Más de sesenta personas participaron, el pasado fin de semana, en el retiro de Adviento organizado por la Comunidad de las Bienaventuranzas en el Desierto de las Palmas. Centrado en la pobreza espiritual, estuvo dirigido por el P. Jacques Philippe, que presentó esta actitud esencial en la madurez cristiana y su proceso.
Éste consiste en reconocerse pobre, pedir ayuda a Dios por la oración, el tiempo de espera y, finalmente, el tiempo de consolación. De este modo el cristiano puede tener una relación auténtica, real, libre y confiada con Dios, con uno mismo, con los otros y con la realidad de la vida.
El próximo retiro con el P. Jacques Philippe será del 6 al 8 de diciembre del 2024, coincidiendo con el 20º aniversario de presencia de la Comunidad de las Bienaventuranzas en la Diócesis de Segorbe-Castellón.
La parroquia de San José Obrero de Castellón acogió, el sábado pasado, la profesión de votos solemnes de Fray Johnny Alberto Chacón, de la Orden de la Merced.
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La celebración estuvo presidida por José Juan Galve Ardid, Padre Provincial. Concelebró el P. Cristian, D. José Luis Valdés, varios miembros de la Orden de la Provincia de Aragón, y el arzobispo electo de Pamplona y obispo de Tudela, D. Florencio Roselló.
La Editorial EDICE ha publicado el catecismo de adultos: «Buscad al Señor», que fue aprobado por la Asamblea Plenaria de noviembre de 2022. Desde el secretariado de la Comisión Episcopal para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado presentan este nuevo Catecismo, enfocado al catecumenado y la reiniciación cristiana de adultos. Con su publicación, la CEE completa la edición de sus documentos de la fe.
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La Conferencia Episcopal Española ofrece a la Iglesia de España un nuevo documento de fe. Se trata del Catecismo para Adultos llamado “Buscad al Señor”. De esta manera culmina con este Catecismo la respuesta de los obispos españoles a la petición de san Juan Pablo II en la constitución apostólica Fidei Depositum, donde pedía que cada Conferencia Episcopal pudiese hacer llegar a todos, pequeños y mayores, el contenido del Catecismo de la Iglesia Católica, teniendo en cuenta las diversas situaciones y culturas. Así, los Catecismos publicados, y que están siendo utilizados en las comunidades cristianas de nuestro país, son Mi encuentro con el Señor, para el despertar la fe de los más pequeños con sus familias; Jesús es el Señor, para la infancia; Testigos del Señor, para la catequesis con adolescentes y jóvenes; y, ahora, Buscad al Señor, para los adultos.
“Buscad al Señor” es un documento que contiene la fe de la Iglesia que se transmite en la catequesis de iniciación cristiana con adultos, con el fin de que sea acogida en sus corazones y les ayude en su proceso espiritual hasta madurar la fe y la conversión. Este Catecismo no contiene una letra muerta del pasado, sino la experiencia de la fe de la Iglesia que se entrega al catecúmeno o catequizando para que, una vez que se haya encontrado con el Señor, pueda acogerla, iluminar su vida y dar una respuesta a Jesucristo. Así, el Espíritu Santo va a edificar un cristiano por la catequesis y la celebración litúrgica, apoyado en el Catecismo “Buscad al Señor”.
¿Por qué ahora este Catecismo?
Sin duda que los destinatarios adultos de nuestras catequesis no tienen la misma mentalidad que los que vivieron en décadas precedentes, el contexto en el que viven es nuevo, la realidad social y cultural de la que participan les pide una respuesta sencilla y clara a los planteamientos de siempre, a sus dudas e inquietudes. Por tanto, este nuevo catecismo busca ayudar en el proceso de iniciación cristiana a aquellos que, habiéndose encontrado con Cristo, le aman, quieren seguirle, conocerle e imitarle, desean aprender a ser cristianos guiados por la madre Iglesia presente en cada comunidad cristiana. “Buscad al Señor” es un nuevo Catecismo para un nuevo tiempo, que responde a las necesidades del hombre y la mujer del hoy, con el lenguaje que entienden.
¿Quiénes son sus destinatarios?
La catequesis con adultos, al servicio de la cual nace este catecismo, tiene dos destinatarios fundamentales. Por una parte, aquellos que realizan el catecumenado bautismal, es decir, los que se están iniciando como discípulos de Cristo para recibir los sacramentos de la iniciación cristiana. Por otra parte, los que ya están bautizados y ahora desean revitalizar su fe, bien porque la necesitan afianzar y madurar, bien porque se alejaron de Cristo y de la Iglesia, y desean volver a la vida cristiana. En el subtitulo del Catecismo se señala abiertamente quienes son sus destinatarios: “Catecismo para el catecumenado de adultos y para la revitalización de la vida cristiana”.
¿Cuáles son los elementos que quiere tener en cuenta?
Este documento de fe responde a las preguntas e interrogantes fundamentales, dudas… del hombre y la mujer de nuestro tiempo. Al mismo tiempo, ofrece los fundamentos de lo que cree, celebra, vive y ora un cristiano, para que el catecúmeno o catequizando se introduzca en el Misterio de Cristo y consolide su respuesta.
Las dos columnas en las que se asienta, siguiendo el proceso de iniciación cristiana de adulto que el RICA (Ritual de Iniciación Cristiana de Adultos) indica son la catequesis y la liturgia. Ambas llevan de la mano de manera complementaria a la oración, a la vida de la gracia, al diálogo con la cultura, con la ciencia, con el mundo en el que el iniciando vive y desarrolla su existencia. Quiere “Buscad al Señor” ayudar a poner los fundamentos de la vida cristiana a quien se está construyendo como discípulo de Cristo, para que aprenda a ser cristiano en el mundo en el que les ha tocado vivir, se introduzca en la comunidad de fe y sean discípulos misioneros en los ambientes.
El Catecismo que presentamos quiere, ante todo, ayudar al catequista en la catequesis para que acompañe el proceso de iniciación cristiana de los adultos. Para ello contará, junto al Catecismo, con una guía para la catequesis y una carpeta con las celebraciones que se han de realizar a lo largo del proceso iniciático. El Catecismo es para la catequesis y para que el catequista, por medio de él, pueda anunciar la fe de la Iglesia. Por tanto, Catecismo, guía y celebraciones forman un todo unitario para el servicio de la transmisión de la fe.
Un Catecismo para una nueva catequesis
La catequesis no es una acción puntual, es decir, no pretende anunciar de modo deshilvanado un conjunto de temas en unas sesiones más o menos extensas en el tiempo. La catequesis es un proceso, un camino a recorrer con la gracia de Dios. Este proceso requiere una catequesis narrada por un discípulo de Cristo que anuncie la doctrina desde su propia experiencia de fe vivida en la Iglesia; unas celebraciones que vertebren dicho itinerario y en las que la gracia divina se haga presente por medio de ellas. Lo que se anuncia en la catequesis se hace palpable por la liturgia que concede la gracia del Señor. De modo complementario la catequesis y la liturgia, como venimos diciendo, van haciendo crecer al catecumenado o catequizando.
Sigue el Catecismo el modelo del proceso del RICA
El modelo del proceso catequético que está presente en el Catecismo “Buscad al Señor” es el señalado en el Ritual para la Iniciación Cristiana de Adultos (RICA). El RICA es, además de un Ritual, un documento en el que se indican las acciones catequéticas y pastorales que se han de llevar a cabo con aquellos que realizan su iniciación cristiana. El RICA sirve de guía para la acción catequética y litúrgica del itinerario de iniciación cristiana de adultos.
El catecismo Buscad al Señor sigue paso a paso las indicaciones de este Ritual, es más, está estructurando según sus orientaciones. Hay cuatro etapas en su recorrido, jalonado por tres ritos significativos, llamados grados, que concluyen una etapa y abren las puertas para la siguiente.
Siguiendo “Buscad al Señor” y el recorrido procesual del RICA estas son las etapas y las celebraciones que encontramos en el Catecismo y en el discurrir de sus temas:
Primera etapa: el precatecumenado
La primera etapa que termina con el Rito de entrada en el catecumenado, es el precatecumenado. Después que la persona se ha encontrado con Jesucristo por medio del testimonio y de la palabra de otro cristiano, nace una simpatía por el Evangelio y por la vida cristiana. En esta etapa el simpatizante es acompañado por la Iglesia por medio de unas catequesis en las que se realiza la evangelización del kerigma de la fe, de los elementos básicos y nucleares, con el fin de que la persona conozca los rudimentos de la fe, de los primeros pasos en el conocimiento de la comunidad cristiana y descubra si ese es el camino que quiere emprender de fe y conversión para responder a sus interrogantes y encontrar un sentido a la vida. Es un tiempo muy necesario que nunca se debe omitir. Sin él, y sin haber alcanzado sus objetivos, no se debe pasar a la siguiente etapa. Aquí se le darán las primeras oraciones. Experimentaran de manera reiterativa el encuentro con Jesucristo.
Segunda etapa: el catecumenado
Le sigue la etapa del catecumenado, larga en el tiempo, que busca consolidar la fe y la conversión. Es el tiempo para el anuncio del contenido de la fe de modo sistemático, íntegro y orgánico. La narración de las verdades doctrinales, el acompañamiento personal, la celebración y el aprendizaje práctico de la vida de un cristiano irá dando la forma de Cristo al catecúmeno o catequizando. Son propias de esta etapa las celebraciones de la Palabra, los exorcismos menores y las bendiciones. Culmina este tiempo con el Rito de elección o de inscripción del nombre. Dios elige por medio de la Iglesia a estos para los sacramentos de la iniciación cristiana.
Tercera etapa: purificación o iluminación
El Rito de elección o de inscripción del nombre da paso a la tercera etapa del proceso, la purificación e iluminación. Un tiempo que coincide con la cuaresma y las catequesis doctrinales se convierten en catequesis espirituales. Es una etapa para la preparación espiritual al bautismo o a la renovación del mismo. Hay que purificarse del pecado y dejarse iluminar por la Palabra del Señor. Se realizan los escrutinios y las entregas. Es un momento significativo para la profundización espiritual guiados por el acompañamiento personal. Termina esta etapa con la celebración la noche de la Pascua de los sacramentos del Bautismo, Confirmación y Eucaristía, o la renovación de ellos en el caso que los catequizandos los hubieran recibido ya previamente.
Cuarta etapa: la mistagogía
La cuarta etapa es la mistagogía. Ahora las catequesis explanan o explican los ritos y su significación espiritual para quienes los han recibido. Es el tiempo para la integración en la comunidad cristiana, estableciendo lazos afectivos con todos sus miembros. Es el momento para el ejercicio de la caridad. Los cincuenta días de la Pascua, o si se ve oportuno alargarlo por el bien de los miembros del grupo, darán una nueva visión de la vida cristiana, de su práctica y, especialmente, de los sacramentos. La catequesis debe tener siempre un aspecto mistagógico.
Cada tema de “Buscad al Señor”
Cada tema del Catecismo esta dividido en varios apartados que se van sucediendo en cuatro páginas. Se abre con una obra de arte que sintetiza de manera gráfica lo que deseamos profundizar en el tema. Junto a ella hay una frase significativa, bien de un padre de la Iglesia, santo o autor espiritual. Esta ilustra de alguna manera la imagen contenida en la obra de arte. Bajo ellas aparece en letra bien identificable el título del tema. Le sigue un texto bíblico que resume e ilumina el contenido de lo que vamos a transmitir al catecúmeno o catequizando para que lo acoja y lo interiorice. Parte, por tanto, cada tema de una cita de la Palabra de Dios que fundamenta lo que vendrá a continuación en el texto. Este apartado lleva por nombre “Lámpara es tu Palabra para mis pasos” y se le reconoce con el símbolo de una lámpara encendida.
En la segunda página llegamos al apartado “Para iluminar la vida”. En él se recoge el pensamiento, los interrogantes, las cuestiones… que pueden plantearse entre los miembros del grupo de catequesis. Estas cuestiones, y otras que pueden aparecer a raíz de ellas, posibilita a cada uno poner encima de la mesa aquello que se habla en su entorno, que piensan sus conciudadanos y ellos mismos… Siempre con el objetivo de generar interés e inquietud para acoger la Palabra de Dios que se le irá anunciando en esa catequesis. El símbolo de este apartado es una estrella.
En el resto de la segunda página y en la página siguiente llegamos al contenido propio de la fe expresado con un lenguaje cercano y sencillo. Allí se encuentra lo que la Iglesia cree en referencia al tema que se está tratando. Por eso este apartado lleva por título “La fe de los cristianos” y su símbolo es un pez. En el lateral se encuentran referencias al Catecismo de la Iglesia Católica que, tanto el catecúmeno como el catequizando, pueden consultar para profundizar en su contenido.
La página cuarta recoge dos apartados. El primero es “La expresión de fe”, cuyo símbolo es un crismón. Aquí se desea subrayar que la dimensión celebrativa, oracional y de compromiso de vida es parte del proceso catecumenal. La fe que se ha transmitido exige ponerla en práctica por medio de la oración, de la celebración o del comportamiento moral. Le sigue el último apartado “La fe hecha cultura”. La riqueza de fe que expresan las diferentes artes se recoge en este apartado para ayudar a dialogar con la cultura en la que vive inserto el iniciando.
Es deseo de los obispos españoles contribuir con este Catecismo a enriquecer la vida de las comunidades cristianas con la incorporación de nuevos hijos que han madurado su fe mediante un proceso de iniciación cristiana que le ha llevado a recibir los sacramentos de la iniciación cristiana o les ha permitido revitalizar su fe. Hay muchos que buscan al Señor. La Iglesia los desea acoger y acompañar para que lo encuentren. El Catecismo “Buscar al Señor” es un instrumento a su servicio.
La conferencia, organizada por la Delegación diocesana para la Pastoral Universitaria y la Cultura, la Universidad CEU Cardenal Herrera y la Asociación Católica de Propagandistas, reunió a un numeroso público.
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Más de 300 personas se dieron cita ayer por la noche en el Hotel Jaime I de Castellón para escuchar la conferencia “No te rindas”, del doctor Enrique Rojas, organizada por la Delegación diocesana para la Pastoral Universitaria y la Cultura, la Universidad CEU Cardenal Herrera y la Asociación Católica de Propagandistas. A lo largo de su exposición, el catedrático de Psiquiatría, director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas de Madrid y presidente de la Fundación Rojas-Estapé respondió a tres cuestiones vitales para el ser humano: “quién soy yo”, “qué va a ser de mí” y “con quién voy a compartir mi vida”.
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Para contestar la primera pregunta, el Dr. Rojas se refirió a los indicadores de madurez de la personalidad, cuyas claves, afirmó, pasan “por conocerse a sí mismo, haber tenido modelos de identidad sanos y atractivos que han sido referentes de gran peso, haber sido capaz de superar las heridas del pasado (con todo lo que eso significa), haber sabido gestionar el mundo de los sentimientos en su totalidad, saber dar a las cosas que nos pasan la importancia que realmente tienen, vivir en la realidad y tener unos criterios morales y éticos sólidos”.
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Para responder a la segunda cuestión, “qué va a ser de mí”, el psiquiatra puso el foco en “diseñar un proyecto de vida coherente y realista con cuatro grandes notas en su interior: amor, trabajo, cultura y amistad”.
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Finalmente, en lo relativo a las personas con las que compartir nuestra vida, el Dr. Rojas se centró en dos cuestiones: “acertar en la elección afectiva; es decir, haber sabido seleccionar a la persona más adecuada”, un tema al que dedicó un amplio espacio y que definió como “un arte”, así como “proteger y afianzar ese amor”, para lo que ofreció una serie de pautas. En este punto, se refirió a su nuevo libro, “Conoce tus emociones” (Espasa), donde explica los principales binomios afectivos y cómo aprender a gestionarlos: alegría y tristeza, amor y desamor, paz y ansiedad, felicidad e infelicidad, empatía y persona tóxica.
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Tras la conferencia, en la que también intervino brevemente el periodista director de cine Juan Manuel Cotelo, tuvo lugar un animado coloquio. Al concluir el acto, el ponente firmó ejemplares de sus libros a los numerosos asistentes.
Con el inicio del mes de diciembre se renuevan las intenciones de oración que propone el Papa Francisco y la Conferencia Episcopal Española. El Santo Padre dirige su intención por las personas con discapacidad: “Oremos para que las personas con discapacidad estén en el centro de atención de la sociedad, y que las instituciones promuevan programas de inclusión que potencien su participación activa”.
En primer lugar, la «lluvia», los «ríos» y los «vientos» que amenazan la casa pueden ser identificados con la cultura del descarte, difundida en nuestro tiempo (Evangelii gaudium). Para dicha cultura, «partes de la humanidad parecen sacrificables en beneficio de una selección que favorece a un sector humano digno de vivir sin límites. En el fondo no se considera ya a las personas como un valor primario que hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres o discapacitadas» (Fratelli tutti).
Esa cultura afecta principalmente a los sectores más frágiles, entre los que se encuentran las personas con discapacidad. En los últimos cincuenta años se han dado pasos importantes, tanto en el ámbito de las instituciones civiles como de las realidades eclesiales. La conciencia de la dignidad de cada persona ha aumentado, lo que ha llevado a tomar decisiones valientes para la inclusión de cuantos padecen una limitación física y/o psíquica.
Sin embargo, todavía subsisten en el sustrato cultural demasiadas expresiones que contradicen de hecho este enfoque. Debido también a una mentalidad narcisista y utilitarista, se constatan actitudes de rechazo que conducen a la marginación, sin considerar que, inevitablemente, la fragilidad pertenece a todos. En realidad, hay personas con discapacidades incluso graves que, aun con gran esfuerzo, han encontrado el camino hacia una vida buena y rica de significado, como hay muchas otras “normalmente dotadas” que sin embargo están insatisfechas, o a veces desesperadas.
Por lo tanto, es importante, especialmente en este Día, promover una cultura de la vida, que afirme continuamente la dignidad de cada persona, en particular en defensa de los hombres y mujeres con discapacidad, de cualquier edad y condición social.
Por otra parte, la intención de oración de la Conferencia Episcopal Española, por la que también reza la Red Mundial de Oración del Papa, es “por todos los fieles cristianos, para que la venida del Hijo de Dios en la carne aumente la esperanza de la venida gloriosa del Señor y fortalezca nuestra caridad para con los más necesitados.”
Para preparar el camino al Señor o allanar sus senderos hemos abrir nuestro corazón a Dios y al hermano y cultivar las virtudes y las actitudes de la humildad y la rectitud de vida, del amor a la verdad y la justicia, de la honradez y la solidaridad, de la caridad y de la fraternidad, y de la fe y la esperanza en la salvación que sólo puede llegarnos de Dios. Esta es la buena Noticia del Adviento: Dios nos ama, nos busca y viene a nosotros como Salvador. Si le dejamos entrar en nuestra vida, entonces todo cambiará en nosotros: la tristeza se convertirá en alegría, la desesperanza en fe confiada, el miedo en fortaleza, la esclavitud en libertad y el egoísmo en amor.
Ayer, martes 28 de noviembre, se reunió la comisión técnica de seguimiento de las obras de rehabilitación y restauración del Santuario de Sant Joan de Penyagolosa, para conocer el avance de las obras y realizar un seguimiento de varias cuestiones técnicas de las mismas.
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A lo largo de la mañana visitó las instalaciones y las diferentes dependencias del Santuario, constatando que se acelera el ritmo de las obras, aunque algo menor al inicialmente previsto. Ello a causa del viento y de los numerosos días con riesgo extremo de incendio, lo que no permite avanzar con normalidad en el exterior del Santuario. No obstante, en el interior se continúa trabajando al ritmo previsto y las obras avanzan satisfactoriamente. Por ello, previsiblemente finalizarán a finales del 2024 o a principios del 2025.
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Acudieron varios técnicos y representantes de las tres instituciones implicadas. Por parte de la Diócesis de Segorbe-Castellón el Vicario General, D. Javier Aparici; el Ecónomo Diocesano, Vicente Gómez; el arquitecto diocesano, Ángel Albert; y el aparejador, José Luis Tena; así como distintos profesionales y responsables del proyecto de Diputación y Consellería.
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Cabe recordar que la recuperación y rehabilitación de este conjunto patrimonial, declarado Bien de Interés Cultural y monumento histórico-artístico, está siendo posible gracias al convenio marco de colaboración firmado entre la Conselleria d’Educació, Cultura i Esport, la Diputació Provincial y la Diócesis en junio del 2021.
Bajo el lema “La transversalidad de la Pastoral del Trabajo en la Pastoral General de la Iglesia», el departamento de Pastoral del Trabajo de la CEE, dentro de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social, celebró las XXIX Jornadas Generales de Pastoral del Trabajo del 25 al 26 de noviembre en Ávila.
La Diócesis de Segorbe-Castellón estuvo representada por Miguel Díaz, director del Secretariado Diocesano para la Pastoral del Trabajo, y por Guillermo Juan, miembro del Secretariado.
Tras la celebración de las Jornadas se leyó el comunicado “La Pastoral del Trabajo refuerza su compromiso por la evangelización del mundo del trabajo”.
“La Pastoral del Trabajo refuerza su compromiso por la evangelización del mundo del trabajo”
Con el lema “La transversalidad de la pastoral del trabajo en la pastoral general de la Iglesia”, se han celebrado las XXIX Jornadas Generales de la Pastoral del Trabajo, durante los días 25 y 26 de noviembre, en Ávila. En el encuentro han participado 80 personas, entre responsables de la esta pastoral, equipos parroquiales (EPO), de los distintos movimientos de militantes obreros cristianos (ACO, HHT, HOAC y JOC) y de Cáritas, provenientes de 30 diócesis. El ambiente ha sido de oración, reflexión, diálogo y denuncia.
El inicio de las jornadas contó con la oración y el saludo de monseñor D. Abilio Martínez Varea, obispo de Osma-Soria y responsable de la Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española, y del director del departamento de esta pastoral, D. Antonio Javier Aranda. Ambos explicaron el desarrollo y los contenidos de las jornadas, invitando a una participación activa.
Seguidamente, Maite Valdivieso, responsable de la pastoral obrera de la diócesis de Bilbao, desarrolló la ponencia con el mismo título que las jornadas. Partió del proyecto de Dios como un proyecto de comunión y humanización, destacando el trabajo como vocación humana y cómo Dios ha confiado el mundo en nuestras manos, considerando el trabajo humano como principio de vida.
Durante su intervención, invitó a soñar juntos en la fraternidad, abarcando aspectos sociales, culturales, ecológicos y eclesiales, y a descubrir y vivir el trabajo como un lugar teologal y eclesial. Realizó un recorrido agradecido de la evangelización del mundo del trabajo, un objetivo esencial de la Pastoral obrera de toda la Iglesia. Además, exhortó a renovar la propuesta pastoral para el mundo del trabajo en la actualidad, junto a otras pastorales, movimientos y organizaciones de la Iglesia, instando a descubrir nuevos retos y llamadas, superando inercias y explorando caminos creativos.
Finalmente, instó a ahondar en los sentimientos de Jesús, a seguir sus pasos y a crecer en una espiritualidad basada en la confianza, la fidelidad, la esperanza y también la paciencia, sin olvidar el cuidado de la vida y del trabajo.
La mesa de experiencias nos ayudó a ver como desde las parroquias, movimientos y las delegaciones diocesanas de Pastoral del Trabajo se lleva la Buena Nueva al mundo obrero y cómo las comunidades cristianas se van comprometiendo más en estas realidades.
El diálogo en grupos y los diferentes paneles de experiencias de tarea transversal ayudaron a concretar vías para desarrollar esa transversalidad en la Iglesia y en los lugares de nuestro compromiso.
El domingo comenzó con la celebración de la Eucaristía, presidida por Mons. Abilio Martínez. A continuación, Abraham Canales Fernández, responsable de comunicación y publicaciones de la HOAC, disertó sobre la publicación ¿Qué entiende la Iglesia por trabajo decente?, de la cual es autor.
A partir de distintos documentos del magisterio de la Iglesia, desde san Juan Pablo II hasta el papa Francisco, y otros documentos y declaraciones de movimientos eclesiales comprometidos con el trabajo decente, Canales realizó un recorrido por los hitos más importantes de los últimos años en torno a esta prioridad política. El objetivo del trabajo decente es irrenunciable para la Iglesia, y el diálogo es clave para lograrlo.
Las entidades e instituciones de la Iglesia, así como el laicado, están desempeñando roles destacados para concretar los llamamientos que en su momento realizaron san Juan Pablo II y Benedicto XVI para promover el trabajo decente, una de las principales prioridades de la OIT.
La pastoral obrera y del trabajo es misión, saliendo al encuentro de los hermanos y hermanas del mundo laboral para acercar la Buena Noticia a las situaciones de sufrimiento: personas rotas, excluidas y precarizadas a causa del trabajo indecente, que no encuentran respuesta en esta sociedad deshumanizada. Es un encuentro con el mismo Jesús que nos apremia a trabajar en la construcción del reino de Dios aquí y ahora, basado en el amor y la justicia social.
En la Doctrina Social de la Iglesia hay criterios y pautas para emprender caminos apropiados hacia el trabajo decente: la dignidad de la persona, el bien común, la solidaridad y el destino universal de los bienes, entre otros. El magisterio de la Iglesia recuerda que el trabajo decente es aquel que cuida de la dignidad intrínseca de cada persona, es libremente elegido, ofrece un salario justo y favorece proyectos emancipadores de vida. Además, protege contra la siniestralidad laboral, es saludable, permite horarios que promueven la vida personal, familiar o espiritual, evita la discriminación y favorece la igualdad, promoviendo la formación a lo largo de toda la vida laboral y asegurando una jubilación digna (Cfr. Benedicto XVI, Caritas in veritate, 63).
Concluyen las jornadas agradeciendo este espacio de reflexión, diálogo y compromiso en el seno de la Iglesia, comprometiéndose a compartir sus conclusiones con toda la Iglesia. Esto se realiza como una forma de abordar, desde distintas realidades pastorales, las problemáticas del trabajo, especialmente el objetivo irrenunciable de trabajo decente para todos y en todo lugar.
En Adviento estamos invitados a abrir nuestro corazón, porque viene el Señor. Es tiempo de espera y de esperanza. Dios viene a nuestro mundo, entra en nuestra vida y se manifiesta en nuestra historia para traernos lo mejor que podemos esperar, la salvación y la libertad. Nos libra del pecado y de la muerte, y quiere hacer de nuestro mundo un mundo más fraterno y más humano, en el que Él sea conocido, acogido y amado.
Es un tiempo de preparación para la Navidad, para reflexionar sobre el significado del nacimiento de nuestro Salvador, la piedra angular que otorga sentido a la vida de aquellos que le acogen, que comienza cuatro domingos antes de esta fiesta. Además, marca el inicio del Nuevo Año Litúrgico católico que este 2023 comenzará el 3 de diciembre.
El Adviento está dividido en dos partes: las primeras dos semanas sirven para meditar sobre la venida final del Señor en el fin de los tiempos; mientras que las dos siguientes son para reflexionar sobre el nacimiento de Jesús y su irrupción en la historia del hombre.
El mensaje principal de los cuatro evangelios que escucharemos los domingos es la necesidad de prepararse para la llegada del Mesías y estar atentos a las señales que anuncian su venida.
En el primer domingo, el evangelio de Marcos (13:33-37) habla de la necesidad de estar preparados para la llegada del Hijo del Hombre, que vendrá en un momento inesperado. En el segundo, Marcos (1:1-8) presenta a Juan el Bautista como el precursor que prepara el camino para la llegada del Mesías. En el tercer domingo, el evangelio de Juan (1:6-8, 19-28) muestra a Juan el Bautista como el testigo que da testimonio de la luz. Mientras que el cuarto, Lucas (1:26-38) narra el anuncio del ángel a María sobre el nacimiento de Jesús.
La liturgia se centra en cuatro grandes personajes: el profeta Isaías, María de Nazaret, su esposo José y Juan el Bautista. Isaías es el profeta del Adviento, es quien anuncia al mesías que traerá la salvación al mundo, al hombre que reinará y cuyo reino no tendrá fin: el rey que nacerá de una virgen. En este tiempo, de él se toman la mayoría de las primeras lecturas de la Misa y del Oficio de Lecturas.
Decíamos que el Adviento es tiempo de espera y esperanza, porque en el seno de María crece el germen de una vida nueva, la del Hijo de Dios que se encarna y toma nuestra propia humanidad. La liturgia se centra en su papel como la mujer que dio a luz al Salvador. Por un lado, encontramos la gran solemnidad de Adviento que es la Inmaculada Concepción de María, el 8 de diciembre; en la que, como la Virgen, estamos llamados a concebir en nosotros a Cristo. La diferencia es que nosotros lo concebimos en medio de nuestros pecados. Pero el Espíritu obró en ella del mismo modo que puede obrar en nosotros, si le dejamos, y dar a luz a nuestro Salvador. También, en la tercera semana celebramos la festividad de la Virgen de la Esperanza, el 18 de diciembre, en la que del mismo modo que María esperó el alumbramiento de su Hijo, también nosotros nos preparamos para que nazca esta Navidad y todos los días.
La figura de José aparece en Adviento como modelo de fe para todo cristiano. Tras su decisión de repudiar a María en secreto, será el ángel del Señor quien le confirme que la maternidad de María es obra de Dios, y quien le comunique su misión de ser el padre legal del niño que nacerá. José supera la prueba que se le ha presentado a su fe en Dios, y se fía de su palabra.
Por último, Juan el Bautista aparece en Adviento como figura de preparación. Su ejemplo nos recuerda nuestra misión de preparar los caminos del Señor, de anunciar la Buena Noticia. Es el mensajero, el precursor de Jesús, el predicador que llama a la conversión, y la Iglesia continúa su papel, mostrándonos a Cristo y encaminándonos hacia la venida del Señor.
Propuestas en la Diócesis de Segorbe-Castellón
Durante este tiempo, las parroquias suelen realizar retiros y diversas actividades, para ayudar a los fieles a prepararse para la llegada de Jesús y reflexionar sobre el significado de su nacimiento. Estas son algunas sugerencias que nos han hecho llegar:
Grupos de Oración y Amistad: retiros el 22 y 29 de noviembre, y 3 de diciembre.
Parroquia de La Sagrada Familia de Castellón: retiro de la Cofradía Cristo de Medinaceli el 25 de noviembre, convivencia de la Iniciación Cristiana el 2 de diciembre, Novena de Navidad y aguinaldos del 16 al 24 de diciembre, y representación del Belén viviente el 17 de diciembre.
Parroquia de la Santísima Trinidad de Castellón: charla de Emaús hombres el 27 de noviembre, anuncio del Camino Neocatecumenal el 29 de noviembre, y a partir del 4 de diciembre rezo de Laudes a las 6:30 h.
Cáritas Diocesana: retiro el 28 de noviembre, y Eucaristía prenavideña el 19 de diciembre.
Parroquia de La Asunción de La Vall d´Uixó: charla de formación el 29 noviembre, del 29 al 7 de diciembre Novena de la Inmaculada y Vigilia de la Inmaculada, Peregrinación con familias en Adviento a la Basílica del Lledó el 6 de diciembre, “Un café con fe” el 10 de diciembre, retiro parroquial el 16 de diciembre, bendición de imágenes del niño Jesús el 17 de diciembre, y celebración penitencial en preparación a la Navidad el 19 de diciembre.
Comunidad de las Bienaventuranzas: retiro del 1 al 3 de diciembre con Jacques Philippe.
Acción Católica: retiro el 2 de diciembre en el Maset de Frater.
Cofradía de la Mare de Déu del Lledó: retiro el 2 de diciembre.
Parroquia de San Francisco de Castellón: retiro el 2 de diciembre.
Acción Católica General: retiro el 3 de diciembre.
Diáconos permanentes: retiro el 3 de diciembre.
CONFER: retiro el 3 de diciembre.
Vida Ascendente: retiro el 5 de diciembre.
Parroquia Santos Evangelistas de Vila-real: retiro el 9 de diciembre.
Secretariado de Migraciones: retiro el 10 de diciembre.
La parroquia de San José Obrero de Castellón acogerá, el próximo sábado día 2 de diciembre, la profesión de votos solemnes de Fray Johnny Alberto Chacón, de la Orden de la Merced.
La celebración será a las 17 h., y asistirá Fr. José Juan Galve Ardid, Padre Provincial de la Orden de la Merced. Desde la Provincia de Aragón de la Orden se invita a la participación en esta celebración, que lo es también de alegría para toda la Diócesis.
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