El encuentro diocesano de catequistas ha abordado este sábado, 23 de febrero, la catequesis adaptada a personas con discapacidad. Para ello se ha contado con la intervención de María de la Peña Madrid, responsable de este área en la subcomisión de catequesis de la Conferencia Episcopal Española. La ponente ha invitado a “vivir sin miedo a los retos” y promover itinerarios adaptados. El Obispo, en la bienvenida, ha afirmado que la Iglesia debe ser “profética” en la inclusión y defensa de la persona, en especial las que se encuentran en una situación de fragilidad.
En la Fiesta del Bautismo de Jesús, el día 13 de enero, revivimos su bautismo a orillas del río Jordán de manos de Juan Bautista. Este hecho se convierte en una solemne manifestación de su divinidad. “Y mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo en forma de paloma, y vino una voz del cielo: ‘Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco’” (Lc 3, 21-22). Es la voz de Dios-Padre que manifiesta que Jesús es su Hijo Unigénito, su amado y predilecto. Jesús es el enviado por Dios para liberar y salvar a su pueblo, para ser portador de justicia, de luz, de vida y de libertad. Jesús es el Cordero que toma sobre sí el pecado del mundo, el Mesías enviado para destruir el pecado y la muerte. Por su muerte redentora libera al hombre del dominio del pecado y le reconcilia con el Padre; por su resurrección salva al hombre de la muerte eterna y le hace victorioso sobre el Maligno.
En el Jordán se abre una nueva
era para toda la humanidad. Este hombre, aparentemente igual a todos los demás,
es Dios mismo, que viene para liberar del pecado y dar el poder de convertirse “en hijos de Dios, a los que
creen en su nombre; los cuales no nacieron de sangre, ni de deseo de hombre,
sino que nacieron de Dios” (Jn 1, 12-13). El bautismo de Jesús nos remite así al bautismo cristiano, a nuestro
propio bautismo. En la fuente bautismal, renacemos por el agua y por el
Espíritu Santo a la vida misma de Dios, que nos hace sus hijos en su Hijo
unigénito; su gracia transforma nuestra existencia, liberándola del pecado y de
la muerte eterna. El bautismo nos sumerge en su misterio pascual, en el
misterio de su muerte y en su resurrección, que nos lava de todo pecado y nos hace
renacer a una vida nueva: la vida misma de Dios. He aquí el prodigio que se
repite en cada bautismo. Como Jesús, el bautizado podrá dirigirse a Dios llamándole
con plena confianza: “Abba, Padre”. Sobre cada bautizado, adulto o niño, se
abre el cielo y Dios dice: este es mi hijo, hijo de mi complacencia. Los
bautizados entran así a formar parte de la gran familia de los hijos de Dios, la
Iglesia, y podrán vivir en plenitud su vocación a la santidad, a fin de poder
heredar la vida eterna.
Este es el gran don que Dios nos hace en el bautismo. No hay regalo mayor ni más precioso que podamos recibir o podamos hacer a nuestros hijos que el bautismo. La vida humana, que recibimos de Dios a través del amor de nuestros padres, es un gran regalo, pero tiene un final; la nueva vida del bautismo, por el contrario, no tiene fin: perdura para siempre, es eterna. Cuando los padres piden el bautismo para sus hijos con fe y convicción y no por mera tradición, manifiestan su fe, su gratitud y su alegría por ser hijos de Dios, por ser cristianos y por pertenecer a la Iglesia. Y, porque lo consideran un gran regalo para sí, lo quieren también para sus hijos. Otros padres bautizados, por desgracia, privan a sus hijos de este hermoso regalo, porque o no valoran el propio bautismo, han dejado de creer o se han alejado de la Iglesia.
El don de la nueva vida, recibida
en el bautismo, es como semilla llamada a germinar, crecer y desarrollarse para
dar frutos de santidad, de perfección en el amor y de vida eterna. Para ello,
este don debe ser acogido y vivido personalmente. Es un don de amistad que
implica un ‘sí’ al amigo e implica un ‘no’ a lo que no es compatible con esta
amistad. Dios quiere y espera nuestra respuesta libre; esta respuesta comienza
por nuestra fe, con la que, atraída por la gracia de Dios, nos fiamos de Dios y
confiamos en Él, nos adherimos de mente y de corazón a su Palabra, acogemos su
gracia en los sacramentos, le amamos con todo nuestro ser y seguimos sus
caminos. Todo bautizado, también los bautizados en la infancia en la fe de la
Iglesia, profesada por sus padres, al ser capaz de comprender, debe recorrer personal
y libremente este camino espiritual con la gracia de Dios, para que desarrolle el
don recibido en el bautismo.
Nuestros niños bautizados necesitan que padres y padrinos, y toda la
comunidad cristiana les ayudemos a vivir su bautismo. La riqueza de la
nueva vida bautismal es tan grande que pide de todo bautizado una única tarea: Caminar
según el Espíritu (cf. Ga 5, 16), es decir, a encontrarse personalmente con
Jesús para vivir unidos a Él y obrar constantemente en el amor a Dios haciendo
el bien a todos como Jesús.
El lunes pasado, 17 de diciembre, se concluyó el primer módulo del Curso Básico de formación de catequistas organizado por la Delegación Diocesana en Santa María de Castellón. Las sesiones comenzaron en noviembre, y la valoración de los participantes ha sido muy positiva. Han asistido 70 personas de 21 parroquias de diversas poblaciones de la Diócesis. Carlos Asensi, delegado diocesano, adelanta que ya se está trabajando para repetirlo en Segorbe en el primer trimestre del 2019.
El viernes pasado, 30 de noviembre, los catequistas de la parroquia del Cristo del Carbonaire, en la Vall d’Uixó, se encontraron. Pero no solo los de ahora. Asistieron cerca de 100 personas en un homenaje a los que durante los 50 años de historia de la parroquia han dedicado tiempo y esfuerzos a la transmisión de la fe. El Delegado diocesano, Carlos Asensi, expuso la importancia de la catequesis en la vida de la parroquia y dio gracias por el trabajo realizado, al tiempo que animaba a continuar en la tarea de evangelización.
El lunes 5 de noviembre un total de 64 personas asistieron a la sesión inaugural del Curso de Formación para Catequistas, que se celebra en la Concatedral y que finalizará el 17 de diciembre.
Carlos Asensi, delegado diocesano de Catequesis, ha destacado la buena respuesta de esta jornada y aspira a que «poco a poco se convierta en ese curso básico para los que se inician en esta apasionante aventura».
Después de la homilía, Mons. Casimiro López Llorente preguntó a los catequistas y profesores de religión y moral católica reunidos en la iglesia jubilar de San Vicente Ferrer en Castellón: “¿Aceptáis la misión de ser catequistas y profesores de religión, sirviendo a la Iglesia en su tarea evangelizadora?. Todos respondieron positivamente e hicieron profesión de la fe católica. Ayer, 23 de octubre, se celebró la misa de envío de catequistas y entrega de la Missio canonica de los profesores.
El Obispo insistió en que la tarea de unos y otros es llevar los jóvenes a una experiencia de Dios: “Vuestros ámbitos son distintos, pero todos participáis del ámbito unitario de la iniciación cristiana. Cuidad que sea un proceso sin rupturas, de conversión y encuentro con el Señor para que cambie la mente y el corazón y se adhieran al mensaje del Evangelio. Cooperáis a que se vayan generando verdaderos cristianos, es decir, discípulos-misioneros miembros de una Iglesia viva”.
Mañana, 23 de octubre, el Obispo de la Diócesis, Mons. Casimiro López Llorente, entregará la Missio canónica a profesores y catequistas en una celebración en la Parroquia San Vicente de Castellón, a las 19h.
En esta celebración, D. Casimiro López enviará a los catequistas y profesores de religión a la «misión de anunciar la Buena Noticia» y gracias a ella, estos podrán adquirir una conciencia más viva de esta condición de «enviados por Cristo y por su Iglesia» al mundo escolar. Además, el Sr. Obispo agradece a los educadores y catequistas la tarea de evangelizar a los niños e inculcarles «el conocimiento de Dios, de Jesucristo y de su Evangelio».
El viernes pasado se confirmaron catorce jóvenes de las parroquias de Santa María y San Pedro de Segorbe. La eucaristía se celebró en la S.I. Catedral y estuvo presidida por el Obispo. Mons. Casimiro López Llorente animó a los confirmandos a “profundizar la fe que recibimos del Bautismo”, y pidió que el Espíritu Santo les haga “fuertes para vivir la fe en el mundo que os toca”.
El fin de semana pasado se celebró el II Congreso Internacional de Catequesis en Roma, organizado por el Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización. Carlos Asensi, Delegado Diocesano, participó junto con 1.500 representantes de 48 países. El lema, siguiendo las partes del Catecismo de la Iglesia Católica, ha sido “El catequista, testigo del misterio”. Según Asensi, “todo el congreso ha reforzado mucho nuestro Plan de Pastoral” y sus prioridades: el anuncio, el catecumenado o la celebración que este curso centra la prioridad alrededor de la Eucaristía.
Esta web utiliza 'cookies' propias y de terceros para ofrecerte una mejor experiencia y servicio. Pulsando en "aceptar" consientes el uso de todas las cookies, pero puedes cambiar la configuración de 'cookies' en cualquier momento.
Como la mayoría de los servicios en línea, nuestro sitio web utiliza cookies propias y de terceros para varios propósitos. Las cookies de origen son principalmente necesarias para que el sitio web funcione correctamente y no recopilan ninguno de sus datos de identificación personal.
Las cookies de terceros utilizadas en nuestros sitios web se utilizan principalmente para comprender cómo funciona el sitio web, cómo interactúa con nuestro sitio web, mantener nuestros servicios seguros, proporcionar anuncios que sean relevantes para usted y, en general, brindarle una mejor y mejor experiencia del usuario y ayudar a acelerar sus interacciones futuras con nuestro sitio web.
Cookies Necesarias
Algunas cookies son esenciales para que pueda experimentar la funcionalidad completa de nuestro sitio. Nos permiten mantener las sesiones de los usuarios y prevenir cualquier amenaza a la seguridad. No recopilan ni almacenan ninguna información personal. Por ejemplo, estas cookies le permiten iniciar sesión en su cuenta y agregar productos a su carrito y pagar de forma segura.
Respetamos completamente si desea rechazar las cookies, pero para evitar preguntarle una y otra vez, permítanos almacenar una cookie para eso. Puede optar por no participar en cualquier momento u optar por otras cookies para obtener una mejor experiencia. Si rechaza las cookies, eliminaremos todas las cookies establecidas en nuestro dominio.
Le proporcionamos una lista de las cookies almacenadas en su computadora en nuestro dominio para que pueda verificar lo que almacenamos. Por razones de seguridad, no podemos mostrar ni modificar cookies de otros dominios. Puede comprobarlos en la configuración de seguridad de su navegador.
Cookies para Google Analytics
Estas cookies almacenan información como el número de visitantes al sitio web, el número de visitantes únicos, qué páginas del sitio web se han visitado, la fuente de la visita, etc. Estos datos nos ayudan a comprender y analizar qué tan bien funciona el sitio web y donde necesita mejorar.
Si no desea que rastreemos su visita a nuestro sitio, puede deshabilitar el rastreo en su navegador aquí:
Otros servicios externos
También utilizamos diferentes servicios externos como Google Webfonts, Google Maps y proveedores de video externos. Dado que estos proveedores pueden recopilar datos personales como su dirección IP, le permitimos bloquearlos aquí. Tenga en cuenta que esto podría reducir considerablemente la funcionalidad y la apariencia de nuestro sitio. Los cambios entrarán en vigor una vez que vuelva a cargar la página.
Google Webfont:
Google Maps:
Google reCaptcha:
Vimeo and Youtube videosembeds:
Política de Privacidad
Puede leer sobre nuestras cookies y la configuración de privacidad en detalle en nuestra Página de Política de Privacidad.