Los sacerdotes de la Diócesis estudian la nueva traducción del Misal Romano
/0 Comentarios/en Noticias, Noticias destacadas, Seminarios/por obsegorbecastellonDurante la mañana del pasado viernes, los sacerdotes de la Diócesis de Segorbe-Castellón continuaron con la formación permanente sobre profundización teológica en el Seminario Mater Dei. La cita del jueves se centró en los Hechos de los Apóstoles en el seguimiento de Cristo y misión evangelizadora. El viernes, la protagonista fue la III edición, de acuerdo con la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, del Misal Romano, aprobada por la Santa Sede en 2015 y que los sacerdotes comenzarán a emplear en las eucaristías a partir del I domingo de Cuaresma, el próximo 5 de marzo. Para ello, el Obispo ha ofrecido a todas las parroquias un ejemplar del mismo.
“No hay ninguna acción en la Iglesia que supere, por dignidad, la eucaristía”, aseguró don Antonio Sanfélix, Delegado Diocesano para la Liturgia. Y por ello presentó al liturgista D. Manuel González López-Corps, profesor de liturgia de la universidad San Dámaso de Madrid, que empleó toda la mañana en presentar el Misal Romano a todos los sacerdotes presentes. Leer más
Lecturas y comentario del Lunes IV del Tiempo Ordinario.
/0 Comentarios/en Lecturas del día/por obsegorbecastellonHebreos 11, 32-40
Hermanos:
¿Para qué seguir? No me da tiempo de referir la historia de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas; estos, por fe, conquistaron reinos, administraron justicia, vieron promesas cumplidas, cerraron fauces de leones, apagaron hogueras voraces, esquivaron el filo de la espada, se curaron de enfermedades, fueron valientes en la guerra, rechazaron ejércitos extranjeros; hubo mujeres que recobraron resucitados a sus muertos. Pero otros fueron torturados hasta la muerte, rechazando el rescate, para obtener una resurrección mejor. Otros pasaron por la prueba de las burlas y los azotes, de las cadenas y la cárcel; los apedrearon, los aserraron, murieron a espada, rodaron por el mundo vestidos con pieles de oveja y de cabra, faltos de todo, oprimidos, maltratados; el mundo no era digno de ellos: vagabundos
por desiertos y montañas, por grutas y cavernas de la tierra. Y todos éstos, aun acreditados por su fe, no consiguieron lo prometido; porque Dios tenía preparado algo mejor a favor nuestro, para que ellos no llegaran sin nosotros a la perfección.
Salmo: Sal 30, 20. 21. 22. 23. 24
R. Sed valientes de corazón los que esperáis en en Señor.
Qué bondad tan grande, Señor, reservas para los que te temen,
y concedes a los que a ti se acogen a la vista de todos. R.
En el asilo de tu presencia los escondes de las conjuras humanas;
los ocultas en tu tabernáculo,
frente a las lenguas pendencieras. R.
Bendito sea el Señor, que ha hecho por mí prodigios de misericordia
en la ciudad amurallada. R.
Yo decía en mí ansiedad:
«Me has arrojado de tu vista»;
pero tú escuchaste mi voz suplicante cuando yo te gritaba. R.
Amad al Señor, fieles suyos; el Señor guarda a sus leales,
y a los soberbios les paga con creces. R.
EVANGELIO
Marcos 5, 1-20
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos.
Apenas desembarcó, le salió al encuentro, de entre los sepulcros, un hombre poseído de espíritu inmundo. Y es que vivía entre los sepulcros; ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo; muchas veces lo habían sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para dominarlo. Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras.
Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó con voz potente:
«¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes».
Porque Jesús le estaba diciendo:
«Espíritu inmundo, sal de este hombre». Y le preguntó:
«¿Cómo te llamas?». Él respondió:
«Me llamo Legión, porque somos muchos».
Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca.
Había cerca una gran piara de cerdos paciendo en la falda del monte. Los espíritus le rogaron:
«Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos».
Él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al mar y se ahogó en el mar. Los porquerizos huyeron y dieron la noticia en la ciudad y en los campos. Y la gente fue a ver qué había pasado. Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su
juicio. Y se asustaron.
Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos. Ellos le rogaban que se marchase de su comarca. Mientras se embarcaba, el que había estado poseído por el demonio le pidió que le permitiese estar con él. Pero no se lo permitió, sino que le dijo:
«Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido misericordia de ti».
El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.
COMENTARIO
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En el Evangelio de hoy nos encontramos con dos ruegos de muy distinto signo. Rogar supone llamar la atención de alguien sobre una realidad profunda, importante del propio ser. Ruegan muchos en el Evangelio: el ciego de nacimiento, Jairo, el leproso.
Muchos descubren en Jesucristo alguien que tiene poder sobre sus aflicciones y el afecto necesario para interesarse por ellas.
Sin embargo, llamativamente, los dueños de los cerdos precipitados al lago «comenzaron a rogarle que se fuese de su territorio». Le piden encarecidamente que se vaya, incluso después de haber visto a su vecino totalmente liberado y curado. No saben discernir el verdadero valor de lo que ha pasado. La cercanía del Salvador y el bien del ser humano han pasado a un segundo lugar frente a la mera posesión material de cosas.
En cambio «el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él». Le ruega estar con él. Sólo quien ha experimentado sobre la propia vida la compasión, el poder, la acción de Dios tiene el deseo imperioso de no apartarse de Cristo.
La Palabra de Dios hoy nos invita a imitar a este último personaje gritando ante el Señor nuestras aflicciones para experimentar su mirada y no apartarnos nunca de ella.
Lecturas y comentario del Domingo IV del Tiempo Ordinario.
/0 Comentarios/en Lecturas del día/por obsegorbecastellonSofonías 2, 3; 3, 12-13
Buscad al Señor, los humildes de la tierra, los que practican su derecho, buscad la justicia, buscad la humildad, quizá podáis resguardaros el día de la ira del Señor.
Dejaré en ti un resto, un pueblo humilde y pobre que buscará refugio en el nombre del Señor. El resto de Israel no hará más el mal, no mentirá ni habrá engaño en su boca.
Pastarán y descansarán, y no habrá quien los inquiete.
Sal 145, 7. 8-9a. 9bc-10
R. Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,
hace justicia a los oprimidos,
da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos. R.
Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R.
2ª LECTURA
1ª Corintios 1, 26-31
Fijaos en vuestra asamblea, hermanos, no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; sino que, lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios, y lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar lo poderoso.
Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta, para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor. A él se debe que vosotros estéis en Cristo Jesús, el cual se ha hecho para nosotros sabiduría, de parte de Dios, justicia, santificación y redención.
Y así – como está escrito -: «el que se gloríe, que se gloríe en el Señor».
EVANGELIO
Mateo 5, 1-12a
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo
su boca, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».
COMENTARIO
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Dios ha escogido lo débil, lo despreciable, lo que no cuenta. San Pablo no se anda con rodeos y así nos lo dice en la segunda lectura de la Misa de hoy. También Jesús en la escena que recoge el Evangelio habla de los que lloran. Y el Señor señala nuestra debilidad, pero no para despreciarla, sino porque le atrae. Tanto que se acaba inclinando totalmente sobre ella. De hecho, también a nosotros nos sucede lo mismo cuando con serenidad conocemos la debilidad del otro – cuando el afecto es genuino. Nos conmovemos, y con sorpresa descubrimos en nuestro interior el deseo de dar la vida por la persona querida, para que no le determine su incapacidad; ¡cuánto más sucede esto en el corazón infinito de Dios!
Las lecturas de la Misa de hoy nos pueden ayudar a salir de un error típico de nuestro tiempo, porque nos muestran que débil y malo no significan lo mismo. No a los ojos de Dios, por mucho que así lo pensemos nosotros o así se valore en este mundo nuestro. En el Reino de los Cielos, que ya ha empezado, necesitado no quiere decir despreciable o sin valor. Casi siempre nos precipitamos, pensamos a medias, como cerrando un ojo, entendiendo poco, y terminamos por identificar estos dos conceptos.
Antes, los pueblos o las instituciones tenían por patrones a los santos. Hay tantas tradiciones en todas partes y las gentes con más edad te las explican y justifican. Y se miraba a los santos, que eran hombres y mujeres de carne y hueso. Y eso ensanchaba el alma. Hoy sólo tenemos ojos para las pantallas, y en las pantallas habitan nuevos patrones: deportistas, pero no todos, sólo unos pocos que hemos endiosado; actrices, pero no todas, sólo las que están de moda y las recién llegadas. Y los ricos y los poderosos, mientras lo sean. Pero todos camuflados, bajo unas luces que misteriosamente no hacen sombra. Y nosotros vamos y nos lo creemos todo. Y eso nos encoge. Porque no somos así.
Al Señor le atraen los débiles. Es una cosa maravillosa. Nuestro límite o debilidad es el recordatorio no negociable de que necesitamos a otro. Casi como una puerta que desencajada no cierra bien y queda siempre abierta. Y así se convierte en el espacio por donde Dios puede alcanzarnos. A nosotros, cuando no tenemos presente lo que dicen las lecturas, nuestra pequeñez o incapacidad, nuestro defecto, nos hace sufrir. Y en cambio es lugar por donde el Señor cabe. Esto hemos de aprenderlo: la gracia de Dios no es un premio; es un regalo. Son cosas distintas. Lázaro estaba muerto, sin nada que ofrecer. Pero esa nada fue suficiente: el Señor se conmovió del todo y acudió a despertarle. Por tanto, ¿qué argumentamos nosotros para sostener que Jesucristo no va a querer estar con nosotros?
Lecturas y comentario del Sábado III del Tiempo Ordinario. Santo Tomás de Aquino.
/0 Comentarios/en Lecturas del día/por obsegorbecastellon1ª LECTURA
Hebreos 11, 1-2. 8-19
Hermanos:
La fe es fundamento de lo que se espera, y garantía de lo que no se ve. Por ella son recordados los antiguos. Por la fe obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber adónde iba.
Por fe vivió como extranjero en la tierra prometida, habitando en tiendas, y lo mismo Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa, mientras esperaba la ciudad de sólidos cimientos cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios.
Por fe, también Sara, siendo estéril, obtuvo “vigor para concebir” cuando ya le había pasado la edad, porque consideró fiel al que se lo prometía. Y así, de un hombre, marcado ya por la muerte, nacieron hijos numerosos, como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas.
Con fe murieron todos estos, sin haber recibido las promesas, sino viéndolas y saludándolas de lejos, confesando que eran huéspedes y peregrinos en la tierra. Es claro que los que así hablan están buscando una patria; pues, si añoraban la patria de donde habían salido, estaban a tiempo para volver. Pero ellos ansiaban una patria mejor, la del cielo. Por eso Dios no tiene reparo en llamarse su Dios: porque les tenía preparada una ciudad.
Por fe, Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac; ofreció a su hijo único, el destinatario de la promesa, del cual le había dicho Dios: «lsaac continuará tu descendencia». Pero Abrahán pensó que Dios tiene poder hasta para resucitar de entre los muertos, de donde en cierto sentido recobró a Isaac.
Salmo: Lc 1, 69-70. 71-72. 73-75
R. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo.
Suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. R.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza. R.
Y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán para concedernos
que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. R.
EVANGELIO
Marcos 4, 35-41
Aquel día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: «Vamos a la otra orilla».
Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban . Se levantó una fuerte tempestad, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un cabezal. Lo despertaron, diciéndole:
«Maestro, ¿no te importa que perezcamos?». Se puso en pie, increpó al viento y dijo al mar: «¡Silencio, enmudece!».
El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo:
«¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?» Se llenaron de miedo y se decían unos a otros:
«¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!».
COMENTARIO
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Testigos de la esperanza y la alegría
/0 Comentarios/en Cartas, Cartas 2017, La Hoja, Noticias, Noticias destacadas/por obsegorbecastellonQueridos diocesanos:
En la Fiesta de las Candelas, el día 2 de Febrero, iremos gozosos con cirios encendidos al encuentro del Señor, la Luz de los pueblos, que es presentado y consagrado a Dios en el Templo de manos de María y de José. Recordando la consagración de Jesús al Padre celebramos este día la Jornada mundial de la vida consagrada. Junto con toda la Iglesia, este día recordaremos con gratitud a todas las personas consagradas: a los monjes y las monjas de vida contemplativa, a los religiosos y religiosas de vida activa y a todas las personas consagradas que viven en el mundo, y a la vírgenes consagradas: todos ellos se han consagrado a Dios siguiendo las huellas de Cristo obediente, pobre y casto, para ponerse al servicio de la Iglesia y de todos los hombres. Configurados así con Cristo son testigos de la esperanza y de la alegría. Leer más
Lecturas y comentario del Viernes III del Tiempo Ordinario.
/0 Comentarios/en Lecturas del día/por obsegorbecastellonHebreos 10, 32-39
Hermanos:
Recordad aquellos días primeros, en los que, recién iluminados, soportasteis múltiples combates y sufrimientos: unos expuestos públicamente a oprobios y malos tratos; otros solidarios de los eran tratados así. Compartisteis el sufrimiento de los encarcelados, aceptasteis con alegría que os confiscaran los bienes, sabiendo que teníais bienes mejores, y permanentes. No renunciéis, pues, a vuestra valentía, que tendrá una gran recompensa. Os hace falta paciencia para cumplir la voluntad de Dios y alcanzar la promesa.
«Un poquito de tiempo todavía, y el que viene llegará sin retraso; mi justo vivirá por la fe, pero si se arredra le retiraré mi favor». Pero nosotros no somos gente que se arredra para su perdición, sino hombres de fe para salvar el alma.
Salmo: Sal 36, 3-4. 5-6. 23-24. 39-40
R. El Señor es quien salva a los justos.
Confía en el Señor y haz el bien,
habitarás tu tierra y reposarás en ella en fidelidad; sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón. R.
Encomienda tu camino al Señor, confía en él, y él actuará:
hará tu justicia como el amanecer, tu derecho como el mediodía. R.
El Señor asegura los pasos del hombre, se complace en sus caminos;
si tropieza, no caerá, porque el Señor lo tiene de la mano. R.
El Señor es quien salva a los justos, él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra, los libra de los malvados y los salva porque se acogen a él. R.
EVANGELIO
Marcos 4, 26-34
En aquel tiempo, Jesús decía al gentío:
«El reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega». Dijo también:
«¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después de sembrada crece, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar a su sombra».
Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.
COMENTARIO
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El Evangelio de hoy nos previene de la “mundanidad espiritual”, ya que nos asegura que en el ámbito espiritual no sirve la “cuenta de resultados” o el “balance de cuentas”; el Señor nos previene de todo “voluntarismo” o “pelagianismo”. Ya que el fruto no depende de nosotros, sino de Dios. Tampoco sigue la lógica de las magnitudes humanas, ya que el grano de mostaza se convierte en la mayor de las hortalizas, es más, Dios le da la vuelta “a la tortilla”: “los últimos serán los primeros”.
El Reino de Dios se apoya en la fecundidad de la Palabra de Dios, y –por eso- se encuentra a gusto “construyendo sobre ruinas” y apoyándose en medios pobres y frágiles. Como decía Madre Teresa: “Dios no tiene necesidad de nuestra riqueza, sino de nuestra pobreza”. Es el momento de entrar en la lógica de la confianza y el abandono.
Entonces, ¿cuál es nuestra tarea? “No estamos llamados a tener éxito, sino a ser fieles” contestaría Santa Teresa de Calcuta. No busquemos el éxito en las cosas de Dios, sino trabajemos y pidamos la gracia de la fidelidad.
Biblia y liturgia centran las Jornadas Sacerdotales de Profundización Teológica
/0 Comentarios/en Delegación para el clero, Formación, Noticias, Noticias destacadas/por obsegorbecastellonLos sacerdotes de la Diócesis participan desde esta mañana en unas Jornadas de Profundización Teológica. Como ha explicado en la presentación el Vicario para el Clero, D. Marc Estela, esta iniciativa responde al deseo manifestado por los presbíteros de tener sesiones formativas de contenido teológico más profundas y extensas. En el primer día, el tema es la actualidad de los Hechos de los Apóstoles en el seguimiento de Cristo y misión evangelizadora, a cargo del vicario episcopal de Madrid, D. Alfonso Lozano. Mañana viernes, el liturgista D. Manuel González presentará el nuevo Misal Romano, de obligado uso a partir de Cuaresma.
El Obispo clausura el Octavario de oración por la unidad de los cristianos
/0 Comentarios/en Noticias, Noticias destacadas, Parroquias, Relaciones Interconfesionales y Diálogo Interreligioso/por obsegorbecastellonAnte el crucifijo que sostiene D. Joaquín Muñoz, párroco de El Carmen, se deshace el muro de pecados que provocan la división entre las iglesias. Fue la imagen más elocuente en la vigilia de oración que clausuró ayer, miércoles 25, el Octavario de oración por la unidad de los cristianos. Mons. Casimiro López Llorente presidió el acto, en el que también participó el párroco rumano ortodoxo de Castellón, D. Nicolae Ionita, así como los seminaristas del Mater Dei y el Redemptoris Mater.
Lecturas y comentario del Jueves III del Tiempo Ordinario. Santos Timoteo y Tito.
/0 Comentarios/en Lecturas del día/por obsegorbecastellon2ª Timoteo 1, 1-8
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, llamado a anunciar la promesa de vida que hay en Cristo Jesús, a Timoteo, hijo querido; te deseo la gracia, misericordia y paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro.
Doy gracias a Dios, a quien sirvo con pura conciencia, como mis antepasados, porque tengo siempre tu nombre en mis labios cuando rezo, de noche y de día.
Al acordarme de tus lágrimas, ansío verte, para llenarme de alegría, refrescando la memoria de tu fe sincera, esa fe que tuvieron tu abuela Loide y tu madre Eunice, y que estoy seguro que tienes también tú.
Por esta razón te recuerdo que reavives el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio.
No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor y de mi, su prisionero. Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios.
Salmo: Sal 95, 1-2ª. 2b-3, 7-8a.10
R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre.
Proclamad día tras día su victoria. Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey, él afianzó el orbe,
y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente.» R.
EVANGELIO
Marcos 4, 1-20
En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al mar. Acudió un gentío tan enorme, que tuvo que subirse a una barca y, ya en el mar, se sentó; y el gentío se quedó en tierra junto al mar. Les enseñaba muchos cosas con parábolas y les decía instruyéndoles:
«Escuchad: salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; los abrojos crecieron, lo ahogaron, y no dio grano. El resto cayó en tierra buena: nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno». Y añadió: «El que tenga oídos para oír, que oiga».
Cuando se quedó a solas, los que lo rodeaban y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas. Él les dijo:
«A vosotros se os ha dado el misterio del reino de Dios; en cambio a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que “por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados”». Y añadió:
«¿No entendéis esta parábola? ¿Pues, cómo vais a conocer todas las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero, en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la simiente como terreno pedregoso; son los que al escuchar la palabra enseguida la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son
inconstantes y, cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, enseguida sucumben. Hay otros que reciben la semilla entre abrojos; éstos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la semilla en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno».
COMENTARIO
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“La medida que uséis la usarán con vosotros”
Jesús comprobó que, entre los comerciantes de su tiempo, cuando estaban midiendo el trigo con un recipiente para después venderlo, en ocasiones dejaban un pequeño margen sin colmar a fin de mejorar la economía.
Constantemente experimento la misma tentación, la de vivir «racaneando» con los dones que he recibido. Ante esta realidad, parafraseando a san Pablo, se me alerta: Si siembro tacañamente, cosecharé tacañamente.
Al escuchar estas palabras, me compruebo impotente e incapaz de fructificar en amor, y siento el peso de la exigencia aplastando mi interior. En medio de esta angustia, aun sabiendo que la tierra de mi corazón es árida y estéril, se me abre la esperanza al pensar que tu Palabra es viva y eficaz.
Únicamente tengo que dejar que me ares, rasgues y quiebres, para que mi seca e infecunda tierra no sea impermeable a tu acción, sino que tu gracia penetre, empape y cale hasta lo más hondo. Sólo la tierra arada se convierte en tierra buena, sólo el corazón quebrantado germina en santidad.
#JornadaMundialdelasComunicacionesSociales
📄✍️ Hoy se celebra la 58º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. «#InteligenciaArtificial y sabiduría del corazón: para una comunicación plenamente humana» es el tema que propone @Pontifex_es 💻❤️
#CartaDelObispo #MayoMesDeMaria
💐🙏 El Obispo nos exhorta, en su carta semanal, a contemplar a la Virgen e imitarla en su fe, esperanza y caridad, porque ella dirige siempre nuestra mirada hacia Jesús; y nos ofrece y nos lleva a Cristo ✝️