Tres seminaristas del Mater Dei reciben nuevos ministerios en la festividad de San José
Ayer, 19 de marzo, el Seminario Mater Dei acogió la celebración del rito de institución de ministerios, en la que José Javier Pérez y Samuel Medina fueron instituidos lectores, mientras que Juan Manuel García-Cervigón recibió el ministerio de acólito. Fue presidida por el Obispo, D. Casimiro López Llorente, en el marco de la festividad de San José y el Día del Seminario, que este año se celebra bajo el lema “Sembradores de Esperanza”.

José Javier Pérez, que cursa la Diplomatura en Moral Social, colabora pastoralmente en las parroquias de Borriol, mientras que Samuel Medina está realizando un Máster en Filosofía y Teología. Ambos, con la institución del ministerio del lectorado, asumen la misión de proclamar la Palabra de Dios en la liturgia y profundizar en su conocimiento a través del estudio y la oración.

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Por su parte, Juan Manuel García-Cervigón fue instituido acólito. Se encuentra en el último curso de Teología y reside en el Seminario La Inmaculada de Montcada. El ministerio del acolitado lo habilita para ayudar al diácono y al sacerdote en el altar, distribuir de manera extraordinaria la comunión y exponer el Santísimo para la adoración. Además, el acólito tiene la tarea de instruir a los fieles sobre la Eucaristía y su centralidad en la vida cristiana.
En su homilía, el Obispo destacó la figura de San José como modelo de discernimiento y obediencia ante los designios de Dios. Subrayó cómo José, en su humildad y discreción, vivió su vocación en la sencillez del hogar de Nazaret, cumpliendo su misión sin protagonismos. San José, recordó D. Casimiro, no solo fue custodio de María y Jesús, sino también de la Iglesia, tarea que continúa hoy en día a través de los seminaristas y futuros sacerdotes, llamados a custodiar el cuerpo místico de Cristo con fidelidad y amor.
El Obispo invitó a los seminaristas que recibieron los ministerios de lector y acólito a imitar a San José en su disponibilidad y disposición a servir a Dios y a la comunidad. Con especial énfasis en el ministerio eucarístico, instó al nuevo acólito a identificarse con el sacrificio de Cristo, quien vino a servir, no a ser servido, y a los lectores a proclamar la Palabra con escucha atenta y reverente, sabiendo que Cristo mismo está presente en cada palabra proclamada.
Sembradores de esperanza para el mundo
El Día del Seminario, que este año se enmarca en el Jubileo de la Esperanza, resalta la importancia de los sacerdotes como signos visibles de la presencia de Cristo en la sociedad. Su misión es sostener a las comunidades cristianas, acompañar a las personas en su camino de fe y ofrecer consuelo en medio de las dificultades.
El Papa Francisco, en su reciente encuentro con los seminaristas de nuestra Diócesis – junto a los de la provincia eclesiástica valentina en Roma – enfatizó la importancia de la oración, el servicio y la fraternidad en la vida sacerdotal. Subrayó que un sacerdote necesita una vida espiritual sólida para ejercer su ministerio con autenticidad y cercanía al pueblo de Dios.

El compromiso de toda la comunidad
El Día del Seminario es también una invitación a que toda la comunidad cristiana se involucre en la promoción vocacional. La familia, las parroquias y los educadores juegan un papel esencial en el discernimiento de los jóvenes que sienten la llamada de Dios. Además, el sostenimiento de los seminarios requiere del apoyo de todos los fieles, tanto en la oración como en la colaboración material.
Con la institución de estos ministerios, la Diócesis de Segorbe-Castellón sigue avanzando en su misión de formar pastores según el corazón de Cristo, verdaderos «sembradores de esperanza» para el mundo de hoy.
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