Llucena celebra una muy participada fiesta de Sant Miquel de Les Torrocelles con la bendición de su restaurado retablo
Como cada segundo domingo de mayo los vecinos de Llucena celebraron su tradicional fiesta de Sant Miquel de Les Torrocelles. Un acto que tuvo lugar en el emblemático conjunto formado por el pequeño castillo y la ermita de época medieval y que revistió una inusual solemnidad con motivo de la bendición del recién restaurado retablo del altar de la ermita.
Una remodelación que se ha llevado a cabo bajo la dirección de la Delegación de Patrimonio Cultural de la Diócesis de Segorbe-Castellón y que ha contado con la profesionalidad de empresas como la constructora Colucons (para picar y reparar las zonas con humedades), la alcorina Conservart (en los trabajos de saneamiento, limpieza, policromado y decorado del retablo mayor) y la de Lucía Perete (en consolidación y saneado de las policromías de las paredes y la reintegración cromática de las decoraciones de 1924).
Aunque los trabajos se llevarán a cabo en varias fases, la primera de ellas sufragada por un vecino anónimo y también por la propia Junta de la ermita ha superado la cifra de 16.000 euros. Cabe destacar que el retablo gótico original de madera desapareció en la pasada guerra civil española.
Ahora se han recuperado también las figuras de los dos arcángeles faltantes, San Gabriel y San Rafael (imprimaciones digitales de las obras del artista Alonso Miguel de Tovar, de los siglos XVII-XVIII) que acompañan a la imagen del titular del lugar, Sant Miquel.
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Destacada Jornada
La jornada en honor al arcángel comenzó con la bendición de les fogassetes y de los términos. Inmediatamente, tuvo lugar la solemne eucaristía, con el acompañamiento del guitarrista Juan Bautista Valverde y la cantante Lucía Grao. Durante la homilía el cura encargado de Llucena, mosén Héctor Gozalbo, invitó a los fieles a mirar al arcángel “para luchar contra el mal de este mundo.
Y como San Miguel, poner al demonio bajo nuestros pies, para que en nuestra vida imperen el amor y la paz. El secreto está en nuestro interior porque desde dentro es desde donde han de brotar todos los sentimientos y virtudes que construyan un mundo mejor y más parecido al que Cristo nos enseña en el Evangelio”. Y concluyó: “pidamos a Sant Miquel que nos defienda y ayude en las luchas de cada día, en nuestras debilidades y obstáculos y en las adversidades y las asechanzas del mal”.
Tras la eucaristía intervino la restauradora Lucía Perete y el párroco procedió a la bendición del restaurado retablo. El alcalde David Monferrer y algunos miembros de la corporación municipal participaron también en los actos. Al final de la eucaristía se repartió una estampa recordatorio y también las tradicionales fogassetes.
Más de 350 personas participaron en una paella monumental de arroz con secreto, costillas y verduras patrocinada por el ayuntamiento. Para apuntarse a la comida los que se inscribían colaboraban con un donativo de 2 euros para ayudar en las reformas de la ermita. La jornada concluyó con un bureo a cargo del grupo folklórico “La Perla de la Muntanya”.