Los jóvenes de hoy también pueden escuchar la voz del Señor y ser felices con la vocación a la que son llamados
Ayer, domingo día 9 de junio, la parroquia de San Miguel Arcángel de Castellón acogió una celebración, organizada por la Delegación diocesana para la Pastoral Vocacional, en la que los tres diáconos que serán ordenados este mes dieron su testimonio sobre la vocación y sobre cómo, gracias a ella, han visto en sus vidas el amor de Dios.
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Se trata de Álvaro González, formado en el Seminario diocesano Mater Dei; y Pablo Durán y José Salas, formados en el Seminario diocesano y misionero Redemptoris Mater; que recibirán el sacramento del orden sacerdotal en una ceremonia presidida por monseñor Casimiro López en la Santa Iglesia Concatedral de Santa María, Castellón, el día 22 de junio a las 11:00 h.
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El evento fue presentado por el Delegado diocesano para la Pastoral Vocacional, D. Ion Solozábal, y comenzó con la oración de las Vísperas y una catequesis que dio el párroco, D. Joaquín Tejedo, sobre la corona mistérica que hay en el ábside, y que gira en torno a los misterios de la vida de Cristo.
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Los que pudieron asistir tuvieron una oportunidad única y preciosa de escuchar las experiencias vocacionales de estos jóvenes diáconos, en las que se pudo constatar que, en un tiempo en el que parece que la voz de Dios parece haberse perdido, se sigue escuchando con fuerza.
“En mi vida ha parecido poco a poco el amor de Dios y me he sentido muy querido – concluyó su experiencia José Salas – El Señor lo hace todo nuevo, y estoy contentísimo”. Y animó a aquellos que tienen “alguna inclinación en el corazón y piensan que a lo mejor Dios les llama, que pongan esa inquietud a los pies de la Iglesia, porque Dios no defrauda”.
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Pablo Durán explicó que “el tiempo del Seminario ha sido un tiempo duro y largo en el que me he conocido, me han corregido y en el que el Señor me ha enseñado muchas cosas, a rezar, a tener intimidad con Él, a poder vivir con otros”. “Dios ha tenido mucha misericordia de mí y me ha dado una lección profunda de amor – concluyó- estoy muy contento y muy agradecido con la elección del Señor”, porque “no ha tenido en cuenta mis pecados y se ha fijado en mí, me ha demostrado que, a pesar de ser un desastre y de mi debilidad, Él me quiere y se hace fuerte”. Y animó a los jóvenes a levantar la mirada al cielo, “pídele al Señor que te conceda ver el amor que te tiene y conocer la vocación a la que te llama”.
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“Dios me ha prometido la vida eterna, y aquí en la tierra el ciento por uno – indicó Álvaro González – y eso en mi vida se está cumpliendo y por ello le doy muchas gracias”. “Yo solo puedo deciros que confiéis en Dios – dijo – porque igual que a mí me está haciendo muy feliz, y hoy doy testimonio de ello, con vosotros también quiere hacer lo mismo. Dejadle entrar en vuestra vida”.