Causas de los Santos celebra en Roma el Congreso Martirio y ofrenda de la vida
Del 11 al 14 de noviembre, se celebró en Roma el Congreso anual organizado por el Dicasterio para las Causas de los Santos bajo el lema “No hay amor más grande. Martirio y ofrenda de la vida”. En el evento, que tuvo lugar en el Instituto Patrístico Agustiniano, se reunió a cerca de cuatrocientos participantes de todo el mundo, incluidos D. Recaredo Salvador, Delegado Diocesano para las Causas de los Santos de Segorbe-Castellón, y su colaborador Jorge Andreu.
Durante el Congreso, se profundizó en el martirio como una de las formas más profundas de entrega y testimonio de fe, señalando que el siglo XX ha sido el que ha registrado el mayor número de mártires en la historia de la Iglesia, abarcando Europa, América y África. En sus palabras iniciales, el Cardenal Semeraro invitó a reflexionar sobre los caminos de santidad, destacando que el martirio y la ofrenda de la vida son expresiones heroicas del amor cristiano, siguiendo el ejemplo de Cristo.
Además, se abordó el ecumenismo de la sangre, subrayando cómo el sufrimiento común de los mártires de las diversas Iglesias cristianas puede convertirse en un punto de partida para la unidad, como enfatizó el Papa Francisco. Por otro lado, se dedicó una jornada a la reflexión sobre la ofrenda de la vida, con intervenciones de destacados académicos que discutieron tanto el aspecto teológico como la antropología contemporánea de este sacrificio.
El Congreso también fue una oportunidad para el intercambio de experiencias y el fortalecimiento de la colaboración entre los expertos en las Causas de los Santos. La jornada culminó con una audiencia con el Papa Francisco en la Sala Clementina, quien dirigió unas palabras de aliento y recordó que la santidad requiere no solo esfuerzo humano, sino ser transformados por el amor de Dios, capaz de llevarnos a un nivel de vida más humano y cristiano.
Este evento subraya la relevancia del martirio y el sacrificio en la Iglesia contemporánea y la necesidad de seguir el ejemplo de aquellos que, con su vida, han dado testimonio de su fe hasta el final.