Un nuevo curso pastoral bajo la celebración del Año Jubilar y que mantiene viva la reflexión diocesana
El Seminario Mater Dei ha acogido esta mañana la Jornada Diocesana de Inicio del Curso Pastoral 2022-23, a la que han asistido numerosos sacerdotes, diáconos, religiosas, seminaristas y seglares de todos los puntos de la Diócesis de Segorbe-Castellón, y que ha comenzado con la celebración de la Eucaristía, presidida por nuestro Obispo, D. Casimiro López Llorente.
Eucaristía
Con ella “inauguramos un nuevo curso pastoral, un nuevo tiempo de gracia que el Señor nos ofrece para crecer en santidad, en comunión, y salir a la misión”, decía el Obispo al inicio de la homilía, porque con la celebración del Año Jubilar “el Señor nos ofrece gracias abundantes”. D. Casimiro ha insistido en preparar con esmero las peregrinaciones por Arciprestazgos a la Catedral en Segorbe que se van a celebrar a lo largo de estos próximos meses.
A raíz del evangelio que se ha proclamado, el de la parábola del sembrador, indicaba como “Jesús sembraba con generosidad, sin pensar donde iba a caer la semilla”, con la confianza y la esperanza “de que aquello que esparcía iba a germinar, crecer y dar fruto”, porque “la Palabra de Dios siempre da fruto”. Se pueden dar cuatro situaciones, cuatro lugares concretos en los que puede caer la semilla, la Palabra de Dios: “al borde del camino, entre pedruscos, entre abrojos o en tierra fértil”.
“Hay que escuchar la Palabra de Dios, con corazón bien dispuesto, noble y generoso, del mismo modo que la Virgen cuando le visitó el ángel”, ha exhortado. “Dejemos que la Palabra de Dios nos interpele, personalmente pero también como Iglesia diocesana, seamos dóciles a ella para que su Reino se vaya implantando entre nosotros y podamos sembrar con generosidad”.
A pesar de las dificultades “hay que sembrar en el corazón de los niños, en la iniciación cristiana”, para que conozcan al Señor y tengan un encuentro personal con Él. “Hay que sembrar en los jóvenes, que están esperando una palabra y que les acompañemos, que buscan en la Iglesia un hogar”. También “en el corazón de nuestros mayores, que a veces se sienten solos, y necesitan la compañía y la cercanía de nuestra Iglesia”. Y “sembremos la Palabra de Dios en el corazón de los enfermos, para que vivan su enfermedad desde la esperanza y la confianza en Él”.
Ponencia
Tras la Eucaristía y el descanso, el Vicario General de la Diócesis de Jaén, D. Juan Ignacio Damas López, ha ofrecido una ponencia que llevaba por título “La Reflexión Diocesana, una oportunidad para crecer en la comunión y salir a la misión”.
La Diócesis de Segorbe-Castellón está viviendo ahora “un marco privilegiado para iniciar un camino de conversión pastoral – ha señalado – por llevar a cabo la fase diocesana del Sínodo y por la celebración del Año Jubilar diocesano”. En relación al proceso sinodal “habéis adelantado un trabajo, aprender como se es Iglesia, como se hacen las cosas en la Iglesia, y conseguir tomar conciencia de que hay un camino muy importante que recorrer: anunciar a Jesús; la gente que lo escucha y se encuentra con Él debe ser acompañada; hacer de ese acompañamiento un proceso de crecimiento; para que puedan anunciar después el Evangelio a la sociedad”. “Felicidades por vuestro modo de hacer el Sínodo”, ha dicho.
Y en relación al Año Jubilar ha destacado cinco puntos de la carta pastoral del Obispo, que reflejan lo que deseamos con su celebración: dar gracias a Dios, favorecer la conversión personal y comunitaria, propiciar la conversión pastoral y misionera, fortalecer la comunión eclesial y nuestra pertenencia e identidad diocesana, y favorecer la corresponsabilidad. Con ello “tenéis ya un marco trazado que puede ayudar a la Diócesis y a las parroquias a la conversión pastoral”, ha indicado.
D. Juan Ignacio ha recurrido al profeta Isaías (55, 6-13) para hablar de la conversión: de una primera conversión, por parte de aquellos que no conocen al Señor; de una segunda conversión, de volver a los caminos de Dios y no seguir los nuestros, algo fundamental para alguien que es evangelizador, que lo es “porque el Señor se le metió en el corazón y no sabe vivir sin Él y sin hablar de Él”; de una conversión personal que se funda con una conversión pastoral, porque “la parroquia tiene que convertirse para ser evangelizadora y misionera”; la conversión es costosa, pero es fuente de alegría.
Para la conversión pastoral ha señalado una serie de puntos que pueden ayudar: pasar de una parroquia de servicios a una parroquia de procesos, no solo atender a la gente que ya está en la parroquia, sino también evangelizar a quien no conoce al Señor; de una parroquia de mantenimiento a una parroquia de regeneración, aprendiendo a ser de otro modo cuando haya problemas estructurales; de una parroquia de autoreferencia a una parroquia en salida, “después de mirarnos a nosotros mismos tenemos que mirar hacia fuera”; y de una parroquia de espacios a una parroquia de tiempos, “pasar de nuestros espacios de seguridad a dedicar tiempo a la gente que no está en nuestro espacio, con la gente que está fuera”.
Para concluir la ponencia, D. Juan Ignacio ha explicado que “el motor de cambio de la conversión pastoral es darnos cuenta de que tenemos que hacer primer anuncio”, delimitando los puntos de todo el proceso de evangelización: testimonio de las obras, anuncio del kerigma, precatecumenado, fe y primera conversión, itinerario de iniciación cristiana, sacramentos de iniciación y vida comunitaria, y apostolado organizado.
Informaciones
El Vicario de Pastoral, D. Miguel Abril, entre otros documentos ha presentado la Programación Pastoral del curso, indicando que se pueden recoger los ejemplares que se necesiten en el palacio episcopal de Castellón (C/ Gobernador, 8), así como las catequesis que se han preparado para mantener viva la reflexión en los grupos sinodales y para celebrar el Año Jubilar. También, varios delegados diocesanos han informado de los actos y de las celebraciones más relevantes a lo largo de todo el curso.