Noviembre: mes de todos los santos y difuntos
Queridos diocesanos
En la fiesta de Todos los Santos, el día 1 de noviembre, recordamos a esa muchedumbre innumerable de hombres y mujeres de todo tiempo y nación, edad, estado y condición –laicos, matrimonios, religiosos y consagrados a Dios y pastores- que han alcanzado la santidad como regalo y gracia de Dios. Ellos acogieron con humildad y generosidad el amor y la vida de Dios en su vida terrena. De la mayoría no conocemos su nombre, porque no han sido canonizados por la Iglesia, es decir, no han sido reconocidos como santos ni propuestos a todos los fieles como ejemplos de santidad y vida cristiana. Pero por la fe sabemos que gozan ya para siempre del amor y la gloria de Dios. A todos los une haber encarnado en su existencia terrenal las bienaventuranzas con la ayuda y el impulso del Espíritu Santo. Todos ellos viven ya con Dios, gozando de Él e intercediendo por nosotros. Ellos son para nosotros referentes de vida cristiana y ejemplo de santidad; a ellos nos encomendamos continuamente en nuestro camino hacia el cielo, nuestra verdadera meta. Hemos sido creados para el cielo, es decir para estar con Dios gozando de su amor para siempre, sin posibilidad de perderlo nunca jamás. El cielo es la situación en que amaremos con todo nuestro ser a Dios y a los hermanos. Leer más