El Obispo ordenará presbítero a Servilien Ndagijimana el sábado
El sábado próximo, 6 de octubre, Mons. Casimiro López Llorente ordenará sacerdote a Servilien Ndagijimana. En julio fue ordenado diácono en Los Santos Juanes de Almenara, donde ha servido pastoralmente. Este viernes la parroquia organiza una vigilia de oración a las 18h por él, y el domingo celebrará la Primera Misa a las 11h. A partir de ahora quiere ser un presbítero humilde y sincero, que lleva en su corazón la oración, la Eucaristía, los jóvenes y los pobres.
¿Cómo ha sido su camino desde la ordenación diaconal el 7 de julio?
Fue un paso importante porque me di cuenta de que el servicio que ofrecía a la comunidad cristiana como acólito no era suficiente. Los fieles necesitan alguien que administre los sacramentos. Durante estos meses administrando el bautismo o oficiando funerales, uno descubre que el ser humano necesita realmente de Dios y que se necesitan ministros que sirvan de puente entre Dios y su pueblo.
Con la ordenación sacerdotal también podrá celebrar la Eucaristía.
La Eucaristía es fuente y culmen de la vida cristiana. Ser sacerdote me llevará a alimentar al Pueblo de Dios del alimento que necesita para ser verdaderos seguidores de Cristo, porque con la Eucaristía el cristiano se convierte en lo que come.
¿Cómo puede participar a construir comunidades vivas y evangelizadoras siendo presbítero?
Desde la humildad y la sinceridad. “Con vosotros soy cristiano, para vosotros soy pastor”. Esta frase de San Agustín me servirá de línea de conducta. Por eso debo ser un sacerdote humilde, cercano, que intenta llevar una vida congruente con mi fe para dar testimonio de Cristo resucitado. Y al mismo tiempo llevar este Cristo a los hombres, y que ellos puedan encontrarse con Cristo a través de mis obras, de mis palabras, de lo que soy.
Como sacerdote, ¿qué es lo que anima su corazón?
Cuatro cosas son muy importantes para mi: volver a la oración, celebrar la liturgia como se debe, la pastoral juvenil y el servicio de la caridad para con los necesitados.
Es de Ruanda, y ahora ejercitará su ministerio en la Diócesis de Segorbe-Castellón. ¿Qué decir a esta iglesia que lo acoge y a la que servirá?
A través de mi vida sacerdotal se manifestará la catolicidad de la Iglesia, id est, su universalidad. Por tanto es una ocasión para seguir abriendo las puertas a tantas vocaciones que pueden venir de cualquier lugar del mundo.
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