Manos Unidas de Segorbe-Castellón inaugurará el próximo viernes, día 18 de noviembre, a las 19:00 horas, el tradicional mercadillo solidario en la sala de exposiciones de la Fundación Dávalos-Fletcher (Calle Isaac Peral nº 12, Castellón).
El mercadillo estará abierto, hasta el 4 de diciembre, de lunes a viernes de 11:00 a 13,30 y de 18:00 a 21:00 horas; y de 11:00 a 14:00 horas, y de 18:00 a 21:00 horas, los sábados. domingos y festivos.
Los donativos recaudados por la adquisición de los objetos expuestos irán destinados a los proyectos adquiridos en la 63 Campaña contra el Hambre.
“Nuestra indiferencia los condena al olvido”. Proyectos de Manos Unidas de Segorbe-Castellón:
Capacitación de jóvenes para su integración laboral en SENEGAL: Se trata de un proyecto que asume Manos Unidas de los arciprestazgos de Castellón, la Costa, Albocàsser, Pla de L’Arc y Llucena. En la actualidad existe un centro de bachillerato técnico donde se forma a los jóvenes en estructuras metálicas, electrónica, delineación, soldadura y mecánica. El proyecto que este año se impulsa consiste en aumentar el centro a 300 alumnos, para lo que se construirán cuatro aulas, una sala de informática y una sala de vigilancia. También se incluirá formación sobre la instalación de energía solar. El importe de este proyecto asciende a 86.569€.
Mejora de la economía en siete comunidades rurales en NICARAGUA: Se trata de un proyecto que asume Manos Unidas de los arciprestazgos de Almassora, Burriana, Nules, Onda, Segorbe, Jérica, La Vall d’Uixó y Vila-real. El proyecto consiste en la mejora de la economía de la población más vulnerable, para lo que se creará una cooperativa multisectorial y agroturística. El objetivo es rescatar actividades indígenas de producción y consumo de alimentos locales, así como diversificar las actividades económicas y potenciar el comercio justo. El importe del proyecto asciende a 75.607€.
El papa Francisco invita a “compartir lo poco que tenemos con quienes no tienen nada, para que ninguno sufra”
Con motivo de la celebración, el domingo 13 de noviembre, de la VI Jornada Mundial de los Pobres, la Conferencia Episcopal Española y Cáritas suman de nuevo sus esfuerzos para movilizar a las comunidades cristianas y a toda la sociedad en los objetivos de esta cita anual convocada por el papa Francisco.
La idea de impulsar esta Jornada surgió el 13 de noviembre de 2016, durante el cierre del Año de la Misericordia y cuando en la Basílica de San Pedro el Santo Padre celebraba el Jubileo dedicado a las personas marginadas. Al finalizar la homilía, y de manera espontánea, Francisco expresó un deseo: «quisiera que hoy fuera la Jornada de los Pobres».
En esta sexta edición, bajo el lema “Jesucristo se hizo pobre por vosotros”, Francisco lanza un llamamiento a la solidaridad en medio de un mundo herido por la violencia y la guerra. Frente a los millones de refugiados de los diferentes conflictos en Oriente Medio, África Central y ahora Ucrania, el Santo Padre invita a “compartir lo poco que tenemos con quienes no tienen nada, para que ninguno sufra”.
El patrimonio de seguridad y estabilidad alcanzado por algunos países gracias a la iniciativa privada y a leyes que han apoyado el crecimiento económico puede ahora, según Francisco, “ser compartido con aquellos que se han visto obligados a abandonar su hogar y su país para salvarse y sobrevivir”. “Como miembros de la sociedad civil, mantengamos vivo el llamado a los valores de libertad, responsabilidad, fraternidad y solidaridad”, añade.
El papa recuerda que la caridad “no es una obligación sino un signo del amor, tal como lo ha testimoniado el mismo Jesús”. “La generosidad hacia los pobres encuentra su motivación más fuerte en la elección del Hijo de Dios que quiso hacerse pobre Él mismo”, señala.
Francisco subraya que la “experiencia de debilidad y limitación que hemos vivido en los últimos años y ahora la tragedia de la guerra” nos debe “enseñar que no estamos en el mundo para sobrevivir, sino para que a todos se les permita tener una vida digna y feliz”. “El mensaje de Jesús nos muestra el camino y nos hace descubrir que hay una pobreza que humilla y mata, y hay otra pobreza, la suya, que nos libera y nos hace felices”.
Por ello, Francisco recuerda en esta VI Jornada Mundial que es necesario “hacer un esfuerzo para que a nadie le falte lo necesario”. “No es el activismo lo que salva, sino la atención sincera y generosa que permite acercarse a un pobre como a un hermano que tiende la mano para que yo me despierte del letargo en el que he caído”.
Con objeto de animar la celebración de esta Jornada, la CEE y Cáritas han preparado diversos materiales, que están disponibles en un espacio digital creado ad hoc, para su utilización por parte de todas las Diócesis, parroquias, comunidades, movimientos, asociaciones e instituciones de la Iglesia.
Esta convocatoria es una nueva oportunidad para reflexionar sobre cómo dar una respuesta adecuada que lleve alivio y paz a tantas personas, dejadas a merced de la incertidumbre y la precariedad. Con ese objetivo, los promotores de la Jornada proponen como gesto “concretar en un manifiesto o credo cómo podemos hacernos pobres en comunidad para llevar vida en abundancia a otros”.
Como se explica en los materiales de animación de la Jornada, la respuesta al lema de esta edición – “Jesucristo se hizo pobre por ustedes”- implica:
dar una respuesta personal y comunitaria, pues «mientras más crece el sentido de comunidad y de comunión como estilo de vida, mayormente se desarrolla la solidaridad».
ser comunidad de vida y de bienes, en la que «el amor recíproco nos hace llevar las cargas los unos de los otros para que nadie quede abandonado o excluido», compartiendo lo que tenemos con los que no tienen nada, pero acogiendo, al mismo tiempo, lo que nos puedan aportar: su trabajo, su pensamiento, su forma de hacer y de entender la vida.
ser comunidad de acción porque “la preocupación por los pobres y por la justicia social» es “un compromiso que nos afecta a todos” y, por tanto, “nadie puede sentirse exceptuado”.
Más de un centenar de miembros de Manos Unidas de Segorbe-Castellón ha peregrinado esta mañana a la S.I. Catedral de Segorbe con motivo del Año Jubilar diocesano. La peregrinación es un acontecimiento de gracia, imagen de la Iglesia peregrina del Señor y del camino que realizamos durante nuestra vida hasta llegar a la casa del Padre.
Somos un Pueblo que camina
Poco antes de las 11 h. han salido en procesión junto a nuestro Obispo, desde la Capilla del Seminario Menor Diocesano, pasando por el Portal de la Verónica, hasta llegar al primer templo de la Diócesis. Han accedido por la Puerta Santa, han hecho memoria del Bautismo ante la fuente bautismal, y han orado ante el Sagrario.
A continuación han celebrado la Misa del Peregrino, que ha presidido D. Casimiro, ganado así el Jubileo, la Indulgencia Plenaria concedida en este Año Jubilar por el 775º aniversario de la creación de la sede episcopal en Segorbe.
“Crecer en la Comunión para salir a la Misión”
“Casi ocho siglos de existencia como Iglesia es motivo para dar gracias a Dios”, decía el Obispo en la homilía, pero también “por vosotros, Manos Unidas, esta asociación católica destinada a trabajar contra el hambre de pan, de cultura y de Dios en el mundo, de lucha contra la pobreza”.
Tras la pandemia del Covid persiste “la pandemia del individualismo, del egoísmo y de la secularización”, ha indicado, por lo que es “providencial que el Señor nos haya concedido esta gracia del Año Jubilar, porque ayudará “a recuperarnos como Iglesia, para renovarnos como cristianos, como comunidades y también en vuestra asociación”.
La misión de Manos Unidas
D. Casimiro ha exhortado a los peregrinos a no perder de vista el origen de la misión de Manos Unidas, vivir “desde Cristo Jesús para seguir anunciando, mediante las obras, el amor de Dios para todos”. Solo desde Él podemos ir a la misión, ha continuado, “porque la misión no es algo propio, sino algo que el Señor nos encomienda”, dando a los demás gratis lo que gratis hemos recibido, “en vuestro caso trabajar para que nadie carezca de lo indispensable para vivir: de pan, de cultura y de Dios”.
Demos gracias a Dios por Manos Unidas
“Demos gracias al Señor por cada una de vosotras y de vosotros, – ha recalcado – por vuestros antepasados, por la obra que estáis haciendo”, “sentíos Iglesia, para eso hay que estar presente en las parroquias, como lo estáis, y que los sacerdotes también os consideren y valoren como tal”. “El Señor está con vosotros, no lo olvidemos”.
«Para Manos Unidas, el año pasado fue, probablemente, el más difícil de nuestra historia», ha asegurado Clara Pardo, presidenta de Manos Unidas, durante su intervención.
La ONG de la Iglesia católica recaudó en 2021 casi 51 millones de euros (50,8 millones), lo que supuso un incremento del 20,6 % respecto a 2020.
La mayor parte de estos ingresos –el 86.3 %– provinieron del sector privado (socios y colaboradores, empresas, parroquias, colegios…).
En total, en 2021 Manos Unidas aprobó 474 proyectos de desarrollo, con una inversión de más de 34 millones de euros, que, de una u otra manera, contribuyeron a cambiar la vida de 1,5 millones de personas.
Manos Unidas tuvo que impulsar la creatividad en las aulas, en las parroquias, en la calle o en el trabajo en red con otras organizaciones, para llevar a cabo su labor de educación para el desarrollo.
Manos Unidas presentó ayer su Memoria de actividades correspondiente a 2021. En un acto celebrado en la Asociación de la Prensa de Madrid, la ONG de la Iglesia Católica desveló cuáles fueron los principales retos a los que tuvo que enfrentarse la organización, en un año marcado por la pandemia que, según Clara Pardo, que ha participado en el evento como presidenta en funciones, fue extremadamente difícil. «Para Manos Unidas, el año pasado fue, probablemente, el más difícil de nuestra historia», ha asegurado durante su intervención.
Porque, en 2021, la pandemia relegó al olvido otras crisis y emergencias, ya de por sí ignoradas, como el hambre y la pobreza, que no cesaron de aumentar impulsadas por una creciente desigualdad que ha ahondó la brecha entre ricos y pobres. Para la presidenta de Manos Unidas, «quizá el coronavirus no haya causado estragos sanitarios entre los grupos de población por los que trabaja Manos Unidas, pero va a ser muy difícil superar las consecuencias económicas y sociales. Porque en 2021 el mundo siguió avanzando, pero, a cada paso, dejaba atrás a millones de personas; cada vez más pobres, cada vez más olvidadas».
Con la campaña «Contagia solidaridad para acabar con el hambre», en 2021 Manos Unidas se esforzó en despojar al verbo contagiar –omnipresente en todas las conversaciones– de su significado más negativo. «Quisimos asociarlo a algo que, durante los meses más oscuros de la pandemia, se abrió hueco en nuestras vidas de una manera inimaginable: la solidaridad», ha explicado Pardo.
Casi 51 millones de euros de recaudación
Y esa solidaridad fue la que permitió que la ONG de la Iglesia católica recaudara en 2021 casi 51 millones de euros (50,8 millones), lo que supuso un incremento del 20,6 % respecto a 2020. Unos ingresos que, en su gran mayoría –el 86.3 %–, provinieron del sector privado (socios y colaboradores, empresas, parroquias, colegios…). Por su parte, los ingresos provenientes del sector público se mantuvieron en 6,8 millones de euros, la misma cifra que en 2020.
En 2021, y pese a lo negativo de las circunstancias, la recaudación de Manos Unidas alcanzó niveles previos a la crisis económica de 2012 «lo cual dice mucho de la generosidad y la solidaridad de nuestros socios y colaboradores», ha asegurado Pardo. Una generosidad que se extiende, incluso, a las generaciones futuras. «Con esto quiero referirme –ha aclarado la presidenta en funciones de Manos Unidas– al impresionante aumento de los ingresos recibidos por herencias y legados, que aumentaron un 140,5 % respecto a 2020».
Por su parte, en 2021, los gastos de Manos Unidas alcanzaron los 42,4 millones de euros, lo que supone un incremento del 12 % respecto a 2020. «De esta cantidad, el 88.6 % se aplicó a los fines de Manos Unidas: la sensibilización y la educación para el desarrollo, destinataria del 5,1 % de los gastos y la financiación de proyectos de desarrollo, a la que dedicamos el 83,5 % de estos gastos», ha informado Pardo.
Más de 34 millones de euros para 474 proyectos de desarrollo
La presidenta en funciones de Manos Unidas ha agradecido a «todos aquellos que, con su trabajo, con sus aportaciones, con su voz… contribuyeron a que Manos Unidas pudiera cambiar, de una u otra manera, la vida de más de 1,5 millones de personas».
Por su parte, Mabel Ibáñez, coordinadora de proyectos de Manos Unidas en África, y representante del Área de Proyectos de la organización en la rueda de prensa, ha explicado cómo desde Manos Unidas se ha asistido «con preocupación» al grave deterioro en las condiciones de vida de las personas y comunidades a las que acompaña y a grandes retrocesos en los índices de desarrollo global, «lo que pone en jaque muchos de los avances conseguidos hasta ahora en ese sentido: educación, sanidad, mujer, protección de las minorías, medioambiente».
«Esto llevó –explicó Ibáñez– a que, en 2021, nuestro trabajo en proyectos se volcase con más fuerza, si cabe, en hacer frente a las consecuencias que la pobreza y las injusticias, agravadas por la pandemia de Covid-19, tuvieron entre los colectivos de población más vulnerables».
En total, en 2021 Manos Unidas aprobó 474 proyectos, con unainversión de más de 34 millones de euros transferidos desde España a comunidades empobrecidas del Sur global para ofrecer oportunidades de vida y promover derechos inalienables, pero aún lejos de ser alcanzados.
Educación para el desarrollo, imprescindible para que el mundo cambie
Estos proyectos e iniciativas de desarrollo no hubieran sido posibles sin la labor de sensibilización y de educación para el desarrollo que lleva a cabo la ONG de la Iglesia católica. Una labor que, en palabras de María José Hernando, del departamento de Estudios y Documentación, tiene como objetivo «animar a la ciudadanía a comprometerse, a vivir de modo que atendamos tanto al grito de los pobres como al grito de la tierra, ambos heridos por nuestros comportamientos insolidarios, egoístas e insostenibles».
En 2021, en tiempos de dificultades para llevar a cabo acciones de educación para el desarrollo, como las que habitualmente realizan las delegaciones de la organización, «en Manos Unidas tuvimos que impulsar la creatividad en las aulas, en las parroquias, en la calle o en el trabajo en red con otras organizaciones». Dadas las dificultades, la presencia en las calles de Manos Unidas fue bastante complicada. «Nuestras delegadas se las ingeniaron para llevar a cabo numerosas actividades destinadas a despertar conciencias y sacudir indiferencias», ha asegurado Hernando.
Hernando ha terminado su intervención asegurando que la educación para el desarrollo –uno de los dos ámbitos de trabajo de Manos Unidas– «es imprescindible si queremos que el mundo cambie, se construya de un modo más humano y justo, escuchando y poniendo en el centro tanto el grito de los pobres como el grito del planeta».
La Banda Municipal de Castelló celebrará un concierto solidario en benefició de Manos Unidas. Será el miércoles, día 6 de abril, a las 19:30 h. en el Auditori i Palau de Congressos de Castelló, bajo la dirección de D. Àngel Escutia.
63 Campaña contra el Hambre en Castellón
Cabe recordar que la campaña de este año se está llevando a cabo con el lema “Nuestra indiferencia los condena al olvido”.
Proyectos de Manos Unidas de Segorbe-Castellón:
Capacitación de jóvenes para su integración laboral en SENEGAL: Se trata de un proyecto que asume Manos Unidas de los arciprestazgos de Castellón, la Costa, Albocàsser, Pla de L’Arc y Llucena. En la actualidad existe un centro de bachillerato técnico donde se forma a los jóvenes en estructuras metálicas, electrónica, delineación, soldadura y mecánica. El proyecto que este año se impulsa consiste en aumentar el centro a 300 alumnos, para lo que se construirán cuatro aulas, una sala de informática y una sala de vigilancia. También se incluirá formación sobre la instalación de energía solar. El importe de este proyecto asciende a 86.569€.
Mejora de la economía en siete comunidades rurales en NICARAGUA: Se trata de un proyecto que asume Manos Unidas de los arciprestazgos de Almassora, Burriana, Nules, Onda, Segorbe, Jérica, La Vall d’Uixó y Vila-real. El proyecto consiste en la mejora de la economía de la población más vulnerable, para lo que se creará una cooperativa multisectorial y agroturística. El objetivo es rescatar actividades indígenas de producción y consumo de alimentos locales, así como diversificar las actividades económicas y potenciar el comercio justo. El importe del proyecto asciende a 75.607€.
El pasado viernes día 11 de febrero, día del ayuno voluntario, los alumnos y profesorado del Colegio FEC Madre Vedruna Sagrado Corazón (Carmelitas) compartieron con los más desfavorecidos un almuerzo solidario, consistente en comprar unas rosquilletas cuyos beneficios irán destinados a los proyectos que durante este año realizará Manos Unidas – Castellón.
Además, el alumnado colaboró con los sobres de la Campaña contra el Hambre que la ONG de desarrollo de la Iglesia Católica está llevando a cabo este año bajo el lema “Nuestra indiferencia los condena al olvido”.
El día anterior los alumnos tuvieron unas charlas de sensibilización, donde voluntarias del servicio educativo informaron a los alumnos sobre la Campaña, así como de las grandes necesidades que sufren tantas personas en el mundo y que tendemos a olvidar en nuestra sociedad de confort. También realizaron tutorías de sensibilización por parte de los tutores.
Cada mes de febrero, Manos Unidas presenta su campaña anual contra el hambre y la pobreza en el llamado tercer mundo, es decir entre los más desfavorecidos de la tierra. Ya desde 1959 esta Asociación de la Iglesia Católica en España trabaja contra el hambre en el mundo en sus más distintas manifestaciones: el hambre de pan, de cultura y de Dios. Desde entonces, viene escribiendo una rica historia de solidaridad y caridad cristianas con los hambrientos y empobrecidos de la tierra. Durante todo el año, pero sobre todo en la estos días de febrero, Manos Unidas no cesa de denunciar el drama humano de los más pobres y de los excluidos de la tierra, de tocar nuestras conciencias ante el escándalo del hambre y la pobreza en el mundo.
La Campaña 2022, presentada el día 11 en nuestra Diócesis, tendrá su momento central en todas la Eucaristías de este fin de semana, sábado 13 y domingo 14 de febrero. En todas las parroquias e iglesias abiertas al culto pediremos a Dios por las intenciones de Manos Unidas y realizaremos la colecta para contribuir en sus proyectos para acabar con el hambre en el mundo. Redoblemos, si cabe, nuestra generosidad, a pesar del tiempo de pandemia y de las estrecheces económicas a causa de la crisis laboral y empresarial, derivadas de la crisis sanitaria.
El lema elegido para es este año reza: “Nuestra indiferencia los condena al olvido”. Está inspirado en unas palabras del Papa Francisco con motivo de la primera Jornada mundial de los pobres, en las que califica la indiferencia como el mayor pecado de omisión contra los pobres. Cuando una persona y hermano pasa necesidad, la indiferencia, el mirar para otro lado, el pensar que a mí no me concierne o que no es nuestro problema, es un pecado de omisión. El mismo Papa indica que la indiferencia mata. “Para aniquilar a un hombre basta ignorarlo. La indiferencia mata. Es como decir a la otra persona: ‘Tú estás muerto para mí’, porque tú lo has matado en tu corazón. No amar es el primer paso para matar; y no matar es el primer paso para amar” (Audiencia de 17.10.2018). Cuando nuestra mirada solo gira alrededor de nosotros mismos y de nuestras necesidades, nos hacemos indiferentes a las de los demás. Y la noche cae en nuestro corazón. Comenzamos a quejarnos de todo, y a sentirnos víctimas de los otros, de las estructuras y de la sociedad. Hoy parece que esta noche ha caído sobre muchos, que exigen sólo para sí mismos y se desinteresan de los demás.
Desde hace dos años el mundo entero está golpeado por la pandemia de la Covid-19, que ha cambiado nuestra forma de vida. El coronavirus no solo ha puesto en jaque la salud, la economía y tantas otras dimensiones de la vida, sino que además ha agravado la desigualdad y el número de personas con hambre aguda en el planeta. Hemos centrado los esfuerzos en la superación de la crisis sanitaria y otras crisis añadidas entre nosotros, en nuestro país; pero con frecuencia olvidamos a los más desfavorecidos en otros países y sin medios. La actual crisis social y sanitaria, empujará a otros 500 millones de personas a la pobreza. Y, si no hacemos algo urgente, el hambre podría alcanzar a más de mil millones de personas en los próximos años.
Pero más importante aún es que estas cifras esconden millones de rostros de seres humanos. Con nuestros comportamientos y actitudes egoístas, con nuestro olvido e indiferencia los condenamos y marginamos. No podemos seguir ignorando esta dura realidad de millones de personas en el mundo. Cada día se están volviendo más invisibles y más olvidados a causa de nuestra indiferencia.
Hoy damos gracias a Dios por el don que supone Manos Unidas para nuestra Iglesia diocesana y para nuestra sociedad en favor de los más pobres y en la lucha contra el hambre y la pobreza en el mundo. De modo especial le agradecemos su llamada en esta Campaña a superar nuestra indiferencia ante los más desfavorecidos de la tierra. Es un fuerte aldabonazo a nuestras conciencias, a nuestra comunidad diocesana, a la sociedad y a nuestros gobiernos. Agradecemos también el trabajo entregado de tantas personas voluntarias, sobre todo mujeres, en toda España y en nuestra Iglesia diocesana y la aportación generosa de tantos y tantos a lo largo de los años. Es cierto que se ha hecho mucho. Pero aún queda mucho por hacer.
Apoyemos a Manos Unidas, acojamos su llamada y seamos generosos en la colecta de estos días. No seamos indiferentes ante los más desfavorecidos. No los olvidemos. Hay millones de personas que están mucho peor que nosotros.
Este mediodía se ha celebrado la Eucaristía de lanzamiento de la Campaña contra el Hambre de Manos Unidas de Segorbe-Castellón. Ha tenido lugar en la Concatedral de Santa María, en Castellón, y ha estado presidida por el Obispo, D. Casimiro López Llorente. En la misma han participado, junto a la Presidenta, Dña. Amparo Faulí, numerosos socios y voluntarios de esta Asociación de la Iglesia Católica para la ayuda, promoción y desarrollo del tercer mundo. La parte musical ha corrido a cargo del organista titular de la Concatedral, D. Augusto Belau.
A la luz de la palabra proclamada, el Obispo, durante la homilía quiso hacer visible el rostro de la pobreza ante el que muchas veces nos mostramos indiferentes, poniendo así el acento en el lema de la campaña de este año que, precisamente, lo que pretende es avivar conciencias para que seamos conscientes de una realidad que, tras la pandemia, se ha agravado incrementándose el número de personas que pasan hambre. Las cifras, dijo D. Casimiro, tienen rostro humano y no podemos permitirnos que, con la indiferencia, los dejemos en el olvido.
La pandemia del coronavirus ha agravado la desigualdad, y el número de personas con hambre se duplicará y, aunque estas cifras esconden rostros de seres humanos, apenas tenemos tiempo de detenernos en ellas para tenerlos presentes. Con el lema «Nuestra indiferencia los condena al olvido», Manos Unidas quiere alzar la voz ante la creciente indiferencia que se está instaurando en el mundo.
La actitud indiferente ante la pobreza de muchos fue algo que ya advirtió el Papa Francisco: «La omisión es también el mayor pecado contra los pobres». La indiferencia, decía el Santo Padre, es mirar a otro lado cuando el hermano pasa necesidad sin hacer nada. Esa indiferencia ante la pobreza es, precisamente, lo que quiere poner de relieve en esta campaña Manos Unidas para avivar conciencias, tal como ha destacado su presidenta en la celebración de hoy.
«
La campaña de este año, así como los proyectos que se van a asumir desde nuestra Diócesis, se presentarán oficialmente este lunes, 7 de febrero a las 19 horas en el Menador a cargo de Dña. Amparo Faulí, Presidenta – Delegada de Manos Unidas en Castellón. Además, participarán como invitados de honor Dña. Raquel Agost codirectora del Máster de Cooperación al Desarrollo del Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local de la Universitat Jaume I de Castellón, y D. Eduardo García, sacerdote y misionero durante 8 años en Burkina Faso.
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