La Renovación Carismática cumple 50 años con ímpetu misionero
La Renovación Carismática cumple 50 años del inicio esta corriente de gracia en la Iglesia Católica. En el Circo Máximo de Roma se reunieron en la vigilia de Pentecostés cien mil personas de todo el mundo con el Papa. En el Seminario Mater Dei, por tercer año consecutivo, celebraban juntos la venida del Espíritu Santo los grupos y comunidades carismáticos de la Diócesis.
Francisco afirmaba que “hemos venido a pedir que el Espíritu Santo venga sobre nosotros para predicarlo en las calles del mundo”. En Castellón, D. Antonio Caja, párroco de San Francisco y muy comprometido en la nueva evangelización, explicaba las claves para ser discípulos-misioneros.
Según el ponente, el primer paso es el encuentro personal con Cristo. Solo desde aquí, afirmaba ante unas 130 personas, es posible integrar la formación. A continuación es necesario celebrar la fe en comunidades vivas y acogedoras, conformar con Cristo todos los ámbitos de la vida personal, y finalmente ir a anunciar a Jesucristo al mundod e hoy: “Ser misioneros es el cambio más radical que hizo Pentecostés en los apóstoles”.
El encuentro comenzó con un tiempo de oración de alabanza. Tras la conferencia, se dieron testimonios y los participantes tuvieron un tiempo de adoración e intercesión ante el Santísimo. Se concluyó con la Eucaristía de vigilia de Pentecostés, durante la cual se pidió una nueva efusión del Espíritu Santo sobre cada uno. Los organizadores eran los grupos de la Renovación Carismática Católica, la Renovación Carismática en el Espíritu, la Comunidad Siervos de Cristo Vivo, y la Comunidad de las Bienaventuranzas.
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