Castelló; Aurelian Stoica, arcipreste y párroco de la parroquia ortodoxa rumana de Vila-real; y Francisco Hilario, pastor de la Iglesia evangélica del centro cristiano de Vila-real. Los ponentes fueron presentados por el director del centro universitario, José María Mira de Orduña.
Durante el debate, caracterizado por el respeto y la cordialidad de los cuatro representantes religiosos, los asistentes tuvieron la oportunidad de conocer la estrecha relación que ha existido siempre entre la fe y la cultura. Un vínculo indisoluble que ha generado avances tan importantes para la sociedad como la Universidad, los hospitales o la imprenta, recordaron, además de estar en la base de gran parte de las manifestaciones culturales de la Humanidad.
Misión cultural, científica y social
“En una sociedad que en muchos casos oculta la existencia de Dios, es vital difundir la relevancia que Él tiene para nuestra cultura, para la ciencia y para la vida”, subraya José María Mira de Orduña.
El director del CEU se muestra muy satisfecho por la celebración de este primer encuentro interreligioso, al que la institución va a dotar de continuidad. “Queremos seguir profundizando cada año sobre otras temáticas vinculadas a las diferentes formas que tenemos de ver al mismo Dios”, señala. “Es importante establecer este tipo de diálogo sobre algo crucial para la Universidad CEU Cardenal Herrera, como es la existencia de Dios, que ilumina nuestra misión cultural, científica y social”.
Otras actividades
Esta muestra de interculturalidad y diversidad al servicio de los valores puso el broche a la primera edición de la feria internacional de la CEU UCH, que cuenta con la colaboración de la Dirección General de Diversidad de la Generalitat Valenciana.
El programa de Cultur Fest incluyó, entre otras actividades, un coloquio de estudiantes de diversas nacionalidades en torno a las costumbres, gastronomía y manifestaciones culturales de sus respectivos países y un encuentro con una representante de la asociación china en Castellón. El evento universitario también puso el foco en la música y la danza internacionales.
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