Conferencia de Clara Pardo, Presidenta Nacional de Manos Unidas
Ayer, el hotel Intur de Castellón acogió la rueda de prensa y la conferencia de Clara Pardo, Presidenta Nacional de Manos Unidas, que con motivo de la próxima celebración del Día Internacional de la Mujer llevaba por título “Otro mundo es posible. El compromiso de las mujeres de Manos Unidas”.
Las mujeres de Manos Unidas
«Este año, todos los que formamos Manos Unidas recordamos que hace 60 años un grupo de mujeres de Acción Católica, partiendo del manifiesto de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC), decidió declarar la guerra al hambre», decía Pardo.
«Durante 61 años, esta organización formada principalmente por mujeres valientes, hemos mantenido ese espíritu de lucha contra el hambre, contra la injusticia y contra el dolor, en un mundo de abundancia, intentando con nuestro esfuerzo compensar las desigualdades en el mundo. Un camino que no hubiera sido posible sin el apoyo de socios, voluntarios y colaboradores» añadía.
Los objetivos siguen siendo los mismos
La asociación de la Iglesia Católica en España tiene 5.000 voluntarios y más de 70.000 socios que ayudan a mejorar la situación de hambre, de sanidad y de educación de más de 1,5 millones de personas en todo el mundo.
«Es triste que los objetivos sigan siendo los mismos 60 años después, pues sigue habiendo 821 millones de personas que pasan hambre en el mundo, y si todos nos paráramos a pensarlo seríamos mucho más eficaces en esta lucha», ha defendido.
«Nuestras fundadoras siempre decían que “la única batalla que no se puede ganar es la que damos por perdida”, hay gente y alimentos suficientes para acabar con el hambre, pero lo que no hay es espíritu y voluntad suficiente para ello», ha explicado.
Mujeres en guerra contra el hambre
Según la presidenta, «nuestros proyectos no tienen ningún tipo de discriminación, ni por sexo, ni por raza ni por religión, pero sí que es cierto que, desde nuestra experiencia, cuando involucras a una mujer tienes una mayor garantía de éxito, pues cuando una mujer se involucra se involucra toda una familia».
Un ejemplo de ello son las mujeres emprendedoras de África, que crean fondos de microcréditos para ayudar a garantizar la alimentación de sus familias, pues necesitan mejorar sus procesos productivos y de gestión. «Las monjas con las que trabajamos y que atienden a estas mujeres dicen que “las mujeres solo piden el futuro que ellas no han tenido”», añadía.
Segorbe-Castellón
Nuestra diócesis, ha explicado, «es una gran diócesis que aporta mucho, por ejemplo gracias a las cenas del hambre, una forma muy buena de recaudar y de sensibilizar». «La de aquí es una delegación que tiene un equipo de voluntarios muy importante, y gracias a ellos podemos llegar a mucha gente».
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